"Ni absolutismo de Estado, ni fudamentalismo de mercado.
La solución no está en extremos"
ROBERTO DENIZ . EL UNIVERSAL
lunes 14 de febrero de 2011 12:00 AM
Varias son las cargas que acumula el Gobierno nacional en materia económica, pero una destaca sobre el resto. El denominado "Socialismo del siglo XXI" amplificó el rentismo petrolero y ha sido incapaz de diversificar la producción local.
La cifras del Banco Central de Venezuela (BCV) indican que las exportaciones no petroleras de 2010 cayeron un 18,8% con respecto a 1999, mientras que la manufactura pasó de representar 18% del Producto Interno Bruto (PIB) el año que Hugo Chávez arribó al poder, al 15% del año pasado.
Para Víctor Álvarez, ex ministro de Industrias Básicas y Minería, la "la inercia rentista" que arrastraba la economía nacional se ha impuesto. Aunque es partidario de la construcción de "un nuevo modelo productivo", en las investigaciones que realiza en el Centro Internacional Miranda (CIM) advierte que se requiere "una profunda revisión y rectificación de la política económica".
-¿Considera que el Gobierno nacional va en esa dirección?
-Eso habría que planteárselo a un funcionario de Gobierno. Lo que estoy planteando es lo que a la luz de mis investigaciones, de la comprensión que yo tengo de la economía venezolana y de la necesidad de relanzar la propuesta industrializadora como condición para lograr la soberanía productiva, que es mucho más que la soberanía alimentaria, estoy planteando las condiciones que deberían cumplirse y las dimensiones de política económica que deberían abordarse.
-¿Por qué sigue imponiéndose el modelo rentista?
-No se ha logrado quebrar esa inercia que tiene su principal expresión en un tipo de cambio sobrevaluado, que es el principal síntoma de esa cultura rentista y es lo que acentúa entonces esa propensión de comprarle al resto del mundo lo que deberíamos estar produciendo en el país gracias a ese torrente de petrodólares que no deja de entrar.
Por eso planteo que una de las medidas claves, la medida medular sigue siendo el reto de encontrar un tipo de cambio que exprese la verdadera productividad de la economía real.
-¿Ni siquiera las dos devaluaciones del año pasado corrigieron esa desviación?
-Claro porque cuando se devalúa se produce una corrección del diferencial de precios, pero esa corrección se anula y se desvanece por el auge inflacionario que todavía se mantiene. Si no derrotas la inflación esa medida de ajuste cambiario o de devaluación de la moneda termina desvaneciéndose por el ímpetu inflacionario que no logra contenerse. Por eso el tema no se corrige con una medida aislada, tienes que tener además una estrategia anti-inflacionaria.
Es un círculo vicioso: importamos porque no producimos, pero no producimos porque importamos. Importamos porque esa creciente demanda agregada interna, que viene alentada por el ingreso petrolero, permite importar para satisfacer la demanda que no puede ser cubierta con la producción nacional. Pero al mismo tiempo esas importaciones tienen un efecto inhibidor en el aparato productivo interno. Subsidiar el dólar es subsidiar las importaciones.
-En ese nuevo modelo productivo que planteas, ¿Qué espacio tiene la inversión privada?
-He dicho siempre ni absolutismo de Estado, ni fundamentalismo de mercado. La experiencia histórica dice que aquellas economías donde la propiedad estatal se extendió a todas las ramas de la economía no dieron respuesta. Igual esos bandazos que se dieron en esos países donde todo se privatizó y se dejó en manos de los mecanismos del mercado eso tampoco funcionó. La solución no está en ninguno de esos dos extremos.
-Los gremios privados insisten en que no hay seguridad jurídica para invertir.
-Ahí es donde he visto el gran conflicto que tiene el país para encontrar ese margen de acuerdo. Por un lado, la ceguera del sector empresarial que no ha sido capaz de ver y reconocer todo lo que se ha hecho para reactivar el aparato productivo interno. Del otro lado, la poca habilidad del sector público para poder presentar de manera coherente, articulada y lógica esa gama de incentivos.
El sector privado debe entender que en un nuevo modelo productivo como el que se intenta construir no se basa solamente por los márgenes de ganancia, sino que también la legitimidad y justificación social de las empresas tiene mucho que ver con la contribución que hacen a la lucha contra el desempleo, la pobreza y la exclusiónn social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario