Víctor Álvarez R. / Director de Pedagogía Económica y Electoral
La
aspiración nacional de recuperar la alternabilidad en el poder por la vía
electoral y pacífica está en tiempo de descuento. Si al chavismo la derrota
electoral se le convierte en una tragedia de persecuciones, juicios y condenas,
no se descarta que el TSJ decida anular la tarjeta de MUD. Esto tendría un
efecto dominó sobre las adhesiones de UNT y MPV que se quedarían sin candidato.
La
candidatura de EGU encabeza las encuestas, pero si el oficialismo concluye que marcha
hacia una inevitable derrota, sin haber negociado antes garantías de no
persecución, puede apelar a esa jugada riesgosa y extrema, que ya ha sido
anunciada y no debería sorprender a nadie. Si no se le ofrecen garantías al
gobierno, se le estará empujando hacia una línea roja que puede atravesar, aún al precio de desencadenar
una gran condena internacional que incluya a sus aliados Gustavo Petro y Luíz
Ignacio Lula Da Silva. Total, el gobierno de Maduro ya está curtido en la
resistencia contra el aislamiento internacional, sobrevivió al cerco del Grupo
de Lima, el desconocimiento de más de 60 países y las severas sanciones
económicas que lo empujaron a los brazos de los rivales geopolíticos de EEUU.
La
reacción del oficialismo al levantamiento de sanciones personales de la UE
revela que no va a tomar la iniciativa para pactar garantías de no persecución
porque esto puede interpretarse como una actitud derrotista, como que ha
llegado la hora de poner a salvo sus cabezas. Y asumir esta posición de
perdedor a priori sería muy desmoralizante y desmovilizador para sus
seguidores, justo antes de los comicios del 28J.
Los perdona vidas de la oposición inercial plantean que no hay que apurarse, que todo tiene su tiempo, y que EGU puede hacer esta oferta de no persecución después de su inevitable triunfo frente a NM, como un gesto de grandeza y buena voluntad. El gran riesgo de esa actitud contemplativa y triunfalista es que puede terminar enterándose por la prensa de que el TSJ anuló la tarjeta de la MUD. Y por esa actitud inercial y carente de liderazgo será corresponsable de no haber actuado oportunamente para evitar perder la mejor oportunidad de recuperar la alternabilidad en el poder por la vía electoral y pacífica.
No es
cierto que el triunfo de EGU esté asegurado, las elecciones no se ganan con
encuestas sino con una tarjeta unitaria, con un candidato único, y con la organización
y movilización del país descontento. Y nada de esto está blindado, todo está en
peligro. La inacción y falta de capacidad de respuesta de la dirigencia de la
PU no puede poner en peligro la tarjeta de la MUD ni la candidatura EGU, que es
la única que realmente le puede ganar al candidato oficialista. Mantener a EGU
en la carrera presidencial con la tarjeta de la MUD debe ser el centro de la
acción política de la PU, sin descuidar la consolidación de la maquinaria
electoral que defenderá los votos en todas y cada una de las mesas electorales.
¿Qué están esperando?
Lamentablemente,
quienes critican al régimen por su deriva autoritaria están esperando de él un
comportamiento democrático. El liderazgo político no sale de su inercia y no
termina de proponerle nada concreto al gobierno para evitar que el TSJ termine
dándole la estocada final a la tarjeta de la MUD.
El
candidato con verdadera opción de ganar las Presidenciales del 28J está llamado
a hacerle una oferta viable y creíble a NM porque sin garantías de no
persecución política, el candidato oficialista no se va a medir con quien sabe
que va a perder. Solo si se levantan las recompensas, se deja de atizar la
persecución judicial en la CPI y se constitucionalizan las garantías de no
persecución política, el oficialismo aceptará la derrota y entregará el
poder.
Y esto lo
hará con una previa reforma constitucional que designe al expresidente como
diputado vitalicio con inmunidad parlamentaria por delitos políticos. Para
avanzar en la solución del conflicto venezolano y recuperar la alternabilidad
en el poder, es preferible que NM se mude al Palacio Legislativo como diputado
vitalicio a que siga como presidente vitalicio en el Palacio de Miraflores.
Un Pacto
de Convivencia Pacífica con garantías de no persecución política es lo que puede
dejar correr a todos los candidatos hasta el 28J para que, independientemente
de quien resulte ganador, el país pueda recuperar la alternabilidad en el
poder. La
solución de menor costo para el país siempre será un acuerdo que facilite la
convivencia pacífica, sin retaliaciones ni persecuciones entre los actores en
pugna. La clave para que firmen un Pacto de Convivencia Pacífica es que no
se suponga ni asuma a priori la victoria o derrota de ninguno de ellos, porque
eso daría origen a denuncias de fraude y al no reconocimiento de los
resultados. En definitiva, se trata de garantizar los derechos y deberes de los
actores en pugna, cualquiera sea el que pierda o gane la elección presidencial.
Un Pacto de Convivencia Pacífica con garantías
de no persecución debe ser la base de un protocolo de condiciones que incluya
el compromiso de no anular ninguna tarjeta ni sacar de la contienda a ningún
candidato que despunte en las encuestas, reconocer los resultados del 28J independientemente de quien
resulte ganador, y acordar un programa básico de reformas económicas e
institucionales a llevarse a cabo entre el 29J y el 10E que contribuya a la
viabilidad económica de la gobernabilidad poselectoral.
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el análisis completo en el nuevo podcast de Pedagogía Económica y Electoral
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