jueves, 21 de noviembre de 2013

#ENTREVISTA Víctor Álvarez: Venezuela tiene grandes oportunidades para 2014

Situación no es tan mala como dice el gobierno, ni tan catastrófica como señala oposición
Víctor Álvarez considera que Merentes debió aprovechar el potencial del país para crear mejores expectativas
Si ahora se toman las medidas macro-económicas adecuadas, la inflación del próximo año estará entre 10 y 12%
Eliana Pantoja
TAL CUAL
Ante la coyuntura que atraviesa el país, el ex-ministro de Industrias Básicas y Minería (2005-2006), Víctor Álvarez, asegura que él se ubica del lado de las soluciones prácticas. “Yo no me quedo llorando sobre la leche derramada. Hemos tenido un año malo desde el punto de vista económico, con una inflación de 50% y muchos tropiezos con la liquidación oportuna de divisas, pero todos esos inconvenientes tienen una solución fácil. Venezuela no está quebrada”.
El ahora profesor e investigador del Centro Internacional Miranda opina que las premisas del presupuesto de 2014 tienen criterios que no aprovechan el enorme potencial que tenemos para salir adelante. Considera que cuando el ministro Nelson Merentes dice que la inflación del año que viene estará en 26%, ó que el barril del petróleo se venderá a $60, lo que causa es desaliento en la población. A su juicio, la situación no es tan mala como afirma el titular de Finanzas, ni tampoco catastrófica como señala la oposición.
2 + 2 son 4
Álvarez, con la paciencia del pedagogo, expone una serie de cifras que pintan un panorama más alentador. Tiene certeza de que en 2014 el petróleo se venderá en torno a los $100 por barril y que lograremos extraer unos 3 millones 200 mil barriles por día. Pero, a este monto le descuenta el consumo interno, lo que se entrega por la vía de los convenios con China, Petrocaribe y los intercambios con países como Cuba.
“Para sacar una cuenta digerible, asumamos que – descontado lo anterior - al país le ingresará en efectivo el equivalente a 2 millones de barriles diarios. Si los vende en $100,  facturamos 200 millones de dólares diariamente. En una semana serían 1.400 millones, por un solo producto que se llama petróleo… En un mes, recibiremos 5 mil 600 millones de dólares. Si observa que semanalmente entre Cadivi y el Sicad se le inyecta al aparato productivo 1.000 millones de dólares de esa renta petrolera, entonces verá que todavía hay un superávit de 400 millones. Es decir, cuando usted hecha números ve que no hay razones  para decir que vamos a estar en una situación de escasez de divisas que va a afectar el aparato productivo”, enfatiza.
El fin del subsidio letal
El experto en políticas públicas dice que es inviable mantener anclado el dólar a 6.30 para abaratar las importaciones. Asegura que el uso de la política cambiaria como instrumento antiinflacionario se agotó, pues a pesar de la estabilidad del precio oficial, la inflación en los últimos dos años no baja del 20% y este año estará en torno al 50%.
Para darle un vuelco a esta situación, Álvarez propone una serie de “medidas que están al alcance de la mano” y apuntan a salir del círculo vicioso de una voraz demanda de divisas y toda suerte de ilícitos cambiarios. Afirma que, con su  aplicación, el gobierno podría lograr que el próximo año cierre con una inflación de entre 10 y 12%.
1.- Modificaciones del marco legal
Para empezar, dice que el gobierno debe adecuar las Leyes de Ilícitos Cambiarios y de Mercados de Capitales, que criminalizan la tenencia y comercialización de divisas de particulares. “Si se autorizara que los depósitos de origen venezolanos que están en la banca internacional regresen al país, pasaríamos entonces de una situación de sólo demandar divisas a un escenario donde hay estímulos para generar la oferta”.
Cita las referencias del BCV y del sistema financiero internacional según las cuales en la banca extranjera hay depósitos de origen venezolano en torno a los 290 mil millones de dólares. De éstos, 160 mil millones son privados. “Si usted promueve políticas para incentivar la repatriación de capitales, podríamos asumir que tal vez un 10% de esos fondos regresarían al país. Entonces, hablamos de 16 mil millones de dólares que nos entraría por una vía alterna a PDVSA, aliviando así la presión sobre Cadivi y las reservas internacionales”.  Asegura que esto sería un buen comienzo para dejar atrás el “cadivismo”.
2.- Sistema complementario
Álvarez ve imposible que el Estado continúe siendo el único proveedor de dólares para el país. Propone el desarrollo de un nuevo modelo cambiario conformado por dos protagonistas: Por un lado, Cadivi con un precio preferencial para la importación de alimentos, medicinas y productos esenciales. Por el otro, un “sistema complementario” que se nutriría con la repatriación de esas divisas privadas y que se cotizarían a una tasa de cambio superior a la de Cadivi.
Luego, para llegar al precio justo, el experto indica que “el valor real del dólar ya está surgiendo de las subastas del Sicad”. Pero, observa que hasta ahora las mismas sólo dan el límite inferior al margen adecuado, porque se han administrado con un criterio contrario a una subasta para evitar que la tasa de cambio se desquicie. Asegura que con las reformas jurídicas se flexibilizará el tipo de cambio para que el precio del dólar “flote entre una banda mínima y una máxima”, controladas por el BCV.
