jueves, 14 de septiembre de 2017

¿Cuáles serían las consecuencias de las sanciones contra el gobierno?

El presidente de EE.UU. amenazó conque: "Si el régimen de Maduro impone la Asamblea Constituyente, Estados Unidos tomará medidas económicas fuertes y rápidas (…) y no se quedará mirando cómo Venezuela se desmorona". Si se instala la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y ésta comienza por disolver la Asamblea Nacional (AN) e intervenir la Fiscalía General de la República (FGR), el gobierno de Donald Trump seguramente cumplirá su amenaza y escalará las sanciones en contra de altos funcionarios del Estado venezolano, de la economía nacional y del sistema financiero público. Estas sanciones las aplicará gradualmente, comenzará con castigos individuales, luego prohibirá las transacciones comerciales y financieras y, finalmente, suspenderá la compra de petróleo venezolano.
De hecho, un día después que el gobierno de Maduro celebró la elección de la cuestionada ANC, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés) designó (léase sancionó) al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. El Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, argumentó que "Las elecciones ilegítimas confirman que Maduro es un dictador que ignora la voluntad del pueblo venezolano".
Días antes, trece altos funcionarios venezolanos fueron sancionados por el Departamento del Tesoro de EE.UU. En esa ocasión se trató de miembros actuales o ex funcionarios del gobierno, los cuales fueron clasificados en tres categorías:
·         Por debilitar la democracia y los derechos humanos: Tibisay Lucena, Elías Jaua, Tarek William Saab e Iris Varela.
·         Responsables de violencia y represión: Néstor Reverol, Carlos Pérez Ampueda, Sergio José Rivero, Jesús Suarez Chourio y Franklin García Duque.
·         Por corrupción: Rocco Albisinni, Alejandro Fleming, Simón Zerpa y Carlos Malpica Flores
Ya en mayo, el Departamento del Tesoro de EE.UU. había congelado los activos en territorio estadounidense de ocho miembros del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), al acusarlos de ser responsables de una serie de sentencias que usurparon la autoridad de la AN, razón por la cual se le prohibió a los ciudadanos estadounidenses participar en cualquier negocio o transacción financiera con ellos.
En consecuencia, todos los activos ubicados en la jurisdicción de los EE.UU. pertenecientes a los funcionarios sancionados quedan congelados y se prohíbe a los ciudadanos estadounidenses hacer negocios con ellos. Vale saber que cada vez que la OFAC ejecuta estas sanciones, la lista de personas sancionadas es distribuida a todos los bancos e instituciones financieras que tienen operaciones en Estados Unidos, y si se descubre que éstas mantienen algún tipo de relación con las personas o activos designados podrían estar sujetas a sanciones como multas o incluso prisión en EE.UU.  
Consecuencias de las sanciones
Estados Unidos es el principal socio comercial de Venezuela. El comercio bilateral totalizó $ 22.9 millardos en 2016. EE.UU. exportó a Venezuela $ 11.2 millardos e importó $ 11.7 millardos. Las ventas de EE.UU se concentraron en combustibles ($1.7 millardos), maquinarias ($ 868 millones), químicos ($ 312 millones) y maquinaria eléctrica ($ 289 millones). Las importaciones de alimentos desde EE.UU. giran en torno a los $ 750 millones e incluyen  maíz ($ 394 millones), soya ($132 millones), trigo ($ 98 millones), arroz ($ 84 millones) y aceite de soya ($ 41 millones). En 2016, las inversiones directas de EE.UU. en Venezuela fueron de $ 9.1 millardos, 20% menos en comparación con 2014. Las inversiones de Venezuela en EE.UU. totalizaron $ 4.2 millardos, concentradas en Pdvsa.
Estas sanciones se traducen en limitaciones a firmas estadounidenses como Chevron, Halliburton, Weatherford, etc. a la hora de hacer negocios con PDVSA, cuestión que afectará la extracción de crudos y la recuperación de la compañía. La sanción puede incluir la prohibición para vender gasolina y los diluyentes que Pdvsa necesita para mejorar los crudos pesados de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO). Pdvsa compra a proveedores de EE.UU. 200.000 barriles por día de diluyentes para mezclarlos y mejorar el crudo pesado venezolano.
También el gobierno de Trump podría prohibir las exportaciones de crudo venezolano a los EE.UU. que están entre 700-800 mil bpd, equivalente al 49% de los barriles que generan liquidez. EE.UU. es prácticamente el único cliente que le paga en efectivo a Pdvsa, por lo que esta sanción provocaría que Venezuela deje de recibir el 75% de sus petrodólares. En tales circunstancias, es previsible que se agrave la escasez de divisas y se desquicie aún más el dólar paralelo.
EE.UU. tiene planificado reducir sus reservas estratégicas de 680 millones de barriles a 500 millones, por lo que la suspensión de las compras a Pdvsa le permitiría reducir 125 millones de barriles. Si EE.UU. deja de comprar la cuota petrolera venezolana, no hay cliente en el mercado internacional que pueda absorber inmediatamente esa cantidad de crudo. Conseguir un nuevo mercado para el petróleo pesado es muy difícil,  toda vez que se trata de crudos con alto nivel sulfúrico que solo procesan refinerías especiales. La suspensión de la compra de petróleo sería un golpe de gracia en el flujo de caja de Pdvsa que colapsaría sus operaciones logísticas, comerciales y financieras.
Al perder el 75% de su caja, la empresa no podría honrar sus pagos de deuda externa, sobre todo en octubre/noviembre cuando tiene vencimientos de capital. El 49,9% de Citgo está comprometido por la deuda con Rosfnet y esta garantía  sería ejecutada. El otro 51 % es la garantía que se ofreció a los acreedores que participaron en el canje del bono 2017 por el bono 2020.
Incluso, el flujo de caja quedaría en peligro, toda vez que los acreedores tratarán de bloquear el despacho de petróleo y exigirlo como pago de su deuda. Si Pdvsa cae en default, los acreedores embargarían los tanqueros de Pdvsa, las cuentas de la compañía en el sistema financiero internacional y las facturas por cobrar a los compradores del petróleo venezolano.

