viernes, 31 de octubre de 2014

¿Rebotarán los precios del petróleo?


Por: Víctor Álvarez R.

Según su Informe de Gestión, PDVSA extrajo 2.898.000 bdp en 2013, 2.905.000 en 2012 y 2.985.000 en 2011. La producción ha venido declinando y ahora los precios del petróleo están cayendo. Para calcular el ingreso neto en divisas que recibe el país, hay que restar el consumo interno de 750.000 bdp. Al saldo de 2.148.000 se deben descontar los envíos a Cuba, PetroCaribe y Alba, equivalentes a 300.000 bdp. Y a esta nueva cifra hay que deducir las entregas a China por un mínimo de 230.000 para cubrir los tramos  A y B del préstamo y 100.000 para el tramo C; aunque según el Informe de Gestión, PDVSA realmente entregó 475.000 en 2013, 449.00 en 2012 y 415.000 en 2011. Si se restan 300.000 de los acuerdos y 330.000 de China, quedan 1.518.000 bdp para exportar. A un precio de 100 $/b por 365 días da un ingreso de $ 55 mil 400 millones. Pero a 75 $/b la cifra cae a $ 41 mil 500 millones. ¿Alcanzará esta cantidad para cubrir las exportaciones esenciales, cancelar la deuda interna y mantener al día los pagos de la deuda externa?. Veamos.

Las importaciones que llegaron a su máximo de $ 59 mil millones en 2012, tendrán que ser reducidas por debajo de $ 40 mil millones. Las amortizaciones anuales y pagos de cupones para la deuda soberana en divisas y la de PDVSA superarán los US $ 11 mil millones anuales para los próximos tres años. Esto suma ya $ 51 mil millones, sin contar los pagos por indemnizaciones y por los fallos del CIADI. Para garantizar las importaciones esenciales que el Estado realiza, seguramente la deuda interna con el sector privado se pospondrá, sobre todo si se priorizan los pagos de la deuda externa.

En un contexto de restricciones presupuestarias, Venezuela no puede prolongar acuerdos que amenazan la gobernabilidad económica. Como los pagos a China fueron contemplados a precio de mercado y al caer los precios habría que entregar una mayor cantidad de petróleo, ya se anunció la eliminación del cupo en barriles y la prolongación del plazo para pagar. Queda pendiente la revisión de los acuerdos de cooperación. Si asumimos que en 2015 PDVSA vende a 90 días el mismo volumen de 300.000 bdp a un precio de 85-90 $/b, el ingreso pudiera aproximarse a $ 10 mil millones. Pero, si mantiene el mismo subsidio y financia el 60% a 15-20 años de plazo, solo recibirá en efectivo $ 4 millardos.

Los mejores estrategas se preparan para los peores escenarios. El panorama petrolero está cambiando estructuralmente y lo peor que nos puede pasar es que no nos demos cuenta. La difusión de las tecnologías de la información mejoran la eficiencia y facilitan el cambio de la matriz energética en todo el mundo, EE.UU. en 2017 pasará a ser el primer productor de crudos con su petróleo de esquisto, la OPEP sigue perdiendo terreno frente a los productores No OPEP, la economía mundial está en franca desaceleración, incluyendo a China, y ni siquiera los sucesos geopolíticos de Ucrania y el grito de guerra contra el Estados Islámico -que otrora habría desquiciado los precios-, esta vez no han tenido ningún impacto. En tales circunstancias, resulta poco probable esperar un considerable rebote de los precios del petróleo en el corto plazo. ¡Llegó la hora de ponerse a trabajar! @victoralvarezr

¿Por qué está en crisis el neo-rentismo socialista?

