lunes, 10 de junio de 2019

¿Por qué el BCV publica las cifras después de tres años de silencio estadístico?


Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias
Rompiendo un largo silencio estadístico de más de tres años, el BCV publicó cifras en las que reconoce que -entre 2013 y 2018- el PIB se desplomó y la hiperinflación se desbordó. En promedio, la economía se contrajo en torno al  50% en ese lapso. En 2018 se registra una hiperinflación de 130.060,2 %, lo que explica en gran medida la fuerte caída del consumo privado, equivalente a -19 %.
El PIB petrolero cayó 44 % mientras que el no petrolero se hundió 46 %. La extracción de petróleo cayó de 3 millones de barriles por día a apenas 1 millón. Las exportaciones de crudos que tradicionalmente han generado 95% de los ingresos en divisas, cayeron 65% al pasar de $ 85.603 millones, a $ 29.800. En 2018, las importaciones se redujeron 74%, al caer de $ 57.183 millones a $14.866 millones, cuestión que explica la escasez de alimentos, medicinas, repuestos, etc. Entre los sectores más afectados sobresale la caída de la construcción en 95%, el comercio cae -34 % solo en 2018, mientras que la manufactura se redujo más de 70% entre 2013 y 2018.
¿Por qué ahora es que el BCV entrega las estadísticas que tenía ocultas?
El 30 de noviembre de 2018 se venció el plazo del FMI para que el BCV entregara los datos estadísticos sobre la economía venezolana. Venezuela, como miembro del organismo, debe entregar la data solicitada, de lo contrario podría ser suspendida, perder el acceso a los recursos que tiene en el Fondo y hasta ser expulsada del FMI, imposibilitando cualquier financiamiento a futuro.
El BCV obligó al FMI a realizar sus propias estimaciones sobre la situación económica del país. De hecho, en su último informe, el FMI calculó una hiperinflación de 1.350.000% en 2018 y proyectó 10.000.000% para 2019. Y estos son datos muy escandalosos cuyo impacto el gobierno quiere dosificar y por eso se adelanta a la publicación de la información oficial antes de que lo haga el FMI. Adicionalmente, Rusia, China, Turquía, Irán y otros aliados internacionales del gobierno requieren información estadística sobre los signos vitales de la economía venezolana que les permita estimar el riesgo país y definir sus próximos pasos y estrategias para proteger sus inversiones.
Los datos del BCV revelan que la devastación de la economía nacional tuvo su origen mucho antes de las sanciones y, por lo tanto, no se puede atribuir semejante desastre a la caída de los precios del petróleo ni a la guerra económica. Lamentablemente, en la economía todo puede estar peor, todavía no hemos tocado fondo y en 2019 -debido a la crisis eléctrica y al endurecimiento de las sanciones financieras-, lo más probable es que se agrave aún más el colapso del aparato productivo nacional y el empobrecimiento generalizado de la población.