jueves, 21 de noviembre de 2013

La maldición de la abundancia

Por: Víctor Álvarez R.

Pareciera que los países que se dedican a la extracción y exportación de petróleo, minerales y materias primas, estuvieran condenados a importar lo que deberían producir para satisfacer sus necesidades. Es como si a través de las importaciones se vieran obligados a devolverle a las grandes potencias y demás países, el plusvalor internacional que captan por la exportación de petróleo y otros  recursos naturales.

El círculo vicioso del extractivismo-rentista

Ante la necesidad de obtener recursos financieros, los países extractivistas-rentistas caen en un círculo vicioso del cual no pueden salir. Al no contar con una economía fuerte que garantice la soberanía alimentaria y productiva, intensifican la  extracción y exportación de recursos naturales. Pero a medida que captan una mayor renta, mayor suele ser la propensión a importar toda clase de productos, con lo cual frenan y desplazan la producción nacional.

Aunque en los países rentistas crezca el PIB, esto no es más que una ficción, ya que ese desempeño se basa en los sectores del comercio importador y los servicios financieros especulativos, y no en el crecimiento de la agricultura e industria, que son precisamente los sectores económicos que proveen a una sociedad de los alimentos, vestido, calzado, medicinas, maquinarias y equipos que resultan insustituibles a la hora de satisfacer sus necesidades básicas y esenciales.

En los países extractivistas, la creciente dependencia de las importaciones de bienes y servicios inhibe el desarrollo del aparato productivo, el cual se contrae aún más, justamente en los períodos de auge rentísticos. En efecto, al contar con un abundante ingreso en divisas -o presentar como garantía de pago las reservas probadas de recursos naturales-, se apela al expediente fácil de importar, en lugar de encarar y superar el desabastecimiento y la escasez temporal, a través de un sostenido impulso a la agricultura y a la industria.

El origen de la maldición

La maldición del extractivismo-rentista comienza en Venezuela con la Leyenda de El Dorado, según la cual los conquistadores y colonos españoles incursionaban selva adentro buscando una ciudad hecha de oro, donde el cotizado metal era tan abundante y común que los nativos le daban poca importancia y por eso lo cambiaban por espejitos y otras baratijas. Luego, el extractivismo minero que se inicia en la época de la colonia, se recrudece con el extractivismo petrolero, impulsado por los nuevos conquistadores representados en las corporaciones transnacionales de la industria petrolera.

Se impone así un proceso de división internacional del trabajo determinado por las demandas de materias primas y energía de las grandes potencias industrializadas. En este esquema, unos países se limitan a ser simples proveedores de materias primas y energía, mientras que otros dominan los procesos de transformación industrial.

El modelo extractivista impuesto no se limita solo a los minerales o al petróleo, sino que se extiende al extractivismo agrario, forestal y pesquero, actividades que proveen las materias primas que luego son compradas como productos de consumo final -a un precio mucho mayor-, por los mismos países ricos en  recursos naturales, pero pobres en tecnología y capacidades industriales para transformarlos.

En el caso de los recursos naturales reno­vables, la tasa de extracción resulta ser mucho mayor que la tasa de renovación, con lo cual el recurso tiende a extinguirse y perder su condición de “renovable”. De allí que la prolongación del modelo extractivista-rentista representa una verdadera amenaza, no solo para los recursos naturales no renovables, sino también para los renovables.

De la resignación a la acción

En el caso de Venezuela, los análisis superficiales explican los problemas y conflictos de­rivados del modelo extractivista-rentista como una simple adicción a las divisas subsidiadas, sin referirse al conflicto histórico entre el capital y el trabajo por captar el mayor porcentaje del plusvalor internacional contenido en la renta petrolera. A favor de quien se oriente su distribución dependerá en gran medida del interés que representen los actores políticos que logran controlar la estructura del Estado.

Sin embargo, el extractivismo-rentista se prolonga incluso bajo gobiernos progresistas y de izquierda que, si bien han reivindicado la soberanía nacional sobre los recursos naturales, profundizan la actividad extractiva con el argumento de que la renta obtenida se destinará a la inversión social. Esto no quiere decir que la maldición de la abundancia sea una fatalidad contra la que no se puede hacer nada. Los actuales problemas de desabastecimiento y escasez, derivados de la precariedad del aparato productivo interno y de los retrasos en la liquidación de divisas para importar, renuevan la necesidad de impulsar la construcción de un nuevo modelo productivo que facilite la transición sin traumas al post-extractivismo, haciendo innecesaria la explotación intensiva del petróleo y los minerales.
Por lo tanto, no se trata de decretar arbitrariamente el fin del extractivismo, cerrando intempestivamente los pozos  petroleros y las minas, sino de planificar la reducción gradual de las actividades extractivas, a la vez que se impulsa la construcción de un nuevo modelo productivo capaz de sustituir importaciones, diversificar las exportaciones y asegurar la soberanía alimentaria y productiva.  

Industrializar la economía para derrotar la escasez

Por: Víctor Álvarez R.

La industrialización de la economía venezolana no puede ser un proceso que se deje a merced de las fuerzas ciegas del mercado. Tiene que ser un esfuerzo bien planificado para asegurar el rápido crecimiento y desarrollo de las capacidades productivas y tecnológicas dedicadas a transformar materias primas en insumos básicos, bienes intermedios y productos de consumo final, con el fin de satisfacer las crecientes demandas y necesidades del aparato productivo nacional y de la población.

La industrialización en una nueva estrategia económica

El desarrollo económico de Venezuela tiene que ser un proceso integral y autosostenido, que se apoye  en un crecimiento armónico y  pro­porcional de la agricultura,  la pesca, la  minería, la industria, las telecomunicaciones, el comercio, las finanzas, los servicios y las demás actividades económicas sobre cuyo desarrollo descansa la esperanza de un mayor bienestar para nuestra sociedad.

La industrialización es un componente fundamental de una política económica diseñada para avanzar hacia el logro de los objetivos de seguridad y soberanía alimentaria y productiva. Es la mejor manera de generar empleos verdaderamente fructíferos, cuya remuneración tenga como contrapartida la producción de una abundante oferta de bienes y servicios destinados a satisfacer las necesidades básicas y esenciales del pueblo trabajador, sin romper el equilibrio que se debe preservar entre la oferta y la demanda para contribuir a estabilizar los precios.