Por: Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencia 20013
 
El neo-rentismo socialista es un modelo de dominación que se basa en el uso intensivo de la renta petrolera para financiar la inversión social y crear una red clientelar que le sirve de apoyo social. Debido a la contracción del aparato productivo interno y su incapacidad para generar nuevos empleos al ritmo que crece la población económicamente activa, el neo-rentismo socialista tiende a acentuar el papel empleador-clientelar del Estado, el cual no logra generar un trabajo realmente emancipador y liberador, toda vez que éste queda mediatizado por la lógica opresiva del Estado burocrático que funcionariza y somete a la fuerza de trabajo. En tales circunstancias, la dominación se logra a través de un sistema de premios y castigos para asegurar la lealtad de los seguidores políticos, comprar la simpatía de grupos ambivalentes y castigar o disuadir a los adversarios.
Este modelo confunde la sociedad con el Estado. Asume que desde el entramado burocrático se representa y defiende el interés social, a pesar de las enormes contradicciones que la sociedad tiene no solo con el mercado sino también con el Estado. Al igual que el capitalismo rentístico, el neorrentismo socialista se sustenta en el extraordinario poder político, económico y social que confiere el control de la renta petrolera.
Expresiones distintas del mismo modelo de acumulación extractivista
El capitalismo rentístico y el neo-rentismo socialista son expresiones distintas del mismo modelo de acumulación extractivista. El neo-rentismo socialista funcionó a la perfección mientras los ingresos petroleros crecieron exponencialmente y resultaron más que suficientes para financiar la inversión social y alimentar los canales para distribuir la renta. Con la reconstrucción de la OPEP, el restablecimiento de las cuotas, la recuperación de los precios del petróleo, el pago de dividendos por parte de las filiales de PDVSA y el considerable aumento de las regalías, el ingreso fiscal de origen petrolero resultó más que suficiente y postergó la necesidad de aumentar la presión fiscal sobre el sector privado. Pero con el estancamiento de la producción petrolera y la caída de los precios en el mercado internacional, este modelo nuevamente ha entrado en crisis.
Según su Informe de Gestión, PDVSA extrajo 2.898.000 bdp en 2013, 2.905.000 en 2012 y 2.985.000 en 2011. La producción ha venido declinando y ahora los precios del petróleo están cayendo. Para calcular el ingreso neto en divisas que recibe el país, hay que restar el consumo interno de 750.000 bdp. Al saldo de 2.148.000 se deben descontar los envíos a Cuba, PetroCaribe y Alba, equivalentes a 300.000 bdp. Y a esta nueva cifra hay que deducir las entregas a China por un mínimo de 230.000 para cubrir los tramos  A y B del préstamo y 100.000 para el tramo C; aunque según el Informe de Gestión, PDVSA realmente entregó 475.000 en 2013, 449.00 en 2012 y 415.000 en 2011. Si se restan 300.000 de los acuerdos y 330.000 de China, quedan 1.518.000 bdp para exportar. A un precio de 100 $/b por 365 días da un ingreso de $ 55 mil 400 millones. Pero a 75 $/b la cifra cae a $ 41 mil 500 millones. ¿Alcanzará esta cantidad para cubrir las exportaciones esenciales, cancelar la deuda interna y mantener al día los pagos de la deuda externa?. Veamos.
Las importaciones que llegaron a su máximo de $ 59 mil millones en 2012, tendrán que ser reducidas por debajo de $ 40 mil millones. Las amortizaciones anuales y pagos de cupones para la deuda soberana en divisas y la de PDVSA superarán los US $ 11 mil millones anuales para los próximos tres años. A esto hay que sumar la deuda interna en divisas a aerolíneas, sector alimentos, fármacos, automotriz, etc. que supera los 12 mil millones. A suma de $ 63 mil millones  hay que agregar los pagos por indemnizaciones y fallos del CIADI. Como puede apreciarse, los egresos en divisas son muy superiores al ingreso estimado, incluso en el mejor escenario de precios del petróleo por encima de los 100 $/b. Así las cosas, para garantizar las importaciones esenciales que el Estado realiza, seguramente la deuda interna con el sector privado se pospondrá, sobre todo si se priorizan los pagos de la deuda externa.
Fin de la política fiscal pro-cíclica
En lugar de ahorrar en tiempos de bonanza para encarar los tiempos de escasez, el neo-rentismo socialista se sustenta en una política fiscal pro-cíclica con aumentos del gasto público cada vez que aumenta el ingreso petrolero y recortes presupuestarios cuando cae el ingreso. El mandato del artículo 321de la CRBV de activar el Fondo de Estabilización Macroeconómica -concebido para estabilizar los gastos del Estado ante las fluctuaciones de los ingresos ordinarios-, ha quedado como letra muerta. En ausencia de este mecanismo amortiguador, la economía venezolana sigue expuesta a los shocks externos que se presentan debido al comportamiento errático del mercado petrolero.
