Con la
prolongación de la guerra en Ucrania y el escalamiento del conflicto bélico en
el Medio Oriente, se acentúa la presión al alza en los precios del petróleo,
cuestión que ha obligado a EEUU a recalcular las sanciones petroleras contra Venezuela.
De cara a las Presidenciales de 2024 en EEUU, la Administración Biden necesita evitar
el costo electoral que puede generar el alza en los precios de los combustibles
y la energía. Como el petróleo venezolano puede contribuir a este objetivo, la
OFAC flexibiliza las sanciones y abre nuevamente el mercado estadounidense a
los crudos de Pdvsa.
Pero la
Administración Biden no solo se plantea
conjurar la amenaza de un shock de precios de los combustibles y la energía en EEUU
que pueda poner en peligro su reelección,
también se propone reorientar los crudos venezolanos hacia occidente, alejar
a Miraflores de los negocios con el Kremlin y reducir
la influencia rusa en Venezuela, que ya no es solo comercial sino también militar
y geopolítica. De hecho, en la licencia de la OFAC Rusia queda por fuera:
“Esta
licencia no autoriza la disposición de bienes y servicios, inversiones y
cualquier transacción de compañías con sede en Rusia o empresas mixtas con
entidades de la Federación Rusa”.
Con la
flexibilización de las sanciones, Pdvsa recibirá mayores ingresos por la misma
cantidad de petróleo y esto alejará al gobierno venezolano de los auxilios
comerciales y financieros rusos. Recordemos que los crudos venezolanos se
venden con ruinosos descuentos en los mercados asiáticos y, sin sanciones, pueden
ser colocados a precios de mercado en EEUU. Si Pdvsa logra vender la misma cantidad de petróleo a los precios
actuales, esto generará $ 4 mil millones adicionales para alimentar el mercado
cambiario, estabilizar el dólar, bajar la inflación e importar bienes y
servicios esenciales para reimpulsar la economía en pleno año electoral.
Los
acuerdos directos entre EEUU y Venezuela representan un acto de pragmatismo
entre dos gobiernos que necesitan entenderse. Pero como la posibilidad real de lograrlo
iba más allá del poder de decisión de los negociadores de la oposición -que no
tienen atribuciones para decidir sobre sanciones, desbloqueo de fondos, ni acceso
a los mercados petroleros internacionales-, la Casa Blanca decidió gestionar
directamente con Miraflores el alcance de los acuerdos petroleros.
En un acto de hiperrealismo político, dos gobiernos
antagónicos encontraron puntos de interés común y lograron una serie de
acuerdos con efectos económicos y geopolíticos que no se pueden poner en
peligro por la diatriba política. Para bajarle el volumen al escándalo desatado a raíz de la decisión del Tribunal Supremo
de Justicia (TSJ) de suspender los efectos de la Primaria presidencial, la
propia María Corina Machado (MCM) -ahora líder y candidata de la Plataforma
Unitaria-, se encargó de silenciar el escándalo al declarar: “el Tribunal puede decir lo que le la gana,
pero el hecho fáctico está allí y es irreversible, de modo que no creo que se
ha violado el Acuerdo de Barbados, el régimen está presionando y tensando la
liga pero al Acuerdo aún no se ha roto”.
Los acuerdos petroleros están guiados por objetivos de interés común entre Washington y Caracas. Al reabrir el mercado estadounidense al petróleo venezolano, queda alineado el interés de la Casa Blanca de asegurar un suministro estable de petróleo, con el interés de Miraflores de vender ese petróleo sin los ruinosos descuentos que tiene que conceder en los mercados asiáticos. Al menos tres impactos se derivan de este acuerdo:
ü Venezuela vende petróleo a precios de mercado y
aumenta su ingreso en divisas.
ü EEUU recupera el
suministro de petróleo venezolano y alivia la presión interna sobre los
precios.
ü Se reorientan los crudos venezolanos hacia Occidente y se aleja la amenaza rusa del Hemisferio.
