miércoles, 19 de febrero de 2014

¿Qué hacer con la economía en un año sin elecciones?

Por: Víctor Álvarez R.

El 2014 será uno de los pocos años en los que no habrá elecciones ni de presidente, ni de gobernadores, ni de alcaldes, ni de parlamentarios. El fallecimiento del líder de la Revolución Bolivariana habrá sido asimilado por sus seguidores y opositores y, con la elección de nuevos alcaldes, los niveles de gobierno central, estadal y municipal podrán recuperar las dinámicas  de coordinación que se ven alteradas cada vez que hay un proceso electoral. Esto  despeja el ambiente político y traerá viento a favor para recuperar el clima de sana gobernabilidad que conviene al interés nacional. Así será posible enfocarse en la recuperación de los equilibrios macroeconómicos que requiere la reactivación y crecimiento estable de la economía.

La nueva política económica

La economía venezolana hay que entenderla en su condición rentística. Eso quiere decir que el país capta, a través de la venta de petróleo, un cuantioso plusvalor internacional que no tiene como contrapartida el esfuerzo productivo interno. Esta renta se distribuye en favor de los agentes económicos y sociales, y es la fuente de recursos con la que –entre otras cosas- cada fin de año se paga entre 90 a 120 días de aguinaldos, utilidades y otros bonos a la inmensa masa laboral. Por eso tradicionalmente en estos meses se produce la mayor alza de precios en Venezuela.

Como este significativo incremento en la capacidad de compra no encuentra su debido respaldo en la producción interna, este déficit entre oferta y demanda se cubre con las importaciones que se pagan con un dólar preferencial. Pero el retraso de Cadivi en la liquidación de divisas fue aprovechado para implantar una  nueva dinámica en la que los precios de venta se comenzaron a fijar no con base en el precio del dólar subsidiado, sino según el precio de la divisa en el mercado paralelo, el cual se desquició y llego a ser ocho veces más que la tasa oficial.

Así vimos un desbordamiento sin precedentes en los precios de los productos importados que tenía que ser combatido con drásticas medidas administrativas de carácter coyuntural. Pero en 2014, la solución estructural para derrotar la inflación tendrá que ser a través de un permanente estímulo y crecimiento de la producción.

Si bien es cierto que la política económica en 2013 fue de contingencia, diseñada para encarar y corregir los desajustes y desviaciones que se presentaron en un año tan atípico, de cara al 2014 la definición más precisa de la política económica está plasmada en el Plan de la Patria, en cuyo contenido se plantea una política económica orientada al desarrollo de nuevas formas de propiedad social y hacia la transformación estructural del capitalismo rentístico e importador en un nuevo modelo productivo socialista y exportador. 

La escasez como oportunidad de inversión

Todavía estamos muy lejos de un nuevo modelo económico sustentado en la agricultura, industria y construcción como los sectores que proveen los bienes que resultan imprescindibles a la hora de satisfacer las necesidades básicas y esenciales de la sociedad. Esta precariedad del aparato productivo interno ofrece enormes oportunidades para la inversión nacional y extranjera asociada a la transferencia de tecnología, la formación del capital humano y la transformación de las abundantes fuentes de materias primas e insumos básicos en productos de mayor valor agregado que sustituyan ese enorme volumen de importaciones y, además,  diversifiquen la oferta exportable para reducir la dependencia del ingreso petrolero.

Venezuela cuenta con un enorme potencial para sanear su economía. A diferencia del fallido socialismo del siglo XX que se basó en la propiedad total y absoluta de Estado sobre los medios de producción e inhibió el espíritu emprendedor y la libre iniciativa empresarial, en Venezuela lo que se plantea para el 2014 es impulsar un nuevo sistema económico comunal a través del desarrollo de nuevas formas de propiedad social bajo el control de los trabajadores directos y de la comunidad organizada. A medida que se desarrolle esta nueva economía, la dinámica interna se hará menos dependiente del reparto de la renta petrolera, toda vez que la lógica de la economía popular y comunal es la inversión social de los excedentes para crear trabajo digno y bien remunerado, y así seguir ganándole la batalla al desempleo, la pobreza y la exclusión social.

Hacia un nuevo modelo productivo

A raíz de la crisis de la economía mundial que se expresó en la quiebra masiva de bancos, aseguradoras, inmobiliarias y millares de empresas que dejaron como saldo la destrucción de millones de empleos y familias sin vivienda, la humanidad entera se está planteando una alternativa post-capitalista, basada en nuevos principios de solidaridad, cooperación, complementación, reciprocidad, equidad y sustentabilidad.

Por eso, para el 2014 la opción no es otra que la de profundizar y acelerar la construcción de una nueva economía que libere al ser humano de la explotación y a la naturaleza de la depredación, consecuencias inevitables de una lógica centrada en las ansias ilimitadas de lucro y el consumismo irracional. Y no se trata solo del ideal humanista de construir una sociedad libre de pobreza y exclusión, sino que la propia supervivencia del sistema capitalista le impone la necesidad de ejercer un mayor control y regulación de su lógica autodestructiva, que finalmente termina revirtiéndose en contra de su propio interés.  @victoralvarezr

No hay comentarios:

Publicar un comentario