El anclaje cambiario y la sobrevaluación del bolívar terminaron siendo un costoso subsidio que ya no soporta ni Pdvsa ni el fisco. A la tasa de 6.30 Bs/$, el monto en bolívares que recibe la compañía no le alcanza para pagar una nómina de más de 140 mil trabajadores, honrar su deuda con proveedores y contratistas, y transferir fondos a las misiones sociales. A esa tasa de cambio ni siquiera puede mantener al día sus obligaciones fiscales, razón por la cual entrega pagarés al Tesoro Nacional que luego éste intercambia por efectivo en el BCV, propiciando un desproporcionado crecimiento de la liquidez monetaria en un mercado con  creciente escasez, lo cual atiza la inflación, eleva la demanda de divisas escasas y ensancha la brecha entre la tasa oficial y el paralelo.
La devaluación fiscalista
Tanto el capitalismo rentístico como el neo-rentismo socialista suelen apelar a la devaluación como el mecanismo más rápido para corregir el déficit fiscal. Como el Estado es el perceptor del mayor porcentaje del ingreso petrolero, en lugar de confrontar los intereses de los contribuyentes, le resulta más fácil vender las divisas a un precio mayor. El Estado automáticamente obtiene cuantiosos ingresos que le permiten corregir el déficit, sin pagar el mayor costo político que implica atacar las verdaderas causas macroeconómicas del deterioro fiscal. La política cambiaria se utiliza así con fines fiscales, toda vez que la devaluación es, en los hechos, un impuesto cambiario. Un  margen de maniobra para paliar la caída de los precios del petróleo y su impacto en el ingreso fiscal se encuentra en la revisión de los acuerdos de cooperación internacional. Así como ya se reestructuraron lo pagos a China, queda pendiente la revisión de PetroCaribe y los acuerdos de cooperación energética para compensar la caída del ingreso en divisas.
El panorama petrolero está cambiando estructuralmente y lo peor que nos puede pasar es que no nos demos cuenta. La difusión de las tecnologías de la información mejoran la eficiencia y facilitan el cambio de la matriz energética en todo el mundo, EE.UU. tiende a ser autosuficiente con su producción de petróleo de esquisto, la OPEP sigue perdiendo terreno frente a los productores No OPEP, la economía mundial está en franca desaceleración, incluyendo a China, y ni siquiera los sucesos geopolíticos de Ucrania y el grito de guerra contra el Estado Islámico han tenido impacto. En tales circunstancias, resulta poco probable un rebote de los precios del petróleo en el corto plazo. Esto sentencia el agotamiento del neo-rentismo socialista y nuevamente nos lleva a retomar la tantas veces pospuesta transformación de la economía rentista e importadora en un nuevo modelo productivo exportador.
Sin embargo, a los ajustes macroeconómicos, a las medidas de cambio estructural y a la erradicación de las prácticas clientelares se les atribuye un costo político que el gobierno no está dispuesto a pagar en la antesala de las elecciones parlamentarias. La racionalidad económica queda subordinada a la lucha por el poder. Ganar las elecciones presidenciales, parlamentarias  o regionales siempre será la prioridad. Si se pierden los comicios, otros serán los que controlen el reparto y uso de la renta.
No basta con reducir el desempleo: hay que generar trabajo emancipador
En circunstancias de restricciones económicas y presupuestarias como las que plantea la actual caída de los precios del petróleo, el gobierno ya no puede seguir subsidiando empresas estatales que no son estratégicas. Estatizar no es socializar. Resulta escandaloso que en empresas públicas secuestradas por el burocratismo -de las cuales los trabajadores no se sienten copropietarios sociales sino explotados y donde se reproducen los mismos conflictos obrero-patronales de la IV República-, se cancelen millardarias sumas de dinero por concepto de bonos de productividad y hasta dividendos, cuando lo que arrojan son cuantiosas pérdidas. Esa práctica, lejos de expresar valores socialistas, revela la mentalidad rentista que espera que todo lo pague el petróleo. Semejante desviación del neo-rentismo socialista solo podrá superarse a través de nuevas formas de propiedad social bajo el control de los trabajadores directos y de la comunidad organizada. No se trata solo de bajar el nivel de desempleo sino de liberar al trabajo de la explotación del capitalismo rentístico y de la opresión del neo-rentismo socialista. Esto implica avanzar de la estatización a la socialización de la propiedad para generar un verdadero trabajo emancipador y liberador. Este es el mejor incentivo para mejorar el desempeño en esas empresas propiedad de los trabajadores, dignificar el trabajo y transformar la cultura rentista que pretende vivir de ingresos que no son fruto del esfuerzo productivo, en una nueva cultura sustentada en el principio socialista que propone: “de cada quien según su capacidad y a cada cual según su trabajo”.