Al satisfacer la demanda interna con producción nacional se evita que los ajustes en el tipo de cambio -que encarecen el componente importado y repercuten en la estructura de costos-, desborden las presiones inflacionarias. Por eso, requiere un adecuado manejo de la política macroeconómica y microeconómica, comenzando por la fijación de un tipo de cambio que exprese la verdadera productividad de la economía no petrolera; una política arancelaria y fiscal que desaliente las importaciones y favorezca la producción nacional y las exportaciones; así como incentivos fiscales y financieros para la inversión productiva y el fortalecimiento de las capacidades tecnológicas e innovativas.

La industria como fuerza motriz de la economía


Los países que han alcanzado un creciente grado de bienestar social han reconocido la importancia de la industria como la fuerza motriz del desarrollo económico. En su proceso de transformación productiva, el crecimiento del sector manufacturero con frecuencia ha sido mayor que la velocidad de crecimiento del PIB, convirtiéndose así en el sector dinamizador del desarrollo económico, lo cual se expresa en un aumento del grado de industrialización, es decir, de la contribución de la industria en la conformación del PIB, en comparación con el aporte de los demás sectores económicos.

En Venezuela, la industrialización está llamada a ser la fuerza motriz para impulsar la transformación de una economía rentista, que poco produce y casi todo lo importa, en una nueva economía independiente y soberana. Es la única estrategia posible para transformar el modelo primario-exportador -que impusieron las grandes potencias y nos condenó a ser exportadores de petróleo y materias primas-, por un nuevo modelo productivo capaz de sustituir eficientemente importaciones, diversificar la oferta exportable y, de esta manera, ahorrar y generar nuevas fuentes de divisas que nos hagan menos dependientes del ingreso petrolero.

La escasez de divisas: una oportunidad

La tarea de conformar una nueva economía sustentada en los ingresos que pueda generar la actividad productiva interna y así superar la tradicional dependencia del ingreso petrolero, todavía sigue pendiente. Los problemas relacionados con la liquidación oportuna de divisas que restringen la capacidad de importación, deben ser vistos como una gran oportunidad para relanzar y reimpulsar el desarrollo industrial. No hay que esperar a que se produzca un nuevo auge de la renta petrolera, toda vez que la abundancia de dólares lo que ha hecho es reactivar la propensión importadora y posponer una vez más el necesario proceso de revisión, rectificación y reimpulso de la estrategia económica, lo cual se expresa en la inercia de comprarle al resto del mundo los productos agrícolas e industriales que pudieran generarse internamente.
Lograr la industrialización de la economía venezolana es el reto de este momento en el que nuevamente se ha revelado con toda su fuerza nuestra paradoja de ser un país rico en materias primas pero pobre tecnológicamente para transformarlas en productos de mayor valor agregado. Impulsar la manufactura nacional es una necesidad que hoy más que nunca debemos reconocer, sobre todo si tenemos en cuenta el efecto multiplicador que el desarrollo de este sector es capaz de ejercer sobre otras actividades económicas orientadas a generar la oferta de bienes, servicios y empleos destinados a satisfacer las necesidades materiales y espirituales de nuestra sociedad. Industrializar la economía venezolana es la clave para transformar el capitalismo rentístico dependiente e importador en un nuevo modelo productivo soberano y exportador. Sin lugar a dudas, este el gran reto que el país tiene plateado para superar los problemas de desabastecimiento, escasez, acaparamiento y especulación que tanto malestar generan en la población.  

# ENTREVISTA a Víctor Álvarez, Premio Nacional de Ciencia: Una economía se altera cuando las divisas no provienen del esfuerzo productivo

Entrevistado por: Alexander González
Diario de Los Andes
1)   ¿Para usted qué significa haber sido galardonado con el Premio Nacional de Ciencia, Mención Ciencias Sociales?

Es un gran compromiso con la defensa de la verdad que se origina de la investigación científica, una responsabilidad con la generación y divulgación de un nuevo conocimiento revolucionario y transformador. Uno se siente de verdad muy honrado, y tiene la certeza de que valieron la pena tantas noches en vela, sin poder dormir, desarrollando una idea, un concepto, una teoría.

2)   ¿Qué compromisos adquiere usted al haber sido reconocido el trabajo de sus investigaciones con el Premio Nacional de Ciencia?

Estoy consciente que en adelante nuestros trabajos serán más leídos y consultados, y eso nos obliga a ser más rigurosos y exhaustivos. Uno siente sobre todo el compromiso de seguir siendo consecuente con un trabajo de investigación que tenga pertinencia con los grandes problemas que el país tiene planteados. En lo más hondo de nuestro compromiso social, tiene que ver con la necesidad de contribuir a generar, transferir, difundir y utilizar conocimientos científicos que sirvan de sustento para el diseño y ejecución de políticas y estrategias viables, relevantes y oportunas, que ayuden a superar los problemas que agobian a nuestro pueblo. El premio nos emplaza a afianzar nuestro compromiso militante con la causa de una sociedad justa, libre de pobreza y exclusión.

3)   De acuerdo a sus investigaciones ¿qué aspectos elementales se pueden contrastar teóricamente entre los fundamentos marxistas y las teorías clásicas y neoclásicas del mercado  con la actualidad venezolana (en el ámbito económico y sus actores)?

El capitalismo rentístico tiene su fundamento en la valorización de la naturaleza por el mercado mundial, y esto no lo estudiaron ni Marx ni los neoliberales. Estos últimos, desconocen el derecho que tienen los Estados soberanos de cobrar una regalía o renta por la liquidación de un recurso natural no renovable. En el caso del petróleo, el Estado –al ser el propietario de las riquezas del subsuelo-, recibe una renta cuyo contenido económico es la captación de un plusvalor internacional, el cual distribuye luego en favor de los factores económicos y sociales internos, y esto genera una serie de particularidades que es necesario estudiar y comprender, libre de dogmas que no dejan pensar con libertad. Estas particularidades de la economía venezolana no se pueden explicar ni comprender a la luz de los dogmas marxistas o neoliberales. En el genoma económico venezolano subyacen una serie de patologías que no fueron estudiadas por ninguna de esas corrientes. De allí la necesidad de analizar, libre de dogmas, los cromosomas y genes de la economía rentística venezolana, con el fin de evitar la explosión de las patologías de las cuales es portadora. Solo así se estará en condiciones de elaborar una adecuada teoría que permita mantener bajo control su comportamiento tan particular.

