Por: Víctor Álvarez R.
En una nueva señal de
amplitud, el presidente Nicolás
Maduro atendió la propuesta formulada por Lorenzo Mendoza de crear una Comisión de la Verdad Económica, cuya
tarea será revelar las causas reales que explican la actual situación de escasez,
inflación, acaparamiento y especulación. Cuánto de guerra económica y cuándo de
políticas públicas que deben ser rectificadas, esperamos sea el gran hallazgo
de esta Comisión. A la luz de ese diagnóstico compartido será posible echar las
bases de un necesario acuerdo nacional para transformar esta economía rentista
e importadora que ya no da para más, en un nuevo modelo productivo que
garantice la soberanía productiva de Venezuela.
En la construcción del socialismo
bolivariano, la empresa privada está llamada a ser parte de la solución. El
fracaso del socialismo del siglo XX dejó claro que la contradicción
entre estado vs. mercado no es un asunto que puede resolverse de una vez y para
siempre. La
idea de una ausencia total de regulación estatal es una concepción tan absurda
como la de concebir una sociedad donde la iniciativa privada no tenga cabida. Delimitar
los espacios para la intervención estatal y la iniciativa privada son asuntos
clave que los sectores público y privado deben convenir en esta Comisión.
Ni absolutismo estatal ni supremacía del mercado. A través de
diferentes incentivos y regulaciones, el Estado actúa como rector de la
actividad económica, pero no puede sustituir al mercado como un mecanismo para
canalizar la producción y comercialización. No es hora de asumir posiciones
extremas, sino de reconocer el papel de ambos para impulsar una actividad
económica que responda a las prioridades nacionales.
El venezolano de a
pie está afectado por graves problemas de acaparamiento, especulación, contrabando
de extracción y reventa de productos de primera necesidad. Estas no son fallas del mercado sino
delitos económicos que deben ser castigados con multas y penas proporcionales a
su gravedad. Pero si vamos a buscar la verdad económica es necesario reconocer
que, además de los delitos económicos, también hay que atacar las fallas del
estado que generan incentivos perversos a la corrupción.
El control de cambios no impidió que más de $ 20 mil millones fueran desfalcados
a la Nación. Semejante corrupción cambiaria tiene un fuerte incentivo en el subsidio a la tasa oficial. Mientras el Sicad duplique la tasa Cencoex, o el paralelo la multiplique por diez, se
mantendrá un incentivo a la sobrefacturación de
importaciones, la subfacturación de exportaciones, las importaciones ficticias
por empresas de maletín, el contrabando de extracción, la reventa del cupo
electrónico, los “raspatarjetas”, etc.
Si en la
Comisión de la Verdad prevalece el sincero interés de priorizar la producción
nacional, gobierno y sector privado deberán acordar un precio del dólar que exprese la verdadera productividad de la agricultura e industria, sin que esta decisión sea luego cuestionada como una devaluación que
empobrece a la Nación. Esta nueva tasa de cambio evitará que el aparato productivo nacional siga siendo destruido por el deslave
de importaciones que se hacen con un dólar subsidiado. Eso sí es lo que genera
escasez y especulación y empobrece a la Nación.
Debería proponer tus ideas para solucionar los problemas económicos del país a la "Comisión de la Verdad Económica" de manera formal , a objeto de dejar constancia de estos aportes y fijar plazos para su ejecución si se aprueban por el presidente Maduro.
ResponderEliminarExcelente explicación. Gracias por educarnos en tan importantes temas, ojalá y el gabinete económico del gobierno escuche propuestas como estas cuanto antes porque nuestro hermoso país no merece tener un pueblo tan sufrido con males económicos como los que padece desde el 2013.
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