El sábado 10 de marzo a las 2.45 pm, en el marco de FILVEN 2012,
Víctor Álvarez R., ex Ministro de industrias y actualmente investigador
del Centro Internacional Miranda (CIM),
presentará su nuevo libro "Claves para la Industrialización Socialista"
La actividad se llevará a cabo en el Teatro Teresa Carreño,
Sala Angel Rama, detràs del Platillo Protocolar
(Prensa CIM) Víctor Álvarez es investigador del Centro Internacional Miranda. Recibió Mención Honorífica del Premio “Libertador” al Pensamiento Crítico y el Premio Municipal “Gustavo Machado” al Pensamiento Político por su libro “Venezuela: ¿Hacia dónde va el Modelo productivo”. En esta ocasión nos presenta un análisis crítico del proceso de industrialización en las condiciones del capitalismo rentístico venezolano. Cuestiona la sustitución ineficiente de importaciones que condena a los trabajadores y consumidores a adquirir productos de inferior calidad y precios superiores a los importados, pero al mismo tiempo se opone a la apertura neoliberal que somete a los productores locales a una feroz competencia con las importaciones procedentes de las principales potencias industrializadas. Como alternativa entre estas dos opciones extremas, fundamenta la importancia de las políticas industriales y tecnológicas en el contenido de la política económica para profundizar la reactivación, reconversión y reindustrialización del aparato productivo nacional, en el marco de los cambios estructurales en la economía mundial, caracterizados por una incesante relocalización industrial, el auge de las industrias del conocimiento y las tensiones entre los procesos de globalización e integración latinoamericana.
Álvarez define la industrialización socialista como un proceso llamado a sustituir la industrialización basada en la explotación del trabajo ajeno, el uso intensivo de materias primas y energía, la depredación del ambiente y los desequilibrios territoriales, por un nuevo tipo de industrialización basado en diferentes formas de propiedad social, la aplicación de nuevos principios para la justa remuneración del trabajo productivo y la inversión social de los excedentes, el uso intensivo de información y conocimientos científicos y tecnológicos, la preservación del ambiente y el desarrollo armónico y proporcional de las regiones. Con este fin, propone un conjunto de principios rectores de la industrialización socialista e identifica diferentes formas de intervención del Estado para orientar un proceso que no puede quedar sometido a las fuerzas ciegas del mercado. Argumenta que la industrialización socialista debe apoyarse en un Estado en manos de los trabajadores y de la comunidad, sin mediaciones burocráticas de ningún tipo. Solo así será posible impulsar un nuevo tipo de desarrollo industrial, capaz de asegurar una creciente producción de los bienes y servicios que se requieren para satisfacer plenamente las necesidades básicas y esenciales de la sociedad.
El libro trata sobre el proceso de industrialización venezolano, de las premisas que le dan origen, de las necesidades e intereses a los que responde, de las políticas y estrategias que se llevan a cabo para impulsarlo, así como un análisis de los resultados obtenidos.
Al contrario de la escasez de divisas que obligó a muchos países a promover la industrialización, en Venezuela los esfuerzos por desarrollar la actividad manufacturera se han realizado en condiciones de un abundante ingreso en divisas provenientes de las exportaciones petroleras. Esta poderosa capacidad de compra externa no siempre ha estado en armonía con los objetivos de la industrialización, por el contrario ha entrado en abierta contradicción al utilizarse para importar los bienes que la industria nacional puede perfectamente producir.
Las premisas de la industrialización en Venezuela
En el caso venezolano, es más bien la necesidad de legitimar el régimen político de la democracia representativa y la presión por encontrar nuevas formas de acumulación, las razones que llevan a poner en marcha una actuación conjunta de los factores políticos y económicos que se imponen una vez derrocada la dictadura perezjimenista. Estos convienen en impulsar la industrialización como el gran proyecto modernizador, capaz de crear los consensos necesarios para legitimar el nuevo régimen político y abrir atractivos espacios para la acumulación del capital.
Como casi toda acción económica desde la aparición del petróleo en la vida nacional, el esfuerzo por industrializar al país ha sido realizado con una fuerte presencia e intervención del Estado y con una participación del sector privado más en un rol capturador de la renta petrolera que como un gran inversionista de recursos propios que impulsen el desarrollo industrial y regional. Por eso la industrialización por sustitución de importaciones fue un proceso subsidiado por el Estado, el cual transfirió parte de la renta petrolera a la burguesía industrial a través de incentivos arancelarios, fiscales, financieros, cambiarios, compras gubernamentales, suministro de materias primas, capacitación técnica, inversiones en infraestructura y servicios de apoyo a la actividad industrial, asistencia técnica., etc. Los abundantes subsidios y la elevada protección de la que gozó la inversión industrial permitieron asegurar altos niveles de ganancia y rentabilidad en un mercado cautivo, resguardado de la competencia de productos importados, y en constante crecimiento gracias a la inyección de la renta petrolera a la dinámica productiva interna. Pero los rezagos en calidad, productividad y competitividad de la industria nacional condenaron a los consumidores a comprar productos más caros y de inferior calidad que los importados, acentuando así un proceso de distribución regresiva del ingreso desde los consumidores y trabajadores que viven de un ingreso fijo, hacia la burguesía industrial que controlaba a su antojo el mercado interno e imponía sus precios.
