viernes, 28 de noviembre de 2014

¿Qué hacer con la gasolina?


Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias 2013

El presidente Nicolás Maduro recibió del Primer Congreso de la Clase Obrera la propuesta de sincerar el precio de la gasolina para invertir las ganancias en proyectos sociales. Aclaró que se trata de un tema sensible que está evaluando y reiteró que no hay apuro para tomar una decisión sobre el aumento.

Mientras en los países desarrollados la gasolina cuesta al menos 2 $/litro, en países con gobiernos de izquierda cuesta 1 $/litro. Sin embargo, en Venezuela llenar un tanque de 60 litros x 0.097 Bs/litro cuesta apenas Bs 5.82, menos de un dólar a la tasa Cencoex. Cada vez que se llena un tanque se recibe un subsidio de al menos $ 60. Si lo multiplicamos por 52 semanas, por cada vehículo una familia recibe un subsidio anual de $ 3.120, mientras que las que no tienen carro no reciben nada. Si multiplicamos $ 3.120 por 4 millones de vehículos que circulan en el país, el Estado deja de percibir anualmente $ 12 mil 480 millones, que bien pudiera invertir en proyectos de interés social. Si consideramos que el contrabando de extracción asciende a 100 mil barriles al día, por 80 $/barril, por 365 días, esto representa una pérdida adicional de $ 3 mil millones.

Más de $ 15 millardos al año es una cifra más que suficiente para impulsar el sistema económico comunal, a través de nuevas formas de propiedad social que empoderen a los trabajadores directos y a la comunidad organizada. Un proyecto emblemático debería ser la creación de empresas comunales de transporte colectivo para ampliar y modernizar la flota de autobuses urbanos e interurbanos en todos y cada uno de los 335 municipios del país, otorgando un año de gracia (pasaje gratis) para desmontar así el mito del aumento de la gasolina como detonante de un estallido popular. 

Estatizar no es socializar. En el Congreso de la Clase Obrera, el Presidente Maduro también anunció la creación de un sistema presidencial de empresas ocupadas, recuperadas o nacionalizadas. La mayoría de esas empresas se ha convertido en una carga para el Estado, al quedar secuestradas por el burocratismo, el pseudosindicalismo y poderosas mafias que las han saqueado y quebrado, al extremo de que solo pueden pagar las nóminas si el Presidente de la República les aprueba créditos adicionales. En lugar de seguir inyectando fondos a empresas que no tienen dolientes, un porcentaje de las ganancias de la gasolina se puede destinar a otorgar préstamos a los Consejos de Trabajadores y Comunas para que compren una participación accionaria en esas empresas a través de la Bolsa Pública Bicentenaria. Por esta vía, trabajadores y comunidad pasarían a ser los auténticos copropietarios sociales y evitarán cualquier exceso que ponga en peligro la viabilidad económica y financiera de sus empresas.

Debe quedar claro que el porcentaje de ganancias que correspondan a la participación accionaria del sector laboral o comunal no serán repartidos como dividendos individuales, sino que serán destinados a devolver el préstamo recibido y financiar proyectos de interés común, bien sea para la ampliación y modernización de la planta, la inversión en proyectos que contribuyan a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, y el financiamiento de proyectos para el buen vivir de la comunidad. @victoralvarezr

¿Cómo vencer la inflación?


Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias 2013

Los trabajadores que vivimos de un ingreso fijo siempre daremos la bienvenida a un aumento del salario que compense el poder adquisitivo que nos quita la inflación. Más preferiríamos que la defensa del salario, en lugar de ser una desenfrenada carrera para ver qué aumenta más -si la inflación o los salarios- se sustentara más bien en una eficaz estrategia antiinflacionaria. De lo contrario, siempre saldremos perdiendo. Cuando los precios suben, los salarios no lo hacen de inmediato. El factor trabajo reacciona con retraso y cuando por fin logra una compensación, ya ha sido despojado de buena parte de su ingreso. El ajuste salarial, además de ser tardío, no compensa toda la pérdida del poder adquisitivo. Al ser menor en comparación con la inflación, se transfiere parte del ingreso de los trabajadores que vivimos de un sueldo fijo a favor del capital.

La mejor política en defensa del salario es una estrategia antiinflacionaria. Para que sea exitosa no puede confundir la inflación con la especulación. La inflación es un fenómeno económico que se manifiesta en un alza generalizada de los precios, causada por un aumento en los costos de producción o por una expansión de la demanda, mientras que la especulación es un delito que se comete a través de la venta por encima del precio controlado o de fraudes para amasar escandalosas ganancias.

La inflación de costos tiene lugar cuando aumentan los salarios,  materias primas, maquinarias, tasas de interés, etc.; estos incrementos se trasladan a los precios y si estos están controlados y no se ajustan oportunamente, al quedarse por debajo de los costos desestimulan la producción y generan escasez. La inflación de demanda la origina el aumento del consumo público y privado, si al aumento de sueldos se suma el aumento de la demanda pública, y ésta se financia con emisiones de dinero sin respaldo por parte del BCV, se inyecta una desproporcionada cantidad de dinero a un mercado con escasez, lo cual atiza aún más la inflación. Ahora, cuando una empresa recibe dólares preferenciales, crea empresas de maletín para triangular e importar con sobreprecio, no ingresa el equivalente al monto de dólares que recibió, o fija el PVP con base en el dólar paralelo para obtener ganancias exorbitantes, está cometiendo un delito de especulación y fraude a la Nación.

A través de controles, multas y penas se puede enfrentar la especulación, pero para derrotar la inflación se requieren políticas macroeconómicas, agrícolas, industriales y tecnológicas coherentes y complementarias que estimulen una abundante producción de bienes y servicios. Esto implica unificar la tasa de cambio para erradicar los incentivos a la especulación, frenar las importaciones que barren con la producción nacional, corregir el déficit fiscal para evitar su financiamiento con emisiones de dinero sin respaldo, y reorientar en favor del aparato productivo interno las importaciones que realiza el Estado. Solo así se podrán superar los desequilibrios macroeconómicos y sectoriales que causan y propagan la inflación, desestimulan la producción nacional y generan desabastecimiento y escasez, caldo de cultivo perfecto para que proliferen las perversas prácticas del acaparamiento y la especulación. @victoralvarezr

Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo


Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias 2014

Para 2014 se aprobó un presupuesto de divisas de $ 42 millardos, con una tasa Cencoex de 6,30 Bs/$ para cubrir el 80% de los bienes de primera necesidad, y un 20% a través del Sicad l y el Sicad ll, como un sistema complementario de divisas.  Sin embargo, en el curso del año, un creciente número de rubros fueron pasados de Cencoex a Sicad I y II. De hecho, un reciente reporte de Deutsche Bank revela que en 2014 solo un 60% de los desembolsos en divisas oficiales se ha hecho a la tasa Cencoex, 17% a tasa Sicad 1 y 23% a tasa Sicad 2, para un tipo de cambio promedio de 17,3 Bs/$.

