viernes, 22 de marzo de 2013

X Encuentro de Intelectuales y Artistas en defensa de la Humanidad


EL PLAN DE LA PATRIA: PENSAMIENTO Y ACCIÓN DE HUGO CHÁVEZ FRÍAS
HOTEL ALBA CARACAS
Caracas, 25 y 26 de marzo de 2013

PROGRAMA
LUNES 25 DE MARZO
08:30 a 09:00: Instalación de los grupos de trabajo en cada uno de los espacios señalados por parte del coordinador designado
09:00 Inicio de los debates
GRUPO 1:
Defensa, Expansión y Consolidación de la Independencia Nacional.
Paneles de trabajo:
09:00 a 10:30       La unidad de la clase trabajadora y de los movimientos y organizaciones sociales como condición de irreversibilidad de la Revolución Bolivariana en el poder
10:35 a 12:05       Poder Popular y Estado
12:10 a 13: 40      Organización y fortalecimiento del poder defensivo nacional
DESCANSO
15:30 a 17:00 Soberanía alimentaria, soberanía cognitiva y soberanía comunicacional
17:05 a 18:35    Las posibilidades emancipadoras del ejercicio de la soberanía sobre los recursos naturales estratégicos
GRUPO 2:
El Socialismo Bolivariano del siglo XXI como alternativa al modelo salvaje del Capitalismo.
Paneles de trabajo:
09:00 a 10:30 La transformación del sistema económico y la transición hacia el socialismo
10:35 a 12:05 La democratización de los medios de producción y la construcción de nuevos esquemas productivos y de gestión tendentes al socialismo
12:10 a 13:40 Fortalecimiento de la conciencia del trabajador y la trabajadora como sujetos activos del proceso de transformación y participación democrática del trabajo
DESCANSO
15:30 a 17:00       Poder popular y democracia socialista
17:05 a 18:35       La construcción de una nueva hegemonía cultural y de valores
GRUPO 3:
Venezuela como país potencia en el marco de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, y de Nuestra América como zona de paz
Paneles de trabajo:
09:00 a 10:30       El papel de Venezuela como potencia energética mundial
10:35 a 12:05       Los Distritos Motores de Desarrollo como nueva forma de organización económica integral y de fortalecimiento del Poder popular
12:10 a 13:40       Los criterios bolivarianos de solidaridad y complementación como pivotes de la integración productiva de Nuestra América
DESCANSO
15:30 a 17:00       La nueva doctrina militar y la defensa de la Patria
17:05 a 18:35       La construcción de una nueva geopolítica nacional y regional, latinoamericana y caribeña, que asegure la paz en la región. 
GRUPO 4:
La conformación de una nueva geopolítica internacional que conduzca a un mundo multicéntrico y pluripolar que garantice la paz planetaria.
Paneles de trabajo:
09:00 a 10:30       El papel de Venezuela en la construcción de la unidad de Nuestra América y de sus realizaciones políticas, económicas y culturales (ALBA, UNASUR, CELAC, etc.)
10:35 a 12:05       La urgencia de un mundo pluripolar y el respeto a la autodeterminación de los pueblos
12:10 a 13:40       La revolución bolivariana y la lucha antiimperialista y anticolonial
DESCANSO
15:30 a 17:00       La conformación de un nuevo orden comunicacional del Sur
17:05 a 18:35       La diplomacia de los pueblos y la participación protagónica de los movimientos populares en la construcción de un nuevo orden mundial
GRUPO 5:
Contribuir a la preservación de la vida en el planeta y a la salvación de la especie humana.
Paneles de trabajo:
09:00 a 10:30       El Socialismo  como única  alternativa ante el modelo depredador e insostenible del Capitalismo
10:35 a 12:05       La construcción de un modelo económico productivo ecosocialista que garantice el aprovechamiento racional y sostenible de los recursos naturales
12:10 a 13:40       Descolonización de las conciencias y defensa del patrimonio histórico y cultural.
DESCANSO
15:30 a 17:00       Estrategias de resistencia y liberación de los grupos secularmente excluidos de la sociedad: mujeres, discapacitados, grupos sexodiversos, etc.
17:05 a 18:35       Hacia la conformación de un gran movimiento mundial de defensa del planeta y de la vida humana contra la acción depredadora del sistema capitalista mundial
MARTES 26 DE MARZO
Hora: 10:00 
Gran  plenaria con la participación de importantes personalidades y líderes de la Revolución Bolivariana
17:00 hs: Gran Cantata en homenaje al Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana HUGO CHAVEZ FRIAS