4)            ¿Cuáles son esas alteraciones en una economía rentística?

La primera alteración en el ADN de una economía rentista la encontramos en un ingreso en divisas que no es fruto del esfuerzo productivo. Este súbito ingreso confiere una capacidad de compra superior a la que pudiera resultar de la distribución del ingreso propiamente generado por el trabajo de los factores productivos internos. La inyección de la renta internacional a la circulación nacional origina una demanda que no puede ser abastecida por el precario aparato productivo local. Y entre producir e importar, se suelen apelar al expediente fácil de comprarle al resto del mundo lo que con esfuerzo y constancia debería comenzar a producirse nacionalmente.

En la secuencia del ADN del rentismo aparece de inmediato otra alteración: debido a la presión inflacionaria que ejerce el desequilibrio entre la pujante demanda y la rigidez de la oferta, se recurre al anclaje cambiario como instrumento de política antiinflacionaria. Al congelar el precio oficial de la divisa se abaratan las importaciones que se hacen con ese dólar subsidiado, pero esto termina siendo “pan para hoy y hambre para mañana” debido a que el dólar barato estimula toda clase de importaciones que frenan y desplazan la producción nacional. La situación hace crisis cuando se retrasa la liquidación oportuna de divisas y se activa de inmediato un mercado paralelo hacia el cual se desplaza la demanda insatisfecha.

5)   ¿Cuáles son sus principales críticas a la teoría marxista?

Más que críticas a la teoría marxista, mi debate es con los exégetas y predicadores que han convertido al marxismo en una especie de religión, convirtiéndolo en un pensamiento petrificado, en lugar de contribuir a su desarrollo. La crisis actual no es solo de la economía capitalista, sino de un modo de vida, de una civilización que se construyó sobre la base de explotar al ser humano, depredar la naturaleza y transgredir valores éticos esenciales.    

6)   ¿Cuál cree usted que han sido sus aportes para el fundamento o basamento teórico de lo que el Gobierno central denomina como “Socialismo del Siglo XXI, en áreas asociadas como al nuevo modelo productivo, al Estado Comunal y aspectos vitales  de la coyuntura económica?

Recientemente terminé mi último libro: “Lo que no debe heredar del siglo XX el socialismo del siglo XXI”. Es un aporte para el debate de lo que no se debe repetir en la construcción del socialismo bolivariano. Analizo las principales lecciones que nos dejó el intento fallido por construir el socialismo en el siglo XX. Hago una fundamentada crítica al absolutismo estatal en la economía que criminaliza y prohibe el emprendimiento individual y la iniciativa privada, lo cual lleva a la funcionarización de los trabajadores. Cuestiono el burocratismo como ese pernicioso fenómeno que permite que poderosas élites privilegiadas secuestren la propiedad social y la administren como si de una propiedad privada se tratara. Fundamento la inviabilidad de un sistema político basado en un solo partido y en el centralismo que conculca la libertad de organización política y la democratización en la toma de decisiones. Esta obra es un llamado a no reeditar los graves errores del culto a la personalidad, el control y censura de los medios de comunicación, la criminalización de la crítica honesta y comprometida, la intolerancia por razones ideológicas, religiosas o de orientación sexual que  socavaron la base de apoyo social y terminaron hundiendo el llamado socialismo del siglo XX; el cual, debido a todos esos errores, se quedó bien lejos de ese ideal humanista.    

7)            ¿Es viable el modelo del “Socialismo del Siglo XXI?

Es un modelo absolutamente viable si se construye a partir de una sincera y profunda crítica de lo que fueron las desviaciones, errores y mecanismos de dominación que dieron al traste con el socialismo en el siglo XX. Mientras los terribles flagelos del desempleo, pobreza, desigualdad y exclusión social azoten a la humanidad, los ideales que nos animan a luchar por una nueva sociedad en la que predominen los valores de la solidaridad, cooperación, complementariedad, reciprocidad, equidad y sustentabilidad se mantendrán vigentes. Precisamente, esos son los valores que persigue el socialismo del siglo XXI y son totalmente viables porque interpretan el sentir de la mayoría, representan el clamor de los hombres y mujeres de bien.  

8)   No quisiera perder la oportunidad para conocer sus criterios en relación a la “ofensiva económica en contra de la guerra económica del país” emprendida por el Ejecutivo Nacional. ¿A quién beneficia? ¿A quién perjudica? ¿En realidad existe una “guerra económica”? si es así, ¿cuáles medidas debería tomar el Gobierno? Las acciones ejecutadas por el Presidente Maduro ¿son las más acertadas? ¿Por qué?

Si alguien tenía alguna duda sobre la guerra económica desatada por los factores de poder que intentan desestabilizar la Revolución Bolivariana, la reciente ola especulativa debe haberlas despejado. De qué otra forma se puede explicar que el gobierno otorgue dólares a una tasa preferencial de 6.30 para subsidiar las importaciones y ofrecer productos a precios solidarios, pero luego quienes reciben la divisa barata de Cadivi hagan trampa, fijando el precio de venta como si hubiesen comprado el dólar al precio caro del mercado paralelo.

En la aberración del dólar paralelo, los especuladores cambiarios encuentran el caldo de cultivo perfecto para amasar grandes ganancias, al disparar el tipo de cambio muy por encima de la tasa oficial. Este enorme diferencial es causa de una de las más perniciosas patologías inherentes a la lógica parasitaria e inmoral del capitalismo rentístico, la cual se expresa en los ilícitos cambiarios y fraudes que se cometen en contra del interés nacional. La sobrefacturación de importaciones, la subfacturación de exportaciones, las importaciones ficticias por empresas de maletín, el acaparamiento y la especulación son la expresión concreta de la guerra económica con la que se pretende desestabilizar el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro.  