Distorsiones cambiarias

A partir de las premisas conque fue formulado el Presupuesto 2015, el año que viene no está prevista ninguna medida para modificar el actual régimen cambiario. Se mantendrá el dólar a 6.30 que resulta cada vez más perjudicial al debilitado aparato productivo nacional, que ya no puede competir con importaciones subsidiadas a una tasa de cambio tan barata. Esta realidad inhibe la inversión productiva y frena el crecimiento de la agricultura e industria. Adicionalmente, la tasa de cambio que se aplica a las exportaciones no petroleras, ni siquiera permite recuperar los costos domésticos de la oferta exportable, que crecen a un ritmo superior al 50% anual. Esto explica en gran medida la caída de las exportaciones no petroleras e impide la transformación de la economía rentista e importadora en un nuevo modelo productivo exportador.

La tasa de cambio de 6.30 tampoco sirve para contener la inflación, porque quienes la reciben -ante la certeza de que tarde o temprano serán pasados a Sicad I o II-, se anticipan y calculan el PVP a una tasa de cambio superior. Semejante brecha entre una y otra tasa de cambio origina una severa distorsión en los precios relativos, y la discrecionalidad con la que se asignan las divisas concede una inalcanzable ventaja a los que logran tener acceso a Cencoex o Sicad I, en comparación con aquellos que se ven condenados a comprarla en Sicad II o en el paralelo. 

La coexistencia de cuatro tipos de cambio (Cencoex, Sicad I y II, y el paralelo) incentiva a los cazadores de renta que buscan echarle mano a los dólares baratos para después venderlos más caros, y ha propiciado toda clase de ilícitos y delitos cambiarios, desde la sobrefacturación de importaciones, la subfacturación de exportaciones, la falsificación de deuda externa, la proliferación de empresas de maletín, los “raspacupos”, etc.

PDVSA sin real

Pdvsa genera el 96 % de las divisas que entran al país, pero se ve obligada a vender el mayor porcentaje a la artificial tasa de 6.30 Bs/$. Esto provoca un creciente déficit a la compañía, ya que a esa tasa de cambio no logra obtener la suficiente cantidad de bolívares para pagar una nómina de más de 143 mil trabajadores, honrar sus deudas con proveedores y contratistas, transferir recursos a las misiones sociales, ni mantener al día sus obligaciones con el fisco. Por eso entrega pagarés a la Tesorería Nacional que luego son canjeados en el BCV por emisiones de dinero sin respaldo. Esta desmesurada masa de dinero se inyecta en un mercado signado por crecientes índices de escasez, atizando aún más la desbocada inflación.

Superar creencias limitantes

Al igual que lo que ocurre con el precio de la gasolina, a la unificación cambiaria se le atribuye un costo político que puede comprometer el triunfo en las próximas elecciones parlamentarias. Pero resulta que es todo lo contrario. Así como lo antipopular no es aumentar el precio de la gasolina, sino mantener un subsidio que solo beneficia a la minoría que tiene carro propio -mientras que la mayoría que se desplaza en transporte público y nunca va a una bomba de gasolina no se beneficia para nada de este subsidio-, con el régimen de cambios múltiples pasa lo mismo. La enorme brecha que hay entre la tasa Cencoex y el paralelo estimula y favorece sobre todo a los especuladores y corruptos que buscan tener acceso a los dólares baratos para luego venderlos más caros, mientras que la mayoría de la población que necesita divisas o quiere comprarlas para proteger sus aguinaldos y utilidades, no tiene otra opción que ir al paralelo y pagar por cada dólar 16 veces más. 

La superación de las patologías inherentes al capitalismo rentístico y la transformación de la economía rentista e importadora en un nuevo modelo productivo exportador comienza por la definición de una nueva política cambiaria que erradique los perversos incentivos a la cultura rentista que pretende vivir de ingresos que no son fruto de la inversión ni esfuerzo productivos. El punto de partida de esta transformación radica en la definición de una nueva y única tasa de cambio a un nivel que exprese la verdadera productividad de la agricultura e industrias nacionales, que hasta ahora han sido castigadas y desplazadas con una tasa de cambio ruinosamente barata.

Definitivamente, el nudo gordiano que hay que desatar para superar las distorsiones cambiarias, fiscales, monetarias y de precios que crean un ambiente macroeconómico adverso a la inversión y actividad productiva, tiene que ver con un régimen de cambios múltiples que luce cada vez más agotado. Solo así será posible reactivar el aparato productivo para compensar con producción nacional las restricciones de divisas que ya no permiten importar como antes se hacía. Es con una abundante producción agrícola e industrial como se erradicará la escasez, el acaparamiento, la especulación y la inflación.  @victoralvarezr