miércoles, 13 de marzo de 2013

El legado de Chávez en materia petrolera


SEMINARIO “EL LEGADO DE CHÁVEZ”
Caracas, 14 de marzo de 2013

Víctor Álvarez R.
Investigador del Centro Internacional Miranda

EL LEGADO DE CHÁVEZ EN MATERIA PETROLERA










1.    INTRODUCCIÓN


Sería muy difícil comprender el Legado de Chávez en materia petrolera sin explicar la esencia del conflicto con las poderosas élites que se habían apoderado de PDVSA. Para la llamada meritocracia, era mejor destinar cada dólar a aumentar sus remuneraciones y beneficios, antes que pagar ese dólar en regalías, impuestos o dividendos. Los gerentes petroleros de la IV República antes de entregar al fisco cualquier incremento en el ingreso petrolero, preferían destinarlo a incrementar las capacidades de extracción, en función de conquistar una creciente cuota en el mercado internacional, aún si esto pudiese provocar considerables bajas en los precios del crudo. Una postura  totalmente contraria al interés del Estado de maximizar la renta para compensar la extracción de un recurso natural no renovable y captar el mayor ingreso fiscal posible para financiar el gasto público.
La decisión del Gobierno Bolivariano de tomar el control de la compañía petrolera, con el fin de maximizar el ingreso fiscal petrolero y financiar la inversión social que permitiera reducir de manera rápida y sostenida los alarmantes niveles de desempleo, pobreza y exclusión social heredados de la IV República, fueron el detonante de cruentos conflictos que dieron origen al Golpe de Estado que derrocó temporalmente al Presidente Chávez en abril del año 2002. Tales sucesos  radicalizaron el curso de la Revolución Bolivariana, llevando a declarar su carácter antiimperialista y socialista.
 
Reconstruir la OPEP, reivindicar un precio justo para el petróleo, incrementar el aporte fiscal de origen petrolero, rescatar PDVSA, desenmascarar a la meritocracia apátrida, derrotar el golpe de Estado petrolero, superar el sabotaje de PDVSA, destinar un creciente porcentaje de la renta a la inversión social y alcanzar la plena soberanía petrolera, forman parte del enorme legado que deja el Presidente Chávez en materia petrolera, el cual fue posible a partir de la intensa y decidida batalla que emprendió el líder de la Revolución Bolivariana para derrotar el dominio de la tecnocracia y las transnacionales.

2.    RECONSTRUCCIÓN DE LA OPEP Y REIVINDICACIÓN DE UN PRECIO JUSTO PARA EL PETRÓLEO

Tan pronto asumió el gobierno por primera vez en 1999, el Presidente Chávez puso en marcha una política dirigida a reafirmar la soberanía nacional sobre el petróleo y la política fiscal petrolera, en oposición a las decisiones de los gobiernos anteriores de dejar la negociación de los contratos de petróleo y gas en manos de la tecnocracia de PDVSA.

Chávez se propuso recomponer la disciplina de cuotas en el seno de la OPEP, en función de defender los precios y recuperar el ingreso petrolero. Con este claro propósito, organizó en Caracas, en septiembre del año 2000, la Segunda Cumbre de Jefes de Estados de la OPEP, en la que se construyó un exitoso acuerdo entre los miembros de la OPEP y otros países exportadores para restablecer el sistema de cuotas, lo cual contribuyó a la recuperación de los precios del petróleo.

A partir de entonces, los ingresos del país por exportaciones de hidrocarburos ascendieron de manera sostenida, lo cual suministró al Gobierno Bolivariano los recursos necesarios para financiar la inversión social, gracias a la cual se logró una drástica reducción de los altos niveles de desempleo, pobreza y exclusión social.