Estas arremetidas no solo expresan la voraz lógica del capitalismo rentístico -que se empeña en amasar ganancias exorbitantes en el menor tiempo posible-, también constituyen un nuevo ataque de los enemigos de la Revolución Bolivariana en su empeño por generar un creciente malestar que se traduzca en un voto castigo contra los candidatos del chavismo en la elecciones municipales del 8-D. Por eso, las medidas aplicadas por el Ejecutivo Nacional han sido bien recibidas por las amplias mayorías que viven de un sueldo fijo, el cual se les estaba volviendo sal y agua con semejante especulación. Las medidas tomadas por el presidente Maduro significan un estremecimiento que saca de la inoperancia e inacción a muchas instituciones públicas burocratizadas, que desde hace rato estaban obligadas a ejercer un riguroso control y fiscalización para que este asalto no ocurriera y, sin embargo, no estaba haciendo nada. Con estas medidas el pueblo humilde y la clase media recupera la confianza en el gobierno bolivariano y las instituciones del Estado venezolano.  

Otros galardones de Víctor Álvarez

·         Mención Honorífica del Premio Internacional “Libertador” al Pensamiento Crítico y Premio Municipal “Gustavo Machado” al Pensamiento Político, 2010, por su libro “Venezuela: ¿Hacia dónde va el modelo productivo?”

·         “Botón de Honor” de la Ciudad de Valencia, 2011, por la serie “Cuadernos de Educación Comunal”.

·         Orden “Arturo Michelena”, 2012, por su obra “Del Estado Burocrático al Estado Comunal”,

·         Mención Honorífica del Premio Internacional “Libertador” al Pensamiento Crítico, 2012 por su libro “Claves para la Industrialización Socialista”.

·         Premio Nacional de Ciencia, Mención Ciencias Sociales y Humanas, 2013

Víctor Álvarez galardonado con el Premio Nacional de Ciencia, Mención Ciencias Sociales y Humanas

Prensa CIM/ Noviembre 2013.
El jurado del premio Nacional de Ciencia, constituido por el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología,  decidió otorgar el mismo, este año, en la mención de Ciencias Sociales a uno de los  investigadores del Centro Internacional Miranda (CIM): el economista Víctor Álvarez.
Víctor Álvarez viene trabajando en los últimos años temas asociados al nuevo modelo productivo, el  Estado Comunal y abordando en sus columnas de prensa  aspectos vitales  de la coyuntura económica.   Sus trabajos son valorados nacional e internacionalmente, como  una referencia del pensamiento crítico comprometido con el rumbo socialista de la Revolución Bolivariana que se impulsa desde el CIM.
Este galardón compromete mucho más el esfuerzo de los investigadores, colaboradores y redes de trabajo nacional e internacional de CIM para continuar pensando, sistematizando, reflexionando y generando propuestas que contribuyan a la consolidación del proceso revolucionario que inicio el comandante Chávez y que hoy lidera Nicolás Maduro.

#ENTREVISTA a Víctor Álvarez: "Ya es hora de sincerar el precio de la divisa"

Entrevistado por Alexander González
Diario de Los Andes
Según el economista y ex ministro de Industrias Básicas y Minería, Trujillo sigue siendo un estado de “potencialidades dormidas, de potencialidades que no han sido debidamente aprovechadas”. Álvarez expresó que el gobierno central, el estadal y los locales “no han tenido éxito” en impulsar una estrategia de desarrollo que permita “despertar al estado Trujillo”; aseguró que lo que hace falta es un diseño de una táctica de desarrollo “más robusta”, que pase por la necesaria coordinación entre los distintos niveles de gobierno para complementar las capacidades

Para el ex ministro de Industrias Básicas y Minería y ex presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, Víctor Álvarez, la principal revisión que tiene que hacer en materia económica el Gobierno de Nicolás Maduro, debe estar direccionada hacia la política cambiaria. 

“Ya es hora de sincerar el precio de las divisas, porque ese subsidio al dólar se traduce a un subsidio a las importaciones que desplazan y hunden la producción agrícola y la producción industrial nacional”, sostuvo.  

Aseguró que el exceso de importaciones “lapidan” la producción manufacturera y agrícola nacional, como también favorecen diversas clases de ilícitos cambiarios, “de fraudes que han sido reconocidos por el propio Ministro Giordani”.

Anclaje cambiario

El ex ministro explicó que es “totalmente contraproducente” y contrario para el desarrollo productivo y para el logro de la soberanía productiva del país, “mantener un anclaje cambiario” que a su juicio se traduce en un “escandaloso” subsidio a la tasa oficial del dólar, que se vende a Bs. 6,30 mientras que en el mercado paralelo el precio de la divisa “es cuatro y cinco veces más (…) Existe una brecha ‘brutal’ entre el dólar oficial y el paralelo”, señaló.

Señales de agotamiento

El ex ministro Álvarez subrayó que “hay demasiadas señales de agotamiento del anclaje cambiario”, como instrumento de política inflacionaria, argumentó que “lo más probable” es que este año la inflación supere la cifra de 50%, que deja muy atrás la meta planteada por el Gobierno Nacional, de cerrar el año con un índice inflacionario de 14 a 16 por ciento.

Sugirió flexibilizar la política cambiaria que no significaría eliminar el control cambiario (medida que de ser tomada la califica como “absurda e inviable”) para alcanzar un sistema de bandas, donde la cotización del dólar tenga un mínimo y un máximo. “El Sicad permitiría establecer esas bandas, porque las subastas que se convocan para la agricultura y la industria allí el cupo de divisas se asignaría a las ofertas que se hagan más cercanas a la tasa de cambio oficial”, sostuvo.

Álvarez acotó que las subastas para el sector productivo permitirían definir el piso de esas bandas y la banda superior se definiría en las subastas para el sector importador. “Si se quiere desestimular las importaciones para poder sustituirla por producción nacional, entonces hay que fijar un precio del dólar más caro, que no aliente la tendencia a importar”, afirmó.

Deudas con el BCV

Desde la perspectiva de Álvarez, es necesario revisar y corregir otras medidas económicas, como lo es el endeudamiento de Pdvsa y otras empresas del Estado con el Banco Central de Venezuela. El economista declaró que la principal empresa del país y otros entes públicos lo que le entregan al BCV “es como un bono, un pagaré, como una letra de cambio”, donde recibe millardos de bolívares que luego son inyectados a la economía nacional, “pero sin respaldo en la producción de bienes ni de servicios, situación que recrudece la inflación”.

“Si queremos mantener a raya las presiones inflacionarias, entonces no se puede seguir prolongando esa práctica de pretender financiar el déficit  fiscal o el déficit de las empresas del Estado con endeudamientos con el BCV”, enfatizó.

