Víctor Álvarez R. / @pedagogiaeconomica
Escuche el análisis completo en el nuevo podcast de Pedagogía Económica y Electoral https://t1p.de/49ofc
Con esta jugada, el gobierno logra
distraer a la opinión pública y política del país del debate sobre la incesante
inflación, la pulverización de los salarios; el colapso de los servicios públicos
de electricidad, agua potable, gas doméstico, telecomunicaciones; el deterioro
de los sistemas de salud y educación y demás problemas que agobian la vida cotidiana
en los hogares venezolanos.
Y es que el principal problema que
atormenta a las familias no es el político ni el electoral, es el económico: el
ingreso no alcanza para comprar la canasta alimentaria, muchos menos para
adquirir la canasta básica.
El principal problema es el económico, no el político ni el electoral
De
acuerdo a las estimaciones del CENDAS-FVM, el
precio de la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) para cinco personas es de 510
$/mensual, pero la mayoría de los hogares no percibe este nivel de ingreso.
El gobierno es duramente criticado por los trabajadores
y sus sindicatos porque en 2023 no aumentó el salario mínimo, sino que decretó
un bono de alimentación de 40 $/mes, más un bono de guerra económica por 30
$/mes. A estos se le suman 5 $/mes a lo que ha quedado reducido los 130 Bs del
salario mínimo. Este ingreso de 75 $/mes apenas cubre el 14% de la CAF.
Para reducir el déficit fiscal y erradicar su financiamiento con
emisiones de dinero inflacionario, el gobierno minimiza el peso de los salarios
y las pensiones en el presupuesto nacional. En definitiva, el costo del ajuste
fiscal, monetario y cambiario para estabilizar la macroeconomía los están
pagando los trabajadores. Según la última Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI):
ü
El
81,5% no alcanza a cubrir la canasta básica y está en condición de pobreza.
ü El 53,3% no puede comprar la canasta
alimentaria y está en pobreza extrema.
¿Cuál es la propuesta de los precandidatos para abatir la inflación?
Entre
marzo-abril de 2023 la inflación bajó a 4,2% y 2,5%, pero
en mayo volvió a subir a 7,5%. La inflación acumulada en el año suma ya 84,9% y la anualizada 458%.
El comportamiento errático de la inflación demuestra que el problema todavía no
ha sido controlado. Las contradicciones entre la política económica y el
objetivo antiinflacionario impiden frenar el ascenso de los precios. Y así será muy difícil terminar el año con
una inflación menor de tres dígitos. Para que la inflación de 2023 sea inferior
al 100%, en el segundo semestre tendría que ser menor al 2% mensual.
La
inflación que disuelve el ingreso de los hogares tiene sus causas estructurales
en la contracción del aparato productivo que no es capaz de ofrecer en
abundancia y bajo costo los productos que se requieren para satisfacer las
necesidades básicas y esenciales de la gente, y ya sabemos que el producto más
caro es el que no se consigue. Pero la inflación también tiene factores
propagadores en la emisión de dinero sin respaldo en la producción para
financiar empresas públicas deficitarias que no facturan ni siquiera para pagar
su nómina, y también sabemos que mucha plata detrás de pocos bienes dispara los
precios.
Los
precandidatos que aspiran a la Presidencia de la República están emplazados a
demostrar ante los electores que tienen muy claro lo que van hacer para superar
las causas estructurales de la inflación y para erradicar los factores
propagadores que agravan la misma. Está bien que no descuiden las demandas por
mejores condiciones electorales y por conformación de un CNE lo más equilibrado
posible, pero de cara a la mejora de las condiciones sociales de los electores
que quieren estimular y movilizar para que vayan a votar masivamente:
¿Cuál es su
propuesta para reactivar la producción agrícola e industrial a fin de generar
una abundante oferta de alimentos y productos de buena calidad y bajo
costo?
¿Cuál sería
su política tributaria y fiscal para reducir el gasto innecesario del gobierno,
aumentar los ingresos y corregir el déficit fiscal?
¿Cuál sería
su política monetaria para erradicar el financiamiento de empresas públicas
deficitarias con emisiones de dinero inflacionario, sin respaldo en las
reservas internacionales ni en la producción?
¿Cuál sería
su política cambiaria para estabilizar el tipo de cambio y evitar que la
constante depreciación del bolívar se exprese en el aumento de los precios?
¿Cuál sería
la relación de su gobierno con el BCV para la emisión de dinero y el manejo de
las reservas internacionales?
¿Está de
acuerdo con una dolarización oficial de la economía venezolana?
¿Condiciones electorales o
condiciones sociales?
Con
la maniobra de forzar la sustitución de los rectores del CNE antes de que
cumplieran su período legal, el gobierno no actúa con ingenuidad sino con
malicia y audacia. Sabe del enorme rechazo que sufre entre los electores y para
conjurar la amenaza de ser barrido en las Presidenciales de 2024 hará todo lo
que esté a su alcance para deteriorar las condiciones electorales, crear dudas
sobre el proceso electoral, desvalorizar el
voto, dividir a sus adversarios y promover la abstención que convierta
en mayoría su decadente caudal electoral.
Si con la conformación de un nuevo CNE la dirigencia política y los
precandidatos de la oposición caen en esta jugada, vuelven a enfocar el debate
en la mejora de las condiciones electorales y descuidan la mejora de las
condiciones sociales a través de una oferta electoral sintonizada con la
urgencia de una población exhausta por la crisis, el elector no se sentirá
motivado a votar ni siquiera en la elección Primaria porque no encontrará
propuestas convincentes para superar los salarios de hambre que no alcanzan
para comprar la canasta alimentaria, aliviar los problemas de electricidad,
agua, gas, educación, vivienda, salud, transporte, telecomunicaciones e inseguridad
que azotan a las familias venezolanas.
Estos son los problemas que atormentan a los hogares y deberían ser la prioridad
de los partidos y precandidatos en su oferta electoral. Sin embargo, prefieren
poner delante su exigencia de mejores condiciones electorales a fin de
cristalizar sus aspiraciones de poder, sin imprimirle a su mensaje un contenido
social y esperanzador que interprete el sufrimiento de una población
empobrecida que necesita soluciones concretas a sus problemas concretos.
Los electores no se sentirán estimulados a votar por unos candidatos que
se muestran más preocupados por mejorar la condiciones electorales en las que
van a competir que por mejorar las precarias condiciones de vida que sufren la
mayoría de los hogares venezolanos.
Escuche el análisis completo en el nuevo podcast de Pedagogía
Económica y Electoral https://t1p.de/49ofc
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