La Administración Biden ha otorgado por seis meses licencias específicas
y generales para que Chevron y otras compañías estadounidenses aumenten la
extracción de crudos venezolanos con destino al mercado estadounidense. Chevron
es socia de Pdvsa en cuatro
empresas mixtas que, antes de las
sanciones, llegaron a producir más de 200 MBPD. Tiene una capacidad
instalada superior que no ha podido aprovechar plenamente debido a las
sanciones y que le permitiría surtir hasta 400 MBPD al
mercado de EEUU. Pero
seis meses no son suficientes para aumentar la producción de Pdvsa, debido al
deterioro que presenta la infraestructura de la industria petrolera nacional. En
el corto plazo, el verdadero beneficiado será Chevron, que si está en capacidad financiera, logística y operativa
para aumentar la producción en las empresas mixtas donde participa.
Los
costos políticos-electorales de no cuidar el Acuerdo
En el
análisis costo-beneficio de los acuerdos, los partidarios de mantener las
sanciones argumentan que una negociación petrolera con el gobierno de Maduro tendrá altos costos políticos para Biden.
Desde otra perspectiva, quienes cuestionan los efectos colaterales de las
sanciones sobre la economía y la sociedad argumentan que el beneficio de estos
acuerdos consiste en evitar los costos electorales en las Presidenciales de
Noviembre 2024, al evitar el impacto de los precios del petróleo en los precios
de la gasolina, la energía y el costo de la vida de los electores
estadounidenses.
Para
conjurar esta amenaza, la licencia
general 44 de la OFAC (LG 44) autoriza a las empresas mixtas en las que
participa Chevron, así como con otros socios privados (con la excepción de
Rusia) a reactivar la producción y extracción de petróleo y sus derivados,
la compra e importación de insumos necesarios para realizar las actividades
anteriores. En el caso de las empresas mixtas en las que participa Chevron, la exportación
de ese petróleo será única y exclusivamente a EEUU, con un derecho preferente a
favor de Chevron.
El impacto positivo
en la economía de EEUU de flexibilizar las sanciones no se limita solo al
sector petrolero y energético. La Licencia General 3I y 9H levantan las
prohibiciones para la reventa de bonos de deuda externa emitidos por la
República o Pdvsa antes de 2017. En adelante, los tenedores
estadounidenses de esos bonos podrán transarlos y esto contribuirá a recuperar
su valor real.
La
Licencia General 43 autoriza las transacciones de la empresa estatal Minerven,
que estaba vendiendo oro con descuento en Turquía y mercados asiáticos. Con
precios de mercado, EEEUU puede ser el destino de unas ventas de oro que, según
el Informe del Oro de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) podrían llegar a 75
toneladas por año, por un valor superior a los $ 4 mil 400 millones.
La LG 44 autoriza el suministro de bienes y servicios
relacionados, entre ellos el suministro de electricidad, agua, gas y
telecomunicaciones, razón por la cual los exportadores estadounidenses de
plantas, transformadores y conductores eléctricos; bombas de agua, compresores,
equipos de telecomunicaciones, etc. podrán recuperar sus negocios en Venezuela.
Por
si fuera poco, para contrarrestar el efecto electoral de Trump -que promete una
deportación masiva de inmigrantes ilegales- la OFAC también autorizó a Conviasa
para realizar vuelos de repatriación de migrantes desde cualquier punto del
hemisferio occidental. Como la capacidad de Conviasa es insuficiente, esto abre
una oportunidad para la reapertura de los vuelos de empresas aéreas
estadounidenses hacia y desde Venezuela.
La
generosidad de las seis licencias de la OFAC que flexibilizan ampliamente el régimen
de prohibiciones revela el gran interés que tiene EEUU de evitar los riesgos
electorales y poner fin a los graves daños que han ocasionado la aplicación y
prolongación de las sanciones sobre intereses económicos estadounidenses. Por todas las razones antes expuestas, la aritmética oficialista calcula que EEUU pierde más que
Venezuela si la Casa Blanca decide reactivar las sanciones. Estiman que si se
restaura el régimen de sanciones a la industria petrolera venezolana, esto tendría
un impacto económico y electoral mayor en EEUU que en la propia Venezuela. Consciente
de esto, y presionados por sus aliados y rivales geopolíticos de EEUU que temen
ser desplazados si las negociaciones entre la Casa Blanca y Miraflores avanzan,
el oficialismo juega duro con la maniobra de suspender los efectos de la
Primaria de la Plataforma Unitaria y de negarse a inscribir la candidatura de
MCM en las Presidenciales de 2024.
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