La Comuna está llamada a superar problemas claves heredados de la economía capitalista, tales como:
· Contradicción entre la naturaleza cada vez más social de la producción y la apropiación privada de los medios de producción
· Incongruencia entre la riqueza socialmente generada y la apropiación privada de los excedentes
· Diferencias entre el trabajo manual y el trabajo intelectual
· Cuellos de botella entre la actividad agrícola e industrial
· Desarrollo desigual entre el campo y la ciudad
· Las causas estructurales del desempleo, la pobreza y la exclusión social
En lugar de reeditar la experiencia fallida del SSXX -el cual se basó en la propiedad absoluta del Estado sobre la gran mayoría de los medios de producción y distribución, dando origen a un Capitalismo de Estado a través del cual el burocratismo y la nomenklatura secuestraron la propiedad pública, administrándola con ineficiencia o como si de una propiedad privada se tratara-, en la Comuna venezolana el sistema de propiedad debe ser colectivo. Ya quedó demostrado que la propiedad estatal o "propiedad de todo el pueblo" terminó siendo algo extraño y lejano para el ciudadano de a pié, el cual nunca se sintió “copropietario social” de esa única forma de “propiedad social”.
En el período de tránsito del capitalismo al socialismo, la remuneración del trabajo individual y la distribución de los frutos del esfuerzo colectivo debería hacerse a través de una combinación de los principios de "a cada quien según su trabajo" y "a cada quien de acuerdo sus necesidades”. Así se evitaría condenar a los trabajadores manuales y del campo a devengar los más bajos salarios debido a su menor calificación profesional o a la menor complejidad tecnológica de su actividad.
Con el fin de asegurar el control de los trabajadores directos y de la comunidad sobre los procesos de producción e inversión social de los excedentes, es necesario ampliar la cobertura de la Comuna como forma de organización social y productiva a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Esto es clave para lograr que la remuneración individual se base en el trabajo de cada uno, compensando o corrigiendo las diferencias a través de la inversión social de los excedentes, evitando así la práctica de las cooperativas de distribuir individualmente todo el excedente, en menoscabo de la atención a las necesidades colectivas y sociales de la Comuna.
· Contradicción entre la naturaleza cada vez más social de la producción y la apropiación privada de los medios de producción
· Incongruencia entre la riqueza socialmente generada y la apropiación privada de los excedentes
· Diferencias entre el trabajo manual y el trabajo intelectual
· Cuellos de botella entre la actividad agrícola e industrial
· Desarrollo desigual entre el campo y la ciudad
· Las causas estructurales del desempleo, la pobreza y la exclusión social
En lugar de reeditar la experiencia fallida del SSXX -el cual se basó en la propiedad absoluta del Estado sobre la gran mayoría de los medios de producción y distribución, dando origen a un Capitalismo de Estado a través del cual el burocratismo y la nomenklatura secuestraron la propiedad pública, administrándola con ineficiencia o como si de una propiedad privada se tratara-, en la Comuna venezolana el sistema de propiedad debe ser colectivo. Ya quedó demostrado que la propiedad estatal o "propiedad de todo el pueblo" terminó siendo algo extraño y lejano para el ciudadano de a pié, el cual nunca se sintió “copropietario social” de esa única forma de “propiedad social”.
En el período de tránsito del capitalismo al socialismo, la remuneración del trabajo individual y la distribución de los frutos del esfuerzo colectivo debería hacerse a través de una combinación de los principios de "a cada quien según su trabajo" y "a cada quien de acuerdo sus necesidades”. Así se evitaría condenar a los trabajadores manuales y del campo a devengar los más bajos salarios debido a su menor calificación profesional o a la menor complejidad tecnológica de su actividad.
Con el fin de asegurar el control de los trabajadores directos y de la comunidad sobre los procesos de producción e inversión social de los excedentes, es necesario ampliar la cobertura de la Comuna como forma de organización social y productiva a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Esto es clave para lograr que la remuneración individual se base en el trabajo de cada uno, compensando o corrigiendo las diferencias a través de la inversión social de los excedentes, evitando así la práctica de las cooperativas de distribuir individualmente todo el excedente, en menoscabo de la atención a las necesidades colectivas y sociales de la Comuna.
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