Tensiones entre el Plan de la Patria y la OPEP

Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencia 2013

La amenaza de división acecha nuevamente a la Opep. La caída de los precios del petróleo golpea los ingresos de países miembros de la organización, sobre todo a Venezuela, Irán, Irak, Nigeria que, agobiados por sus déficits fiscales y próximos pagos de deuda, requieren acciones urgentes para lograr que el precio del crudo vuelva otra vez a 100 $/barril. Pero Arabia Saudita -país que cuenta con suficientes reservas en divisas para soportar la caída de los precios-, es partidario de dejar que sea el mercado quien los restaure, en lugar de recortar la producción.
Extractivismo no ayuda a defender los precios
En materia de política petrolera, el objetivo cardinal del gobierno bolivariano ha sido reivindicar precios más justos para el petróleo, lo cual suele ir a contrapelo de maximizar la extracción del crudo. Habría que preguntarse, entonces, si el Objetivo N° 3 del “Plan de la Patria” -en el cual se propone elevar la explotación de petróleo de 3,3 a 6 millones de barriles diarios para el año 2019-, entra en contradicción con la lógica del mercado petrolero, donde el aumento de la producción generalmente provoca una baja en los precios y viceversa.
Controlar los volúmenes de producción es la mejor manera de defender un nivel alto para los precios del petróleo. Por lo tanto, duplicar la extracción puede inducir a los demás países de la OPEP a aumentar su producción, provocando así una sobreoferta de crudos que pudiera hundir los precios. Esto significaría retroceder al tiempo en que los países miembros resquebrajaron su disciplina de cuotas, aumentaron unilateralmente la producción y provocaron una sobreoferta que deterioró por largos años los precios internacionales del petróleo.
El círculo vicioso del rentismo
Nadie puede cuestionar la importancia de haber recuperado la soberanía de los recursos naturales para reorientar la renta petrolera en función de derrotar los terribles flagelos del desempleo, la pobreza y la exclusión social. Pero también es necesario reconocer que el rentismo sigue siendo el sostén económico del gobierno bolivariano, tal como lo fue en la IV República. En esencia, se mantiene el círculo vicioso del rentismo.
En efecto, el control de la producción ha sido una apuesta de Venezuela para fortalecer la OPEP, recuperar los precios del petróleo y aumentar la renta. No ha sido para superar el modelo extractivista y transformar la economía rentista e importadora en un nuevo modelo productivo exportador. La posibilidad real de transitar hacia el post-extractivismo implica desplegar el potencial de otras actividades productivas que compensen lo que el país dejaría de percibir, si decide disminuir el ritmo de extracción petrolera.
Duplicar la extracción de petróleo puede exacerbar las patologías del rentismo. Ante cada auge de los precios del petróleo hay un auge del consumo, la abundancia de divisas conduce a la sobrevaluación de la moneda y esto hace que sea más fácil y rentable importar que producir. Esta práctica se ve acentuada por la política de anclaje cambiario que tiende a congelar el precio de la divisa por varios años, lo cual se traduce en un subsidio del dólar y, en consecuencia, a las importaciones que se hacen con un dólar oficial barato. Los productores se transforman en importadores y la creciente e indetenible tendencia a importarlo todo castiga y desplaza a la producción nacional.
Superar la ilusión de prosperidad
Venezuela arrastra una arraigada cultura rentista y vive atrapada en una reiterada promesa de desarrollo y bienestar, según sea el destino que se le imprima a la renta petrolera. La ilusión de riqueza y prosperidad que la cultura rentista implanta en el imaginario de la gente se exacerba cuando se certifican las reservas más grandes del mundo, las cuales pueden ser explotadas durante siglos. Esto brinda una sensación de autosuficiencia que refuerza la cultura extractivista-rentista-consumista y posterga los esfuerzos por construir un modelo productivo que asegure la independencia y soberanía económica.
La mentalidad extractivista-rentista sigue siendo una constante no solo en las élites gobernantes, sino también en el movimiento empresarial y en la mayoría de la población. Empresarios, trabajadores y consumidores pugnan por capturar la mayor tajada de la renta petrolera, con el fin de lograr un ingreso superior al que en rigor les corresponde por su propio esfuerzo productivo. Todos reclaman “su gotica de petróleo”.
El extractivismo petrolero es el sustento financiero tanto del capitalismo rentístico como del neorrentismo socialista. Pero en ambos casos la inercia extractivista resulta absolutamente funcional a la lógica de dominación que impera en las viejas y nuevas potencias. Ayer fueron los EE.UU, hoy es China, ambos necesitados de proveedores seguros de materias primas y recursos energéticos. Con nuevos argumentos que ocultan la vieja forma de inserción dependiente a la economía internacional, hoy se pretende justificar la profundización del extractivismo. Como ahora se trata de obtener los cuantiosos recursos que se necesitan para aumentar la inversión social, se plantea profundizar el modelo extractivista para que todo lo pague el petróleo. Así seguiremos condenados a entregar recursos naturales a los grandes centros industrializados y potencias emergentes, en lugar de concentrar los esfuerzos en superar la cultura rentista que después de un siglo ha demostrado su incapacidad para erradicar las causas estructurales del desempleo, la pobreza y la exclusión social. @victoralvarezr

viernes, 31 de octubre de 2014

¿Rebotarán los precios del petróleo?


Por: Víctor Álvarez R.

Según su Informe de Gestión, PDVSA extrajo 2.898.000 bdp en 2013, 2.905.000 en 2012 y 2.985.000 en 2011. La producción ha venido declinando y ahora los precios del petróleo están cayendo. Para calcular el ingreso neto en divisas que recibe el país, hay que restar el consumo interno de 750.000 bdp. Al saldo de 2.148.000 se deben descontar los envíos a Cuba, PetroCaribe y Alba, equivalentes a 300.000 bdp. Y a esta nueva cifra hay que deducir las entregas a China por un mínimo de 230.000 para cubrir los tramos  A y B del préstamo y 100.000 para el tramo C; aunque según el Informe de Gestión, PDVSA realmente entregó 475.000 en 2013, 449.00 en 2012 y 415.000 en 2011. Si se restan 300.000 de los acuerdos y 330.000 de China, quedan 1.518.000 bdp para exportar. A un precio de 100 $/b por 365 días da un ingreso de $ 55 mil 400 millones. Pero a 75 $/b la cifra cae a $ 41 mil 500 millones. ¿Alcanzará esta cantidad para cubrir las exportaciones esenciales, cancelar la deuda interna y mantener al día los pagos de la deuda externa?. Veamos.

Las importaciones que llegaron a su máximo de $ 59 mil millones en 2012, tendrán que ser reducidas por debajo de $ 40 mil millones. Las amortizaciones anuales y pagos de cupones para la deuda soberana en divisas y la de PDVSA superarán los US $ 11 mil millones anuales para los próximos tres años. Esto suma ya $ 51 mil millones, sin contar los pagos por indemnizaciones y por los fallos del CIADI. Para garantizar las importaciones esenciales que el Estado realiza, seguramente la deuda interna con el sector privado se pospondrá, sobre todo si se priorizan los pagos de la deuda externa.

En un contexto de restricciones presupuestarias, Venezuela no puede prolongar acuerdos que amenazan la gobernabilidad económica. Como los pagos a China fueron contemplados a precio de mercado y al caer los precios habría que entregar una mayor cantidad de petróleo, ya se anunció la eliminación del cupo en barriles y la prolongación del plazo para pagar. Queda pendiente la revisión de los acuerdos de cooperación. Si asumimos que en 2015 PDVSA vende a 90 días el mismo volumen de 300.000 bdp a un precio de 85-90 $/b, el ingreso pudiera aproximarse a $ 10 mil millones. Pero, si mantiene el mismo subsidio y financia el 60% a 15-20 años de plazo, solo recibirá en efectivo $ 4 millardos.

