En esta nueva entrega de la serie Diez conversaciones estelares con diez de los mejores economistas de Venezuela hemos invitado a Asdrúbal Oliveros, Socio-Director de Ecoanalítica. Vea la conversación completa aquí https://youtu.be/Tcbc63UGPgg
Víctor Álvarez R. /
@victoralvarezr
El efecto combinado del
colapso de la renta petrolera, el endurecimiento de las sanciones y el impacto
económico del Covid 19 ha obligado al Ejecutivo nacional a activar válvulas de
escape para aliviar la presión económica y social. Un gobierno sin capacidad
financiera para sostener el modelo nacionalista y
estatista ha dado rienda suelta a la apertura comercial, desregulación y
liberalización económica, dolarización, privatización y apertura a la inversión
extranjera. Son las nuevas tendencias que se asoman en la economía venezolana y
que pudieran consolidarse y llegar a ser irreversibles. Estos cambios en la
política económica crean otro ambiente para el emprendimiento
y la iniciativa privada. Quien no los perciba debido al ruido de la
diatriba política, se quedará al margen de las oportunidades de negocio e
inversión que empiezan a aparecer en Venezuela. En este abandono del modelo
nacionalista y estatista, una presión clave la han ejercido los inversionistas
privados que están dispuestos a correr los riesgos de hacer negocios en un país
sancionado, pero en un contexto de apertura comercial y liberalización
económica.
La dolarización transaccional ha sido forzada por la hiperinflación que
disolvió el poder de compra de los billetes y obligó a sustituirlos por la
divisa estadounidense. Para no trancar el
mercado interno por falta de medios de pago, el Ejecutivo ha permitido el uso
de divisas en las transacciones locales, práctica que antes era perseguida y
penalizada. A su vez, la dolarización transaccional presiona la dolarización de
los servicios financieros para que este creciente circulante en divisas se
pueda canalizar hacia el financiamiento de la producción y el consumo.
Para compensar la escasez causada por la reducción en un 80 % del PIB y contener la inflación, el gobierno abrió el mercado interno a toda clase de importaciones sin arancel. Ha exonerado una amplia gama de códigos arancelarios del pago de impuestos de importación que, en condiciones de apreciación del tipo de cambio, compiten ventajosamente con la producción nacional y hacen mucho más lucrativo importar que producir. Bodegones, supermercados, tiendas de electrodomésticos y agencias de automóviles, proliferan a lo largo y ancho del territorio nacional.
La mala gestión y la corrupción se combinaron para dar al traste con las
empresas manufactureras y de servicios en manos del gobierno. Las sanciones
económicas han sido un agravante toda vez que se extienden a proveedores
internacionales con intereses en territorio estadounidense que no pueden hacer
negocios con empresas del gobierno porque serían sancionados. Esto agrava la
crisis de los servicios de agua potable, gas doméstico, electricidad,
telecomunicaciones. Para evadir las sanciones, se plantea la privatización de
empresas públicas.
El gobierno ni Pdvsa
tienen recursos financieros para levantar la producción de petróleo y gas.
Tampoco puede reactivar las refinerías. Necesita de la inversión privada
nacional y extranjera para reactivar estos sectores cuya buena marcha es necesaria
para el buen funcionamiento del resto de la economía. Solo una recuperación de
la extracción de petróleo en torno a 3 millones de barriles diarios y precios por
encima de 80 $/b devolverían al gobierno su capacidad para controlar la
economía y ese escenario en el corto y mediano plazo está descartado. La cruda realidad ha forzado al gobierno a ser pragmático y a abandonar
ideologías y dogmas. Aflojar los controles y liberar la economía es crucial para
su sobrevivencia política. Si no respira la economía, el poder político se
asfixia. Así lo ha entendido el régimen cuyo pragmatismo apunta a preservar su
modelo político de dominación hegemónica.
¿Cuáles son las ciudades
o regiones del país donde la dolarización tiene la mayor cobertura y
profundidad? ¿Cómo evoluciona la dolarización financiera? ¿Por qué no avanza a
la misma velocidad que la transaccional? ¿Aunque nunca llegue a ser una medida
oficial, crees que la dolarización llegó para quedarse?
¿Cuál es el impacto que tiene la apertura comercial sobre la producción
nacional y sobre el nivel de precios? ¿Cuáles sectores pierden y cuáles salen
ganando? ¿Cuáles cambios identificas en la estructura económica de Venezuela y
en la conformación del PIB?
¿Has hecho
seguimiento al proceso de privatización? ¿Dónde ha avanzado? ¿Cuáles son las
empresas y sectores de los que el gobierno quiere salir y cuáles son los que
despiertan más interés para el capital privado?
¿Mientras el ingreso
petrolero se mantenga bajo y las sanciones no se levanten, la apertura y
liberalización económica se profundizarán? ¿Además del levantamiento de los
controles de cambio y de precios, desregulación, dolarización y privatización,
como visualizas la apertura a la inversión extranjera en los próximos años?
¿Habrá mayor participación del capital privado en las empresas mixtas de la
Faja Petrolífera y en el Arco Minero? ¿Dónde veremos más inversión
privada?
¿Estamos en
presencia de un proceso de chinización de la economía venezolana? ¿Crees que en
los próximos años veremos un gobierno que ratifica su carácter socialista pero
en la práctica termina de desmontar la política de controles e introduce
cambios en el modelo de propiedad estatal? ¿Este proceso de liberalización y privatización
puede desembocar en una economía gobernada por los mecanismos del mercado que
coexiste con un sistema político cada vez más autoritario?
Estas preguntas son respondidas por el destacado economista Asdrúbal Oliveros, Socio-Director de Ecoanalítica, en
esta nueva entrega de la serie Diez
conversaciones estelares con diez de los mejores economistas de Venezuela. Vea la conversación completa aquí https://youtu.be/Tcbc63UGPgg
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