viernes, 2 de mayo de 2025

Yo voto consciente, mi voto es inteligente

 

Víctor Álvarez R. / Pedagogía Electoral

Ante el cuestionado resultado electoral en las Presidenciales del 28 de julio, nuevamente se escuchan las consignas abstencionistas que plantean que “en Venezuela se vota, pero no se elige”, que “dictadura no cae con votos”, que “participar en las próximas elecciones es convalidar la farsa electoral del régimen”.

Los abstencionistas alegan que no pueden participar porque sus candidatos están inhabilitados, presos o en el exilio. Pero cuando les quitan la inhabilitación y deciden participar, entonces los consideran alacranes y traidores. Los electores no se sienten estimulados a votar cuando escuchan este torneo de insultos entre la dirigencia política que les impide a conectarse con las necesidades reales de la gente.

Un sector de la oposición decidió llamar a la abstención y el otro decidió participar, pero se presentó dividido, con dos y tres candidatos para cada cargo en disputa. Una vez más, el país descontento no contará con candidaturas únicas y unitarias. Y así, la abstención y división de la oposición nuevamente pueden convertir en mayoría a la minoría oficialista. 

Ciertamente, los malos candidatos representan una amenaza para recuperar la confianza en la institución del voto. Quienes aspiren a capitalizar electoralmente el malestar nacional no pueden ser figuras desprestigiadas, con malos antecedentes, ni personas arrogantes y prepotentes, poseídas por revanchismos y afanes de venganza. Los malos candidatos no motivan a nadie ni contribuyen a superar la abstención.

Pero si dedicamos un poco de tiempo a revisar las postulaciones, encontraremos buenos candidatos, reconocidos luchadores sociales, con autoridad ética y moral, que han dedicado buena parte de su vida a la organización y participación ciudadana en iniciativas de reencuentro y reconciliación nacional, impulsadas de abajo hacia arriba, para recuperar espacios de resistencia y lucha institucional en los diferentes estados y municipios del país.

Claro que hay buenos candidatos que merecen nuestro voto. Como electores, interesados en mejorar las condiciones de vida, tenemos que votar y votar bien. Por eso hay que identificar y hacer campaña por los buenos candidatos, aquellos de destacada trayectoria que tengan ideas claras y motiven a votar.

¡El voto tiene que ser consciente, el voto tiene que ser inteligente!

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