jueves, 18 de noviembre de 2010

Del Estado burocrático al Estado comunal

Envié a imprenta mi nuevo libro “Del Estado Burocrático al Estado comunal”. Es un análisis crítico del papel del Estado en la Revolución Bolivariana y una crítica a las tesis apologéticas de la propiedad estatal como forma superior de la propiedad social y una defensa a la propiedad social directa, la propiedad en manos de los trabajadores directos y de la comunidad organizada. Con base en las lecciones que dejó la fallida experiencia del socialismo del siglo XX, estudio la estatización como un fermento del burocratismo que secuestró la propiedad pública y la manejó como una burguesía funcional. Fundamento en el texto las razones para transformar el Estado burocrático en un nuevo Estado comunal en manos de los trabajadores directos y de la comunidad. Finalmente hago un análisis de los mandatos constitucionales y del marco legal para impulsar el control obrero y la participación ciudadana en la construcción de un nuevo Estado comunal y de un modelo productivo de amplia y creciente inclusión social.
Una vez que se ha definido el carácter socialista de la Revolución Bolivariana, se puede dar por concluida la etapa de concesiones e incentivos al capital y, en delante, reorientar los estímulos y ayudas de la política económica, ya no a reactivar el aparato productivo existente, sino a transformarlo en una nueva economía de amplia y creciente inclusión social.
Todos y cada uno de los capítulos de este libro están dedicados a animar y profundizar el debate sobre los mejores caminos que nos lleven a sustituir un régimen histórico basado en la explotación del trabajo ajeno y en el afán de maximizar el beneficio individual, por una nueva sociedad organizada en función de dirigir el esfuerzo productivo para satisfacer las crecientes necesidades sociales y hacer posible el desarrollo humano integral de todas las personas.
Son páginas para atizar el debate, para continuar el camino en cuyo recorrido se sigan incluyendo en la vida social los que aún quedan excluidos, en el que se liberen los que permanecen explotados y oprimidos, en el que puedan hablar y ser escuchados los que antes estaban ignorados, en el que puedan gobernar los que siempre han sido dominados, en el que puedan vivir con dignidad los que todavía no pueden vivir.

El socialismo venezolano

La construcción del socialismo venezolano se basa en transferir cada vez más poder al pueblo para construir una nueva economía comunal que supere el modo de producción capitalista, sustentado en la explotación del ser humano; y, sustituir el Estado burocrático por un nuevo Estado comunal que consolide un auténtico poder político y económico en manos del pueblo, sin mediaciones burocráticas de ningún tipo. En este sentido, son de particular importancia las definiciones plasmadas en el proyecto de Ley de Comunas. Veamos.
En al Art. 4 se define al Socialismo como “un modo de relaciones sociales de producción centrado en la convivencia solidaria y la satisfacción de necesidades materiales e intangibles de toda la sociedad, que tiene como base fundamental la recuperación del valor del trabajo como productor de bienes y servicios para satisfacer las necesidades humanas y lograr la suprema felicidad social y el desarrollo humano integral. Para ello es necesario el desarrollo de la propiedad social sobre los factores y medios de producción básicos y estratégicos que permita que todas las familias y los ciudadanos/as venezolanos y venezolanas posean, usen y disfruten de su patrimonio o propiedad individual o familiar, y ejerzan el pleno goce de sus derechos económicos, sociales, políticos y culturales”.
El Estado Comunal es la “Forma de organización político social, fundada en el Estado Social de Derecho y de Justicia establecido en la CRBV, en la cual el poder es ejercido directamente por el pueblo, con un modelo económico de propiedad social y de desarrollo endógeno y sustentable, que permita alcanzar la suprema felicidad social de los venezolanos y las venezolanas en la sociedad socialista. La célula fundamental de conformación del Estado Comunal es la Comuna”.
Mientras que la Comuna es “una entidad local socialista, constituida por iniciativa soberana del pueblo organizado, donde y a partir de la cual se edifica la sociedad socialista. Está conformada por la integración de comunidades vecinas (…) que se reconocen en el territorio que ocupan y en las actividades productivas que le sirven de sustento; y en cuyo ámbito los ciudadanos/as ejercen los principios de soberanía y participación protagónica como expresión del poder popular, con un régimen de propiedad social y un modelo de desarrollo endógeno y sustentable”.

La construcción socialista

Marx explicó que los seres humanos establecen relaciones de producción independientemente de su voluntad, las cuales corresponden a una fase determinada del desarrollo de las fuerzas productivas. El conjunto de estas relaciones forman la estructura económica de la sociedad sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política, a la cual corresponde una determinada forma de conciencia social. Así pues, las relaciones de explotación del trabajo asalariado signan la estructura económica capitalista que, para asegurar su reproducción, crea un marco legal y un entorno institucional que defiende y sacraliza en la conciencia colectiva la propiedad privada sobre los medios de producción.
El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual: “no es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”, decía Marx.
Al llegar a un determinado nivel de su desarrollo, las fuerzas productivas entran en contradicción con las relaciones de producción y con la expresión jurídica de las relaciones de propiedad. No se pueden desarrollar las fuerzas productivas para la generación de alimentos bajo el latifundio que mantiene ociosas importantes extensiones de tierras; como tampoco se podrá lograr el desarrollo humano integral mientras los asalariados sean explotados por no poseen ningún medio de producción.
Cuando las relaciones de producción se convierten en una traba para el desarrollo de las fuerzas productivas se abre una época de revolución social, de cambio en la base económica y en la superestructura que la justifica. Por eso, las expropiaciones tendrán que abrir paso a un marco legal que impulse nuevas formas de propiedad social en manos de los trabajadores directos y de la comunidad para no reproducir el capitalismo de Estado.
Bajo el atrasado capitalismo rentístico venezolano, que todo lo importa y poco produce, tiene sentido preguntarse, a la luz de lo que planteaba Marx, si ¿es posible que el capitalismo desaparezca antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben en él y si es posible que surjan relaciones socialistas de producción antes de que las condiciones económicas hayan madurado en la vieja sociedad?.