viernes, 5 de abril de 2024

El beso de la muerte: si no me apoyas es malo y si lo haces es peor


Víctor Álvarez R. / Director de Pedagogía Económica y Electoral

MCM afirma que hasta 10 días antes de las elecciones se puede inscribir la candidatura presidencial de Corina Yoris. La Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE) tiene dos artículos que definen los plazos de postulación.

ü  El artículo 44 dice: “El Cronograma Electoral establecerá los lapsos previstos para las postulaciones. Las postulaciones consignadas fuera del lapso previsto en el Cronograma Electoral serán extemporáneas y se tendrán como no presentadas”.

ü  El artículo 64 agrega: “La sustitución de un candidato o una candidata constituye una nueva postulación y, en consecuencia, cuando el postulado sustituto o la postulada sustituta no sea un candidato o una candidata previamente admitido o admitida, deberá cumplir con los requisitos establecidos en la presente ley y su reglamento”.

Si bien el artículo 64 deja claro que sí podría ser admitida la postulación de alguien no postulado previamente, esto debe hacerse en los plazos establecidos en el Cronograma Electoral, tal como lo establece el artículo 44. Para evitar los problemas de interpretación, los artículos 44 y 64 deberían fusionarse en uno solo, dejando claro que los cambios en las postulaciones se podrán hacer en los lapsos establecidos en el Cronograma Electoral, y que todo cambio posterior será, o bien una adhesión a otra candidatura aceptada, o bien una renuncia que deja en libertad a la militancia para que vote por cualquiera de los candidatos que quedan. La fecha límite para que las modificaciones o nuevas postulaciones salgan en el tarjetón es el 20 de abril. Después de esta fecha, solo se podrán presentar adhesiones a otras candidaturas aceptadas hasta 10 días antes de las elecciones, pero estas modificaciones ya no saldrán en el tarjetón. De acuerdo al artículo 44, una nueva postulación consignada fuera del cronograma será considerada como no presentada.

En el caso de Corina Yoris el oficialismo tiene un argumento adicional y es que ella fue presentada públicamente como candidata-representante de MCM, quien está inhabilitada. Por lo tanto, la interpretación oficial considera que se trata de una candidatura por mampuesto, de un fraude a la Ley. 

En una entrevista en CNN Corina Yoris dijo: “Ninguna persona a la que María Corina le diga ‘toma tú el testigo y sigue en la carrera’, va a ser aceptada”. Cualquiera sea el escogido por MCM para recibir su capital electoral va a ser inhabilitado y su apoyo puede desembocar en una especie de beso de la muerte, tal como fue aquel beso fingido y mal intencionado de Judas Iscariote cuando entregó a Jesús para que lo crucificaran. Es todo un dilema: si MCM no apoya a un candidato alternativo es malo, pero si le levanta la mano es peor.

El oficialismo no va a dejar correr en la carrera presidencial a quien los cataloga de narco-régimen y camarilla de delincuentes; a quien los acusa de traidores a la patria que entregaron la soberanía nacional a la ocupación cubana, al espionaje iraní y ruso; a quién los acusa de convertir el territorio nacional en una guarida de grupos terroristas cómo Hezbollah, FARC y ELN; a quien aplaude las recompensas que ofrece EEUU por la captura de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello; a quien ha solicitado endurecer las sanciones económicas contra Venezuela; a quién invocó la activación del TIAR y la creación de una amenaza creíble a través de una intervención militar extranjera; a quien promueve juicios en la Corte Penal Internacional y desafió a Maduro diciéndole: “yo no te quiero muerto, yo te quiero vivo para que enfrentes la justicia, yo te quiero preso”.

Si bien es cierto que esa estrategia amenazante, retadora y de confrontación radical le sirvió a MCM para hacer crecer como la espuma su popularidad y aceptación en las encuestas, y ganar con el 92,35 % de los votos la Primaria presidencial de la Plataforma Unitaria; esa misma estrategia no funcionó para incentivar al régimen a permitir su inscripción y dejarla competir en unas elecciones libres y justas que hicieran posible la alternabilidad en el poder por la vía electoral y pacífica. 

En vez de seguir con su discurso amenazante, a MCM le conviene bajar el volumen, leer la Biblia y seguir la palabra de Jesús: Así que sean mansos como una paloma y astutos como una serpiente”. Quizás haga falta un acuerdo interno entre MCM y la PU, con una astuta y audaz puesta en escena. Fingir una ruptura entre MCM y la PU, y una vez que la candidatura alternativa haya sido postulada, aceptada por el CNE y no impugnada por nadie, entonces MCM insiste hasta el 18 de julio en su obstinada idea de que va a inscribir la candidatura de Corina Yoris y, al vencerse el plazo, entra en acción y levanta la mano al que encabece las encuestas. Esta jugada reduce el margen de maniobra del oficialismo y minimizaría el riesgo de que también inhabiliten al candidato opositor que a última hora reciba su apoyo.

Un verdadero líder no se obstina en imponer una candidatura que no puede competir, a riesgo de perderlo todo. No se empeña en meter el gol cuando la defensa rival lo tiene cercado y pasa la pelota a un compañero para que anote y el equipo gane. Si no puede cristalizar sus nobles aspiraciones, evita que degeneren en una ambición y codicia personal, comprende a tiempo las trampas y obstáculos insalvables que le impone su adversario y traza nuevos caminos. Actúa con sensatez para no perder la mejor oportunidad que el país ha tenido para lograr un cambio político por la vía electoral y pacífica.

Según las encuestas, el potencial de votos del candidato oficialista está entre 20 y 30%, en su mejor escenario. A pesar del impacto que tuvo su inhabilitación en la intención de votar por ella, MCM todavía conserva un potencial de voto de  60%. Esto quiere decir que la proliferación de candidatos no ha funcionado para romper la polarización: el resto de los candidatos apenas suma el 10%. Y si todos ellos decidieran a poyar a Maduro no lo harían ganador. La recurrente división y abstención de la oposición es lo que convierte en mayoría a la minoría oficialista, tal como ocurrió en las Presidenciales de 2018, cuando Nicolás Maduro estaba prácticamente derrotado debido al enorme rechazo popular, pero terminó imponiéndose gracias a la división y abstención de la oposición.

Las desventajosas condiciones electorales pueden ser ampliamente compensadas con las favorables condiciones políticas derivadas del 70% de rechazo a la gestión de gobierno. La condición básica para capitalizar electoralmente ese enorme descontento es competir con un candidato único y unitario. Pero ese escenario no se concretó y ahora al país descontento le toca pasar de lo deseable a lo posible.

En cualquier caso, hay que  optar por lo posible y actuar con pragmatismo. Lo más probable es que hacia Manuel Rosales y Benjamín Rausseo fluirá el caudal electoral de MCM. El reto es convertir al candidato que lidere las encuestas en una poderosa opción presidencial que sea capaz de pactar con el gobierno las garantías de no persecución política que hagan posible la alternabilidad en el poder. Un Pacto de Convivencia Pacífica, con garantías de no persecución para todos, es la vía para que finalmente el candidato del país descontento se pueda alzar con la victoria, recibir el mando y poder gobernar sin la resistencia y obstrucción de quienes pierdan el poder y pasen a ser la oposición.

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