Esta ha sido una de las características de la Venezuela rentista, toda vez que desde que apareció el petróleo en la vida nacional, la abundancia de divisas ha inducido un tipo de cambio sobrevaluado que no expresa la productividad real de la agricultura y de la industria, por lo que la industrialización ha sido una acción política selectiva a través de la cual se ha apostado a determinados sectores a través de la protección arancelaria, exoneraciones fiscales, financiamiento blando y otros incentivos de las políticas públicas que de alguna manera contribuyeron a compensar y contrarrestar la propensión a importar derivada de un tipo de cambio sobrevaluado.
El relanzamiento del proceso de industrialización
Para asegurar la soberanía productiva, Venezuela está obligada a relanzar el proceso de industrialización con un eficaz apoyo del Estado. Pero, en lugar de reeditar el proteccionismo a ultranza o la apertura extrema, se trata ahora de sustituir eficientemente importaciones y de generar una oferta exportable de calidad y buenos precios, a través de un conjunto de incentivos públicos de carácter temporal, condicionados al logro de metas concretas en términos de fortalecimiento de los atributos de la producción nacional, empoderamiento popular y distribución progresiva del ingreso, desarrollo armónico y proporcional de las regiones, preservación del ambiente e integración latinoamericana. Es así como el reimpulso a la industrialización podrá contribuir a la transformación del capitalismo rentístico en un nuevo modelo productivo socialista que erradique las causas estructurales del desempleo, la pobreza y la exclusión social.
Con el propósito de sistematizar las experiencias de la sustitución de importaciones y de la apertura del mercado interno, asimilar sus principales lecciones y, sobre la base de este aprendizaje, relanzar el proceso de industrialización en Venezuela, presentaremos los resultados de nuestra investigación en ocho capítulos.
Con el propósito de sistematizar las experiencias de la sustitución de importaciones y de la apertura del mercado interno, asimilar sus principales lecciones y, sobre la base de este aprendizaje, relanzar el proceso de industrialización en Venezuela, presentaremos los resultados de nuestra investigación en ocho capítulos.
Capítulo II.
Etapa neoliberal: liberalización de las importaciones y desindustrialización
En el capítulo dos evaluamos la política de apertura del mercado interno y liberalización del comercio exterior que disminuye la protección de la industria nacional. Analizamos críticamente los argumentos que llevan a desmontar los apoyos públicos inherentes a la política de sustitución de importaciones para dar inicio a la reforma arancelaria y de la política comercial en general, lo cual marca el inicio del proceso de desindustrialización de la economía venezolana. Presentamos los resultados de esta política de apertura del mercado interno, en términos de la reducción del aporte o peso relativo de la manufactura en la conformación del PIB y del empleo que en ella se genera.
Capítulo III:
En el capítulo tres estudiamos las premisas que se cumplen para relanzar el proceso de industrialización. Estudiamos los cambios que se están llevando a cabo en la economía mundial y el impacto que tienen en la relocalización de las actividades industriales ya no solo a partir de las ventajas comparativas que cada país tenga en cuanto a la dotación de materias primas, energía, fuerza de trabajo barata o ubicación geográfica; sino también considerando las ventajas competitivas que desarrollan con base en la creación de capacidades para la generación, transferencia, difusión y uso de nuevos conocimientos y tecnologías que requiere cada vez más el desarrollo industrial. Advertimos acerca del impacto que tiene la cultura rentista -que tiende a importar lo que se debería estar produciendo localmente-, sobre las posibilidades de relanzar el desarrollo industrial en Venezuela.
Capítulo IV.Capítulo VI.
Capítulo VII.
Capítulo VIII:
El cuerpo básico de conclusiones, incluyendo un balance de los resultados generales del proceso de industrialización venezolano y las recomendaciones para relanzar un proceso de industrialización de nuevo tipo, con base en el desarrollo de nuevas formas de propiedad social y orientado a la sustitución eficiente de importaciones y la diversificación de la oferta exportable, lo consignamos en el octavo y último capítulo.
Buen día. ¿El libro puede adquirirse en línea? Me encuentro en Barcelona Edo. Anzoátegui
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