Por: Víctor
Álvarez R.
El
funcionamiento de Cadivi no impidió que más de $ 20 mil millones fueran
defraudados a la Nación. Esto finalmente llevó a su liquidación. Sus funciones
serán absorbidas por un Centro Nacional de Comercio Exterior que debe entrar en
funciones cuanto antes, con el fin de evitar que se repita la experiencia del
año pasado, cuando se eliminó el Sitme sin tener a tiro el funcionamiento del Sicad.
Solo así se podrá evitar la incertidumbre que atiza la especulación cambiaria y
acrecienta la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo.
Sin liquidez interna, pero con depósitos externos
Sin
liquidez de dólares, el Sicad está condenado a un desempeño semejante al de Cadivi,
y no podrá convocar con frecuencia las subastas de divisas provenientes de la
renta petrolera. Solo la oferta privada derivada de la reforma de la Ley de
ilícitos cambiarios impedirá que se acreciente la brecha entre la tasa de
cambio oficial y el paralelo. Para evitar esto, Pdvsa debe suministrar oportunamente
y en cantidades suficientes los dólares al BCV, el cual confronta problemas de
liquidez, mientras que los depósitos públicos en el exterior superan los $ 130
mil millones. Recuperar el nivel de las reservas operativas implica centralizar
en el instituto emisor todos estos fondos en dólares, lo cual ayudará a superar
la actual crisis liquidez.
Eliminar
los intermediarios especuladores
El
Presidente Nicolás Maduro designó una Comisión para investigar a fondo los
ilícitos cambiarios en Cadivi-Sitme y castigar a los responsables. Estos
fraudes se facilitaron porque el mecanismo terminó controlado por los
operadores cambiarios, donde funcionarios de la banca privada en contubernio
con funcionarios públicos, lograron manipular el acceso a las divisas. Esta
complicidad facilitó la captura de la renta petrolera a través de la
sobrefacturación de importaciones, subfacturación de exportaciones, registro de
deuda externa inexistente, importaciones ficticias por empresas de maletín y la
especulación cambiaria en el mercado ilegal.
El
adecuado funcionamiento del control de cambios y la drástica reducción del
dólar paralelo exige abatir esta red de cómplices. Esto pasa por activar la
contraloría social apoyada en un uso intensivo de las TIC, para que cualquier
ciudadano pueda saber quiénes son los beneficiarios de las divisas, los montos
asignados, y el destino que le dan a los recursos a través de los canales de
distribución, comercialización y financiamiento. Ojalá el Centro Nacional de
Comercio Exterior y la banca pública se conviertan en factores claves de ese
nuevo modelo organizativo, y tramiten de manera transparente las solicitudes de
divisas, desterrando a los especuladores cambiarios que manipulan el precio de
la divisa en el mercado ilegal.
Sincerar la tasa de cambio
Pdvsa
es una de los más afectadas por la sobrevaluación del bolívar, toda vez que la
tasa de 6.30 Bs/$ no le rinde para pagar una nómina de más de 100 mil empleados,
mantener al día el pago a proveedores y financiar las misiones sociales. La
propia declaración de ISR de la compañía petrolera se verá afectada y, con
ello, su aporte al fisco.
Autorizar
a Pdvsa a subastar en el Sicad, si bien puede aliviarle temporalmente los
problemas de flujo de caja, no deja de generar una gran distorsión
macroeconómica, toda vez que se mantiene la sobrevaluación de la moneda. Esto no
solo afecta las finanzas de Pdvsa y su aporte al fisco, sino que mantiene un
fuerte estímulo a las importaciones que inhiben el crecimiento de la
agricultura e industria, que son precisamente los sectores económicos llamados
a sustituir importaciones y diversificar la oferta exportable para generar
nuevas fuentes de divisas. De allí la necesidad de fijar una tasa de cambio que
exprese la verdadera productividad del aparato productivo nacional.
La
reforma fiscal
En
Venezuela el déficit fiscal ronda el 15% del PIB, mientras que la evasión del ISR
supera el 60% y el IVA que no se entrega al fisco llega al 30%. Para disminuir
el déficit fiscal el Gobierno puede devaluar; aumentar el ISR, IVA, o aranceles;
reactivar el IDB o el impuesto a los activos empresariales; aumentar la
gasolina y las tarifas de luz, agua y gas; con tal de no tener que reducir el
gasto público y afectar la inversión social. Unas opciones afectan al factor
capital y otras repercuten sobre el factor trabajo. Hasta ahora, la baja
presión fiscal ha sido uno de los mecanismos más utilizados para distribuir la
renta petrolera y estimular el capitalismo rentístico venezolano. La
transformación de la cultura rentista -que vive del petróleo-, en una nueva cultura
del trabajo y tributaria, pasa por una profunda reforma fiscal que peche con
crecientes impuestos a quienes más tienen para redistribuir estos en favor de
quienes menos tienen.
Pragmáticos vs radicales
Para
acometer las medidas que están pendientes, hace falta una unidad de criterios
que permita lograr coherencia en el accionar de la política económica. Las contradicciones
que se observan expresan las tendencias que subyacen en el gobierno, una
comprometida con la transformación del capitalismo rentístico en un nuevo modelo
productivo socialista, otra tratando de mantener operativo al sector
capitalista privado, ante los infructuosos intentos que se han realizado para promover
la economía comunal y el control obrero. En este equilibrio inestable, mientras
los pragmáticos procuran salvar al gobierno, los radicales tratan de salvar la
revolución. @victoralvarezr
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