Economía comunal

Álvarez resalta que el subsidio a la gasolina es una medida que no favorece a los más humildes, “en realidad, sólo beneficia a los que más tienen” criticó. En su blog ‘Pupila Insomne’, explica la propuesta para convocar a un referéndum consultivo que permita establecer nuevos precios para el combustible y los fines de sus excedentes:

“Anualmente se destinan $ 7.500 millones para subsidiar la gasolina. Propongo, entonces que, con el aumento, un porcentaje de este monto se destine a crear y fundar un nuevo Banco de Inversión Comunal y una nueva Sociedad Comunal de Garantías Recíprocas, cuyas agencias funcionarían en cada estación de servicio y pasarían a ser dos poderosos instrumentos para impulsar el Sistema Económico Comunal, dedicado a la producción de bienes y servicios imprescindibles para satisfacer las necesidades básicas y esenciales de la comunidad. El primer programa emblemático sería el financiamiento de un sistema comunal de transporte público, para ampliar y modernizar las unidades que utilizan las personas que no tienen vehículo, y que para nada se benefician del subsidio a la gasolina”.

Transformar subsidios

El ex ministro reflexionó que para superar la cultura rentista, “que celebra la eliminación de los peajes, el subsidio a la gasolina, al gas, a la electricidad, al agua” y que desde su criterio siempre aguarda para que todo lo pague el petróleo, entonces se debe evolucionar hacia una nueva “cultura tributaria”, con el fin de establecer conciencia ante la necesidad de transformar esos subsidios indirectos en impuestos.

