Víctor Álvarez R. / Davgla Rodríguez A.
El costo social del conflicto político
venezolano es distinto al de otros países latinoamericanos que pagaron la
violencia y la confrontación armada con un trágico saldo de centenares de miles
de perseguidos, encarcelados, torturados, desaparecidos y muertos. En Venezuela
las víctimas más numerosas del conflicto han sido los casi 8 millones de
migrantes que sufrieron un acelerado deterioro de sus condiciones de vida
debido a la contracción de la economía, la destrucción de millares de empleos, la
confrontación política, la crisis de gobernabilidad y el impacto de las
sanciones económicas. Los migrantes venezolanos son el equivalente a los
desplazados por el conflicto en otros países, a quienes luego se les
adjudicaron tierras y otorgaron créditos y asistencia técnica para facilitar su
repatriación y reinserción productiva.
Guatemala cuenta con una historia muy
compleja, marcada por cruentas luchas entre las élites económicas, políticas y
militares, y los pobres, en su mayoría indígenas y habitantes de las áreas
rurales, quienes no han tenido acceso ni a la tierra, ni al capital, ni al
poder militar. La pobreza y desigualdad es la marca de una sociedad injusta,
que se ocupó de las necesidades de sólo un sector de la población, marginando
al resto. En esta desigualdad están las causas históricas del conflicto armado
guatemalteco.
Guatemala no solo ha sufrido la violencia
de la confrontación armada entre las fuerzas del Estado y la insurgencia
guerrillera, también ha sufrido la violencia estructural que genera la
exclusión social de la mayoría de la población del disfrute de los derechos
esenciales al trabajo, la educación, la salud, la vivienda, mientras que solo
una minoría privilegiada logra satisfacer plenamente sus necesidades.
Uno de los efectos de la guerra de guerrillas y de la ofensiva contrainsurgente en Guatemala fue la llegada de más de 46 mil refugiados al territorio mexicano. La cercanía con el área de conflicto y el impacto directo de la crisis centroamericana en sus fronteras impulsó a México a buscar soluciones estructurales y duraderas del conflicto.