Los mejores estrategas se preparan para los peores escenarios. El panorama petrolero está cambiando estructuralmente y lo peor que nos puede pasar es que no nos demos cuenta. La difusión de las tecnologías de la información mejoran la eficiencia y facilitan el cambio de la matriz energética en todo el mundo, EE.UU. en 2017 pasará a ser el primer productor de crudos con su petróleo de esquisto, la OPEP sigue perdiendo terreno frente a los productores No OPEP, la economía mundial está en franca desaceleración, incluyendo a China, y ni siquiera los sucesos geopolíticos de Ucrania y el grito de guerra contra el Estados Islámico -que otrora habría desquiciado los precios-, esta vez no han tenido ningún impacto. En tales circunstancias, resulta poco probable esperar un considerable rebote de los precios del petróleo en el corto plazo. ¡Llegó la hora de ponerse a trabajar! @victoralvarezr

¿Por qué está en crisis el neo-rentismo socialista?

Por: Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencia 20013
 
El neo-rentismo socialista es un modelo de dominación que se basa en el uso intensivo de la renta petrolera para financiar la inversión social y crear una red clientelar que le sirve de apoyo social. Debido a la contracción del aparato productivo interno y su incapacidad para generar nuevos empleos al ritmo que crece la población económicamente activa, el neo-rentismo socialista tiende a acentuar el papel empleador-clientelar del Estado, el cual no logra generar un trabajo realmente emancipador y liberador, toda vez que éste queda mediatizado por la lógica opresiva del Estado burocrático que funcionariza y somete a la fuerza de trabajo. En tales circunstancias, la dominación se logra a través de un sistema de premios y castigos para asegurar la lealtad de los seguidores políticos, comprar la simpatía de grupos ambivalentes y castigar o disuadir a los adversarios.
Este modelo confunde la sociedad con el Estado. Asume que desde el entramado burocrático se representa y defiende el interés social, a pesar de las enormes contradicciones que la sociedad tiene no solo con el mercado sino también con el Estado. Al igual que el capitalismo rentístico, el neorrentismo socialista se sustenta en el extraordinario poder político, económico y social que confiere el control de la renta petrolera.
Expresiones distintas del mismo modelo de acumulación extractivista
El capitalismo rentístico y el neo-rentismo socialista son expresiones distintas del mismo modelo de acumulación extractivista. El neo-rentismo socialista funcionó a la perfección mientras los ingresos petroleros crecieron exponencialmente y resultaron más que suficientes para financiar la inversión social y alimentar los canales para distribuir la renta. Con la reconstrucción de la OPEP, el restablecimiento de las cuotas, la recuperación de los precios del petróleo, el pago de dividendos por parte de las filiales de PDVSA y el considerable aumento de las regalías, el ingreso fiscal de origen petrolero resultó más que suficiente y postergó la necesidad de aumentar la presión fiscal sobre el sector privado. Pero con el estancamiento de la producción petrolera y la caída de los precios en el mercado internacional, este modelo nuevamente ha entrado en crisis.
Según su Informe de Gestión, PDVSA extrajo 2.898.000 bdp en 2013, 2.905.000 en 2012 y 2.985.000 en 2011. La producción ha venido declinando y ahora los precios del petróleo están cayendo. Para calcular el ingreso neto en divisas que recibe el país, hay que restar el consumo interno de 750.000 bdp. Al saldo de 2.148.000 se deben descontar los envíos a Cuba, PetroCaribe y Alba, equivalentes a 300.000 bdp. Y a esta nueva cifra hay que deducir las entregas a China por un mínimo de 230.000 para cubrir los tramos  A y B del préstamo y 100.000 para el tramo C; aunque según el Informe de Gestión, PDVSA realmente entregó 475.000 en 2013, 449.00 en 2012 y 415.000 en 2011. Si se restan 300.000 de los acuerdos y 330.000 de China, quedan 1.518.000 bdp para exportar. A un precio de 100 $/b por 365 días da un ingreso de $ 55 mil 400 millones. Pero a 75 $/b la cifra cae a $ 41 mil 500 millones. ¿Alcanzará esta cantidad para cubrir las exportaciones esenciales, cancelar la deuda interna y mantener al día los pagos de la deuda externa?. Veamos.
Las importaciones que llegaron a su máximo de $ 59 mil millones en 2012, tendrán que ser reducidas por debajo de $ 40 mil millones. Las amortizaciones anuales y pagos de cupones para la deuda soberana en divisas y la de PDVSA superarán los US $ 11 mil millones anuales para los próximos tres años. A esto hay que sumar la deuda interna en divisas a aerolíneas, sector alimentos, fármacos, automotriz, etc. que supera los 12 mil millones. A suma de $ 63 mil millones  hay que agregar los pagos por indemnizaciones y fallos del CIADI. Como puede apreciarse, los egresos en divisas son muy superiores al ingreso estimado, incluso en el mejor escenario de precios del petróleo por encima de los 100 $/b. Así las cosas, para garantizar las importaciones esenciales que el Estado realiza, seguramente la deuda interna con el sector privado se pospondrá, sobre todo si se priorizan los pagos de la deuda externa.
Fin de la política fiscal pro-cíclica