Para definir las bandas, se tendrían que separar las subastas de los fabricantes y la de los importadores de bienes de consumo final. “Hay que darle prioridad a los que pueden contribuir con el logro de la soberanía productiva. Ellos deben tener acceso a una tasa de cambio lo más cercana a la oficial. Luego, el límite superior se definiría por el precio que surja de la subasta a los importadores”, indica.
3.- Participación de PDVSA
El profesor considera que se le debe permitir a la estadal petrolera subastar directamente un porcentaje de su ingreso en divisa a través del Sicad, en vez de obligarla a entregar la renta del crudo a un tipo de cambio de apenas 6.30. “Ese monto tampoco le rinde a PDVSA para pagar una nomina que ya va por 100 mil trabajadores. La empresa tiene que cumplir compromisos con sus proveedores nacionales, apoyar las misiones con aportes que van entre 14 mil y 20 mil millones de dólares al año. Necesita demasiados bolívares para mantenerse operativa y por eso se ha visto obligada a ir al BCV a endeudarse; el cual, para poder darle la plata a PDVSA, recurre a la emisión de dinero inorgánico que no tiene respaldo en la producción, generando por tanto más inflación”.
4.- Exportadores: otra fuente de divisas
Hasta ahora, de acuerdo a los convenios cambiarios y las providencias administrativas, los exportadores están obligados a vender el 60% de sus ingresos en divisas a la tasa oficial de 6.30. “Eso no les alcanza para pagar la nómina que debe subir anualmente un 40%, ni las materias primas nacionales que aumentan en torno al 50%”, observa Álvarez. Por eso, propone que se autorice a los exportadores a convertir su ingreso en divisas en las subastas del Sicad, accediendo a una tasa de cambio que verdaderamente exprese su productividad. Señala que por esta vía se reforzaría la competitividad cambiaria y se impulsaría la diversificación de las exportaciones no tradicionales, activándose otra fuente de divisas complementaria a la petrolera.
5.- Turismo: otro grifo de dólares
Álvarez considera que la reciente decisión de permitir a los turistas extranjeros cambiar hasta $ 10.000 a la tasa Sicad es un paso de avance en la flexibilización de la política cambiaria. Los turistas huyen de los países con monedas sobrevaluadas. “Cuando un visitante extranjero toma un taxi desde el aeropuerto al hotel, le van a cobrar mínimo 700 bolívares. A la tasa oficial, solo la carrera le va a costar más de 100 dólares, cuando en la mayoría de los países, por muy lejos que esté el aeropuerto, el servicio más caro sale en $50. Para estimular nuevas fuentes de divisas no petroleras, esta flexibilización debe extenderse a los depósitos en el exterior y a los exportadores. Esto estimularía la repatriación de miles de millones de dólares al año, que es lo que el país está necesitando con urgencia para que todo no dependa de la renta petrolera”.
El país de las oportunidades
Para Víctor Álvarez Venezuela es uno de los países más atractivos para generar riqueza porque aquí no se produce casi nada. Reconoce que el desarrollo industrial y agrícola aún es una tarea pendiente.
“Nuestras carencias son nuestras oportunidades”. Reflexiona sobre el hecho de que tenemos un sector agrícola que debería satisfacer el 12% de nuestro PIB, de acuerdo al número de habitantes y la ingesta calórica que recomienda la FAO. Pero éste apenas aporta el 4.4%, porque se ha visto desplazado por una política cambiaria que hace más rentable las importaciones de alimentos. Por otra parte, señala que nuestro sector manufacturero aporta sólo el 14% del PIB. Explica que, de acuerdo a los indicadores internacionales establecidos por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), debería suministrar al menos el 20% del PIB.
“Hay que diseñar un conjunto de políticas macro-económicas, sectoriales y tecnológicas que estimulen la inversión productiva. Eso tiene que ver con un uso inteligente de los incentivos arancelarios, fiscales, financieros, cambiarios, compras gubernamentales, suministro de materias primas, capacitación productiva, asistencia técnica y el apoyo a la innovación tecnológica que al ministro Merentes se le olvidó mencionar. Sólo en compras públicas el gobierno tiene el potencial de reorientar los 24 mil millones de dólares que importa anualmente, en función de fortalecer la producción nacional. ¡Venezuela tiene con qué!”, puntualizó.
Navegadores
Cuadro # 1 - Proyecciones de Ingresos de Víctor Álvarez para 2014
$100 costará un barril de petróleo
2 millones de barriles diarios será nuestra venta efectiva
$ 200 millones de dólares facturaremos diariamente.
$ 1.400 millones venderemos en una semana
$ 5.600 millones recibiremos mensualmente sólo por petróleo
Cuadro # 2 – Dólares venezolanos ubicados en el exterior
$290 mil millones son los depósitos de origen venezolano en la banca extranjera
$130 mil millones son de origen público
$160 mil millones son origen privado
$60 mil millones de los depósitos particulares fueron adquiridos por la compra de bonos de la deuda pública
 

 

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