#ENTREVISTA Víctor Álvarez: Venezuela tiene grandes oportunidades para 2014

Situación no es tan mala como dice el gobierno, ni tan catastrófica como señala oposición
Víctor Álvarez considera que Merentes debió aprovechar el potencial del país para crear mejores expectativas
Si ahora se toman las medidas macro-económicas adecuadas, la inflación del próximo año estará entre 10 y 12%
Eliana Pantoja
TAL CUAL
Ante la coyuntura que atraviesa el país, el ex-ministro de Industrias Básicas y Minería (2005-2006), Víctor Álvarez, asegura que él se ubica del lado de las soluciones prácticas. “Yo no me quedo llorando sobre la leche derramada. Hemos tenido un año malo desde el punto de vista económico, con una inflación de 50% y muchos tropiezos con la liquidación oportuna de divisas, pero todos esos inconvenientes tienen una solución fácil. Venezuela no está quebrada”.
El ahora profesor e investigador del Centro Internacional Miranda opina que las premisas del presupuesto de 2014 tienen criterios que no aprovechan el enorme potencial que tenemos para salir adelante. Considera que cuando el ministro Nelson Merentes dice que la inflación del año que viene estará en 26%, ó que el barril del petróleo se venderá a $60, lo que causa es desaliento en la población. A su juicio, la situación no es tan mala como afirma el titular de Finanzas, ni tampoco catastrófica como señala la oposición.
2 + 2 son 4
Álvarez, con la paciencia del pedagogo, expone una serie de cifras que pintan un panorama más alentador. Tiene certeza de que en 2014 el petróleo se venderá en torno a los $100 por barril y que lograremos extraer unos 3 millones 200 mil barriles por día. Pero, a este monto le descuenta el consumo interno, lo que se entrega por la vía de los convenios con China, Petrocaribe y los intercambios con países como Cuba.
“Para sacar una cuenta digerible, asumamos que – descontado lo anterior - al país le ingresará en efectivo el equivalente a 2 millones de barriles diarios. Si los vende en $100,  facturamos 200 millones de dólares diariamente. En una semana serían 1.400 millones, por un solo producto que se llama petróleo… En un mes, recibiremos 5 mil 600 millones de dólares. Si observa que semanalmente entre Cadivi y el Sicad se le inyecta al aparato productivo 1.000 millones de dólares de esa renta petrolera, entonces verá que todavía hay un superávit de 400 millones. Es decir, cuando usted hecha números ve que no hay razones  para decir que vamos a estar en una situación de escasez de divisas que va a afectar el aparato productivo”, enfatiza.
El fin del subsidio letal
El experto en políticas públicas dice que es inviable mantener anclado el dólar a 6.30 para abaratar las importaciones. Asegura que el uso de la política cambiaria como instrumento antiinflacionario se agotó, pues a pesar de la estabilidad del precio oficial, la inflación en los últimos dos años no baja del 20% y este año estará en torno al 50%.
Para darle un vuelco a esta situación, Álvarez propone una serie de “medidas que están al alcance de la mano” y apuntan a salir del círculo vicioso de una voraz demanda de divisas y toda suerte de ilícitos cambiarios. Afirma que, con su  aplicación, el gobierno podría lograr que el próximo año cierre con una inflación de entre 10 y 12%.
1.- Modificaciones del marco legal
Para empezar, dice que el gobierno debe adecuar las Leyes de Ilícitos Cambiarios y de Mercados de Capitales, que criminalizan la tenencia y comercialización de divisas de particulares. “Si se autorizara que los depósitos de origen venezolanos que están en la banca internacional regresen al país, pasaríamos entonces de una situación de sólo demandar divisas a un escenario donde hay estímulos para generar la oferta”.
Cita las referencias del BCV y del sistema financiero internacional según las cuales en la banca extranjera hay depósitos de origen venezolano en torno a los 290 mil millones de dólares. De éstos, 160 mil millones son privados. “Si usted promueve políticas para incentivar la repatriación de capitales, podríamos asumir que tal vez un 10% de esos fondos regresarían al país. Entonces, hablamos de 16 mil millones de dólares que nos entraría por una vía alterna a PDVSA, aliviando así la presión sobre Cadivi y las reservas internacionales”.  Asegura que esto sería un buen comienzo para dejar atrás el “cadivismo”.
2.- Sistema complementario
Álvarez ve imposible que el Estado continúe siendo el único proveedor de dólares para el país. Propone el desarrollo de un nuevo modelo cambiario conformado por dos protagonistas: Por un lado, Cadivi con un precio preferencial para la importación de alimentos, medicinas y productos esenciales. Por el otro, un “sistema complementario” que se nutriría con la repatriación de esas divisas privadas y que se cotizarían a una tasa de cambio superior a la de Cadivi.
Luego, para llegar al precio justo, el experto indica que “el valor real del dólar ya está surgiendo de las subastas del Sicad”. Pero, observa que hasta ahora las mismas sólo dan el límite inferior al margen adecuado, porque se han administrado con un criterio contrario a una subasta para evitar que la tasa de cambio se desquicie. Asegura que con las reformas jurídicas se flexibilizará el tipo de cambio para que el precio del dólar “flote entre una banda mínima y una máxima”, controladas por el BCV.
Para definir las bandas, se tendrían que separar las subastas de los fabricantes y la de los importadores de bienes de consumo final. “Hay que darle prioridad a los que pueden contribuir con el logro de la soberanía productiva. Ellos deben tener acceso a una tasa de cambio lo más cercana a la oficial. Luego, el límite superior se definiría por el precio que surja de la subasta a los importadores”, indica.
3.- Participación de PDVSA
El profesor considera que se le debe permitir a la estadal petrolera subastar directamente un porcentaje de su ingreso en divisa a través del Sicad, en vez de obligarla a entregar la renta del crudo a un tipo de cambio de apenas 6.30. “Ese monto tampoco le rinde a PDVSA para pagar una nomina que ya va por 100 mil trabajadores. La empresa tiene que cumplir compromisos con sus proveedores nacionales, apoyar las misiones con aportes que van entre 14 mil y 20 mil millones de dólares al año. Necesita demasiados bolívares para mantenerse operativa y por eso se ha visto obligada a ir al BCV a endeudarse; el cual, para poder darle la plata a PDVSA, recurre a la emisión de dinero inorgánico que no tiene respaldo en la producción, generando por tanto más inflación”.
4.- Exportadores: otra fuente de divisas
Hasta ahora, de acuerdo a los convenios cambiarios y las providencias administrativas, los exportadores están obligados a vender el 60% de sus ingresos en divisas a la tasa oficial de 6.30. “Eso no les alcanza para pagar la nómina que debe subir anualmente un 40%, ni las materias primas nacionales que aumentan en torno al 50%”, observa Álvarez. Por eso, propone que se autorice a los exportadores a convertir su ingreso en divisas en las subastas del Sicad, accediendo a una tasa de cambio que verdaderamente exprese su productividad. Señala que por esta vía se reforzaría la competitividad cambiaria y se impulsaría la diversificación de las exportaciones no tradicionales, activándose otra fuente de divisas complementaria a la petrolera.
5.- Turismo: otro grifo de dólares
Álvarez considera que la reciente decisión de permitir a los turistas extranjeros cambiar hasta $ 10.000 a la tasa Sicad es un paso de avance en la flexibilización de la política cambiaria. Los turistas huyen de los países con monedas sobrevaluadas. “Cuando un visitante extranjero toma un taxi desde el aeropuerto al hotel, le van a cobrar mínimo 700 bolívares. A la tasa oficial, solo la carrera le va a costar más de 100 dólares, cuando en la mayoría de los países, por muy lejos que esté el aeropuerto, el servicio más caro sale en $50. Para estimular nuevas fuentes de divisas no petroleras, esta flexibilización debe extenderse a los depósitos en el exterior y a los exportadores. Esto estimularía la repatriación de miles de millones de dólares al año, que es lo que el país está necesitando con urgencia para que todo no dependa de la renta petrolera”.
El país de las oportunidades
Para Víctor Álvarez Venezuela es uno de los países más atractivos para generar riqueza porque aquí no se produce casi nada. Reconoce que el desarrollo industrial y agrícola aún es una tarea pendiente.
“Nuestras carencias son nuestras oportunidades”. Reflexiona sobre el hecho de que tenemos un sector agrícola que debería satisfacer el 12% de nuestro PIB, de acuerdo al número de habitantes y la ingesta calórica que recomienda la FAO. Pero éste apenas aporta el 4.4%, porque se ha visto desplazado por una política cambiaria que hace más rentable las importaciones de alimentos. Por otra parte, señala que nuestro sector manufacturero aporta sólo el 14% del PIB. Explica que, de acuerdo a los indicadores internacionales establecidos por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), debería suministrar al menos el 20% del PIB.
“Hay que diseñar un conjunto de políticas macro-económicas, sectoriales y tecnológicas que estimulen la inversión productiva. Eso tiene que ver con un uso inteligente de los incentivos arancelarios, fiscales, financieros, cambiarios, compras gubernamentales, suministro de materias primas, capacitación productiva, asistencia técnica y el apoyo a la innovación tecnológica que al ministro Merentes se le olvidó mencionar. Sólo en compras públicas el gobierno tiene el potencial de reorientar los 24 mil millones de dólares que importa anualmente, en función de fortalecer la producción nacional. ¡Venezuela tiene con qué!”, puntualizó.
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Cuadro # 1 - Proyecciones de Ingresos de Víctor Álvarez para 2014
$100 costará un barril de petróleo
2 millones de barriles diarios será nuestra venta efectiva
$ 200 millones de dólares facturaremos diariamente.
$ 1.400 millones venderemos en una semana
$ 5.600 millones recibiremos mensualmente sólo por petróleo
Cuadro # 2 – Dólares venezolanos ubicados en el exterior
$290 mil millones son los depósitos de origen venezolano en la banca extranjera
$130 mil millones son de origen público
$160 mil millones son origen privado
$60 mil millones de los depósitos particulares fueron adquiridos por la compra de bonos de la deuda pública
 

 

viernes, 11 de octubre de 2013

Cómo curar el cadivismo


Por: Víctor Álvarez R.

En su alocución a la Asamblea Nacional, el presidente Maduro fustigó severamente el desempeño de la Comisión de Administración de Divisas al extremo de señalar que  "La actuación de Cadivi deja mucho que desear" y planteó aplicarle las 3R de revisión, rectificación y reimpulso para corregir las distorsiones que han dado origen a lo que llamó el cadivismo, como la práctica de capturar la mayor cantidad de divisas a la tasa oficial, para luego revender lo más caro que se pueda. "Tenemos que lograr que esa renta petrolera sea capturada para el desarrollo de la economía y no para el enriquecimiento de grupos particulares que quieren controlar el poder político, sea por la vía del disfraz rojo o por la vía de la burguesía parasitaria amarilla", sentenció Maduro al referirse a quienes inventan cualquier clase de fraude cambiario, incluyendo a los raspatarjetas y a quienes usurparon la identidad de miles de venezolanos en el mercado de títulos de valores.