viernes, 17 de octubre de 2014

¿Cómo enfretar la caida de los precios del petróleo para evitar una nueva devaluación?

Por: Víctor Álvarez R.
Hace un año, cuando su cotización no llegaba a los 50 Bs/$,  el Gobierno prometió “pulverizar el paralelo”. Pero éste ya perforó  el umbral de los 100 Bs/$ y la brecha con la tasa Cencoex atiza una demanda artificial. Tanto las empresas que necesitan divisas para importar insumos o bienes para la venta, como las personas que requieren viajar, estudiar afuera o proteger sus ahorros, demandan divisas y también presionan el paralelo. Y aunque la tasa Cencoex rige para la importación de la mayor cantidad de bienes esenciales, el paralelo es el que se usa como referencia para el cálculo de los precios de venta al consumidor.
En Venezuela, 96% del ingreso en divisas entra por petróleo. El estancamiento de la producción y la caída de los precios amenazan la gobernabilidad económica. ¿Cómo evitar una devaluación en la antesala de un año electoral?. Veamos.
Las distorsiones cambiarias
El Índice Big Mac se basa en la comparación internacional del precio de la hamburguesa para medir el poder de compra de la moneda nacional con base en un solo producto y así tener una idea de qué tan sobrevaluada o subvaluada está la misma con respecto al dólar. Según este Índice, el bolívar está sobrevaluado 42,2 %. Además de la sobrevaluación, el régimen de cambios múltiples ha generado al menos diez tipos de problemas:
1)    Desmantelamiento del aparato productivo: el anclaje cambiario impide la corrección oportuna del diferencial inflacionario entre Venezuela y el resto del mundo. Como la inflación aquí es mayor, resulta más barato importar que producir. Así, los productores se transforman en importadores y baja la contribución de la agricultura e industrial al PIB.
2)    Caída de las exportaciones no petroleras: la tasa de cambio sobrevaluada a la cual los exportadores venden al BCV el grueso de su ingreso en divisas no les alcanza para cubrir los costos domésticos. Esto debilita su competitividad cambiaria y así no se pueden mantener ni mucho menos conquistar nuevos espacios en el mercado internacional.
3)    Distorsión de precios relativos: Los que logran divisas a la tasa Cencoex tienen una  ventaja frente a aquellos que tienen que comprarlas en Sicad 1, 2 o el paralelo. Los productores/comerciantes de mayores costos salen del mercado y así se va consolidando una estructura monopólica que abusa de su posición de dominio imponiendo altos precios.
4)    Asignación ineficiente de divisas: Cadivi y Cencoex han demostrado su debilidad para lograr una asignación oportuna, transparente y suficiente de las divisas. Los prolongados retrasos castigan la producción y causan crecientes problemas de desabastecimiento y escasez.
5)    Especulación cambiaria: un régimen de cambios múltiples en el que la diferencia entre los extremos es de 16 veces (6.30 vs 100) es el incentivo perfecto para capturar los dólares baratos y después venderlos más caros, amasando escandalosas ganancias sin realizar ningún esfuerzo productivo.
6)    Fuga de divisas: la sobrefacturación de importaciones, sobrefacturación de exportaciones y deuda externa falsa o sobreestimada, son los efectos no deseados de un régimen cambiario que estimula la fuga de divisas.
