lunes, 16 de agosto de 2021

En la oposición no existe un proyecto democrático alternativo sino personalismos que el gobierno maneja a su favor para dividir



Víctor Álvarez R. 

Con 80 % de rechazo al gobierno y sus candidatos, el país descontento tiene la oportunidad de ganar la mayoría de gobernaciones y alcaldías en las Megaelecciones del 21-N. Postular candidatos unitarios que generen confianza y estimulen a votar es una obligación de los partidos políticos que se plantean recuperar la confianza en la institución del voto y retomar la ruta electoral.

Las condiciones electorales deben ofrecer a todos los partidos las mismas oportunidades de participar, sin intervenciones ni ventajismos de ningún tipo. No contribuye a la celebración de unas elecciones competitivas ilegalizar partidos políticos o despojar sus nombres y símbolos para entregárselos a disidentes que siguen el juego del gobierno y así nadie se anima a votar por ellos.

Pero la alta abstención también es un reflejo del desencanto de la gente por la baja calidad de la acción política de los partidos. El electorado se desmotiva cuando ve a dirigentes y líderes políticos enfrascados en una sarta de insultos y acusaciones que, de ser verdad, los descalifican e invalidan para asumir cargos públicos de elección popular.

Desde la oposición se cuestiona la reelección indefinida, pero vemos que muchas organizaciones políticas tienen desde hace años el mismo presidente, el mismo secretario general, la misma dirección. Parecen atornillados a sus cargos y así se le cierra el paso a nuevas generaciones de dirigentes. La falta de democracia interna en los partidos suele ser uno de los detonantes de esos conflictos internos que sirven de pretexto al gobierno y al TSJ para intervenirlos.

En los partidos de la oposición pareciera que la unidad no es un objetivo prioritario ni viable. Convencido de que a mayor cantidad de tarjetas en el tarjetón, mayor será la confusión del elector, el gobierno exacerba su división al aprobar tarjetas a varios partidos. El oficialismo no le teme a la tarjeta de la MUD porque sin unidad es un partido más y su reactivación agravará las contradicciones internas de la oposición.

Con tantos partidos, si estos no pactan candidaturas unitarias, el voto opositor se dispersará. Aún si el gobierno acepta mejorar las condiciones electorales, si los partidos de la oposición va divididos y no presentan buenos candidatos a la mayoría de las 23 gobernaciones, 335 alcaldías, 250 diputados regionales y 2.400 concejales, será muy difícil vencer la abstención y esto favorecerá a los candidatos del gobierno que ganarán con apenas el 20 % de los votantes.

Para analizar las condiciones electorales y la situación interna de los partidos políticos, en la serie “Diez conversaciones estelares con diez mujeres comprometidas con una solución electoral y pacífica a la crisis venezolana” hemos invitado a Mercedes Malavé, comunicadora social, con doctorado en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, directora de formación del IFEDEC y presidenta del partido Unión y Progreso.

Vea la conversación completa con Mercedes Malavé aquí https://youtu.be/kIaJyEyopm4         


No hay comentarios:

Publicar un comentario