Víctor Álvarez R. /
@victoralvarezr
La
naturaleza y costo social del conflicto político venezolano es distinto al de
otros países que pagaron la violencia política y la confrontación armada con un
trágico saldo de centenares de miles de exiliados, perseguidos, encarcelados,
torturados, desaparecidos y muertos. En Venezuela, los migrantes que sufrieron
un acelerado deterioro de sus condiciones de vida por la contracción de la
economía, la confrontación política, la crisis de gobernabilidad y el impacto
de las sanciones económicas son el equivalente a los desplazados por la guerra civil
y el conflicto político en esos países. La
mayoría está en condiciones ilegales, sufre la discriminación y xenofobia.
Las familias, empresas e
instituciones venezolanas están extenuadas de una larga confrontación política y
su inevitable impacto económico y social. Según
datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más
de siete millones de venezolanos se han desplazado del territorio nacional
debido a la crisis política, económica y social que ha azotado al país. Y,
según una encuesta de Delphos, un 25% está dispuesto a abandonar Venezuela si
no se resuelve el conflicto político ni mejora la situación económica y social.
Por lo tanto, la
manera como se desarrolle la campaña electoral y el reconocimiento de los
resultados electorales serán las claves para evitar el recrudecimiento del
conflicto político y desmontar los planes de migrar.
La solución del conflicto venezolano también es de interés para los
países receptores de esta incesante diáspora que ejercen una presión adicional sobre
sus economías y servicios de asistencia social.
No son indiferentes a lo que aquí pueda pasar y se interesan en plantear
soluciones que pongan fin a la diáspora y, más bien, estimulen el retorno de
los migrantes. Para
que sea duradera la paz que se logra con el fin del conflicto político, se requiere
también erradicar las causas estructurales del desempleo, la pobreza y la
exclusión que abonan un clima de malestar y conflictividad social que obliga a migrar.
El mejor
incentivo para quedarse en Venezuela será aquella solución del conflicto
político que abra paso a un ambiente favorable a la inversión productiva, y a la
generación de más y mejores oportunidades de trabajo que finalmente se reflejen
en un creciente bienestar de los hogares venezolanos. Se trata de lograr
una paz integral sustentada en la superación de la violencia política, de la
crisis económica que genera pobreza y exclusión, y de la desesperanza que obliga
a millares de venezolanos a emigrar por falta de oportunidades.
El ciudadano
sencillo y normal quiere vivir en paz y armonía con sus semejantes. La
convivencia pacífica es la forma como las personas se relacionan entre sí en un
ambiente de respeto, reconocimiento, tolerancia y búsqueda del bien común. Implica
rechazar toda forma de violencia, ya sea política, económica, social, psicológica, doméstica, o
sexual. Las normas de convivencia contribuyen
a la coexistencia pacífica entre personas que habitan un mismo espacio y
deben compartir mucho tiempo juntas, pero tienen convicciones políticas,
creencias religiosas y condiciones económicas y sociales diferentes. Por lo
tanto, están llamadas a aceptar y respetar sus diferencias, y a crear un ambiente de no agresión, buen
trato y confianza mutua que contribuya a la inclusión e integración social. En
definitiva, se trata de aceptar la dignidad de las personas y respetar sus
derechos, sin prejuicios ni discriminaciones de ningún tipo, de reconocer y aceptar
que se pueden tener diferentes creencias, ideologías, pensamientos y opiniones sin
riesgo de ser agredidos o perseguidos. Este respeto a las diferencias
proporciona la confianza
y seguridad mutuas que evita conflictos y crea las condiciones básicas para lograr
un sostenido desarrollo económico y social.
Las Presidenciales del 28 de julio
tienen que contribuir a la superación del conflicto y no al agravamiento del
mismo. A fin de evitar que la campaña
electoral se convierta en un torneo de insultos, ofensas y amenazas de
persecuciones y afanes de venganza, que atice la confrontación política, aleje
a los inversionistas y agrave la desesperanza que obliga a muchos venezolanos a
migrar, es necesario promover un
debate electoral constructivo y propositivo, que ayude a crear un ambiente de
respeto, tolerancia, garantías de no persecución y reconocimiento de los
resultados electorales.
El Pacto de Convivencia Pacífica entre los candidatos a la Presidencia de la República es una iniciativa ciudadana que expresa el sentir nacional de solucionar el conflicto político venezolano y evitar la reedición de los episodios de violencia que causaron cuantiosos daños materiales y la irreparable pérdida de vidas humanas. Surge de una amplia consulta a importantes voces de la opinión pública nacional que trabajan activamente por reconstruir la confianza en la institución del voto, recuperar la ruta electoral, rechazar las vías violentas e insurreccionales para tomar el poder, y alcanzar una solución electoral y pacífica del conflicto político venezolano.
Es importante que se formalice el Pacto de Convivencia
Pacífica como
expresión de la voluntad política de convenir, aceptar, cumplir y hacer cumplir
las nuevas reglas que normarán la actitud y conducta de los actores políticos. Al
firmar el Pacto, los candidatos acuerdan los qué está permitido y prohibido en la lucha por el poder político, y se comprometen a no desplegar
ataques ni amenazas para así alejar a Venezuela de la violencia política y de
los riesgos de una cruenta y prolongada confrontación civil como las que
sufrieron por décadas otros países.
Para
conocer la experiencia de esos países que después de un largo ciclo de
violencia política lograron avanzar en el reencuentro, la reconciliación y la paz,
iniciaremos con sus embajadores y protagonistas el Ciclo de Conversaciones: Caminos
al Reencuentro y la Paz, a fin de conocer la forma como se
desarrollaron esos procesos de paz y transición política. Indagaremos sobre:
1. ¿Qué aspectos determinaron y desencadenaron los procesos
de paz y transición política?
2. ¿Cómo se definieron los actores con beligerancia y representatividad
en el conflicto?
3. ¿Cuál fue el papel de los militares?
4. ¿Qué garantías de no persecución se ofrecieron y pactaron
los actores en pugna?
5. ¿Cómo se formalizó y garantizó el cumplimiento de los
acuerdos?
6. ¿Cuáles fueron las reformas constitucionales y
legales?
7. ¿Cómo se definieron las víctimas del conflicto?
8. ¿Cómo se abordaron los temas de verdad, justicia,
reparación, no repetición y memoria histórica?
9. ¿Cómo se desarrollaron los procesos y medidas de justicia
transicional?
10. ¿Qué nuevo marco legal e institucional se creó?
11. ¿Cómo se avanzó en la reinstitucionalización,
autonomía y equilibrio de los poderes públicos?
12. ¿Cómo se canalizó posteriormente la demanda de memoria
histórica contra la impunidad?
13. ¿Qué leyes se derogaron, cuáles nuevas leyes se
aprobaron?
14. ¿Cuáles fueron los acuerdos básicos para contribuir
a la gobernabilidad poselectoral?
15. ¿Cuál fue el aporte de la observación, acompañamiento
y mediación internacional?
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