En lugar de ahorrar en tiempos de bonanza para encarar los tiempos de escasez, el neo-rentismo socialista se sustenta en una política fiscal pro-cíclica con aumentos del gasto público cada vez que aumenta el ingreso petrolero y recortes presupuestarios cuando cae el ingreso. El mandato del artículo 321de la CRBV de activar el Fondo de Estabilización Macroeconómica -concebido para estabilizar los gastos del Estado ante las fluctuaciones de los ingresos ordinarios-, ha quedado como letra muerta. En ausencia de este mecanismo amortiguador, la economía venezolana sigue expuesta a los shocks externos que se presentan debido al comportamiento errático del mercado petrolero.
El anclaje cambiario y la sobrevaluación del bolívar terminaron siendo un costoso subsidio que ya no soporta ni Pdvsa ni el fisco. A la tasa de 6.30 Bs/$, el monto en bolívares que recibe la compañía no le alcanza para pagar una nómina de más de 140 mil trabajadores, honrar su deuda con proveedores y contratistas, y transferir fondos a las misiones sociales. A esa tasa de cambio ni siquiera puede mantener al día sus obligaciones fiscales, razón por la cual entrega pagarés al Tesoro Nacional que luego éste intercambia por efectivo en el BCV, propiciando un desproporcionado crecimiento de la liquidez monetaria en un mercado con  creciente escasez, lo cual atiza la inflación, eleva la demanda de divisas escasas y ensancha la brecha entre la tasa oficial y el paralelo.
La devaluación fiscalista
Tanto el capitalismo rentístico como el neo-rentismo socialista suelen apelar a la devaluación como el mecanismo más rápido para corregir el déficit fiscal. Como el Estado es el perceptor del mayor porcentaje del ingreso petrolero, en lugar de confrontar los intereses de los contribuyentes, le resulta más fácil vender las divisas a un precio mayor. El Estado automáticamente obtiene cuantiosos ingresos que le permiten corregir el déficit, sin pagar el mayor costo político que implica atacar las verdaderas causas macroeconómicas del deterioro fiscal. La política cambiaria se utiliza así con fines fiscales, toda vez que la devaluación es, en los hechos, un impuesto cambiario. Un  margen de maniobra para paliar la caída de los precios del petróleo y su impacto en el ingreso fiscal se encuentra en la revisión de los acuerdos de cooperación internacional. Así como ya se reestructuraron lo pagos a China, queda pendiente la revisión de PetroCaribe y los acuerdos de cooperación energética para compensar la caída del ingreso en divisas.
El panorama petrolero está cambiando estructuralmente y lo peor que nos puede pasar es que no nos demos cuenta. La difusión de las tecnologías de la información mejoran la eficiencia y facilitan el cambio de la matriz energética en todo el mundo, EE.UU. tiende a ser autosuficiente con su producción de petróleo de esquisto, la OPEP sigue perdiendo terreno frente a los productores No OPEP, la economía mundial está en franca desaceleración, incluyendo a China, y ni siquiera los sucesos geopolíticos de Ucrania y el grito de guerra contra el Estado Islámico han tenido impacto. En tales circunstancias, resulta poco probable un rebote de los precios del petróleo en el corto plazo. Esto sentencia el agotamiento del neo-rentismo socialista y nuevamente nos lleva a retomar la tantas veces pospuesta transformación de la economía rentista e importadora en un nuevo modelo productivo exportador.
Sin embargo, a los ajustes macroeconómicos, a las medidas de cambio estructural y a la erradicación de las prácticas clientelares se les atribuye un costo político que el gobierno no está dispuesto a pagar en la antesala de las elecciones parlamentarias. La racionalidad económica queda subordinada a la lucha por el poder. Ganar las elecciones presidenciales, parlamentarias  o regionales siempre será la prioridad. Si se pierden los comicios, otros serán los que controlen el reparto y uso de la renta.
No basta con reducir el desempleo: hay que generar trabajo emancipador
En circunstancias de restricciones económicas y presupuestarias como las que plantea la actual caída de los precios del petróleo, el gobierno ya no puede seguir subsidiando empresas estatales que no son estratégicas. Estatizar no es socializar. Resulta escandaloso que en empresas públicas secuestradas por el burocratismo -de las cuales los trabajadores no se sienten copropietarios sociales sino explotados y donde se reproducen los mismos conflictos obrero-patronales de la IV República-, se cancelen millardarias sumas de dinero por concepto de bonos de productividad y hasta dividendos, cuando lo que arrojan son cuantiosas pérdidas. Esa práctica, lejos de expresar valores socialistas, revela la mentalidad rentista que espera que todo lo pague el petróleo. Semejante desviación del neo-rentismo socialista solo podrá superarse a través de nuevas formas de propiedad social bajo el control de los trabajadores directos y de la comunidad organizada. No se trata solo de bajar el nivel de desempleo sino de liberar al trabajo de la explotación del capitalismo rentístico y de la opresión del neo-rentismo socialista. Esto implica avanzar de la estatización a la socialización de la propiedad para generar un verdadero trabajo emancipador y liberador. Este es el mejor incentivo para mejorar el desempeño en esas empresas propiedad de los trabajadores, dignificar el trabajo y transformar la cultura rentista que pretende vivir de ingresos que no son fruto del esfuerzo productivo, en una nueva cultura sustentada en el principio socialista que propone: “de cada quien según su capacidad y a cada cual según su trabajo”.

