Víctor Álvarez R. / Director de Pedagogía Electoral
En el debate político nacional está
planteada una reforma del sistema electoral. Las hipótesis y especulaciones no
se han hecho esperar. Unos ven esta reforma como una oportunidad para mejorar
las condiciones electorales, recuperar la confianza en la institución del voto,
y preparase con tiempo para encarar en mejores condiciones el próximo ciclo
electoral; otros lo ven como una amenaza al voto universal, directo y secreto,
tal como hasta ahora lo hemos conocido.
Las elecciones
presidenciales de 2024 generaron un efecto desmovilizador en el país
descontento. El poder electoral anunció una totalización de votos que dio como
ganador al candidato oficialista, un inesperado resultado contrario a las
encuestas preelectorales, a las mediciones en boca de urna, y a las actas en
manos de los testigos de la oposición. Cuando esto se repite una y otra vez, el
elector se convence de que su voto no tendrá ningún efecto en el
resultado, y esa frustración e impotencia se expresa en una creciente
abstención que convierte en mayoría a la minoría oficialista en las siguientes
elecciones.
La desesperanza aprendida es un
concepto de la psicología que se refiere a un estado mental en el que una
persona aprende a comportarse pasivamente al ver que es inútil su acción para
cambiar un resultado que cree predeterminado. Esto genera frustración,
impotencia y desmovilización. La desesperanza aprendida
se revela como una estrategia de dominación implantada para influir en la
conducta electoral y provocar la abstención
que convierte
en mayoría a la minoría oficialista. se
manifiesta en consignas como: “en Venezuela
se vota, pero no se elige”, “no quiero que me vuelvan a robar el voto”,
“participar en las elecciones es convalidar la farsa electoral del régimen”.
Lecciones para el futuro
¿Qué aprendimos en el maratón electoral
de 2025 en el que se eligieron 285 diputados, 24 gobernadores, 270 legisladores
regionales, 335 alcaldes y 2.400 concejales municipales?
Para empezar, la forma apresurada como
se convocaron todas estas elecciones obligó al uso intensivo de redes sociales
para lograr en tan poco tiempo una mayor cobertura y penetración de la oferta
electoral. Si bien hubo candidatos que incluyeron en sus campañas las llamadas
jornadas “casa por casa”, lo cierto es que la comunicación política y la
gestión de las campañas electorales estuvo signada por un uso intensivo de medios
tecnológicos.
Esto deja planteado un gran reto para
las próximas elecciones. Quien no se prepare desde ya en el dominio tecnologías
de la información y comunicación, redes sociales, análisis del big data, neurociencias
y el conocimiento de la conducta electoral para abordar la desesperanza
aprendida implantada para provocar la abstención que convierte en mayoría a una
minoría, no tendrá nada que buscar en el próximo ciclo electoral.
A la luz de las lecciones que deja el
maratón electoral de 2025, identificamos una serie de retos para mejorar la
comunicación política entre candidatos y electores, entre los cuales se
destacan los siguientes:
1. Comunicarse con un electorado
conectado a internet y redes sociales
Los medios tradicionales de prensa,
radio, cine y televisión son cada vez menos relevantes en la comunicación
política-electoral. En Venezuela prácticamente desapareció la prensa impresa y
los medios digitales han llenado ese vacío. La gente se la pasa pegada a un
teléfono móvil y este será la puerta de entrada a la comunicación política del
futuro. A través del celular, la gente reenvía y comparte contenidos, se crean
grupos de conversación y debate para una comunicación más interactiva. Si no
quieren quedarse atrás en la conectividad en tiempo real y en cualquier lugar
con los electores, los partidos políticos y candidatos tendrán que activar sus
propios medios y canales de comunicación directa con los electores.