3.    NUEVO RÉGIMEN FISCAL PETROLERO A FAVOR DE LA NACIÓN

El ingreso petrolero es el que obtiene PDVSA por las ventas totales del crudo y sus derivados, incluye los ingresos por exportaciones y por las ventas realizadas en Venezuela. Mientras que el ingreso fiscal petrolero es el que percibe el Estado venezolano, en su condición de propietario de los recursos del subsuelo y de PDVSA, incluye las regalías, el impuesto sobre la renta y los dividendos.
La clave del régimen fiscal petrolero es el cobro de las regalías, que representan la forma más segura de ingreso para el Estado como propietario del recurso natural. A diferencia de lo que suele ocurrir con el impuesto sobre la renta, el monto de la regalía no puede ser alterado manipulando los costos, toda vez que la regalía se calcula con base en la cantidad de barriles extraídos. En Venezuela, inicialmente dominó el pago de 1/6 a 1/8 de la producción. La Ley de 1943 establecía una regalía de 1/6, equivalente al 16,67% del total de la producción.
Uno de los puntos importantes en la reforma de la Ley de Hidrocarburos que promovió el gobierno de Chávez al inicio fue el incremento significativo de la participación de la Nación en la extracción de petrolero, al plantear la duplicación de la regalía. En efecto, a partir de la nueva Ley, la regalía pasó de 16,67 % al 33%. De allí que, además del impuesto sobre la renta que paga PDVSA y sus filiales, y de los dividendos cancelados al Estado venezolano como único accionista, un creciente monto de los ingresos fiscales proviene del cobro de la regalía petrolera, que es la tasa de compensación que recibe el Estado por la liquidación de un activo natural no renovable.

4.    EL RESCATE DE PDVSA: UN ESTADO DENTRO DEL ESTADO

Al inicio, la industria petrolera funcionó bajo el régimen de concesiones a las corporaciones transnacionales. Esto fue así hasta 1976, año en que se nacionalizó la industria. Con la estatización dejaron de existir las 25 compañías petroleras, nacionales e internacionales, que manejaban el negocio y el control pasó a manos de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).
Desde su fundación en 1976 hasta el año 2002, PDVSA operó como un Estado dentro del Estado. Los directivos, gerentes y  ejecutivos venezolanos trabajaron estrechamente con las compañías petroleras internacionales, compartiendo su visión del negocio petrolero. Para muchos tecnócratas venezolanos, salir de PDVSA para pasar a formar parte de las nóminas de las transnacionales petroleras siempre fue una gran aspiración.
El negocio petrolero suele tener una naturaleza muy contradictoria. Por un lado está el interés del dueño del recurso natural -que es el Estado-, de maximizar el ingreso fiscal de origen petrolero. Por el otro, está el interés de las concesionarias que explotan el petróleo, de minimizar los pagos al Estado. En la percepción general de los venezolanos, el cobro de crecientes regalías e impuestos a las concesionarias generaba bienestar para toda la población. Pero a partir de la nacionalización en 1976, cuando el Estado pasa a ser simultáneamente tanto el dueño de los recursos del subsuelo como el dueño de la compañía que los explota, estos dos intereses contradictorios del  negocio se desdibujaron y confundieron por completo.
Teóricamente, al pasar el negocio petrolero a manos del Estado, se facilitaba un control fiscal cada vez más estricto y transparente. Pero ocurrió todo lo contrario, la fiscalización a la compañía –que dejó de ser una concesionaria para ser una empresa estatal-, se relajó y el control de la compañía por su único accionista (el Estado) se debilitó cada vez más.
El objetivo de la tecnocracia de PDVSA era evadir los controles del Estado para desplazarlo como el principal perceptor de la renta petrolera. En los años previos a la llegada de Chávez al gobierno, la gerencia de PDVSA incurrió en una frecuente violación de la cuota fijada por la OPEP a cada país, dejando al descubierto su propósito de descalabrar el sistema de cuotas y provocar un conflicto extremo que provocara el retiro de Venezuela de la organización. Aquella política de PDVSA de maximizar volúmenes rompiendo la disciplina de las cuotas fue un importante factor que ocasionó el derrumbe de los precios petroleros en 1998.
Así fue como PDVSA se fue convirtiendo en un Estado dentro del Estado y se concentró en su propia agenda: invertir en el crecimiento de las capacidades de extracción para maximizar los volúmenes de producción, incluso por encima de las cuotas de la OPEP, evitando por todos los medios transferir recursos al fisco nacional.
El secuestro de PDVSA por parte de la tecnocracia y la negativa de ésta a cooperar para restablecer el sistema de cuotas, fortalecer la OPEP y recuperar el ingreso fiscal petrolero, le planteó a Chávez el imperativo de rescatar PDVSA para alinearla con los objetivos del gobierno.