viernes, 17 de octubre de 2014

¿Cómo enfretar la caida de los precios del petróleo para evitar una nueva devaluación?

Por: Víctor Álvarez R.
Hace un año, cuando su cotización no llegaba a los 50 Bs/$,  el Gobierno prometió “pulverizar el paralelo”. Pero éste ya perforó  el umbral de los 100 Bs/$ y la brecha con la tasa Cencoex atiza una demanda artificial. Tanto las empresas que necesitan divisas para importar insumos o bienes para la venta, como las personas que requieren viajar, estudiar afuera o proteger sus ahorros, demandan divisas y también presionan el paralelo. Y aunque la tasa Cencoex rige para la importación de la mayor cantidad de bienes esenciales, el paralelo es el que se usa como referencia para el cálculo de los precios de venta al consumidor.
En Venezuela, 96% del ingreso en divisas entra por petróleo. El estancamiento de la producción y la caída de los precios amenazan la gobernabilidad económica. ¿Cómo evitar una devaluación en la antesala de un año electoral?. Veamos.
Las distorsiones cambiarias
El Índice Big Mac se basa en la comparación internacional del precio de la hamburguesa para medir el poder de compra de la moneda nacional con base en un solo producto y así tener una idea de qué tan sobrevaluada o subvaluada está la misma con respecto al dólar. Según este Índice, el bolívar está sobrevaluado 42,2 %. Además de la sobrevaluación, el régimen de cambios múltiples ha generado al menos diez tipos de problemas:
1)    Desmantelamiento del aparato productivo: el anclaje cambiario impide la corrección oportuna del diferencial inflacionario entre Venezuela y el resto del mundo. Como la inflación aquí es mayor, resulta más barato importar que producir. Así, los productores se transforman en importadores y baja la contribución de la agricultura e industrial al PIB.
2)    Caída de las exportaciones no petroleras: la tasa de cambio sobrevaluada a la cual los exportadores venden al BCV el grueso de su ingreso en divisas no les alcanza para cubrir los costos domésticos. Esto debilita su competitividad cambiaria y así no se pueden mantener ni mucho menos conquistar nuevos espacios en el mercado internacional.
3)    Distorsión de precios relativos: Los que logran divisas a la tasa Cencoex tienen una  ventaja frente a aquellos que tienen que comprarlas en Sicad 1, 2 o el paralelo. Los productores/comerciantes de mayores costos salen del mercado y así se va consolidando una estructura monopólica que abusa de su posición de dominio imponiendo altos precios.
4)    Asignación ineficiente de divisas: Cadivi y Cencoex han demostrado su debilidad para lograr una asignación oportuna, transparente y suficiente de las divisas. Los prolongados retrasos castigan la producción y causan crecientes problemas de desabastecimiento y escasez.
5)    Especulación cambiaria: un régimen de cambios múltiples en el que la diferencia entre los extremos es de 16 veces (6.30 vs 100) es el incentivo perfecto para capturar los dólares baratos y después venderlos más caros, amasando escandalosas ganancias sin realizar ningún esfuerzo productivo.
6)    Fuga de divisas: la sobrefacturación de importaciones, sobrefacturación de exportaciones y deuda externa falsa o sobreestimada, son los efectos no deseados de un régimen cambiario que estimula la fuga de divisas.
7)    Déficit de PDVSA: la compañía petrolera está obligada a vender la mayor parte de su ingreso en divisas a la tasa de 6.30 Bs/$, la cual no le rinde para pagar una nómina de más de 140 mil trabajadores, honrar la deuda con contratistas, transferir recursos a las misiones y mantener al día sus pagos al fisco.
8)    Emisiones de dinero inorgánico: lo anterior ha llevado a PDVSA a endeudarse con el BCV, el cual ha sido obligado a emitir dinero base, creando un serio desequilibro entre el mercado de bienes y el mercado monetario.
9)    Presión inflacionaria: el crecimiento de la liquidez en un mercado signado por una creciente escasez es un factor propagador de la inflación. Aunque el Plan de Divisas asignó el 80% a la tasa Cencoex para importar bienes prioritarios, cada vez son más las importaciones que se hacen a las tasas de Sicad 1 y 2, lo cual implica costos superiores que de inmediato se trasladan a los precios.
10) Fraudes a la Nación: desde las empresas de maletín hasta los “raspacupos”, pasando por el contrabando de extracción y los delitos de acaparamiento y especulación, son consecuencia de los incentivos perversos que ofrece la política cambiaria
Alternativas para enfrentar la caída de los precios
Los sucesos geopolíticos que antes resultaban más que suficientes para disparar los precios del petróleo, ahora no han tenido efecto. Ni la crisis de Ucrania ni el grito de guerra al Estado Islámico han podido recuperar los precios del crudo, y esta probabilidad se aleja ante la desaceleración económica mundial, incluyendo China. En tales circunstancias, no es posible evitar la devaluación y su costo político en un año electoral a través de un aumento de la exportación de petróleo y una considerable recuperación de los precios en el mercado internacional.  
Esta realidad le impone al Gobierno corregir las graves distorsiones que ha generado la prolongación de un régimen de cambios múltiples que luce totalmente agotado. No se trata de eliminar el control de cambios sino de unificar las distintas tasas en un sistema de flotación con bandas, bajo el control del BCV. Esta sola medida sinceraría la demanda de divisas, corregiría el déficit de Pdvsa, haría innecesario su financiamiento monetario, y erradicaría los incentivos a la especulación y corrupción cambiarias. Una vez que se alcance el tipo de cambio de equilibrio, el próximo paso sería lograr una tasa que exprese la verdadera productividad del aparato productivo interno, con el impacto positivo sobre el PIB,  las exportaciones no petroleras, la inversión extranjera, los turistas internacionales y la repatriación de capitales. La unificación cambiaria no tendría mayor impacto inflacionario, toda vez que -a pesar de que se otorgan dólares preferenciales a la Tasa Cencoex o Sicad 1- la tasa que rige el cálculo del PVP es la del mercado paralelo. Más bien, la unificación cambiaria eliminaría el incentivo que ofrece el perverso régimen de cambios múltiples a los especuladores cambiarios que salen a la caza del dólar Cencoex, Sicad 1 y 2 para después venderlo a Bs 100 en el paralelo.   @victoralvarezr


Solo los extractivistas celebran la subordinación del Ministerio del Ambiente


Refundar el Ministerio del Ambiente

Víctor Álvarez R.

El extractivismo es un modelo de acumulación basado en la extracción intensiva de grandes volúmenes de recursos naturales que son exportados con muy poco o ningún grado de transformación industrial. Concibe a la Naturaleza como fuente de recursos a ser explotada a través de megaproyectos mineros, petroleros, agrícolas, pesqueros y forestales que causan un grave impacto ambiental y desplazan a pueblos indígenas y comunidades campesinas de sus territorios.

La lógica depredadora del extractivismo busca maximizar su ganancia a través de la explotación intensiva del trabajo y de la naturaleza. Por tal razón, no hay interés en evitar los impactos ambientales y sociales a través de soluciones tecnológicas que suponen un incremento en los costos y una reducción de los márgenes de ganancia. Para evitar, minimizar y corregir los impactos nocivos del extractivismo depredador es necesario contar con un adecuado marco legal y entorno institucional. Justamente, al Ministerio del Ambiente le corresponde el seguimiento y control de las actividades que se desarrollan en el territorio para que éstas no afecten ni pongan en peligro la sustentabilidad de los ecosistemas y así conservar las cuencas de los ríos, lagos y mares, preservar los bosques, proteger la biodiversidad y asegurar un aprovechamiento racional de los recursos naturales.

Subordinar y debilitar el Ministerio del Ambiente le hace el juego al extractivismo en un país extraordinariamente rico en recursos naturales, minerales, petrolíferos y gasíferos, donde se desplegarán las presiones de los poderosos intereses de las corporaciones extractivistas para que sus megaproyectos puedan llevarse a cabo sin mayores controles ni penalizaciones. Esta decisión le hace un gran favor a la flexibilización ambiental que promueve el modelo extractivista global, el cual se propone desmontar las capacidades y mecanismos de intervención estatal para que sean funcionales a la lógica del mercado y de la inversión de capitales, en su afán de derogar todo aquello que regule y controle la extracción a gran escala de recursos naturales. El extractivismo prefiere países con un débil marco legal e institucional y, en consecuencia, con una precaria fiscalización incapaz de detectar faltas para imponer sanciones y evitar daños mayores. En ausencia de una institucionalidad que obligue a cumplir las normas ambientales, prevalece la impunidad que favorece a los infractores.