Al gobierno se le agota el margen de maniobra
Con esta presión, el gobierno de los EE.UU. y la comunidad internacional buscarán que la ANC se auto-disuelva para llamar a un Gobierno de Transición. Las sanciones agravarán la crisis humanitaria y acelerarán el deterioro de la precaria base de apoyo social que le queda al gobierno. Aun cuando las sanciones económicas y comerciales sean utilizadas como una excusa del gobierno para atizar su retórica antiimperialista y acusar de traidores a la patria a quienes no se cuadren con Maduro en su enfrentamiento con Trump, lo cierto es que la escasez de alimentos y medicinas viene de mucho antes.
Si la ANC se instala y comienza a sesionar, la Oposición mantendrá las protestas en la calle, la dirigencia será desbordada por la insurrección popular, el caos y la anarquía cundirán por todo el territorio nacional y esto desembocará en un golpe militar. Pero si el gobierno se sienta a negociar, tendrá que acordar la coexistencia de la ANC con la AN, liberar los presos políticos, activar el canal humanitario y anunciar un cronograma electoral.
En este escenario, la MUD se divide toda vez que AD, PJ, UNT y AP deciden participar en las elecciones de gobernadores y alcaldes. Estallan escándalos que revelan el financiamiento ilegal a dirigentes de la Oposición y se filtra información sobre los contratos y dádivas que han recibido del Gobierno. Para silenciar el escándalo, los factores de la Oposición involucrados colaboran con el Gobierno, cuestión que acentúa el resquebrajamiento interno de la MUD. El Gobierno de Nicolás Maduro aprovecha la división y, aunque en las elecciones regionales la correlación de fuerzas cambia a favor de la Oposición, el oficialismo evita ser barrido y logra preservar buena parte de las gobernaciones y alcaldías como plataforma para su sobrevivencia y reconstrucción.
Sin lugar a dudas, las sanciones comerciales provocarían una caída en la extracción y exportación de petróleo, cuestión que afectaría las exportaciones venezolanas, colapsaría el ingreso en divisas y llevaría a Pdvsa a caer en un default de su deuda externa. Sin una renegociación pactada de la deuda externa, Venezuela caerá en un default desordenado y caótico. La economía venezolana se hundirá en una recesión mucho más profunda y se desataría una escalada inflacionaria que empobrecería aún más a la población.
La superación de la crisis política solo será posible si se aíslan los factores extremistas del Oficialismo y la Oposición que apuestan a exterminar a su rival. El reencuentro y la reconciliación nacional solo será posible si los factores en pugna deciden cooperar y complementarse para superar la crisis política, reactivar la economía y desactivar la bomba de tiempo social. Una vez estabilizado el país, se convocarían elecciones generales para que el nuevo gobierno electo en las urnas reciba un país gobernable.

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