jueves, 18 de septiembre de 2025

Reforma del Sistema Electoral Venezolano: ¿Cómo serán las próximas elecciones?

 

Víctor Álvarez R. / Director de Pedagogía Electoral

En el debate político nacional está planteada una reforma del sistema electoral. Las hipótesis y especulaciones no se han hecho esperar. Unos ven esta reforma como una oportunidad para mejorar las condiciones electorales, recuperar la confianza en la institución del voto, y preparase con tiempo para encarar en mejores condiciones el próximo ciclo electoral; otros lo ven como una amenaza al voto universal, directo y secreto, tal como hasta ahora lo hemos conocido.

Las elecciones presidenciales de 2024 generaron un efecto desmovilizador en el país descontento. El poder electoral anunció una totalización de votos que dio como ganador al candidato oficialista, un inesperado resultado contrario a las encuestas preelectorales, a las mediciones en boca de urna, y a las actas en manos de los testigos de la oposición. Cuando esto se repite una y otra vez, el elector se convence de que su voto no tendrá ningún efecto en el resultado, y esa frustración e impotencia se expresa en una creciente abstención que convierte en mayoría a la minoría oficialista en las siguientes elecciones.

La desesperanza aprendida es un concepto de la psicología que se refiere a un estado mental en el que una persona aprende a comportarse pasivamente al ver que es inútil su acción para cambiar un resultado que cree predeterminado. Esto genera frustración, impotencia y desmovilización. La desesperanza aprendida se revela como una estrategia de dominación implantada para influir en la conducta electoral y provocar la abstención que convierte en mayoría a la minoría oficialista. se manifiesta en consignas como: “en Venezuela se vota, pero no se elige”, “no quiero que me vuelvan a robar el voto”, “participar en las elecciones es convalidar la farsa electoral del régimen”.

Lecciones para el futuro

¿Qué aprendimos en el maratón electoral de 2025 en el que se eligieron 285 diputados, 24 gobernadores, 270 legisladores regionales, 335 alcaldes y 2.400 concejales municipales?

Para empezar, la forma apresurada como se convocaron todas estas elecciones obligó al uso intensivo de redes sociales para lograr en tan poco tiempo una mayor cobertura y penetración de la oferta electoral. Si bien hubo candidatos que incluyeron en sus campañas las llamadas jornadas “casa por casa”, lo cierto es que la comunicación política y la gestión de las campañas electorales estuvo signada por un uso intensivo de medios tecnológicos.

Esto deja planteado un gran reto para las próximas elecciones. Quien no se prepare desde ya en el dominio tecnologías de la información y comunicación, redes sociales, análisis del big data, neurociencias y el conocimiento de la conducta electoral para abordar la desesperanza aprendida implantada para provocar la abstención que convierte en mayoría a una minoría, no tendrá nada que buscar en el próximo ciclo electoral.

A la luz de las lecciones que deja el maratón electoral de 2025, identificamos una serie de retos para mejorar la comunicación política entre candidatos y electores, entre los cuales se destacan los siguientes:

1.    Comunicarse con un electorado conectado a internet y redes sociales

Los medios tradicionales de prensa, radio, cine y televisión son cada vez menos relevantes en la comunicación política-electoral. En Venezuela prácticamente desapareció la prensa impresa y los medios digitales han llenado ese vacío. La gente se la pasa pegada a un teléfono móvil y este será la puerta de entrada a la comunicación política del futuro. A través del celular, la gente reenvía y comparte contenidos, se crean grupos de conversación y debate para una comunicación más interactiva. Si no quieren quedarse atrás en la conectividad en tiempo real y en cualquier lugar con los electores, los partidos políticos y candidatos tendrán que activar sus propios medios y canales de comunicación directa con los electores.

Las audiencias se fragmentan y dispersan y, más que contenidos genéricos, hay que generar contenidos con las especificaciones de cada una de estas. La geolocalización que permiten las nuevas tecnologías facilita la microsegmentación del electorado para orientar la oferta electoral a partir de las demandas de los ciudadanos que de esa forma interactúan y participan activamente en las campañas. Y esto exige a los candidatos fortalecer su capacidad para propiciar una comunicación multidireccional que oriente su oferta electoral.

En el próximo ciclo electoral, la radio, el cine y la televisión terminarán de ser desplazados como medios para la comunicación entre candidatos y electores. Cada vez se utilizarán más las nuevas tecnologías de información y comunicación, cuestión que impone un reto a los partidos y candidatos de preparar con tiempo sus infraestructuras y equipos de campaña para no rezagarse ante las nuevas tecnologías y formas de comunicación política.

2.    Elaborar un nuevo discurso político-electoral audiovisual

Una imagen dice más que mil palabras. Si bien la televisión convencional ha perdido cobertura y grado de penetración, internet y los teléfonos móviles amplían el campo del lenguaje audiovisual. En las redes sociales lo que más se comparte son contenidos basados en imagen y sonido, más que textos. El podcast y el video breve, con un mensaje concreto, emotivo e impactante será el nuevo estándar de la comunicación política más eficaz. Gracias a estas tecnologías, los candidatos pueden conectarse en vivo y en directo con sus electores, llegando a una audiencia mayor a través de una oferta electoral conectada con la solución de sus problemas concretos, que contribuya a vencer la apatía electoral y movilizarlos masivamente.

3.    Aprovechar la inteligencia artificial y nuevas herramientas de comunicación política

Las vías para establecer una comunicación directa e interactiva con los electores son cada vez más variadas y numerosas. El catálogo de herramientas se ha ampliado a las webs, blogs, redes sociales, pódcast, canal YouTube, emisoras de televisión digital, plataformas de streaming, mensajería instantánea, videollamadas, videoconferencias, inteligencia artificial, etc.

La amplia gama de recursos que ofrece la inteligencia artificial emerge con un extraordinario poder para ayudar a procesar datos y diseñar mejores estrategias con base en perfiles psicológicos y demandas electorales concretas. Por ejemplo, en las campañas de marketing telefónico, la IA permitirá redactar mensajes y correos electrónicos con propuestas que realmente interesan y movilizan a los electores.

4.    Conformación de un nuevo liderazgo político

En Venezuela el ecosistema de partidos políticos cambió radicalmente. La abstención y división de la oposición dejó a los partidos tradicionales sin representación en los espacios de poder y lucha institucional. En el pasado ciclo electoral una vez más quedó demostrado que convertir las campañas electorales en un torneo visceral de insultos, ira y odio, desmotiva y desmoviliza a los electores, agravando la abstención que silencia a la mayoría y pone a ganar a la minoría.

El elector cada vez vota menos por ideologías y más por valores y principios. Apoyar a un líder que encarne esos valores tiende a personalización la política por encima de los proyectos particulares de uno micro partidos que se han quedado como cascarones vacíos. Nuevas organizaciones y nuevos líderes están comenzando a germinar y podrán crecer si logran aprovechar todas estas innovaciones tecnológicas para sincronizar su acción política con las necesidades de la gente. Quiénes aprendan a sacarle el jugo a los nuevos medios de comunicación política serán más eficientes y competitivos, optimizando procesos y reduciendo los costos de la campaña electoral.

Para vencer la desesperanza aprendida y superar la apatía electoral, las próximas campañas electorales tendrán que estar blindadas de propuestas y contenidos que estimulen al elector y lo movilicen a votar. En vez de seguir dejando todo para el final, se impone elaborar con suficiente tiempo una oferta electoral realmente conectada con los problemas concretos que hay que resolver para mejorar las condiciones de vida de los electores. Solo así se sentirán estimulados a votar masivamente. Ese es el reto.

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