Causas del cadivismo

La política cambiaria se ha basado en anclar el precio oficial de la divisa durante varios años. Mientras el dólar oficial se mantiene fijo, en el mercado paralelo la cotización de la divisa ha llegado a sextuplicar la tasa de cambio oficial. Ante semejante incentivo, empresarios, instituciones y ciudadanos de a pie se lanzan tras la captura de un cupo de Cadivi.

El cadivismo es una adicción al dólar preferencial que vende el gobierno a través de Cadivi y tiene su causa principal en el anclaje cambiario que se traduce en un creciente subsidio al dólar, si se compara con el precio que alcanza la divisa en el mercado paralelo. Quienes no pueden controlar la desesperación por obtener los dólares subsidiados, incurren en las más asombrosas formas de ilícitos cambiarios. La adicción del cadivismo tiene un serio impacto en la salud de la economía y las finanzas públicas, y supone un serio peligro para la libertad de las personas que defraudan al Estado.

Consecuencias del cadivismo

Los auges del ingreso petrolero suelen tener un impacto negativo sobre el aparato productivo. Ante cada auge rentista hay un auge del consumo que el precario aparato productivo local no es capaz de suplir. Como la renta petrolera otorga un extraordinario poder de compra externo, se apela al expediente fácil de adquirir en el resto del mundo lo que se debería estar produciendo internamente.

La propensión a importar se ve exacerbada por la política de anclaje cambiario que tiende a congelar el precio de la divisa por varios años, lo cual se traduce en un subsidio al dólar y, en consecuencia, en un subsidio a las importaciones que se hace con un dólar oficial cada vez más barato. Así, los productores se transforman en importadores y la creciente e indetenible tendencia a importarlo todo desplaza cada vez más a la producción nacional. Esta es una de las consecuencias más graves del cadivismo, toda vez que se traduce en un círculo vicioso que impide alcanzar la soberanía productiva y determina que el mejor negocio en Venezuela siga siendo importar, en lugar de producir para sustituir importaciones o exportar.

¿Qué hacer para superar el cadivismo?

Mientras el tipo de cambio se mantenga fijo en un contexto inflacionario, y la cotización en el mercado paralelo multiplique la tasa de cambio oficial, esta creciente brecha estimulará la insaciabilidad de un dólar subsidiado. La posibilidad real de superar el cadivismo y profundizar la transformación de una economía rentista e importadora en un nuevo modelo productivo exportador, tiene mucho que ver con el manejo inteligente que se haga de la política cambiaria.

La tasa de cambio de 6.30 Bs/$ expresa la productividad de la industria petrolera, pero no la de los demás sectores transables de la economía, particularmente de la agricultura y la industria, los cuales necesitan un tipo de cambio que permita cubrir los crecientes costos que se derivan de una mayor inflación en Venezuela.

Al encontrar una tasa de cambio que exprese la productividad real de la economía no petrolera, la política cambiaria podrá convertirse en un poderoso instrumento para superar el cadivismo e inducir las transformaciones estructurales en el aparato productivo interno, en función de sustituir importaciones por producción nacional y estimular las exportaciones no petroleras, generalmente castigadas por la recurrente sobrevaluación de la moneda nacional.

La crítica al cadivismo como expresión de la cultura rentista tiene que abrirle paso a una nueva política cambiaria dinámica y flexible. Los hechos han demostrado que congelar por varios años el precio oficial de la divisa, para luego corregir las distorsiones a través de maxidevaluaciones, atizan la inflación que deteriora la capacidad adquisitiva de los trabajadores que viven de un salario fijo. Recordemos que en el año 2009 la tasa de cambio pasó de 2.15 a 4.30 Bs/$, equivalente a una devaluación del 100%; y, en febrero de este año la cotización del dólar oficial pasó de 4.30 a 6.30 Bs/$, igual a una devaluación de 46,5%. Para evitar que la inflación se desquicie con cada devaluación, es preferible aplicar pequeños ajustes periódicos al precio oficial del dólar. Así se contribuiría a controlar la inflación, a alcanzar una tasa de cambio que desestimule las importaciones y remunere las exportaciones no petroleras y, sobre esta base, generar una oferta alternativa de divisas que alivie la presión sobre las reservas internacionales y sobre la divisa oficial.

¿Extractivismo o pobreza?

Por. Víctor Álvarez R.

“No nos llamemos a engaño: la formación socio-económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista”. En este llamado del Comandante Chávez que aparece en la presentación del Plan de la Patria, se sintetiza uno de los retos más importantes que tiene por delante la Revolución Bolivariana: la construcción de un nuevo modelo productivo que, en armonía con la naturaleza, propicie el desarrollo humano integral.

El extractivismo-rentista es un modelo de acumulación basado en la obtención de una creciente renta por la explotación de recursos naturales. Lleva a la dependencia de los países ricos en materias primas pero pobres en tecnología, los cuales se limitan a vender en el mercado internacional tales recursos, en lugar de transformarlos industrialmente. Se trata de un modelo que anula otras opciones de recursos -tales como el turismo, las fuentes alternas de energía o la agroecología-, debido a los daños ambientales y sociales que ocasiona la actividad extractiva.

Presionados por la urgencia de resolver los problemas sociales y de escasez, la cultura extractivista-rentista mantiene la inercia de exportar el mayor volumen de recursos naturales al mejor precio posible. Importamos porque no producimos y no producimos porque importamos. El anclaje cambiario y las exoneraciones arancelarias estimulan toda suerte de importaciones que inhiben y desplazan la producción nacional. Este círculo vicioso se empeora justamente cuando aumentan los precios del petróleo, toda vez que el mayor ingreso en divisas fortalece la capacidad de importación, postergando la diversificación del aparato productivo.