Los únicos que pueden celebrar la eliminación del Ministerio del Ambiente son los extractivistas que ahora tendrán un mayor margen de maniobra para explotar la Naturaleza. En adelante, la función reguladora del Estado en materia ambiental se subordina a un ministerio cuya prioridad será la Gran Misión Vivienda, la cual más bien debería ser regulada y vigilada por los impactos ambientales que suelen acompañar a la industria de la construcción. Evitar las consecuencias negativas que desde ya pueden preverse implica una urgente rectificación de esta decisión, en función de refundar y relanzar el Ministerio del Ambiente como un instrumento clave en la transformación del capitalismo extractivista y rentista en un nuevo modelo productivo ecosocialista y sustentable, que reconozca y proteja los derechos de la Madre Tierra. @victoralvarezr

viernes, 3 de octubre de 2014

Impacto cambiario, monetario y fiscal del Convenio Cambiario N° 30


Por: Víctor Álvarez R.

Según el Convenio Cambiario N° 1, “el BCV fijará de común acuerdo con el Ejecutivo Nacional el tipo de cambio para la compra y para la venta de divisas y lo ajustarán cuando lo consideren conveniente, mediante Convenios Especiales”.

El Convenio Cambiario N° 9 aclara que Las divisas originadas por concepto de exportaciones de hidrocarburos serán de venta obligatoria al BCV, excepto las divisas provenientes de la actividad realizada por Pdvsa, quien venderá al BCV sólo las cantidades necesarias a los fines de atender los gastos operativos y de funcionamiento en el país de dicha empresa y las contribuciones fiscales, por el monto estimado en la Ley de Presupuesto. El BCV adquirirá las divisas al tipo de cambio fijado”.

El Convenio Cambiario N° 30 autoriza que "La liquidación de las operaciones de venta de divisas efectuadas por Pdvsa al BCV a los fines de la entrega de bolívares de las contribuciones de la Ley que crea la Contribución Especial por Precios Exhorbitantes del Petróleo, se hará a cualesquiera de los tipos de cambio oficial vigente".

Si alguna lógica tiene esta medida es la de vender a un precio mayor el monto en divisas que se entrega al Fonden en su equivalente en bolívares, para que así el Gobierno obtenga ingresos adicionales que alivien su déficit fiscal. Un dato: por cada millardo del Fonden que se venda en Sicad 2, el Gobierno obtendrá Bs. 50 millardos, en lugar de Bs. 6,3 millardos que obtenía a la anterior tasa de cambio. 

¿Cómo funciona Fonden?

El Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) es el instrumento a través del cual el Gobierno ejecuta un presupuesto paralelo, distinto al que anualmente aprueba la Asamblea Nacional. El Presidente de la República es el único administrador del Fonden, el cual se alimenta de los ingresos que generan los precios extraordinarios del petróleo, por encima de $ 80 el barril.

Pdvsa transfiere una parte de ese excedente en dólares para que el Gobierno pague a contratistas y proveedores extranjeros. Pero como el Fonden también necesita bolívares para hacer pagos en moneda nacional, hay un monto del excedente que el Fonden recibe en bolívares. Por lo tanto, una parte la recibe en divisas y la otra la recibe en bolívares a la tasa de cambio oficial.

Antes Pdvsa convertía ésta última parte a 6,30 Bs/$, pero a esa tasa de cambio tan baja los bolívares rendían cada vez menos. Gracias al nuevo Convenio Cambiario N° 30, Pdvsa podrá vender los dólares del Fonden a una tasa superior y así el Gobierno dispondrá de más bolívares, incluso si convierte menos dólares.

Impacto cambiario, monetario y fiscal

El BCV no puede vender los dólares que compra en Sicad 2 a precios de Sicad 1 o Cencoex, toda vez que esto le causaría enormes pérdidas. Por eso, lo más probable es que los venda a través del mismo Sicad 2. Así podrá recoger el exceso de liquidez que generó al momento de comprarlos. Adicionalmente, para evitar que la masa de dinero correspondiente al pago de aguinaldos y utilidades se vuelque al mercado de bienes y genere una presión de demanda que desquicie la inflación en el último trimestre del año, el BCV reabsorberá esta liquidez ofreciendo a mitad de precio en el Sicad 2, los dólares que cuestan el doble en el mercado, en un nuevo intento de “pulverizar” el paralelo.

El gasto del Gobierno no deja de crecer, la nómina es cada vez mayor y con cada aumento de sueldos, pago de aguinaldos y otros bonos, crecen los desembolsos de la Tesorería Nacional. Como los ingresos del Fonden finalmente los utiliza el Gobierno, el incremento en bolívares que se deriva del Convenio Cambiario N° 30 aliviará el déficit fiscal, más no el déficit de PDVSA. Este Convenio no aplica para las divisas que genera Pdvsa por la exportación de petróleo, ya que lo único que puede vender en Sicad 2 son los ingresos correspondientes a los financiamientos, ventas de activos, dividendos, cobros de deudas y por servicios prestados. Por lo tanto, el ingreso en divisas que Pdvsa percibe por la exportación de hidrocarburos los seguirá vendiendo al BCV a la tasa de 6,3 Bs/$.

Quien sale ganando es el Fonden, toda vez que aumenta sus ingresos al vender a Bs. 50 los dólares que antes vendía a Bs. 6,30. Incluso, Fonden puede recibir más bolívares por una menor cantidad de dólares. Y al convertir menos dólares para darle más bolívares al Fonden, el BCV puede inyectar el resto a Cencoex y Sicad 1 para pagar la deuda pendiente, liquidar las solicitudes aprobadas y así tratar de contener la inflación a través de importaciones a una tasa de cambio barata.

Cazadores de renta al ataque

En un entorno de mucha inflación nadie quiere ahorrar en bolívares, pues su poder de compra se vuelve sal y agua. Cómo viene el pago de las utilidades y aguinaldos, quien quiera ahorrar querrá hacerlo en una moneda o bienes que preserven su valor. Al aumentar los montos a subastar, la demanda que encarece el dólar paralelo se trasladará a Sicad 2 para comprar a mitad de precio lo que el mercado dice que cuesta el doble. Así, lo que en realidad es una devaluación con fines fiscales, quedará registrada en el imaginario de la gente como una revaluación, un abaratamiento del dólar. Cada vez serán más los que participen en las subastas del Sicad 2 para comprar a Bs. 50 lo que luego revenden a Bs. 100 y así ganar el 100% sin tener que realizar ningún esfuerzo productivo. ¡Rentismo puro y duro, pues! @victoralvarezr

El neo-rentismo socialista


Por: Víctor Álvarez R.

