Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias
Fijar
dos precios para la gasolina es un incentivo perverso a la corrupción, la
especulación y el contrabando. En moneda nacional, el precio subsidiado es de 5.000
Bs/L y equivale a solo 2 ½ centavos de dólar, mientras que el precio dolarizado
se fijó en 0,50 centavos de dólar el litro, 20 veces más.
Está
comprobado que los sistemas diferenciales de precios degeneran en un incentivo
perverso a la corrupción, tal como pasó con Cadivi, Sicad, Simadi y Dipro que
fijaban una tasa de cambio subsidiada a la que solo tenían acceso unos
privilegiados que luego revendían las divisas baratas a una tasa de cambio
mucho más cara en el mercado paralelo, acumulando así jugosas ganancias.
La
irracionalidad del nuevo precio subsidiado está a la vista: una botella de
litro y medio de Coca-Cola cuesta 250.000 bolívares, cantidad con la que se
pueden comprar 50 litros de gasolina. En las fronteras con Colombia y Brasil un
litro de gasolina cuesta al menos 0,70 $/L, razón por la cual, ni siquiera el precio
de 0,50 $/L detendrá el contrabando.
Si
no se corrige el enorme diferencial de precios, lo más probable es que la
ilusión de la gasolina barata dure apenas unas semanas, nuevamente tenderá a
desaparecer y solo se conseguirá en las estaciones de servicios dolarizadas
hacia donde se dirigirá el trasvase y jugosa reventa de la gasolina subsidiada.
También
veremos florecer el negocio de pimpineros
ambulantes que revenderán al detal -y en dólares- los combustibles subsidiados
que reciben transportistas, vehículos oficiales y privados, cuyos tanques serán
vaciados para ser revendidos. El
reconocimiento más patético de este incentivo perverso a la especulación que
genera el sistema dual de precios lo hizo el miembro de la ANC, David
Paravisini, quien señaló sin pudor alguno: “sacaste
tu carnet de la patria, pagaste 120 litros, 600 mil bolívares, que son tres
dólares y lo puedes vender en sesenta dólares”.
En
vez de subsidiar los combustibles, lo que hay que subsidiar es el transporte de
carga y de pasajeros a través de transferencias monetarias directas que se
financiarían -no con emisiones de dinero inflacionario por parte del BCV-, sino
con los ingresos que se recauden al internacionalizar el precio de los
combustibles.
Si
el precio de la gasolina se iguala al nivel que tiene en la frontera, no
solamente se erradicaría el contrabando de extracción, también se generarían al
menos 1.300 millones de dólares anuales que bien pudieran ser
destinados a:
ü Dolarizar los salarios de
los médicos, maestros, profesores universitarios y empleados públicos.
ü Modernizar y ampliar el
precario sistema de transporte público en los 335 municipios del país.
ü Repotenciar las refinerías
para darle una solución de mediano y largo plazo a la escasez de combustibles.
Si yo creo que debemos establecer un solo precio de nuestra gasolina y ser evaluada cada tres meses pero no podemos tener tres modelos de precio porque se presta a las mafias del pasado. No creo que debamos salir de nuestra moneda para establecer el dolar para la venta de gasolina porque eso legitima al dolar frente a nuestra moneda. Solo acepto la moneda del $ en casos de exportaciones e importaciones para el país. A lo interno me parece una fanfarronada.
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