7)    Déficit de PDVSA: la compañía petrolera está obligada a vender la mayor parte de su ingreso en divisas a la tasa de 6.30 Bs/$, la cual no le rinde para pagar una nómina de más de 140 mil trabajadores, honrar la deuda con contratistas, transferir recursos a las misiones y mantener al día sus pagos al fisco.
8)    Emisiones de dinero inorgánico: lo anterior ha llevado a PDVSA a endeudarse con el BCV, el cual ha sido obligado a emitir dinero base, creando un serio desequilibro entre el mercado de bienes y el mercado monetario.
9)    Presión inflacionaria: el crecimiento de la liquidez en un mercado signado por una creciente escasez es un factor propagador de la inflación. Aunque el Plan de Divisas asignó el 80% a la tasa Cencoex para importar bienes prioritarios, cada vez son más las importaciones que se hacen a las tasas de Sicad 1 y 2, lo cual implica costos superiores que de inmediato se trasladan a los precios.
10) Fraudes a la Nación: desde las empresas de maletín hasta los “raspacupos”, pasando por el contrabando de extracción y los delitos de acaparamiento y especulación, son consecuencia de los incentivos perversos que ofrece la política cambiaria
Alternativas para enfrentar la caída de los precios
Los sucesos geopolíticos que antes resultaban más que suficientes para disparar los precios del petróleo, ahora no han tenido efecto. Ni la crisis de Ucrania ni el grito de guerra al Estado Islámico han podido recuperar los precios del crudo, y esta probabilidad se aleja ante la desaceleración económica mundial, incluyendo China. En tales circunstancias, no es posible evitar la devaluación y su costo político en un año electoral a través de un aumento de la exportación de petróleo y una considerable recuperación de los precios en el mercado internacional.  
Esta realidad le impone al Gobierno corregir las graves distorsiones que ha generado la prolongación de un régimen de cambios múltiples que luce totalmente agotado. No se trata de eliminar el control de cambios sino de unificar las distintas tasas en un sistema de flotación con bandas, bajo el control del BCV. Esta sola medida sinceraría la demanda de divisas, corregiría el déficit de Pdvsa, haría innecesario su financiamiento monetario, y erradicaría los incentivos a la especulación y corrupción cambiarias. Una vez que se alcance el tipo de cambio de equilibrio, el próximo paso sería lograr una tasa que exprese la verdadera productividad del aparato productivo interno, con el impacto positivo sobre el PIB,  las exportaciones no petroleras, la inversión extranjera, los turistas internacionales y la repatriación de capitales. La unificación cambiaria no tendría mayor impacto inflacionario, toda vez que -a pesar de que se otorgan dólares preferenciales a la Tasa Cencoex o Sicad 1- la tasa que rige el cálculo del PVP es la del mercado paralelo. Más bien, la unificación cambiaria eliminaría el incentivo que ofrece el perverso régimen de cambios múltiples a los especuladores cambiarios que salen a la caza del dólar Cencoex, Sicad 1 y 2 para después venderlo a Bs 100 en el paralelo.   @victoralvarezr


Solo los extractivistas celebran la subordinación del Ministerio del Ambiente


Refundar el Ministerio del Ambiente

Víctor Álvarez R.