La crisis estalla cuando los precios del petróleo se desploman, cae el ingreso en divisas y la producción nacional resulta insuficiente para atender un nivel de consumo que se han expandido debido a la inyección doméstica de la renta internacional. Solo en períodos de bajos precios de petróleo que merman la capacidad de importación, es que se ha observado una recuperación de la producción agrícola e industrial, proceso que se ve interrumpido cada vez que tiene lugar un nuevo auge rentístico

Actualmente, el neo-extractivismo se expresa en el empeño por aumentar la explotación de recursos naturales, con el argumento de que así se pueden generar los ingresos necesarios para financiar la inversión social y productiva. Si bien es cierto que las multimillonarias regalías obtenidas por la intensificación del extractivismo ha ayudado a disminuir los elevados niveles de desempleo, pobreza y exclusión social, está práctica no se puede asumir como si no hubiera otra alternativa. Hay que romper con el falso dilema de “extractivismo o pobreza”. Para superar el extractivismo y enfrentar con éxito la guerra económica se requiere una nueva estrategia que comience por reorientar los miles de millones de dólares que anualmente se destinan a importar, en función de impulsar un nuevo modelo productivo que libere a los trabajadores de la explotación y a la naturaleza de la destrucción que impone un modelo depredador que agota los yacimientos o explota los recursos renovables a un ritmo superior a la tasa de reposición.

¿Qué es el neo-extractivismo?

Por. Víctor Álvarez R.

Desde la época de la Colonia, con su “Leyenda de El Dorado”, comenzó en Venezuela la extracción de oro, diamantes y otros minerales. 500 años después, los pueblos indígenas y comunidades mineras todavía viven en precarias condiciones y ven morir a sus hijos contaminados de mercurio o tapiados por los taludes de la actividad extractiva.

A diferencia del extractivismo minero impuesto por las grandes potencias industrializadas que condenaron a los países subdesarrollados a ser simples exportadores de materias primas a precios viles, los gobiernos progresistas y de izquierda de América Latina han reivindicado la soberanía nacional sobre los recursos naturales. A la explotación de recursos energéticos y minerales con el fin de destinar los recursos que se obtienen a la lucha contra el desempleo, la pobreza y la exclusión social, se le ha conceptualizado como neo-extractivismo.

Así, en Perú el gobierno de Ollanta Humala se ha planteado explorar reservas de gas en los territorios indígenas; en Uruguay, el presidente Mujica promueve un proyecto de megaminería de hierro a cielo abierto, a través de una infraestructura que incluye un mineraloducto, un puerto de aguas profundas, energía eléctrica e incentivos fiscales; en Bolivia, el gobierno de Evo Morales enfrenta la resistencia indígena por su determinación de construir una autopista que atravesará un parque nacional y territorios protegidos en los que subyace un enorme potencial minero; y en Ecuador, el presidente Correa anuló la decisión que impedía la explotación petrolera en el parque Yasuní, en la Amazonia de Ecuador. Incluso en Colombia, el presidente Santos reprime con fuerza la resistencia indígena y campesina a los proyectos mineros.

Neo-extractivismo o pobreza

Sea la megaminería, la extracción de petróleo o las grandes superficies de monocultivos, al neo-extractivismo se le presenta como la gran oportunidad de aumentar las exportaciones y generar los recursos que permitan enfrentar los flagelos sociales, sin detenerse a considerar los daños irreversibles que se causan a los pueblos indígenas y comunidades campesinas que habitan en territorios ricos en biodiversidad y aguas dulces.

Ante la falta de soluciones innovadoras para encarar la problemática social, los gobiernos de izquierda y derecha lucen atrapados en la dicotomía de “extractivismo o pobreza”. Si bien es cierto que las multimillonarias regalías obtenidas por la intensificación del extractivismo ha ayudado a disminuir los elevados niveles de desempleo, pobreza y exclusión social, está práctica no se puede asumir como si no hubiera otra alternativa.

El Arco Minero del Orinoco

Además de la explotación de la Faja Petrolífera del Orinoco, ahora se propone intensificar el extractivismo en el Arco Minero del Orinoco. En la región Guayana, donde tienen asiento las industrias básicas del hierro, acero, bauxita, aluminio, oro, diamante, etc. está previsto un plan de inversiones a través de una serie de proyectos conjuntos entre PDSA y la CVG. Con este fin, se suscribió un convenio con la República Popular China, cuyo objeto es cuantificar y explotar los minerales que subyacen en los estados Bolívar y Amazonas, a contrapelo de lo establecido en el Decreto Presidencial N° 269 que prohíbe toda actividad minera en el Estado Amazonas, y de los decretos que crean la Reserva de Biósfera del Alto Orinoco.

Si alguna lección nos ha dejado el extractivismo en Venezuela, es su voraz capacidad para contaminar el agua de nuestros lagos y ríos, depredar el ambiente y desplazar etnias indígenas y comunidades campesinas. Quienes vimos cómo año a año se fue contaminando el Lago de Maracaibo, tenemos que alertar que la extracción del petróleo está asociada al riesgo de accidentes, derrames de crudo y otra serie de problemas ambientales que representan una amenaza real para el río Orinoco. Las nuevas tecnologías no conjuran la amenaza sobre el ambiente que viene de la mano de la extracción del petróleo y del extractivismo minero, aún cuando esto se haga por parte de empresas estatales.

En el caso concreto del extractivismo minero vinculado a las empresas básicas de Guayana, es patético su poco aporte al desarrollo económico, la generación de divisas y los ingresos fiscales, al extremo que actualmente sobreviven gracias a las transferencias y créditos adicionales que reciben del presupuesto nacional.

Del rentismo a la cultura del trabajo

Reivindicar la soberanía nacional sobre los recursos naturales fue un paso absolutamente necesario para comenzar a pagar la deuda social. Pero en lugar de limitarse a exportar petróleo y minerales sin valor agregado, hay que plantearse la industrialización de los hidrocarburos y de la riqueza minera.

Asumir el extractivismo como la única opción para encarar los problemas sociales es propio de la mentalidad cortoplacista y rentista que es necesario sustituir por una nueva cultura del trabajo. En adelante, se impone utilizar de manera inteligente parte de esa cuantiosa renta en proyectos productivos, evitando la sobrevaluación de la moneda que implanta la tendencia a importar lo que bien pudiera producirse localmente, toda vez que esto solo conduce a enterrar bajo un alud de productos extranjeros las débiles agriculturas e industrias nacionales. Solo así los venezolanos podremos vivir de nuestra capacidad emprendedora y esfuerzo productivo.  @victoralvarezr