Por: Víctor Álvarez R.
En su Mensaje Presidencial a la Asamblea Nacional,
el Presidente Nicolás Maduro anunció su decisión de eliminar Cadivi, cuyas
funciones serán absorbidas por el Centro Nacional de Comercio Exterior. Con
esta medida se propone erradicar el cadivismo como una práctica
dedicada a capturar la mayor cantidad de divisas a la tasa oficial, para luego
revenderlas lo más caro que se pueda en el mercado ilegal.
Venezuela es un país rentista que ha vivido una
larga promesa de desarrollo y bienestar según sea el destino que se le dé a la
renta petrolera, donde empresarios, trabajadores y consumidores pugnan por
capturar la mayor tajada de la misma y así lograr un ingreso superior al que en
rigor les corresponde por su propio esfuerzo productivo. Tan distintos han sido los mecanismos diseñados por el Estado para
distribuir la renta petrolera, como distintas han sido las estrategias y
maniobras de los agentes económicos y actores sociales para captarla.
En una alocución anterior, Maduro había planteado: "Tenemos que lograr que esa renta
petrolera sea capturada para el desarrollo de la economía y no para el
enriquecimiento de grupos particulares que quieren controlar el poder político,
sea por la vía del disfraz rojo o por la vía de la burguesía parasitaria
amarilla". Por su parte, el ministro Giordani reconoció
que "cuando se crea un sistema de administración de divisas, el otro polo,
la gente que quiere burlarlo, nace automáticamente. Puedes perseguirlos, pero
siempre le buscan la vuelta: la sobrefacturación, los containers llenos de
piedra, trucos para lograr su meta: comprar barato y vender caro".
El cadivismo tiene su
causa principal en el anclaje cambiario que se traduce en un subsidio al dólar,
si se compara con el precio del dólar paralelo. Mientras el tipo de cambio se mantenga fijo en un contexto inflacionario,
y la cotización en el mercado paralelo multiplique la tasa de cambio oficial,
esta creciente brecha seguirá estimulando la insaciabilidad de un dólar
subsidiado. En su afán por
obtener y revender los dólares de Cadivi, los especuladores incurren en las más
asombrosas formas de ilícitos cambiarios. La
sobrefacturación de importaciones, la subfacturación de exportaciones, las
importaciones ficticias por empresas de maletín, la reventa del cupo
electrónico de divisas, los “raspatarjetas” son expresión de los perversos
mecanismos que se ponen en marcha para captar el mayor porcentaje de renta.
En la aberración del paralelo, los especuladores encuentran el caldo de
cultivo perfecto para amasar grandes ganancias, al disparar su precio muy por
encima de la tasa oficial. Este enorme diferencial es causa de una de las más
perniciosas patologías inherentes a la lógica parasitaria e inmoral del
capitalismo rentístico, la cual se expresa en los fraudes que se cometen en
contra del interés nacional. Por eso, con la decisión tomada por el Presidente Maduro de reformar la Ley de Ilícitos
Cambiarios y eliminar Cadivi, se le está abriendo
paso a una nueva política cambiaria dinámica y flexible, toda vez que congelar el
precio oficial de la divisa para luego aplicar maxidevaluaciones, lo que hace
es atizar la inflación y deteriorar el salario real de los trabajadores. @victoralvarezr
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