5.    DESENMASCARAMIENTO DE LA MERITOCRACIA APÁTRIDA

Argumentando el deterioro del sistema político y económico venezolano en la IV República, signado por el despilfarro y la corrupción en la administración del ingreso fiscal petrolero, la tecnocracia justificó su evasión del control fiscal del Estado. En esta confrontación por el control y administración del negocio petrolero, la tecnocracia finalmente se impuso sobre la partidocracia de la IV República. En la rivalidad de ambas élites por controlar la principal fuente de ingresos en divisas y fiscales del país, la tecnocracia se cerró cada vez más al control estatal e impuso un creciente control sobre PDVSA. Con ese fin, creó un sinnúmero de empresas fuera de Venezuela, logrando un manejo de los negocios de refinación y comercio al margen de los controles del Estado y de las influencias políticas.

Contrario al interés recaudador del gobierno, a la gerencia de la compañía le movió el interés de minimizar el pago de las obligaciones fiscales y administrar directamente la mayor parte del ingreso petrolero. Antes de la nacionalización, por cada dólar de exportación petrolera el gobierno llegó a recaudar hasta 80 céntimos en rentas, regalías e impuestos. Sin embargo, como consecuencia del empeño de la tecnocracia de minimizar el pago de regalías, impuestos y dividendos, la participación del gobierno en el ingreso petrolero cayó a niveles muy bajos, aún cuando el ingreso petrolero de la compañía fuese en aumento. Según los propios datos estadísticos del Ministerio de Energía y Minas (en la actualidad Ministerio del Poder Popular para el Petróleo), por cada dólar de ingreso bruto que obtuvo en 1981, PDVSA pagó al gobierno 71 céntimos en rentas, regalías e impuestos, pero sólo 39 céntimos en el año 2000.

Con el argumento de que esos recursos se despilfarrarían, la tecnoburocracia de PDVSA optaba por gastarlos antes que transferirlos a las arcas del fisco nacional. Invertir y gastar todo el ingreso petrolero era una cuestión de principio de las poderosas élites que secuestraron PDVSA, aunque esta práctica no siempre contribuyera a maximizar las ganancias de la compañía. Por el contrario, resultaba favorable al interés de las transnacionales petroleras y las grandes potencias consumidoras de petróleo.

6.    FIN DE LA TRANSFERENCIA DE GANANCIAS AL EXTERIOR


Ante el secuestro de PDVSA por parte de la tecnocracia, los gobiernos de la IV República se resignaron a nombrar la directiva de PDVSA, sin interferir en los nombramientos de las filiales. Esta tecnocracia, mejor conocida como la meritocracia, impulsa a partir de 1989 la Política de Apertura Petrolera, orientada a privatizar la industria y a minimizar su aporte al ingreso fiscal. Argumentando que las regalías y los impuestos alejaban la inversión extranjera, logró que se relajara el régimen fiscal y se ofrecieran los más bajos niveles impositivos a los inversionistas. Debido a los bajos niveles impositivos que promovió la tecnocracia, la política fiscal de maximización del ingreso fiscal petrolero fue reemplazada por una política de minimización del pago de regalía, impuestos y dividendos, lo cual favorecía ampliamente el interés de las corporaciones transnacionales y de las principales potencias consumidoras de petróleo.

A raíz de esta política, el capital extranjero en asociación con PDVSA se convirtió nuevamente en un importante productor en Venezuela. Un 40 % del petróleo venezolano quedó bajo los términos de esta política (Mommer, 2004). PDVSA abrió a la inversión privada campos marginales productores de crudos convencionales (son los acuerdos conocidos como Contratos de Servicios Operativos), que para 2001 llegaron a producir alrededor de 500 mil b/d. La mayor parte de esta producción no solo es que no estaba sujeta a la cuota OPEP, sino que violaba flagrantemente los acuerdos en la organización.

Para desplegar la política de internacionalización y apertura, la tecnocracia de PDVSA compró sistemáticamente refinerías en otros países, suscribiendo con éstas contratos de suministro a largo plazo en los que se garantizaban  descuentos sustanciales. A través del mecanismo de los precios de transferencia, PDVSA ofrecía generosos descuentos en los precios de venta a sus filiales en el exterior.

