Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias 2014
Para 2014 se aprobó un presupuesto de divisas de $ 42
millardos, con una tasa Cencoex de 6,30 Bs/$ para cubrir el 80% de los bienes
de primera necesidad, y un 20% a través del Sicad l y el Sicad ll, como un
sistema complementario de divisas. Sin
embargo, en el curso del año, un creciente número de rubros fueron pasados de
Cencoex a Sicad I y II. De hecho, un
reciente reporte
de Deutsche Bank revela que en 2014 solo un 60% de los desembolsos en divisas
oficiales se ha hecho a la tasa Cencoex, 17% a tasa Sicad 1 y 23% a tasa Sicad 2,
para un tipo de cambio promedio de 17,3 Bs/$.
Distorsiones
cambiarias
A partir
de las premisas conque fue formulado el Presupuesto 2015, el año que viene no está prevista ninguna medida para modificar el
actual régimen cambiario. Se mantendrá el dólar a 6.30 que resulta cada vez más
perjudicial al debilitado aparato productivo nacional, que ya no puede competir
con importaciones subsidiadas a una tasa de cambio tan barata. Esta realidad inhibe
la inversión productiva y frena el crecimiento de la agricultura e industria.
Adicionalmente, la tasa de cambio que se aplica a las exportaciones
no petroleras, ni siquiera permite recuperar los costos domésticos de la oferta
exportable, que crecen a un ritmo superior al 50% anual. Esto explica en gran
medida la caída de las exportaciones no
petroleras e impide la transformación de la economía rentista e importadora en
un nuevo modelo productivo exportador.
La tasa de cambio de
6.30 tampoco sirve para contener la inflación, porque quienes la reciben -ante la certeza de que tarde o
temprano serán pasados a Sicad I o II-, se anticipan y calculan el PVP a una
tasa de cambio superior. Semejante brecha entre una y otra tasa de cambio
origina una severa distorsión en los precios relativos, y la discrecionalidad
con la que se asignan las divisas concede una inalcanzable ventaja a los que
logran tener acceso a Cencoex o Sicad I, en comparación con aquellos que se ven
condenados a comprarla en Sicad II o en el paralelo.
La coexistencia de cuatro tipos de cambio
(Cencoex, Sicad I y II, y el paralelo) incentiva a los cazadores de renta que
buscan echarle mano a los dólares baratos para después venderlos más caros, y ha
propiciado toda clase de ilícitos y delitos cambiarios, desde la
sobrefacturación de importaciones, la subfacturación de exportaciones, la
falsificación de deuda externa, la proliferación de empresas de maletín, los
“raspacupos”, etc.
PDVSA sin real
Pdvsa genera el 96 % de las divisas que entran
al país, pero se ve obligada a vender el mayor porcentaje a la artificial tasa
de 6.30 Bs/$. Esto provoca un creciente déficit
a la compañía, ya que a esa
tasa de cambio no logra obtener la suficiente cantidad de bolívares para pagar
una nómina de más de 143 mil trabajadores, honrar sus deudas con proveedores y
contratistas, transferir recursos a las misiones sociales, ni mantener al día
sus obligaciones con el fisco. Por eso entrega pagarés a la Tesorería Nacional que
luego son canjeados en el BCV por emisiones de dinero sin respaldo. Esta desmesurada masa de dinero se inyecta en un mercado signado por crecientes
índices de escasez, atizando aún más la desbocada inflación.
Superar creencias limitantes
Al igual que lo que
ocurre con el precio de la gasolina, a la unificación cambiaria se le atribuye
un costo político que puede comprometer el triunfo en las próximas elecciones
parlamentarias. Pero resulta que es todo lo contrario. Así como lo antipopular no
es aumentar el precio de la gasolina, sino mantener un subsidio que solo
beneficia a la minoría que tiene carro propio -mientras que la mayoría que se
desplaza en transporte público y nunca va a una bomba de gasolina no se
beneficia para nada de este subsidio-, con el régimen de cambios múltiples pasa
lo mismo. La enorme brecha que hay entre la tasa Cencoex y el paralelo estimula
y favorece sobre todo a los especuladores y corruptos que buscan tener acceso a
los dólares baratos para luego venderlos más caros, mientras que la mayoría de
la población que necesita divisas o quiere comprarlas para proteger sus
aguinaldos y utilidades, no tiene otra opción que ir al paralelo y pagar por
cada dólar 16 veces más.
La superación de las
patologías inherentes al capitalismo rentístico y la transformación de la
economía rentista e importadora en un nuevo modelo productivo exportador
comienza por la definición de una nueva política cambiaria que erradique los
perversos incentivos a la cultura rentista que pretende vivir de ingresos que
no son fruto de la inversión ni esfuerzo productivos. El punto de partida de
esta transformación radica en la definición de una nueva y única tasa de cambio
a un nivel que exprese la verdadera productividad de la agricultura e
industrias nacionales, que hasta ahora han sido castigadas y desplazadas con
una tasa de cambio ruinosamente barata.
Definitivamente, el nudo
gordiano que hay que desatar para superar las distorsiones cambiarias,
fiscales, monetarias y de precios que crean un ambiente macroeconómico adverso
a la inversión y actividad productiva, tiene que ver con un régimen de cambios
múltiples que luce cada vez más agotado. Solo así será posible reactivar el
aparato productivo para compensar con producción nacional las restricciones de divisas
que ya no permiten importar como antes se hacía. Es con una abundante
producción agrícola e industrial como se erradicará la escasez, el acaparamiento,
la especulación y la inflación. @victoralvarezr
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