lunes, 25 de septiembre de 2023
domingo, 24 de septiembre de 2023
¿Cuál de los precandidatos reune las cualidades para ser el presidente de la transición política en Venezuela?
Víctor Álvarez R.
Los malos candidatos
representan una amenaza para recuperar la confianza en la institución del voto.
Quienes quieran movilizar y capitalizar electoralmente el malestar nacional no
pueden ser figuras desprestigiadas, con malos antecedentes, ni personas
arrogantes, soberbias y prepotentes, poseídas por revanchismos y afanes de
venganza. Por el contrario, debe contar con la fortaleza de la humildad para
poder escuchar y canalizar las diferentes alternativas y propuestas para sacar
al país de la crisis.
Los malos candidatos no
motivan a nadie ni contribuyen a superar la abstención. Para vencer la apatía
electoral, hay que postular buenos candidatos con un programa de gobierno
sensato y viable que revitalice la esperanza, motive y movilice al
elector.
En la
Sección Primera del Capítulo II de la Constitución Nacional se establece que el
Presidente o Presidenta de la República debe reunir, entre otras tantas, al menos las siguientes cualidades:
Ser Jefe
de Estado: Lo que quiere decir que debe tener
la convicción y voluntad de unir al país en torno a un proyecto común que
interprete el clamor nacional, y ser capaz de gobernar sin sectarismos para todos los venezolanos
y no solo para quienes votaron por él. En vez de seguir removiendo odios y
afanes de venganzas, debe ser un promotor del reencuentro y la reconciliación de un país
extenuado por la larga y destructiva confrontación entre el gobierno y la
oposición.
Ser Jefe
de Gobierno: como puede nombrar y remover a
los funcionarios que le permiten la Constitución y las leyes, debe ser
capaz de escoger a los mejores talentos del país, independientemente de su
filiación política, que estén dispuestos a comprometerse con el Proyecto
Nacional, complementando sus conocimientos y capacidades en un equipo de alto
desempeño que comprenda la complejidad de la problemática nacional y tenga
clara las acciones que se deben ejecutar para superar los problemas que
castigan a las familias, empresas e instituciones venezolanas.
Ser Comandante en Jefe de la
Fuerza Armada: Para lo cual debe contar con ascendencia
ética y moral, liderazgo político y apoyo popular. Debe inspirar respeto,
reconocimiento, respaldo y tener claro el papel que le corresponde cumplir a la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana (FANB) en el proceso de transición, dado el alto grado
de poder económico acumulado e identificación política con el chavismo. Debe
ofrecerle incentivos a la institución armada para que garantice el respeto al
resultado electoral y respalde la alternabilidad en el mando político.
Ser Jefe
de la Hacienda Pública: Debe
ser capaz de administrar con transparencia y probidad las finanzas públicas,
recuperar la industria petrolera para generar las divisas e ingresos fiscales
que la reconstrucción nacional necesita, y construir un nuevo acuerdo nacional a
fin de rentabilizar las reservas petroleras a través de la creación de fondos
para ahorrar e invertir la renta, cuyos rendimientos serán utilizados como
fuente de recursos complementarios del Presupuesto Nacional.
Formular y dirigir el Plan de Desarrollo Nacional: en
función de corregir los desequilibrios macroeconómicos que contraen la
actividad económica y generan inflación, crear un clima de seguridad jurídica y
confianza para estimular la inversión productiva, generadora de empleo estable
y bien remunerado que contribuya a recuperar el poder adquisitivo de los
hogares y encauzar al país por la senda de la paz política y la prosperidad
económica.
Los electores no se
sienten estimulados a votar cuando escuchan el torneo de insultos entre los
dirigentes políticos que siguen hundidos en una destructiva diatriba que no los
conecta con las necesidades del elector. Los candidatos del país descontento
tienen que ser reconocidos luchadores, distinguidos ciudadanos, de buena
trayectoria, con autoridad política y moral, capaces de generar un amplio
respaldo y animar a votar.
Venezuela
se juega su estabilidad y prosperidad en el próximo ciclo electoral en el que
se escogerá al Presidente de la República, diputados a la Asamblea Nacional,
gobernadores, alcaldes, diputados regionales y concejales. Los ciudadanos
venezolanos debemos estar conscientes del enorme poder de cambio y
transformación que juntos podemos lograr si ejercemos masivamente nuestros
derechos civiles y políticos de votar y votar bien.
jueves, 21 de septiembre de 2023
martes, 19 de septiembre de 2023
viernes, 15 de septiembre de 2023
¿Cumple Venezuela con los estándares internacionales de los procesos electorales?
Víctor Álvarez R. / Premio Nacional de Ciencias
A partir del 1 de enero de 2024,
Venezuela entrará en un año de elecciones presidenciales. El CNE y los órganos
subalternos del poder electoral están llamados a planificar con tiempo la
logística de todos los pasos del proceso electoral, y no solo los correspondientes
al día de las elecciones.