Quienes hoy dicen que Venezuela “regala” el petróleo a los países de América Latina ocultan que durante los años de la internacionalización, PDVSA estuvo traspasando a través de precios de transferencia, un promedio de  500 millones de dólares anuales en ganancias, desde sus cuentas domésticas a sus filiales extranjeras (Mommer, 2004).

Las filiales extranjeras de PDVSA nunca pagaron dividendos a la compañía matriz. El objetivo de esta política de internacionalización y apertura era manejar las ganancias fuera del control del gobierno, en desmedro del ingreso fiscal petrolero. Generar ingresos para el país nunca fue el objeto de esta política ni el interés de esas filiales.

7.    DERROTA DEL GOLPE DE ESTADO Y DEL SABOTAJE A PDVSA

Chávez asumió la presidencia en febrero de 1999 en medio del peor colapso de los precios del petróleo en medio siglo. Aunado a esto, el control que llegó a imponer la gerencia de PDVSA sobre el negocio petrolero, minimizó el aporte de la industria al ingreso fiscal. En tales circunstancias, la recuperación de los precios era tan sólo un elemento más dentro de la complicada problemática que en materia petrolera le tocaba encarar a Chávez. Ciertamente, los precios del petróleo podían crecer, pero lo que más le interesaba al Gobierno Bolivariano era el incremento del ingreso fiscal petrolero, al cual se oponía rotundamente la meritocracia.
Revertir esta situación, obligó a Chávez a arrebatarle a la meritocracia el control sobre la compañía estatal. Esta determinación se llevó hasta las últimas consecuencias y fue justamente la causa del Golpe de Estado de abril de 2002, a través del cual se derrocó a Chávez temporalmente. A finales de ese año, vendría una nueva arremetida con el peor acto de sabotaje cometido contra la industria petrolera nacional en toda su historia. El sabotaje se extendió hasta marzo de 2003, destruyendo el cerebro electrónico de la empresa que vio paralizadas por meses sus operaciones, sufriendo pérdidas multimillonarias y cuantiosos daños materiales.

La conspiración contra Chávez se había activado a escala internacional, toda vez que el Gobierno Bolivariano había decidido reivindicar la soberanía nacional sobre el petróleo y eliminar los precios de transferencia que concedía PDVSA a sus filiales extranjeras. Estas fueron obligadas a pagar regalías con base en los precios del mercado internacional y a pagar dividendos por primera vez. Además, se ordenó a la tecnocracia gastar menos y pagar más impuestos.

Derrotado el Golpe de Estado y una vez recuperada la industria petrolera, el restablecimiento del sistema de cuotas coadyuvó a la recuperación del precio de la cesta petrolera venezolana, el cual repuntó de los $ 7 el barril en que lo recibió Chávez, hasta romper la barrera de los $ 100.

Gracias a esta batalla dirigida exitosamente por Chávez, se reivindicó un precio justo para un recurso natural no renovable y se rescató a PDVSA, lo cual se ha traducido no solo en un aumento del ingreso petrolero de PDVSA, sino también del ingreso fiscal petrolero con el cual el Gobierno financia el gasto público, fundamentalmente la inversión social.
Ingresos de PDVSA 
(MMUS$)*

2000
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
29.3
6 2.242
82.915
99.252
96.242
125.499
73.819
94.929
124.754
*Contempla: Ventas de petróleo crudo y sus productos: exportaciones netas el exterior e ingresos por servicios y otros en Venezuela. Fuente: Informes anuales de PDVSA Varios años

