Las Presidenciales del 28 de julio tienen que contribuir a la
superación del conflicto político venezolano y no al agravamiento del mismo. A fin de evitar que la campaña electoral
se convierta en un torneo de insultos, ofensas y amenazas de persecuciones y
afanes de venganza, que atice la confrontación política, aleje a los
inversionistas, castigue la actividad económica generadora de empleo y agrave
la desesperanza que obliga a muchos venezolanos a migrar, es necesario promover un debate electoral
constructivo y propositivo, que ayude a crear un ambiente de respeto,
tolerancia, garantías de no persecución y reconocimiento de los resultados
electorales.
La Convivencia Pacífica
El ciudadano sencillo y normal quiere vivir en paz y armonía con sus semejantes. La convivencia pacífica es la forma como las personas se relacionan entre sí en un ambiente de respeto, reconocimiento, tolerancia y búsqueda del bien común. Implica rechazar toda forma de violencia, ya sea política, económica, social, psicológica, doméstica, o de género. Las normas de convivencia contribuyen a la coexistencia pacífica entre personas que habitan un mismo espacio y deben compartir mucho tiempo juntas, pero tienen convicciones políticas, creencias religiosas y condiciones económicas y sociales diferentes. Por lo tanto, están llamadas a aceptar y respetar sus diferencias, y a crear un ambiente de no agresión, buen trato y confianza mutua que contribuya a la inclusión e integración social. En Venezuela hay un creciente clamor a favor del reencuentro, la reconciliación y la convivencia pacífica que aleje a Venezuela de los riesgos de una confrontación civil como la que sufrieron por décadas otros pueblos hermanos que pagaron la violencia política con cuantioso daños materiales y la irrecuperable pérdida de vidas humanas. En Venezuela esa tragedia no puede ocurrir, razón por la cual hacemos un llamado a los candidatos a oír e interpretar este sentir nacional de reconocimiento, respeto y convivencia que contribuya a la paz poselectoral.
Campaña electoral propositiva y constructiva
La solución electoral y pacífica del conflicto político venezolano necesita una campaña electoral propositiva y constructiva que contribuya al reencuentro y la reconciliación nacional, a la paz y gobernabilidad poselectoral. En la solución del conflicto político venezolano, ninguno de los actores en pugna puede pretender la capitulación incondicional del otro ni mucho menos el exterminio del contrario. Independientemente del candidato que resulte ganador, se hace necesario proteger los derechos políticos y la integridad de todos los candidatos y organizaciones políticas que compiten en la carrera presidencial. Si el resultado electoral se convierte en una cadena de persecuciones, juicios y condenas para el perdedor, se pondrá en peligro la paz y gobernabilidad poselectoral que se requiere para impulsar la recuperación económica y social de Venezuela. El mejor incentivo para retornar a Venezuela será aquella solución a la crisis que abra paso a un ambiente favorable a la inversión productiva, y a la generación de más y mejores oportunidades de trabajo que finalmente se reflejen en un creciente bienestar de los hogares venezolanos. En este sentido, hacemos un llamado a los candidatos y activistas políticos a sustituir la violencia en el discurso político por propuestas de solución a los principales problemas que afectan a las familias, empresas e instituciones venezolanas. Una campaña electoral propositiva y constructiva -en un ambiente de reconocimiento, respeto, tolerancia y no violencia política- estimulará la participación masiva de los electores para legitimar con su decisión mayoritaria el resultado de las Presidenciales del 28 de julio.
Paz poselectoral para la recuperación
económica y social
Para que la paz que se logre con el fin del conflicto político sea duradera, se requiere erradicar las causas estructurales del desempleo, la pobreza y la exclusión social. Para corregir los desequilibrios macroeconómicos que generan inflación y contraen la producción, el próximo gobierno tendrá que aplicar drásticos correctivos que no suelen ser bien recibidos por los sectores más vulnerables y protestan cuando el costo del ajuste se recarga sobre sus precarios ingresos. Se trata, entonces, de lograr una paz integral sustentada no solo en el fin de la violencia política, sino también en la superación de la crisis económica que generan la pobreza y exclusión que forzó a millares de venezolanos a emigrar. Independientemente de quien resulte ganador, el gobierno entrante necesita recibir una economía desbloqueada y en franca recuperación. Para contribuir a un buen inicio del nuevo período presidencial, hacemos un llamado a los candidatos para gestionar entre el 29 de julio y el 10 de enero, un conjunto de decisiones que contribuyan a la gobernabilidad poselectoral, tales como:
ü
Eliminación
inmediata de todas las sanciones económicas
ü
Devolución
de los activos de la República bloqueados en el exterior
ü Acceso a los Derechos Especiales de Giro retenidos en el FMI
ü Recuperación de las reservas del BCV que permanecen bloqueadas en el
Banco de Inglaterra
ü
Reestructuración y
rebaja de
la deuda externa
ü
Reinserción
de Venezuela en los mercados financieros internacionales
ü
Inversiones
para recuperar la industria petrolera y reactivar el aparato productivo
Reencuentro, reconciliación y retorno
del talento humano
La participación masiva en las Presidenciales del 28-J se traducirá en un resultado electoral reconocido nacional e internacionalmente y abrirá las puertas para la normalización de la vida nacional. La recuperación del país requiere no solo la repotenciación de la infraestructura física sino también del retorno del talento humano que migró a otros países, buscando mejores condiciones de vida. La problemática de los migrantes es un asunto muy sensible en EEUU y un tema muy álgido en su campaña electoral. En el marco de las negociaciones directas que se acaban de reanudar entre la Casa Blanca y Miraflores, hacemos un llamado a los candidatos para que soliciten a la OFAC una licencia que impida el remate de Citgo, a cambio de destinar un porcentaje de sus ganancias a la creación de un Fondo para la Repatriación de Migrantes Venezolanos en EEUU, el cual ofrecería apoyo a los migrantes que voluntariamente quieran regresar a reconstruir su vida en Venezuela:
ü Asignación de 500 $/mensual por
familia para cubrir costo de canasta alimentaria por seis meses
ü Créditos en condiciones
preferenciales de montos, plazos y garantías para emprendimientos productivos.
ü Préstamos hipotecarios para la
adquisición de vivienda y equipamiento del hogar.
ü Becas para hijos de migrantes en
educación primaria, media y superior.
ü Seguro de hospitalización,
cirugía y maternidad.
ü Exoneración de impuestos sobre la
renta por tres años.
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