El extractivismo es un modelo de acumulación basado en la extracción intensiva de grandes volúmenes de recursos naturales que son exportados con muy poco o ningún grado de transformación industrial. Concibe a la Naturaleza como fuente de recursos a ser explotada a través de megaproyectos mineros, petroleros, agrícolas, pesqueros y forestales que causan un grave impacto ambiental y desplazan a pueblos indígenas y comunidades campesinas de sus territorios.

La lógica depredadora del extractivismo busca maximizar su ganancia a través de la explotación intensiva del trabajo y de la naturaleza. Por tal razón, no hay interés en evitar los impactos ambientales y sociales a través de soluciones tecnológicas que suponen un incremento en los costos y una reducción de los márgenes de ganancia. Para evitar, minimizar y corregir los impactos nocivos del extractivismo depredador es necesario contar con un adecuado marco legal y entorno institucional. Justamente, al Ministerio del Ambiente le corresponde el seguimiento y control de las actividades que se desarrollan en el territorio para que éstas no afecten ni pongan en peligro la sustentabilidad de los ecosistemas y así conservar las cuencas de los ríos, lagos y mares, preservar los bosques, proteger la biodiversidad y asegurar un aprovechamiento racional de los recursos naturales.

Subordinar y debilitar el Ministerio del Ambiente le hace el juego al extractivismo en un país extraordinariamente rico en recursos naturales, minerales, petrolíferos y gasíferos, donde se desplegarán las presiones de los poderosos intereses de las corporaciones extractivistas para que sus megaproyectos puedan llevarse a cabo sin mayores controles ni penalizaciones. Esta decisión le hace un gran favor a la flexibilización ambiental que promueve el modelo extractivista global, el cual se propone desmontar las capacidades y mecanismos de intervención estatal para que sean funcionales a la lógica del mercado y de la inversión de capitales, en su afán de derogar todo aquello que regule y controle la extracción a gran escala de recursos naturales. El extractivismo prefiere países con un débil marco legal e institucional y, en consecuencia, con una precaria fiscalización incapaz de detectar faltas para imponer sanciones y evitar daños mayores. En ausencia de una institucionalidad que obligue a cumplir las normas ambientales, prevalece la impunidad que favorece a los infractores.

Los únicos que pueden celebrar la eliminación del Ministerio del Ambiente son los extractivistas que ahora tendrán un mayor margen de maniobra para explotar la Naturaleza. En adelante, la función reguladora del Estado en materia ambiental se subordina a un ministerio cuya prioridad será la Gran Misión Vivienda, la cual más bien debería ser regulada y vigilada por los impactos ambientales que suelen acompañar a la industria de la construcción. Evitar las consecuencias negativas que desde ya pueden preverse implica una urgente rectificación de esta decisión, en función de refundar y relanzar el Ministerio del Ambiente como un instrumento clave en la transformación del capitalismo extractivista y rentista en un nuevo modelo productivo ecosocialista y sustentable, que reconozca y proteja los derechos de la Madre Tierra. @victoralvarezr

viernes, 3 de octubre de 2014

Impacto cambiario, monetario y fiscal del Convenio Cambiario N° 30


Por: Víctor Álvarez R.

Según el Convenio Cambiario N° 1, “el BCV fijará de común acuerdo con el Ejecutivo Nacional el tipo de cambio para la compra y para la venta de divisas y lo ajustarán cuando lo consideren conveniente, mediante Convenios Especiales”.

El Convenio Cambiario N° 9 aclara que Las divisas originadas por concepto de exportaciones de hidrocarburos serán de venta obligatoria al BCV, excepto las divisas provenientes de la actividad realizada por Pdvsa, quien venderá al BCV sólo las cantidades necesarias a los fines de atender los gastos operativos y de funcionamiento en el país de dicha empresa y las contribuciones fiscales, por el monto estimado en la Ley de Presupuesto. El BCV adquirirá las divisas al tipo de cambio fijado”.

