Víctor Álvarez R.
Escuche el análisis completo en el nuevo podcast de #PedagogíaEconómica https://t1p.de/9rt1g
El Ejecutivo Nacional decidió
fraccionar en 4 partes el pago de los aguinaldos a casi un millón de empleados
públicos y cuatro millones de jubilados, con el argumento de evitar una
desmesurada inyección de dinero que presione el alza del dólar y dispare los
precios, tal como ocurrió en agosto pasado cuando se emitió dinero sin respaldo
para pagar deudas pendientes con los maestros y funcionarios públicos. Esta
decisión ha generado críticas y reclamos en los sindicatos y partidos políticos,
los cuales exigen que el pago de los aguinaldos se haga de una sola vez.
¿Cómo analizar y comprender la
inflación venezolana? ¿Qué factores la causan y cuáles la propagan? Nada peor
que un diagnóstico equivocado que conduce a tratamientos equivocados.
Comprender las causas de un problema es tener la mitad de la solución. Si se
entiende bien el origen y la naturaleza de la inflación venezolana, habrá menos
posibilidades de equivocarse en su tratamiento y superación.
Las causas de la inflación y sus
factores propagadores requieren tratamientos muy distintos. El origen de la
inflación venezolana está muy asociado a la destrucción del aparato productivo.
A lo largo de 7 años el PIB se contrajo en 75 % y generó una creciente escasez
que encareció los bienes y servicios. Mientras que un factor propagador de la
inflación ha sido la desmesurada emisión de dinero sin respaldo en la
producción para financiar el déficit del gobierno y las empresas públicas.
Dicho claramente, la inflación venezolana es causada por la escasez derivada de la contracción del aparato productivo y es agravada por la exagerada inyección de dinero inorgánico. Por lo tanto, para abatir la inflación es necesario reactivar el aparato productivo, y sincronizar la emisión de dinero y liquidez monetaria con la recuperación y aumento de la actividad económica.
Atacar la inflación con las medidas
correctas exige distinguir las causas de los factores propagadores. Para que
una estrategia antiinflacionaria funcione tiene que priorizar la reactivación
del aparato productivo, en función de generar una abundante oferta de bienes y
servicios de buena calidad y mejores precios. Y las condiciones monetarias
tienen que contribuir a este objetivo, toda vez que la inflación venezolana no
es solo un fenómeno monetario. La respuesta monetaria es necesaria más no
suficiente. Una política monetaria restrictiva puede ser contraproducente si se
afinca en subir el encaje legal y dejar a los bancos sin liquidez para
financiar la reactivación de la producción.
La prolongada contracción del PIB se reflejó
en la quiebra de miles de empresas, lo cual desembocó en el
monopolio/oligopolio de unas cuantas compañías que todavía abusan de su
posición de dominio para imponer precios cada vez más altos. Por eso, el mejor
control de precios siempre será una política de promoción de inversiones que
multiplique el número de empresas que compiten entre sí para ganarse la
preferencia del consumidor, ofreciendo mejores productos a mejores precios.
Con una política de promoción de
inversiones productivas y la regeneración del tejido empresarial se evitarán los
monopolios y sus exagerados márgenes de
ganancia. La competencia se reflejará en menores precios y productos de mayor
calidad. Esta es la mejor vía para recuperar el poder adquisitivo del ingreso
familiar y, en consecuencia, mejorar las condiciones de vida en los hogares
venezolanos.
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