8.    PLENA SOBERANÍA PETROLERA

Con el fin de completar el control sobre el negocio petrolero y maximizar la renta, el Presidente Chávez impulsó el Plan Plena Soberanía Petrolera: Nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco. Con este fin dictó el Decreto Ley N° 5.200 de migración a Empresas Mixtas de los Convenios de Asociación de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO); y los Convenios de Exploración a Riesgo y Ganancias Compartidas.
Con este decreto el Estado venezolano terminó de recuperar el control de sus hidrocarburos y reforzó la política de Plena Soberanía Petrolera. Las asociaciones existentes entre filiales de PDVSA y el sector privado, que operan en la Faja Petrolífera del Orinoco, se convierten en Empresas Mixtas, en las cuales la mayoría accionaria la posee el Estado venezolano, a través de la estatal petrolera.
Exxon Mobil demandó a Venezuela en el CIADI y logró un embargo temporal de activos de PDVSA por el orden de los 12 mil millones de dólares. El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela formalizó el día 24 de enero  del 2012 ante el Banco Mundial, su denuncia irrevocable del Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados, decisión fundamentada en el artículo 151 de la Constitución, el cual señala que en contratos de “interés público” la resolución de controversias se realizará en el territorio nacional.
Si bien es cierto que a través del Plan Plena Soberanía Petrolera se ha reivindicado la soberanía nacional sobre el petróleo, queda pendiente el diseño y ejecución de una política de industrialización de los hidrocarburos que permita sustituir importaciones y diversificar la oferta exportable. Se ha reivindicado la propiedad estatal pero se sigue exportando petróleo crudo y gas líquido para luego importarlo con valor agregado.

9.    RETOS PENDIENTES: LA SUPERACIÓN DEL RENTISMO

Los incrementos per se del ingreso externo y fiscal petroleros no pueden confundirse con un recrudecimiento del extractivismo. No siempre se deben a un aumento en la producción y exportación de petróleo sino, más bien, a un aumento en el cobro de la renta, fundamentalmente por la vía del incremento de las regalías y a una mejora en la recaudación de los impuestos y dividendos de origen petrolero. Aumentar la producción de petróleo y recaudar más renta suelen ser objetivos contradictorios, toda vez que el aumento desmesurado de la producción generalmente provoca una baja en los precios y viceversa.
 
La renta petrolera tiene como fuente la captación de un plusvalor internacional. De allí que el control de la extracción de petróleo ha sido motivada por el interés de maximizar la renta petrolera, más no como una estrategia para iniciar la transición de Venezuela del rentismo importador hacia un modelo productivo exportador. A futuro, no hay que olvidar que los planes de desarrollo y el objetivo de Venezuela como potencia energética están centrados en un aumento de la extracción de petróleo, para elevarla a 6 millones de barriles diarios.
 
Paradójica y contradictoriamente, la reivindicación del precio del petróleo y del ingreso fiscal de origen petrolero pueden verse mediatizados y hasta anulados si no se supera la propia cultura rentista que de esta misma conquista se deriva. Ante cada auge rentista hay un auge del consumo, la abundancia de divisas conduce a la sobrevaluación de la moneda y esto hace que sea más fácil y rentable importar que producir. Esta práctica se ve exacerbada por la política de anclaje cambiario que tiende a congelar el precio de la divisa por varios años, lo cual se traduce en un subsidio del dólar y, en consecuencia, en un subsidio a las importaciones que se hace con un dólar oficial cada vez más barato si se le compara con el precio que alcanza esa moneda en el mercado. Los productores se transforman en importadores y la creciente e indetenible tendencia a importarlo todo desplaza a la producción nacional. La mala asignación de los factores productivos desata un círculo vicioso que obstaculiza la superación del extractivismo: importamos porque no producimos y no producimos porque importamos.
 
La Revolución Bolivariana tiene pendiente la transformación del modelo rentista en un nuevo modelo productivo. Este es un planteamiento constante en los programas de gobierno, pero aún no se ha puesto en marcha una estrategia especialmente diseñada para superar el modelo rentista y facilitar la inserción soberana de Venezuela en la economía mundial. Profundizar el tránsito de la economía rentista al nuevo modelo productivo post-extractivista exige una eficaz estrategia, con objetivos y metas bien concretas para:

·         Sincronizar la disminución de la actividad extractiva con el crecimiento de la actividad productiva

·         Planificar el desarrollo endógeno, diversificado e integrado, de los diferentes sectores y regiones

·         Regenerar el tejido empresarial para aumentar la densidad de empresas productivas por cada mil habitantes

·         Reindustrializar la economía para la sustitución eficiente de importaciones y  aumento de las exportaciones con creciente valor agregado

·         Creación de empleos productivos, dignos, estables y bien remunerados

·         Reducción de la pobreza, la desigualdad y la exclusión social

·         Desarrollar nuevas fuentes de ingreso fiscal y divisas para financiar la inversión social y asegurar  la viabilidad fiscal y externa

·         Sustentabilidad social, ambiental y económica

·         Fortalecimiento de la soberanía productiva

¡Se impone avanzar en esta dirección para proteger el Legado de Chávez!