El Convenio Cambiario N° 30 autoriza que "La liquidación de las operaciones de venta de divisas efectuadas por Pdvsa al BCV a los fines de la entrega de bolívares de las contribuciones de la Ley que crea la Contribución Especial por Precios Exhorbitantes del Petróleo, se hará a cualesquiera de los tipos de cambio oficial vigente".

Si alguna lógica tiene esta medida es la de vender a un precio mayor el monto en divisas que se entrega al Fonden en su equivalente en bolívares, para que así el Gobierno obtenga ingresos adicionales que alivien su déficit fiscal. Un dato: por cada millardo del Fonden que se venda en Sicad 2, el Gobierno obtendrá Bs. 50 millardos, en lugar de Bs. 6,3 millardos que obtenía a la anterior tasa de cambio. 

¿Cómo funciona Fonden?

El Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) es el instrumento a través del cual el Gobierno ejecuta un presupuesto paralelo, distinto al que anualmente aprueba la Asamblea Nacional. El Presidente de la República es el único administrador del Fonden, el cual se alimenta de los ingresos que generan los precios extraordinarios del petróleo, por encima de $ 80 el barril.

Pdvsa transfiere una parte de ese excedente en dólares para que el Gobierno pague a contratistas y proveedores extranjeros. Pero como el Fonden también necesita bolívares para hacer pagos en moneda nacional, hay un monto del excedente que el Fonden recibe en bolívares. Por lo tanto, una parte la recibe en divisas y la otra la recibe en bolívares a la tasa de cambio oficial.

Antes Pdvsa convertía ésta última parte a 6,30 Bs/$, pero a esa tasa de cambio tan baja los bolívares rendían cada vez menos. Gracias al nuevo Convenio Cambiario N° 30, Pdvsa podrá vender los dólares del Fonden a una tasa superior y así el Gobierno dispondrá de más bolívares, incluso si convierte menos dólares.

Impacto cambiario, monetario y fiscal

El BCV no puede vender los dólares que compra en Sicad 2 a precios de Sicad 1 o Cencoex, toda vez que esto le causaría enormes pérdidas. Por eso, lo más probable es que los venda a través del mismo Sicad 2. Así podrá recoger el exceso de liquidez que generó al momento de comprarlos. Adicionalmente, para evitar que la masa de dinero correspondiente al pago de aguinaldos y utilidades se vuelque al mercado de bienes y genere una presión de demanda que desquicie la inflación en el último trimestre del año, el BCV reabsorberá esta liquidez ofreciendo a mitad de precio en el Sicad 2, los dólares que cuestan el doble en el mercado, en un nuevo intento de “pulverizar” el paralelo.

El gasto del Gobierno no deja de crecer, la nómina es cada vez mayor y con cada aumento de sueldos, pago de aguinaldos y otros bonos, crecen los desembolsos de la Tesorería Nacional. Como los ingresos del Fonden finalmente los utiliza el Gobierno, el incremento en bolívares que se deriva del Convenio Cambiario N° 30 aliviará el déficit fiscal, más no el déficit de PDVSA. Este Convenio no aplica para las divisas que genera Pdvsa por la exportación de petróleo, ya que lo único que puede vender en Sicad 2 son los ingresos correspondientes a los financiamientos, ventas de activos, dividendos, cobros de deudas y por servicios prestados. Por lo tanto, el ingreso en divisas que Pdvsa percibe por la exportación de hidrocarburos los seguirá vendiendo al BCV a la tasa de 6,3 Bs/$.

Quien sale ganando es el Fonden, toda vez que aumenta sus ingresos al vender a Bs. 50 los dólares que antes vendía a Bs. 6,30. Incluso, Fonden puede recibir más bolívares por una menor cantidad de dólares. Y al convertir menos dólares para darle más bolívares al Fonden, el BCV puede inyectar el resto a Cencoex y Sicad 1 para pagar la deuda pendiente, liquidar las solicitudes aprobadas y así tratar de contener la inflación a través de importaciones a una tasa de cambio barata.