El neo-rentismo socialista es un modelo basado en el uso intensivo de la renta petrolera para financiar la inversión social y crear la base de apoyo del proyecto político, el cual se ejecuta a través de un sistema de premios y castigos para asegurar la lealtad de los seguidores, lograr la simpatía de grupos ambivalentes y castigar o disuadir a los adversarios.

Debido a la contracción del aparato productivo y su incapacidad para generar empleos al ritmo que crece la población económicamente activa, el neo-rentismo socialista apela al papel empleador del Estado clientelar. Esto se traduce en un aumento desmesurado de la burocracia y es una de las causas de la inflación estructural que sufre el país, toda vez que las remuneraciones que recibe esa abultada nómina pública no tiene como contrapartida un aumento en la producción.

El neo-rentismo socialista funcionó a la perfección mientras los ingresos petroleros crecieron y resultaron más que suficientes para financiar la inversión social. Con la reconstrucción de la OPEP, el restablecimiento de la disciplina de cuotas, la recuperación de los precios del petróleo, el pago de dividendos de las filiales de PDVSA y el considerable aumento de las regalías, el creciente ingreso fiscal petrolero cubrió holgadamente el presupuesto nacional. Pero con la estabilización del precio en $100 el barril, el estancamiento de la extracción del crudo en 3 millones de barriles diarios, y el aumento del consumo interno por encima de los 750 mil barriles, debido al irracional subsidio a la gasolina y al creciente consumo en plantas termoeléctricas, los ingresos fiscales de origen petrolero se han tornado insuficientes, lo cual sentencia el agotamiento del modelo neo-rentista.

En lugar de ahorrar en tiempos de bonanza para sortear los tiempos de escasez, el neo-rentismo socialista dinamitó su propia base de sustentación al aplicar una política fiscal pro-cíclica, con aumentos del gasto cada vez que aumentaba el ingreso petrolero, pero sin acumular reservas para encarar restricciones económicas y presupuestarias. En circunstancias de escasez, el gobierno ya no puede seguir subsidiando empresas estatales que no son estratégicas. Resulta escandaloso que en empresas públicas secuestradas por el burocratismo -de las cuales los trabajadores no se sienten copropietarios sociales y por tanto reproducen los mismos conflictos obrero-patronales de la IV República-, se cancelen millardarias sumas de dinero por concepto de bonos de productividad y hasta dividendos, cuando lo que arrojan son cuantiosas pérdidas.

Esa práctica, lejos de expresar valores socialistas, revela la mentalidad rentista que espera que todo lo pague el petróleo. Semejante desviación del neo-rentismo socialista solo podrá superarse a través de nuevas formas de propiedad social bajo el control de los trabajadores directos. De esta forma se activaría un esquema de incentivos para mejorar el desempeño en esas empresas propiedad de los trabajadores, dignificar el trabajo y transformar la cultura rentista que pretende vivir de ingresos que no son fruto del esfuerzo productivo, en una nueva cultura sustentada en el principio socialista que propone: “de cada quien según su capacidad y a cada cual según su trabajo”. @victoralvarezr

lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Conviene vender CITGO?


Por: Víctor Álvarez R.

A comienzos de 1983, Venezuela estaba al borde del colapso. En una desesperada maniobra para evitar la debacle cambiaria en pleno año electoral, el gobierno de LHC ordenó transferir al BCV los recursos del Fondo de Inversión de Pdvsa que estaban depositados en los EE.UU. Esta decisión recrudeció las tensiones entre la tecnocracia de Pdvsa y la dirigencia política de la IV República, escenificadas en las frecuentes confrontaciones entre el presidente de Pdvsa y el Ministro de Energía y Minas. Para evitar que el gobierno nuevamente echara mano a los recursos de la compañía, en lugar de mantener activos líquidos, los gerentes petroleros decidieron invertir afuera todos los fondos. Comenzó así la internacionalización de Pdvsa, como estrategia para evitar que las ganancias de la empresa fueran transferidas al fisco.

Ya para entonces la tecnocracia de Pdvsa había consolidado un sólido control del negocio petrolero que le permitía retar a la dirigencia política de la IV República, tal como lo hizo en contra del Presidente Chávez cuando paralizaron y sabotearon la industria. Incluso CAP II hizo un intento fallido por detener la política de internacionalización de Pdvsa y no solo se opuso a la compra del 50% restante de Citgo, sino que ordenó vender la misma. Pero se impuso el criterio de la tecnocracia bajo el supuesto peligro de que la refinería fuera comprada por un competidor del petróleo venezolano en el mercado estadounidense. Así, las ganancias generadas por Citgo, lejos de contribuir con el fisco nacional, quedaron sometidas al severo régimen tributario estadounidense.  

Con el argumento de transformar el petróleo pesado en productos de valor agregado que generaran un mayor ingreso para la Nación, se continuó la compra de refinerías en el exterior. Así fue como se adquirieron la Veba Oil, Citgo y otras refinerías que no solo se encontraban en avanzado estado de obsolescencia tecnológica, sino que además fueron diseñadas para procesar petróleos livianos y no los crudos pesados que abundan en el subsuelo venezolano. De hecho, según la memoria y Cuenta del Ministerio de Petróleo, en 2013 Citgo procesó apenas 30% de petróleo nacional y el 70% restante fue comprado a precios de mercado en otros países, sobre todo a México, mientras que el crudo nacional es transferido con descuentos que afectan los ingresos de la casa matriz y los dividendos que ésta debe pagarle al Estado como su único dueño.

En Venezuela los crudos livianos y medios se están agotando. Las reservas probadas son fundamentalmente de petróleo pesado, por lo que en apenas unos años Citgo no podrá refinar petróleo venezolano. Su reconversión tecnológica exigiría una inversión millardaria, lo que hace mucho más rentable invertir estos recursos en nuevas refinerías en los países BRICS (Brasil, India, China) y de América Latina, en las que se procesen los crudos pesados de Venezuela. Además, hay que tener en cuenta que los EE.UU. trabajan en una nueva estrategia energética a largo plazo, sustentada en el desarrollo de fuentes alternas de energía y en los nuevos petróleos de lutitas, lo que impone una razón adicional para diversificar los mercados.

Estas razones nos permiten concluir que mantener  Citgo no será un buen negocio para Venezuela. @victoralvarezr