Víctor Álvarez R
Las sanciones económicas que aplicó la Administración Trump contra Venezuela finalmente no funcionaron para forzar un cambio de gobierno y su prolongación está afectado poderosísimos intereses estadounidenses:
ü Compañías petroleras como Chevron fueron obligadas a interrumpir sus operaciones en Venezuela, lo cual les ha causado pérdidas millonarias.
ü Los inversionistas que compraron bonos de PDVSA no han podido cobrar un solo centavo.
ü Proveedores estadounidenses que vendían repuestos y equipos a Corpoelec, Hidroven, PDVSA Gas y CANTV no pueden exportar sus productos a Venezuela.
Todos estos intereses afectados hacen lobby ante la OFAC, el Departamento del Tesoro y otras instancias de la administración Biden para que flexibilicen las sanciones económicas y puedan recuperar sus negocios en Venezuela.
EEUU piensa y actúa en función de sus intereses nacionales y la flexibilización de las sanciones hay que analizarla bajo esa lógica. La Administración Biden necesita sustituir el petróleo ruso por crudos venezolanos para frenar el alza de los precios en los combustibles y evitar el costo político-electoral en los comicios de noviembre.
Para garantizar que los ingresos petroleros adicionales que reciba Venezuela sean destinados a financiar los programas de la emergencia humanitaria y repotenciar los servicios públicos para aliviar el malestar que causa en los hogares venezolanos los cortes de electricidad, el racionamiento de agua potable y la escasez de gas doméstico, se propone crear un Fondo Humanitario Venezolano, el cual funcionaría bajo la supervisión internacional de organismos como el PNUD, OMS, FAO y CICR. Este Fondo podrá recibir donaciones y hacer inversiones rentables para hacer crecer el volumen de los recursos.
La sociedad civil debe alzar su voz para exigir que la flexibilización de las sanciones sea a cambio de crear un Fondo Humanitario que priorice el uso de los ingresos petroleros adicionales para aliviar los graves problemas que afectan a la empobrecida sociedad venezolana. De lo contrario, la flexibilización de las sanciones solo va a servir para que Chevron recupere sus negocios en Venezuela, para que los bonistas cobren la deuda que tienen pendiente o para que los proveedores estadounidenses vuelvan a exportar sus productos al país, pero si no se crea un Fondo Humanitario, esos ingresos no se reflejarán en una mejora de las condiciones de vida de las familias venezolanas.
Escuche la explicación completa en el nuevo podcast de #PedagogíaEconómica https://t.co/vHoetrP0h2
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