Cazadores de renta al ataque

En un entorno de mucha inflación nadie quiere ahorrar en bolívares, pues su poder de compra se vuelve sal y agua. Cómo viene el pago de las utilidades y aguinaldos, quien quiera ahorrar querrá hacerlo en una moneda o bienes que preserven su valor. Al aumentar los montos a subastar, la demanda que encarece el dólar paralelo se trasladará a Sicad 2 para comprar a mitad de precio lo que el mercado dice que cuesta el doble. Así, lo que en realidad es una devaluación con fines fiscales, quedará registrada en el imaginario de la gente como una revaluación, un abaratamiento del dólar. Cada vez serán más los que participen en las subastas del Sicad 2 para comprar a Bs. 50 lo que luego revenden a Bs. 100 y así ganar el 100% sin tener que realizar ningún esfuerzo productivo. ¡Rentismo puro y duro, pues! @victoralvarezr

El neo-rentismo socialista


Por: Víctor Álvarez R.

El neo-rentismo socialista es un modelo basado en el uso intensivo de la renta petrolera para financiar la inversión social y crear la base de apoyo del proyecto político, el cual se ejecuta a través de un sistema de premios y castigos para asegurar la lealtad de los seguidores, lograr la simpatía de grupos ambivalentes y castigar o disuadir a los adversarios.

Debido a la contracción del aparato productivo y su incapacidad para generar empleos al ritmo que crece la población económicamente activa, el neo-rentismo socialista apela al papel empleador del Estado clientelar. Esto se traduce en un aumento desmesurado de la burocracia y es una de las causas de la inflación estructural que sufre el país, toda vez que las remuneraciones que recibe esa abultada nómina pública no tiene como contrapartida un aumento en la producción.

El neo-rentismo socialista funcionó a la perfección mientras los ingresos petroleros crecieron y resultaron más que suficientes para financiar la inversión social. Con la reconstrucción de la OPEP, el restablecimiento de la disciplina de cuotas, la recuperación de los precios del petróleo, el pago de dividendos de las filiales de PDVSA y el considerable aumento de las regalías, el creciente ingreso fiscal petrolero cubrió holgadamente el presupuesto nacional. Pero con la estabilización del precio en $100 el barril, el estancamiento de la extracción del crudo en 3 millones de barriles diarios, y el aumento del consumo interno por encima de los 750 mil barriles, debido al irracional subsidio a la gasolina y al creciente consumo en plantas termoeléctricas, los ingresos fiscales de origen petrolero se han tornado insuficientes, lo cual sentencia el agotamiento del modelo neo-rentista.

En lugar de ahorrar en tiempos de bonanza para sortear los tiempos de escasez, el neo-rentismo socialista dinamitó su propia base de sustentación al aplicar una política fiscal pro-cíclica, con aumentos del gasto cada vez que aumentaba el ingreso petrolero, pero sin acumular reservas para encarar restricciones económicas y presupuestarias. En circunstancias de escasez, el gobierno ya no puede seguir subsidiando empresas estatales que no son estratégicas. Resulta escandaloso que en empresas públicas secuestradas por el burocratismo -de las cuales los trabajadores no se sienten copropietarios sociales y por tanto reproducen los mismos conflictos obrero-patronales de la IV República-, se cancelen millardarias sumas de dinero por concepto de bonos de productividad y hasta dividendos, cuando lo que arrojan son cuantiosas pérdidas.

Esa práctica, lejos de expresar valores socialistas, revela la mentalidad rentista que espera que todo lo pague el petróleo. Semejante desviación del neo-rentismo socialista solo podrá superarse a través de nuevas formas de propiedad social bajo el control de los trabajadores directos. De esta forma se activaría un esquema de incentivos para mejorar el desempeño en esas empresas propiedad de los trabajadores, dignificar el trabajo y transformar la cultura rentista que pretende vivir de ingresos que no son fruto del esfuerzo productivo, en una nueva cultura sustentada en el principio socialista que propone: “de cada quien según su capacidad y a cada cual según su trabajo”. @victoralvarezr