Actualmente, las industrias más dinámicas, con mayor participación en el
comercio internacional y en las que se generan los empleos mejor remunerados,
no son las basadas en materias primas naturales o en el consumo de energía,
sino las que se basan en la materia prima más importante de esta época: la
materia gris.
De la ventaja comparativa asociada a
la explotación de los recursos naturales se ha pasado a un nuevo patrón en el
que lo importante es la creación de ventajas competitivas sustentadas en la
capacidad para producir, circular y utilizar conocimientos. El significado
determinante que una vez tuvieron el petróleo y la energía para la actividad
económica mundial, es semejante al que ahora tienen la información, el conocimiento
y los medios teleinformáticos para difundirlos.
Facilitar el
tránsito de una economía rentista a la nueva economía del conocimiento implica
una creciente inversión en capital humano, en la planta física para las
actividades científicas y tecnológicas, en el desarrollo de sistemas de
información y en el fortalecimiento de la infraestructura de telecomunicaciones
que permita el acceso sin trabas a las autopistas de la información. La mejora de
la calidad de Internet es una condición básica para facilitar la creación de
pequeñas y medianas empresas basadas en un uso inteligente de la información y
el conocimiento en la producción y comercialización de los bienes y servicios
que se requieren para satisfacer las necesidades básicas y esenciales de la
población.
La III
y IV Revolución Industrial
La II Revolución Industrial llegó a Venezuela con
retraso. La producción en masa en grandes plantas industriales comienza bien
avanzado el siglo XX a través de la estrategia de sustitución de
importaciones que dio origen a una industria sobreprotegida, muy dependiente
de los subsidios e incentivos gubernamentales y muy poco competitiva para
encarar el desafío de los mercados internacionales.
Al perder la protección arancelaria y
para-arancelaria, la asignación de dólares preferenciales para la compra de
maquinarias y equipos, las exoneraciones de impuestos y aranceles, el suministro
de energía e insumos básicos en condiciones ventajosas, el financiamiento público
a bajas tasas de interés y largos plazos, así como las generosas compras
gubernamentales, esa industria sobreprotegida que creció al amparo del rentismo
petrolero, no se pudo sostenerse en el mercado interno. Por si fuera poco, la
ola de expropiaciones, la inseguridad jurídica, los rígidos controles de cambio
y de precios y la conflictividad laboral se combinaron para provocar un efecto
desindustrializador que redujo la contribución de la manufactura al PIB de casi
20% a finales de los 90, a 13 % al cierre de 2017.
La III Revolución Industrial estuvo
signada por la difusión de las TIC, la interconectividad de las empresas y el
inicio de la digitalización de los procesos productivos a través de la convergencia
tecnológica del software, hardware y telecomunicaciones. La sinergia desatada
abrió paso a un entramado de relaciones globales en el que el desarrollo
económico y social de las naciones está cada vez más asociado a las inversiones
públicas y privadas en el fortalecimiento del capital humano, las capacidades
de infraestructura para la producción de información y conocimientos y, por
supuesto, en los medios teleinformáticos que faciliten su difusión y uso en los
procesos productivos.
La IV Revolución Industrial
tiene que ver con las radicales transformaciones tecnológicas que están borrando
las barreras entre lo físico, lo biológico y lo digital. Así lo vemos en
los avances
de la inteligencia artificial, la impresión de objetos en tres dimensiones
(3-D), los artefactos, vehículos y edificios inteligentes que no necesitan
operadores ni tripulación, la nanotecnología que requiere menos materia prima y
más materia gris, la ciencia de los nuevos materiales, la robótica, la
biotecnología, la biomedicina, las energías renovables y la computación
cuántica.
