Víctor Álvarez R.
Director de Pedagogía Económica y Electoral
El presidente de la Asamblea
Nacional, Jorge Rodríguez, solicitará la declaración de “persona non grata”
al ex-canciller Celso Amorim, asesor de asuntos internacionales del
Gobierno de Brasil, por desconocer la reelección del presidente Nicolás Maduro
y afirmar que Venezuela no contribuye a un mejor funcionamiento de los BRICS.
Para
conjurar el impacto económico de un eventual recrudecimiento de las sanciones
de EEUU, Nicolás Maduro intentó el ingreso de Venezuela como estado asociado a
los BRICS, pero su solicitud
fue vetada por Brasil, a pesar del apoyo de la mayoría de los miembros. Por
esta razón, Venezuela no podrá recibir inversiones a través de los mecanismos de
financiamiento de los BRICS.
¿Qué le pueden aportar los BRICS a Venezuela?
En 2015 los BRICS fundaron el Nuevo
Banco de Desarrollo (NBD BRICS) como alternativa a las instituciones
financieras clásicas del Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Banco
Interamericano de Desarrollo, a las cuales Venezuela no tiene acceso por
considerar que el país tiene un gobierno ilegítimo que no cuenta con el apoyo
de la voluntad popular.
Desde su fundación, el BND ha
desembolsado más de $ 32 mil millones para proyectos en infraestructura y
energía. Para crecer económicamente, Venezuela tiene que superar las
deficiencias de un entorno productivo castigado por la mala calidad de los servicios
básicos de electricidad, gas industrial, agua y telecomunicaciones. El país no
cuenta con recursos propios para acometer estas inversiones y por eso Maduro
apostó a ingresar a los BRICS y tener acceso al financiamiento, a cambio de
petróleo, gas, minerales y materias primas.
¿Qué le puede aportar Venezuela a los BRICS?
La oferta del
gobierno es esencialmente extractivista, basada en incentivos para la
explotación intensiva de petróleo, gas, minerales y materias primas. Ni PDVSA
ni las empresas básicas tienen recursos financieros para extraer y rentabilizar
los recursos naturales. Para sobrevivir a un eventual escenario de
endurecimiento de las sanciones, Maduro está dispuesto a profundizar la
apertura y liberalización de la economía, invitando al capital extranjero como
accionista mayoritario en los proyectos de inversión.
Justamente, las Zonas Especiales de Desarrollo han
sido creadas para ofrecerle al inversionista incentivos fiscales, laborales y
ambientales, en un contexto de protección de los derechos de propiedad,
seguridad jurídica y garantías a la inversión. Sin embargo, ante el riesgo inminente de un
endurecimiento de las sanciones económicas, la Ley de Inversión Extranjera
vigente indica que -en casos de fuerza mayor o situaciones económicas
extraordinarias-, el gobierno puede impedir la repatriación de entre 60-80% de
las utilidades de las empresas.
Por si fuera poco, la confidencialidad que
impone la Ley Antibloqueo basada en la desaplicación del marco legal vigente,
también genera muchas dudas sobre la seguridad jurídica que Venezuela ofrece a
la inversión privada nacional y extranjera.
¿Por qué
Brasil vetó a Venezuela?
Celso Amorín declaró que Brasil vetó a
Venezuela por “una pérdida de confianza”. En las Presidenciales del 28 de julio, el CNE anunció una
totalización de votos que dio como ganador a Nicolás Maduro. Aún sin publicar
los resultados de las 30 mil mesas electorales que hagan creíble esa
totalización, el TSJ ratificó unos resultados que contradicen las encuestas
preelectorales, las mediciones hechas a boca de urna y las actas recibidas por
los testigos en las mesas de votación.
El informe
preliminar del Panel de Expertos de la ONU concluyó que “el CNE no cumplió con las medidas básicas de transparencia y
estándares de integridad y gestión”. El Centro Carter considera que “La elección presidencial de Venezuela de
2024 no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad
electoral y no puede ser considerada como democrática”. Ante
la OEA, el Centro Carter presentó actas de votación originales que dan como
ganador a Edmundo González con 67% de los votos frente a 31% de Maduro.
