Víctor Álvarez R.
Las políticas de controles, estatizaciones y subsidios que se tradujeron
en un elevado nivel de gasto público se volvieron insostenibles una vez que
colapsaron los precios del petróleo y se arruinó Pdvsa.
Ante el colapso de la recaudación tributaria petrolera y no petrolera,
el gobierno financió su déficit con una creciente emisión monetaria que
desembocó en el principal factor propagador de la hiperinflación. Al no
recaudar suficientes impuestos para cubrir el gasto público se financió con un
impuesto inflacionario.
Según el Observatorio Venezolano de Finanzas, la inflación de abril fue
de 33, 4 %, para un aumento acumulado en lo que va de año de 240,5% y una
inflación interanual de abril 2020-2021 de 2.840%.
La dolarización transaccional ha sido forzada por la hiperinflación que disolvió el poder de compra de los billetes y obligó a sustituirlos por la divisa estadounidense. El billete de más alta denominación es de Bs. 1.000.000 y no alcanza para comprar un dólar, cuya tasa de cambio oficial es de 2.824.879 Bs/$.
Permitir la dolarización transaccional y financiera terminó siendo un alivio para un problema monetario signado por la escasez de medios de pago en moneda nacional y lentitud de los pagos electrónicos debido a la inestabilidad del servicio de internet.
Para no trancar el mercado interno por falta de medios de pago, el
Ejecutivo ha permitido el uso de divisas en las transacciones locales, práctica
que antes era perseguida y penalizada. El propio gobierno aplica tasas y
tarifas indexadas al tipo de cambio en códigos tributarios y arancelarios, a la
vez que autorizan operaciones en divisas dentro del sistema financiero.
El creciente circulante de divisas que provoca la dolarización
transaccional presiona para que se autorice una plena dolarización de los servicios
financieros y se pueda canalizar este creciente caudal de divisas al
financiamiento de la producción y el consumo. La dolarización en el
país ganará más terreno a medida que se dolaricen los salarios en el sector
privado. Los perdedores serán los funcionarios públicos, jubilados y
pensionados que reciben su ingreso en bolívares.
¿Cuáles son esos problemas para los
cuales la dolarización puede ser una buena solución? ¿Cómo evitar que al día
siguiente sigamos sufriendo el castigo de la inflación, pero en dólares? ¿Qué
dice la experiencia internacional?
En
la serie Diez conversaciones estelares con diez de los mejores economistas de
Venezuela, Francisco Rodríguez nos ofrece una respuesta a esta
interrogante. Ver video
YouTube https://youtu.be/ydhvlMA3Ckk
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