La interconexión entre
la producción real y la virtual a través de métodos digitales permite innovar los
procesos y productos industriales, y optimizar el uso de la infraestructura
industrial con el más bajo consumo de materias primas, energía y fuerza de
trabajo. La creciente capacidad y velocidad de los sistemas digitales para
facilitar el acceso, procesamiento y almacenamiento de un creciente volumen de información
y conocimientos, ha hecho posible un aumento sin precedentes en la productividad
de todos los factores productivos
Las redes de innovación
La
reindustrialización de Venezuela en estos tiempos de la economía del
conocimiento tiene por delante el reto de crear redes de cooperación entre
entes públicos y privados para generar y aprovechar conocimientos y tecnologías
en la producción de los bienes esenciales para satisfacer las necesidades de la
sociedad.
Crear
un clima para el entendimiento nacional depende en gran medida del nivel de
desarrollo de las redes institucionales que permita la cooperación y complementación
de los centros de investigación y desarrollo, las universidades e institutos
tecnológicos, los diferentes sectores del aparato productivo, la banca y otras
entidades financieras, las firmas de consultoría e ingeniería, las
instituciones del gobierno central y local, los sindicatos y gremios
profesionales, las organizaciones no gubernamentales y las comunidades
organizadas. Son redes de innovación productiva en las que todos interactúan
para crear ventajas competitivas basadas en la cooperación y la complementación.
Poco eficaz será el esfuerzo de reconciliación si no se cuenta con una
sólida red institucional para que los adelantos de la ciencia y de la técnica
fluyan y sean una fuente de soluciones para los problemas más acuciantes de la
economía y la sociedad. Las mejores intenciones pueden verse anuladas si no se
complementan con innovaciones organizativas, gerenciales, institucionales y
sociales que faciliten la difusión y aprovechamiento de los avances de la
ciencia y la tecnología para encarar problemas que a fuerza de renta petrolera
no se han podido erradicar. Articular en una Red Nacional de Innovación la amplia gama de actores sociales,
económicos, políticos e institucionales que están llamados a participar en la
superación de los grandes problemas que el país tiene planteados, es la gran
tarea de este tiempo. Esa es la mejor mesa de diálogo, negociación y
entendimiento que en el país se puede convocar.
Saludos Profesor. indudablemente la sinergia Público-Privado es la clave para avanzar en la consolidación de una verdadera política de desarrollo nacional y el factor humano es determinante por demás para ello, ahí tenemos como ejemplo nuestra Diaspora, fundamentalmente conformada por talentosos jóvenes profesionales que han sido captados por empredimientos de los más variados en los países que han sido afortunados con su llegada. En nuestras Universidades y en nuestro Pueblo en general hay talento, talento que ha resistido a la propaganda y al excesivo proselitismo de los programas de Gobierno que en general no se pueden desmeritar en cuanto a su alcance sino en cuanto a la calidad de su ejecutoria, como lo son las Universidades Politécnicas Territoriales y otros con los que se aspiró fortalecer y profundizar el estudio del conocimiento científico. En los días por venir, serán esas alianzas, las que ancladas desde la perspectiva del crecimiento y la suma de voluntades las que nos harán competitivos y nos enrumbaran hacia la prosperidad y el verdadero bienestar colectivo.
ResponderEliminarSaludos Profesor. indudablemente la sinergia Público-Privado es la clave para avanzar en la consolidación de una verdadera política de desarrollo nacional y el factor humano es determinante por demás para ello, ahí tenemos como ejemplo nuestra Diaspora, fundamentalmente conformada por talentosos jóvenes profesionales que han sido captados por empredimientos de los más variados en los países que han sido afortunados con su llegada. En nuestras Universidades y en nuestro Pueblo en general hay talento, talento que ha resistido a la propaganda y al excesivo proselitismo de los programas de Gobierno que en general no se pueden desmeritar en cuanto a su alcance sino en cuanto a la calidad de su ejecutoria, como lo son las Universidades Politécnicas Territoriales y otros con los que se aspiró fortalecer y profundizar el estudio del conocimiento científico. En los días por venir, serán esas alianzas, las que ancladas desde la perspectiva del crecimiento y la suma de voluntades las que nos harán competitivos y nos enrumbaran hacia la prosperidad y el verdadero bienestar colectivo.
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