Víctor Álvarez R. / Pedagogía Económica
Si bien es
cierto que EEUU se convirtió en uno de los principales productores de petróleo
gracias a la tecnología del fracking, ese petróleo liviano no es el más
adecuado para buena parte de las refinerías estadounidenses que fueron
diseñadas para procesar los crudos pesados venezolanos.
Mantener las
operaciones de fracking requiere precios superiores a 60 $/b para cubrir los
altos costos y ser rentables. Si caen por debajo, a EEUU le resultará más
barato importar petróleo que consumir el propio. Y los precios pueden caer si
se pone fin a la guerra en Ucrania y se conjura la amenaza del conflicto bélico
en Medio Oriente.
Por lo tanto,
no se trata de que EEUU produzca mucho petróleo que haga prescindible el
petróleo venezolano, sino de restricciones técnicas y económicas que dificultan
la sustitución de los crudos pesados venezolanos por los crudos livianos y de
alto costo del fracking.
Los crudos pesados en el patrón
de refinación de EEUU
En
el diseño y operación de una refinería, uno de los conceptos claves es el patrón de
refinación. Este patrón determina qué productos se
obtendrán con mayor eficiencia y, por lo tanto, condiciona
el tipo de crudo que debe alimentar la refinería. Dicho de otra
forma, el patrón de refinación es el modelo de producción de
una refinería y está diseñado para maximizar su portafolio de productos según sea
la demanda del mercado que abastece: gasolina, diésel, queroseno, lubricantes,
etc.
En un patrón de refinación se tienen en cuenta diferentes factores, tales como:
ü Estructura de la refinería: unidades de
craqueo, hidrotratamiento o coquización, hasta la integración con plantas
petroquímicas, el patrón define qué tan compleja será la instalación.
ü Rentabilidad: para asegurar
que la producción de la refinería se concentre en los productos de mayor
rentabilidad, de acuerdo con la demanda y los precios del mercado.
ü Uso energético: para reducir
el consumo energético por barril procesado, lo cual contribuye a mejorar la
rentabilidad y en la huella de carbono de la refinería.
ü Normativas ambientales: para
contribuir a la sostenibilidad con base en procesos de desulfuración,
recuperación de gases, tratamiento de aguas y minimización de residuos.
El patrón de refinación establece un perfil óptimo de
crudo que incluye:
·
Densidad
API: Refinerías con unidades de conversión profunda (como coquización
o hidrocracking) pueden procesar crudos más pesados; otras solo admiten crudos
medianos/ligeros.
·
Contenido
de azufre: Refinerías complejas con sistemas de hidrotratamiento y
recuperación de azufre pueden trabajar con crudos amargos (alto azufre)
o crudos dulces (bajo en azufre).
·
Rendimientos
por corte: El patrón funciona con crudos cuya destilación primaria esté
acorde con la producción deseada de naftas, gasóleos, residuales, etc.
Por
lo tanto, en el diseño y construcción de una refinería no todos los crudos son compatibles. De
hecho, seleccionar un crudo fuera del rango de diseño puede ocasionar fallas
operativas, graves daños cuantiosas pérdidas económicas.
La importancia del petróleo pesado
venezolano para EEUU
El
19,3% de las reservas mundiales de petróleo se encuentra en Venezuela. De
acuerdo con los reportes de la Agencia de Información de Energía (EIA),
Venezuela llegó a ubicarse en el tercer puesto como suplidor de crudo importado
de EEUU en 2024. Con licencias vigentes, Venezuela se sitúa como el tercer país
exportador de petróleo a EEUU, luego de Canadá y México, superando a Brasil y
Arabia Saudita.
La producción de petróleo en EEUU
gira en torno a los 13 MMBPD. A ese ritmo, sus reservas durarían menos de 7 años.
Si EEUU consume diariamente casi el 20% de la demanda global y Venezuela tiene
casi el 20% de la reserva mundial, a EEUU le conviene recuperar el suministro
del petróleo venezolano. Con
base en las especificaciones técnicas, los bajos costos y las extraordinarias
reservas que el país posee, Venezuela es la mejor opción para EEUU.
Las refinerías de
crudos pesados en EEUU necesitan que Venezuela mantenga un nivel alto de
producción. Si debido a la reimposición de las sanciones el suministro de crudo
venezolano a EEUU disminuye en 200 MBDP, refinerías como Chevron tendrían que
recurrir a proveedores de menor calidad y menos confiables, lo cual afectaría sus operaciones.
Uno de los objetivos de la Administración
Trump es recuperar el nivel de la Reserva Estratégica de Petróleo a 700
millones de barriles (MMB). Para lograrlo necesita inyectar 320 MMB. Comprar
semejante cantidad presionaría al alza los precios del petróleo, cuestión que
daría al traste con el objetivo de reducir los costos de los combustibles y la
energía. Según el Departamento de Energía, las reservas de EEUU subieron de 346
a 380 MMB a partir del momento en que Chevron recibió una licencia para
reactivar sus operaciones en Venezuela.
Por lo tanto, EEUU necesita recuperar el
suministro de petróleo venezolano para
evitar un impacto en los precios de los combustibles y la energía en el mercado
estadounidense, justo en la antesala de las elecciones de medio término en las
que la Administración Trump se juega la mayoría en el Congreso.
Sanciones favorecen a China que
compra petróleo con descuento
El
objetivo de suspender las licencias petroleras era cortar la
fuente de ingresos a Venezuela, provocar escasez de divisas y estimular el
descontento social. La suspensión de la licencia dejó en
manos de Pdvsa las operaciones antes controladas por Chevron. Pdvsa mantuvo la
producción y la ofreció con descuentos en los mercados asiáticos. Para evitar
que otros países compre este petróleo, Trump anunció la imposición de aranceles
secundarios, pero esta medida no llegó a concretarse. Los 240 MBDP que Chevron enviaba anteriormente al
mercado estadounidense pasaron a ser comprados con descuento por los
intermediarios asiáticos que proveen petróleo a refinerías privadas de China. A
pesar de la salida de Chevron, la producción venezolana se mantuvo estable en
torno a un millón de barriles diarios, según los datos de la OPEP.
En pocas
semanas, las medidas de máxima presión se revelaron ineficaces. Con el mercado chino comprando el petróleo venezolano, la reimposición de
las sanciones lo que hizo fue beneficiar a los rivales geopolíticos de EEUU, se
revirtió contra sus propios intereses energéticos y económicos, y así las sanciones
no solo perdieron eficacia, sino que generaron efectos colaterales no deseados
para los intereses de EEUU. En vista del fracaso de las medidas de máxima
presión, el gobierno de Trump se vio obligado a retroceder en su estrategia de
asfixia económica y decidió emitir una nueva licencia que permite a Chevron
reanudar sus operaciones en Venezuela.
Por las razones técnicas, económicas y geopolíticas
antes explicadas es que la Administración Trump renueva otra vez la licencia a
Chevron para que siga extrayendo petróleo venezolano y vendiéndolo en el
mercado estadounidense.
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