Los ciudadanos debemos estar
conscientes de las diferentes fases y
etapas del proceso electoral y contar con la información sobre los
candidatos postulados, sus propuestas, la ubicación de los centros de votación
y la mesa en la que nos corresponde votar. La información y educación electoral
es fundamental. Sin embargo, muy poco sabemos del proceso electoral venezolano
y muchas veces no estamos ni siquiera conscientes de cuáles son nuestros
derechos políticos y electorales.
Las normas ISO sobre procesos electorales nos ofrecen una amplia gama de
definiciones y condiciones que nos pueden ayudar a entender con más claridad si
el sistema de gestión electoral venezolano está a tono con los estándares
internacionales. ISO (por sus siglas en inglés) es la Organización
Internacional de Normalización de la que forman parte los organismos nacionales
de normalización. Elabora normas internacionales a través de los llamados Comités Técnicos de ISO. ISO aplicó los
requisitos genéricos de sus normas para evaluar y demostrar la capacidad real
de las instituciones electorales de organizar un proceso electoral de calidad,
cuyos resultados puedan ser reconocidos nacional e internacionalmente.
La ISO/TS
17582:2014 fue la primera norma de
carácter internacional que propuso un marco de gestión de la calidad para los
procesos electorales. En su contenido se adecuaron los requisitos
de la norma ISO 9001 para su aplicación en organizaciones electorales. Fue desarrollada por un grupo de trabajo
dirigido por la OEA y publicada el 14 de febrero de 2014 por la
Organización Internacional de Normalización (ISO). Luego,
en 2019 se publicó la norma ISO/TS 54001:2019 (en adelante norma ISO) que es un estándar
internacional basado en la norma ISO 9001:2015, aplicable a organizaciones
electorales para todos los niveles de gobierno.
Esta norma puede ser una referencia de
mucha utilidad a fin de conocer cuáles son esos estándares internacionales para
la organización de un proceso electoral, toda vez que especifica los requisitos
que debe cumplir un sistema de gestión de la calidad del poder electoral, el
cual debe demostrar su capacidad para gestionar elecciones limpias por votación
directa, universal y secreta; y, proporcionar resultados transparentes, justos
y confiables.
La
mencionada norma define una serie de estándares internacionales para procesos
electorales entre los cuales se destacan los siguientes:
ü Registro Electoral: Reconoce
la importancia de un registro de electores actualizado, en el que
queden identificados todos los ciudadanos que pueden ir a votar,
ü Registro de las organizaciones
políticas y de los candidatos: Que deben cumplir con los requisitos
legales para poder postularse y ser elegidos.
ü
Logística electoral: Establece la necesidad
de una planificación y organización estricta para asegurar el éxito del
proceso electoral.
ü Sufragio: a través
del cual el ciudadano ejerce su derecho de elegir
un candidato u organización política y generar la evidencia documentada que
sirva luego para verificar el voto de cada elector.
ü
Recuento y declaración de resultados: Es el conteo de votos y el poder
electoral es el único autorizado de anunciar los
resultados oficiales.
ü
Educación electoral: Proceso de información,
sensibilización y capacitación de votantes, organizaciones políticas y
candidatos sobre el proceso electoral, registro de votantes y participación.
ü Fiscalización del financiamiento
de las campañas electorales: Establece reglas para
la financiación transparente de las campañas, evitando el financiamiento ilegal
con fondos de la corrupción, narcotráfico, tráfico de armas, lavado de dinero,
etc.
ü
Resolución de conflictos electorales: Con canales y vías adecuadas para la
gestión de cualquier queja recibida o generada en el proceso electoral.
Sin lugar
a dudas, la implementación de un
sistema de calidad en el poder electoral venezolano, según la norma ISO, es una
tarea pendiente y sería de gran utilidad para que los electores, organizaciones
políticas y la opinión pública nacional e internacional certifiquen la
transparencia y legalidad de los procesos electorales, la validez
de los resultados y la legitimidad de los ganadores.
Te
invitamos a escuchar y compartir el análisis completo en el nuevo podcast de Pedagogía
Económica y Electoral https://t1p.de/87p3h
Norma ISO 54001: Una referencia para saber cuáles son los estándares internacionales de los procesos electorales
Víctor
Álvarez R.
Con
mucha frecuencia, en el debate político-electoral venezolano escuchamos hablar
de la necesidad de mejorar las condiciones electorales para poder realizar unas
elecciones libres, transparentes y competitivas, a tono con los estándares
internacionales. Pero poco sabemos en qué consisten esos estándares
internacionales de los procesos electorales.
ISO
(por sus siglas en inglés) es la Organización Internacional de Normalización de
la que forman parte los organismos nacionales de normalización. Elabora normas
internacionales a través de los llamados Comités
Técnicos de ISO. ISO aplicó los requisitos genéricos de sus normas para
evaluar y demostrar la capacidad real de las instituciones electorales de organizar
un proceso electoral de calidad, cuyos resultados puedan ser reconocidos
nacional e internacionalmente.