Por todas estas razones, la
adjudicación de la victoria a Nicolás Maduro ha estado signada por
denuncias de fraude, cuestión que ha afectado la confianza entre
ambos gobiernos. El veto de Brasil que impidió el ingreso de Venezuela a los
BRICS anuncia otro mandato presidencial de Nicolás Maduro no reconocido
internacionalmente, sin el apoyo de los organismos multilaterales tradicionales
ni de la nueva arquitectura financiera internacional que se construye al calor
del avance de los BRICS.
Impacto económico y geopolítico del veto de Brasil
Si la comunidad internacional desconoce la
legitimidad de un nuevo mandato de gobierno para Nicolás Maduro, se repetirá
otro período presidencial signado por sanciones económicas y aislamiento
internacional. Esto repercutirá sobre el comercio exterior y las
inversiones extranjeras que necesita la economía venezolana para seguir
creciendo y recuperar el tamaño que tenía hace 10 años.
El cuestionamiento del resultado electoral en las
Presidenciales del 28 de julio prolongará la crisis política y tiende un manto
de incertidumbre sobre la economía venezolana. Si no se resuelve el conflicto político
reaparecerán los desequilibrios macroeconómicos y el país puede caer de nuevo
en una profunda y prolongada recesión,
con episodios de hiperinflación y recrudecimiento de la masiva migración.
La nueva
arquitectura financiera internacional que están construyendo los BRICS tiene
como objetivo promover inversiones para repotenciar los servicios de agua,
electricidad, gas, telecomunicaciones y la infraestructura de apoyo a la
inversión y actividad productivas. Aunque Venezuela tenga
cuantiosas reservas de petróleo, gas y minerales, sin los necesarios servicios
públicos, infraestructura y fuerza de trabajo calificada en todos los niveles
técnicos y gerenciales, estas restricciones alejan al inversionista por los
sobrecostos que castigan la competitividad y rentabilidad de las inversiones y
exportaciones que se pudieran generar.
El veto de
Brasil pospone el acceso de Venezuela a estos mecanismos de financiamiento e
inversión, y tendrá un impacto negativo en las aspiraciones de sostener el
crecimiento de la economía venezolana, aún en un contexto de sanciones
económicas.
Ingreso a los
BRICS tiene que ser una alternativa al modelo extractivista
Desde la época de la Colonia, con su “Leyenda de El Dorado”,
comenzó en Venezuela la extracción de oro, diamantes y otros minerales. 500
años después, la población venezolana todavía vive en precarias condiciones y huye
de la pobreza en una indetenible diáspora que ya suma casi 8 millones de
migrantes.
A diferencia del tradicional extractivismo minero que condenó a los
países ricos en recursos naturales pero pobres en tecnología a ser simples
exportadores de materias primas a bajos precios, en Venezuela tomó fuerza la reivindicaron
de la soberanía nacional sobre los recursos naturales con el fin de cobrar una
creciente renta para destinarla a la lucha contra el desempleo, la pobreza y la
exclusión social. A esta reivindicación se le ha conceptualizado como neo-extractivismo rentista y sus pobres
resultados han sido muy cuestionados.
Sin
embargo, para gestionar su ingreso al grupo de los BRICS, el gobierno ofrece la
Faja Petrolífera del Orinoco donde subyace una de las principales reservas de
petróleo del mundo y el Arco Minero del Orinoco, con sus cuantiosas reservas de hierro, bauxita, oro, diamante, coltán, caolín, etc. Las exportaciones venezolanas siguen siendo esencialmente rentistas y
provienen de explotar las grandes reservas de petróleo, gas y minerales, sin
mayor grado de transformación industrial. Por lo tanto, el extractivismo que se ofrece para entrar a los
BRICS no constituye una alternativa para lograr la transformación productiva de
Venezuela.
Asumir
el extractivismo como la vía para ingresar a los BRICS es propio de la
mentalidad cortoplacista y rentista que es necesario sustituir. En lugar de limitarse a exportar petróleo y
minerales sin valor agregado, Venezuela tiene que gestionar en los BRICS
inversiones productivas que permitan la industrialización de los hidrocarburos
y de la riqueza minera. La transformación productiva de Venezuela requiere un nuevo tipo de financiamiento vinculado a la transferencia de
tecnología, asistencia técnica, formación del talento nacional y la máxima
incorporación de contenido nacional en los proyectos de inversión. Solo
así se podrá transformar una economía rentista e importadora en una nueva
economía productiva y exportadora.
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