En “Diez conversaciones estelares con diez mujeres comprometidas con una solución electoral y pacífica del conflicto venezolano” hemos invitado a la destacada internacionalista Giovanna De Michele. Vea la conversación completa aquí https://youtu.be/pWzlWKN_czg
Víctor Álvarez R. / @victoralvarezr
El conflicto venezolano ha sido abordado en la ONU, OEA, Unión Europea, Grupo de Lima,
CELAC. Allí se
ha denunciado la represión y exilio de líderes sociales y políticos, la
violación de derechos humanos, la censura a medios de comunicación, la
violación al principio de autonomía de los poderes públicos, el deterioro de
las condiciones electorales. Sin embargo, nada concreto se ha resuelto todavía.
El endurecimiento de las sanciones económicas -lejos de forzar la caída
del gobierno-, agravaron la crisis causada por una pésima política económica,
empobrecieron aún más a la población y brindaron al régimen la excusa perfecta
para desarrollar una narrativa épica de resistencia antiimperialista.
Las alternativas de la oposición venezolana se han debatido entre la vía
insurreccional y la ruta electoral. El Cucutazo,
el golpe de Estado del 30 de abril, la operación Gedeón, la invocación al TIAR fueron
episodios alentados por la idea de “todas
las opciones están sobre la mesa”. Pero cuando la intervención militar extranjera fue eficaz para
derrocar a un gobierno, resultó inútil para reestablecer la paz y recuperar la
gobernabilidad. Así lo demuestran Afganistán, Irak y Libia, donde las
intervenciones militares dispararon una espiral de violencia que aún sigue.
La diplomacia es lenta y la crisis humanitaria no espera. Si bien es cierto que los debates en los foros internacionales han influido en la conformación de una opinión pública internacional muy crítica que llevó a más de cincuenta países a desconocer el gobierno de Nicolás Maduro, también es cierto que la diplomacia internacional ha sido muy lenta en la resolución del caso venezolano. La prolongación del conflicto ha desembocado en varios procesos de negociación que no pasaron de ser válvulas de escape o maniobras para ganar tiempo. En México se vuelve a retomar el camino de las negociaciones para lograr una solución política y pacífica del conflicto.