Por: Víctor Álvarez R.
No hay que confundir inflación con especulación. La inflación es un
fenómeno económico que se manifiesta en un alza generalizada de los precios, causada
por un aumento en los componentes del costo de producción o por una expansión
de la demanda, debido al aumento del consumo privado o del gasto del gobierno.
Mientras que la especulación es una práctica ilegal y focalizada, que se
concreta en la venta por encima del precio controlado, o en fraudes cometidos con
el fin de obtener ganancias exorbitantes.
Cuando se producen aumentos de salarios, incremento en el valor de las
materias primas, alza en las tasas de interés o en los fletes de transporte,
hay una presión inflacionaria toda vez que este incremento en los costos
termina trasladándose a los precios. Pero cuando una empresa que recibe dólares
preferenciales crea empresas en el país o en el exterior para simular
que son sus proveedoras, y a través de esa triangulación importa con
sobreprecio, no ingresa al país el equivalente al monto de dólares que recibió,
y fija el precio con base en el dólar paralelo para obtener ganancias
exorbitantes, está cometiendo un delito de especulación y fraude a la Nación.
En el 2013 se observaron graves desajustes en la economía,
tales como: creciente brecha entre la tasa de cambio oficial y la extraoficial,
productos importados con dólar preferencial que se vendían a un precio
calculado con el dólar paralelo, caída de la producción, desabastecimiento, escasez,
acaparamiento y especulación, todo lo cual llevó a un alza inusitada de los
precios de 56,2%, la cual pudo haber sido aún mayor. De hecho, en el marco del
operativo a finales de 2013, el gobierno de calle inspeccionó una gran muestra
de establecimientos, comprobando escandalosas ganancias y obligando a una
reducción de los precios que se tradujo en una significativa desaceleración del
INPC: octubre 5,1%, noviembre 4,8% y diciembre 2,2%. La proyección de octubre habría
llevado la variación de precios a 6% y más en los meses subsiguientes, pero las
medidas de inspección permitieron revertir esta tendencia. Estos resultados
reforzaron la convicción y necesidad de intensificar la fiscalización y
control, razón por la cual se dictó la Ley de Precios Justos y se creó la Superintendencia
para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (SUNDEE), como un nuevo intento del gobierno para enfrentar la inflación, la especulación
y proteger el poder adquisitivo de los salarios.
La SUNDEE puede enfrentar la especulación y demás delitos tipificados en
la ley, pero para derrotar la inflación se requiere estimular la inversión
productiva y generar una abundante oferta de bienes y servicios que ayuden a satisfacer
las crecientes necesidades de la población. La estrategia anti-inflacionaria
implica corregir el déficit fiscal, evitar la emisión de dinero sin respaldo y fijar
una tasa de cambio que exprese la verdadera productividad del aparato
productivo. Solo así se podrán superar los desequilibrios macroeconómicos que causan
y propagan la inflación, desestimulan la producción nacional y generan desabastecimiento
y escasez, caldo de cultivo perfecto para que proliferen las perversas
prácticas del acaparamiento y la especulación. @victoralvarezr
¿Entonces usted considera que, aparte de la especulación, realmente existe una inflación producto de situaciones económicas negativas realmente existentes en el país?¿Piensa que el Gobierno podrá hacer lo que le toca,para solucionar esa inflación,aparte de la labor de control de delitos que le corresponde a la SUNDEE?
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