En tiempos de campaña electoral suelen proliferar las promesas demagógicas. Sin embargo, los precandidatos a la Presidencia no terminan de proponer a los electores ni siquiera un programa modesto, viable y creíble de reformas económicas para vencer la inflación, recuperar el poder adquisitivo de los salarios y mejorar las condiciones de vida de los hogares.
Los precandidatos nuevamente cayeron en la maniobra del gobierno al forzar la sustitución de los rectores del CNE antes de que cumplieran su período legal. La desconexión del discurso político con el clamor nacional se recrudece con la inhabilitación de María Corina Machado, lo cual enfoca el debate político-electoral en la mejora de las condiciones electorales y desvía la atención al reclamo de la mejora de las condiciones salariales y sociales.
La desconexión del discurso político con el clamor nacional
Sin una oferta electoral sintonizada con la urgencia de una población exhausta por la crisis, el elector no se sentirá motivado a votar -ni siquiera en la elección primaria- porque no encontrará propuestas convincentes para superar los salarios de hambre que no alcanzan para comprar la canasta alimentaria, ni aliviar los problemas de electricidad, agua, gas, educación, vivienda, salud, transporte, telecomunicaciones e inseguridad que azotan a las familias venezolanas.