Las audiencias se fragmentan y
dispersan y, más que contenidos genéricos, hay que generar contenidos con las
especificaciones de cada una de estas. La geolocalización que permiten las
nuevas tecnologías facilita la microsegmentación del electorado para orientar
la oferta electoral a partir de las demandas de los ciudadanos que de esa forma
interactúan y participan activamente en las campañas. Y esto exige a los
candidatos fortalecer su capacidad para propiciar una comunicación multidireccional
que oriente su oferta electoral.
En el próximo ciclo electoral, la
radio, el cine y la televisión terminarán de ser desplazados como medios para
la comunicación entre candidatos y electores. Cada vez se utilizarán más las
nuevas tecnologías de información y comunicación, cuestión que impone un reto a
los partidos y candidatos de preparar con tiempo sus infraestructuras y equipos
de campaña para no rezagarse ante las nuevas tecnologías y formas de
comunicación política.
2. Elaborar un nuevo
discurso político-electoral audiovisual
Una imagen dice más que mil palabras.
Si bien la televisión convencional ha perdido cobertura y grado de penetración,
internet y los teléfonos móviles amplían el campo del lenguaje audiovisual. En
las redes sociales lo que más se comparte son contenidos basados en imagen y
sonido, más que textos. El podcast y el video breve, con un mensaje concreto, emotivo
e impactante será el nuevo estándar de la comunicación política más eficaz.
Gracias a estas tecnologías, los candidatos pueden conectarse en vivo y en directo
con sus electores, llegando a una audiencia mayor a través de una oferta
electoral conectada con la solución de sus problemas concretos, que contribuya
a vencer la apatía electoral y movilizarlos masivamente.
3. Aprovechar la
inteligencia artificial y nuevas herramientas de comunicación política
Las vías para establecer una comunicación
directa e interactiva con los electores son cada vez más variadas y numerosas.
El catálogo de herramientas se ha ampliado a las webs, blogs, redes sociales,
pódcast, canal YouTube, emisoras de televisión digital, plataformas de
streaming, mensajería instantánea, videollamadas, videoconferencias,
inteligencia artificial, etc.
La amplia gama de recursos que ofrece
la inteligencia artificial emerge con un extraordinario poder para ayudar a procesar
datos y diseñar mejores estrategias con base en perfiles psicológicos y
demandas electorales concretas. Por ejemplo, en las campañas de marketing
telefónico, la IA permitirá redactar mensajes y correos electrónicos con
propuestas que realmente interesan y movilizan a los electores.
4. Conformación de un
nuevo liderazgo político
En Venezuela el ecosistema de partidos
políticos cambió radicalmente. La abstención y división de la oposición dejó a
los partidos tradicionales sin representación en los espacios de poder y lucha
institucional. En el pasado ciclo electoral una vez más quedó demostrado que convertir
las campañas electorales en un torneo visceral de insultos, ira y odio, desmotiva
y desmoviliza a los electores, agravando la abstención que silencia a la
mayoría y pone a ganar a la minoría.
El elector cada vez vota menos por
ideologías y más por valores y principios. Apoyar a un líder que encarne esos
valores tiende a personalización la política por encima de los proyectos particulares
de uno micro partidos que se han quedado como cascarones vacíos. Nuevas
organizaciones y nuevos líderes están comenzando a germinar y podrán crecer si
logran aprovechar todas estas innovaciones tecnológicas para sincronizar su
acción política con las necesidades de la gente. Quiénes aprendan a sacarle el
jugo a los nuevos medios de comunicación política serán más eficientes y
competitivos, optimizando procesos y reduciendo los costos de la campaña
electoral.
Para vencer la desesperanza aprendida y
superar la apatía electoral, las próximas campañas electorales tendrán que
estar blindadas de propuestas y contenidos que estimulen al elector y lo
movilicen a votar. En vez de seguir dejando todo para el final, se impone
elaborar con suficiente tiempo una oferta electoral realmente conectada con los
problemas concretos que hay que resolver para mejorar las condiciones de vida
de los electores. Solo así se sentirán estimulados a votar masivamente. Ese es
el reto.
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