La ISO/TS
17582:2014 fue la primera norma de
carácter internacional que propuso un marco de gestión de la calidad para los
procesos electorales. En su contenido se adecuaron los requisitos de
la norma ISO 9001 para su aplicación en organizaciones electorales. Fue desarrollada por un grupo de trabajo
dirigido por la OEA y publicada el 14 de febrero de 2014 por la
Organización Internacional de Normalización (ISO). Luego,
en 2019 se publicó la norma ISO/TS 54001:2019 (en adelante norma ISO) que es un estándar
internacional basado en la norma ISO 9001:2015, aplicable a organizaciones
electorales para todos los niveles de gobierno.
Esta norma puede ser una referencia de
mucha utilidad a fin de conocer cuáles son esos estándares internacionales para
la organización de un proceso electoral, toda vez que especifica los requisitos
que debe cumplir un sistema de gestión de la calidad del poder electoral, el
cual debe demostrar su capacidad para gestionar elecciones limpias por votación
directa, universal y secreta; y, proporcionar resultados transparentes, justos
y confiables.
La confianza en la institución del
voto y en el poder electoral es un sustento clave del sistema político
democrático en el que la soberanía nacional es ejercida a través del voto y se elige
para gobernar al candidato que la mayoría considera está mejor preparado y
cuenta con el mejor programa de gobierno.
Esta norma comienza por señalar
que se puede hablar de elecciones libres cuando los ciudadanos ejercen
masivamente su derecho al voto, sin mayores restricciones que las que
establecen la ley y la normativa electoral. Pero cuando no funciona el registro
electoral permanente, se intervienen partidos políticos o inhabilitan a sus
candidatos, se atenta contra unas elecciones libres y transparentes, a tono con
los estándares internacionales.
A fin de poder ejercer los
derechos políticos y electorales, es necesario activar el Registro Electoral
Permanente (REP) para que puedan inscribirse y actualizar sus datos todas las
personas en edad de votar. Esto es esencial para el ejercicio de la soberanía
popular a través del voto. Pero también es muy importante el registro de las
organizaciones políticas y de sus candidatos, de tal forma que los electores
puedan votar libremente por la opción que mejor interprete sus necesidades e
intereses.
La legitimidad de desempeño del
poder electoral se construye antes, durante y después de la elección. La
emisión y recuento de los votos son los momentos culminantes de un largo
proceso que debe estar debidamente gestionado para que refleje fielmente la
voluntad del electorado. Cuando todo el proceso electoral se realiza de manera
transparente y precisa, aumenta la confianza en las elecciones, se aceptan los
resultados finales y se proclama a los ganadores, sin menoscabo de procesar las
quejas y apelaciones electorales que eventualmente pudieran presentarse.
Escuche el análisis completo en
el nuevo podcast de Pedagogía Económica y Electoral https://t1p.de/nypkf
martes, 12 de septiembre de 2023
viernes, 8 de septiembre de 2023
La industrialización antiinflacionaria
Víctor Álvarez R. / Premio Nacional de Ciencias
El próximo jueves 14 de septiembre estaré junto al
nuevo presidente de Fedecámaras, Adán Celis, en el Foro Empresas, Economía y Futuro:
Perspectivas 2023, organizado por la Cámara de Industriales del Estado
Aragua (CIEA) que preside Freddy Lujano. En este artículo quiero adelantar
algunas de las ideas que desarrollaré en ese evento.
¿A
cuánto llegará la inflación en 2023?
2023 comenzó
con una fuerte presión inflacionaria: 39,4 % en enero y 15,4% en febrero. Desde
marzo a julio los registros mensuales fueron de solo un dígito: 4,2% en marzo, 2,5% en abril, 7,5%
en mayo, 8,5% en junio y 7,2% en julio. Pero en agosto subió de nuevo a dos
dígitos con un registro de 13,6%.
Con el 13,6% de agosto, la inflación acumulada en
lo que va de año llegó a 144,6%; y la anualizada de agosto a agosto fue de
422%. De mantenerse esta tendencia, la inflación de 2023 superará el 234%
registrado en el año 2022.
El costo del ajuste fiscal lo están pagando sobre
todo los empleados de la nómina de funcionarios públicos y jubilados cuyos
salarios y pensiones permanecen congelados. Los bajos salarios limitan la demanda,
contraen las ventas y agravan la caída de la producción agrícola e industrial.
La reducción del
gasto público también se refleja en la falta de mantenimiento de los servicios
públicos y en la desinversión en los sistemas públicos de educación y salud. La reactivación
económica requiere servicios públicos de calidad, pero los frecuentes cortes de
energía, el racionamiento de agua, la escasez de gas, la mala calidad de las
telecomunicaciones, y la escasez de combustibles representan grandes
obstáculos. Obligan a paradas no programadas de la producción y
a incurrir en sobre costos que castigan la competitividad nacional frente a los
productos importados.
Desequilibrios macroeconómicos mantienen presiones inflacionarias