Víctor Álvarez R.
El gobierno que resulte electo en las Presidenciales del
28-J recibirá un país con graves desequilibrios macroeconómicos que contraen la
producción y generan inflación, recibirá una industria petrolera en ruinas y sin recursos financieros, y un aparato
productivo que no genera suficientes puestos de trabajo; tendrá que
hacerle frente al grave deterioro de los servicios públicos de agua potable,
electricidad, gas doméstico, telecomunicaciones y escasez de combustibles;
heredará una enorme deuda social en un país en el que los sistemas públicos de
educación y salud están colapsados. Familias
completan huyen del hambre en una incesante diáspora que no tiene precedentes.
La desesperación nacional le exigirá al nuevo gobierno resultados concretos en
el primer año de gestión. De lo contrario, el país otra vez se sentirá
defraudado y el nuevo gobierno rápidamente habrá perdido credibilidad.
La viabilidad económica de la gobernabilidad poselectoral hay que comenzar a construirla desde el mismo 29-J y no después de la toma de posesión el 10-E. Al interés nacional le conviene que los actores políticos, económicos y sociales logren unos acuerdos básicos que permitan gestionar recursos para atender las urgencias y prioridades nacionales, y así evitar que al cambio político le siga una ola de protestas y crisis de gobernabilidad, tal como ha pasado en otros países.
En el Pacto de
Convivencia Pacífica entre los candidatos a la Presidencia se plantea un Programa Básico de Reformas Económicas,
Sociales e Institucionales que
se puede llevar a cabo en el lapso que va desde la fecha de las elecciones presidenciales hasta la toma de posesión. A
través de una acción conjunta entre el gobierno saliente y el gobierno entrante
se puede ganar tiempo y comenzar a aplicar las medidas de ajuste que se
requieren para estabilizar la economía y atender la emergencia social. De esta forma, el nuevo gobierno que
asuma el 10 de enero -en vez de heredar un país minado por las
tensiones económicas, sociales y políticas-, comenzará con ventaja al recibir
una economía desbloqueada y estabilizada que empieza a ser saneada, un Estado
que inicia su proceso de reinstitucionalización y una sociedad desarmada que se
pueda gobernar.
La comunidad
internacional puede incentivar la conformación de un gobierno de enlace entre
el gobierno saliente y el gobierno entrante, el cual sería apoyado con la
eliminación inmediata de todas las sanciones económicas, la protección de Citgo
del remate de sus acciones para pagar deudas que nunca contrajo, la devolución
de los activos de la República bloqueados en el exterior, el acceso
a los Derechos Especiales de Giro retenidos en el FMI, la recuperación de las
reservas del BCV que permanecen bloqueadas en el Banco de Inglaterra, la reestructuración
y rebaja de la deuda
externa, la reinserción de Venezuela en los mercados financieros
internacionales y las nuevas inversiones extranjeras para recuperar la
industria petrolera y reactivar el aparato productivo. De esta forma, el nuevo
gobierno -en vez de heredar una bomba de tiempo económica y social-,
recibirá una economía desbloqueada y en franca recuperación, sin tener que
recargar los costos del ajuste sobre los sectores más vulnerables de la
economía y la sociedad.
En tiempo de descuento
Sin
embargo, la aspiración nacional de recuperar la alternabilidad en el poder por
la vía electoral y pacífica está en tiempo de descuento. Si al chavismo la
derrota electoral se le convierte en una tragedia de persecuciones, juicios y
condenas, no se descarta que el TSJ decida anular la tarjeta de la MUD. Esto tendría
un efecto dominó sobre las adhesiones de UNT y MPV que se quedarían sin
candidato.
La
candidatura de EGU encabeza las encuestas, pero si el oficialismo concluye que marcha
hacia una inevitable derrota, sin haber negociado antes garantías de no
persecución, puede apelar a esa jugada riesgosa y extrema, que ya ha sido
anunciada y no debería sorprender a nadie. Si no se le ofrecen garantías al
gobierno, se le estará empujando hacia una línea roja que puede atravesar, aún al precio de desencadenar
una gran condena internacional que incluya a sus aliados Gustavo Petro y Luíz
Ignacio Lula Da Silva. Total, el gobierno de Maduro ya está curtido en la
resistencia contra el aislamiento internacional, sobrevivió al cerco del Grupo
de Lima, el desconocimiento de más de 60 países y las severas sanciones
económicas que lo empujaron a los brazos de los rivales geopolíticos de EEUU.
La
reacción del oficialismo al levantamiento de sanciones personales de la UE
revela que no va a tomar la iniciativa para pactar garantías de no persecución
porque esto puede interpretarse como una actitud derrotista, como que ha
llegado la hora de poner a salvo sus cabezas. Y asumir esta posición de
perdedor a priori sería muy desmoralizante y desmovilizador para sus
seguidores, justo antes de los comicios del 28J.
Los perdona vidas de la oposición inercial plantean
que no hay que apurarse, que todo tiene su tiempo, y que EGU puede hacer esta
oferta de no persecución después de su inevitable triunfo frente a NM, como un
gesto de grandeza y buena voluntad. El gran riesgo de esa actitud contemplativa
y triunfalista es que puede terminar enterándose por la prensa de que el TSJ
anuló la tarjeta de la MUD. Y por esa actitud inercial y carente de liderazgo será corresponsable de no
haber actuado oportunamente para evitar perder la mejor oportunidad de
recuperar la alternabilidad en el poder por la vía electoral y pacífica.
No es
cierto que el triunfo de EGU esté asegurado, las elecciones no se ganan con
encuestas sino con una tarjeta unitaria, con un candidato único, y con la organización
y movilización del país descontento. Y nada de esto está blindado, todo está en
peligro. La inacción y falta de capacidad de respuesta de la dirigencia de la
PU no puede poner en peligro la tarjeta de la MUD ni la candidatura EGU, que es
la única que realmente le puede ganar al candidato oficialista.
Lamentablemente,
quienes critican al régimen por su deriva autoritaria están esperando de él un
comportamiento democrático. El liderazgo político no sale de su inercia y no
termina de proponerle nada concreto al gobierno para evitar que el TSJ termine
dándole la estocada final a la tarjeta de la MUD. El candidato con verdadera
opción de ganar las Presidenciales del 28J está llamado a hacerle una oferta
viable y creíble a NM porque sin garantías de no persecución política, el candidato
oficialista no se va a medir con quien sabe que va a perder.
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