viernes, 30 de mayo de 2014

Propuesta 7 a la CEP: Reformar la LOCTI


Víctor Álvarez R.
En la nueva fase de la Ofensiva Económica, el Presidente Nicolás Maduro ha planteado reactivar la producción para aumentar el abastecimiento y estabilizar los precios, los llamados objetivos PAP. Hasta ahora, las medidas para lograrlo giran en torno a agilizar la entrega de divisas y ofrecer nuevas fuentes de financiamiento. Pero una producción de calidad y bajos precios requiere, adicionalmente, incentivos para el fortalecimiento de las capacidades tecnológicas e innovativas, a fin de incrementar la productividad y reducir de forma drástica los costos. El acceso oportuno a los recursos que requieren las empresas para mejorar los productos y procesos tecnológicos, pasa por reformar la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (Locti).
Balance de la Locti
Uno de los propósitos de la Locti fue generar recursos de las empresas para  financiar sus propios proyectos de investigación e innovación y así generar un conocimiento útil que les ayudara a mejorar su calidad, productividad y competitividad. De esta forma se liberarían recursos públicos para ser reorientados al financiamiento de los proyectos de universidades y centros de investigación.
Cuando se aprobó la Locti, las empresas podían escoger entre invertir su aporte puertas adentro, financiar proyectos de universidades o entregarlo al Mcti. A pesar de que la ley identificaba más de diez formas de vinculación universidad-empresa, el 95% de los aportes se quedó en las compañías, no pocas veces para pagar la fiesta de navidad de la empresa, argumentando que habían sido invertidos en la organización de un evento sobre nuevas tecnologías. Solo el 4% se destinó a financiar proyectos con universidades y apenas 1% fue depositado en el Ministerio.
Para evitar el desvío de recursos, con la reforma de 2010 todos los aportes empresariales se centralizaron en el Fonacit. Sin embargo, la producción científica y tecnológica -medida a través de los indicadores tradicionales de proyectos de investigación, artículos publicados en revistas indexadas, eventos científicos y patentes registradas-, no aumentó en la misma proporción de los fondos Locti. Por el contrario, en muchos casos se redujo. Solo el número de investigadores y tecnólogos se incrementó, aunque paradójicamente la caída en los demás indicadores se atribuye a los bajos salarios, realidad que obliga a muchos investigadores a renunciar para buscar trabajos mejor remunerados.
El logro de los objetivos PAP requiere una reforma de la Locti que facilite la inversión empresarial en el fortalecimiento de su productividad, calidad y competitividad. De esta forma, el insuficiente número de laboratorios universitarios se complementaría haciendo de cada empresa un centro de investigación e innovación. Adicionalmente se crearía una infraestructura de uso común para el fortalecimiento de las capacidades tecnológicas e innovativas del aparato productivo, el cual remuneraría con mejores sueldos y beneficios a los profesionales con nivel de maestría y doctorado que se dedican a la investigación, pero que de acuerdo a las tablas oficiales apenas reciben 1,2 salarios mínimos.
Empresa: locus de la innovación
Los aportes Locti de las empresas no pueden ser catalogados por sí mismos como una inversión. Si así fuera, el monto de 2 % del PIB que se recauda nos ubicaría a nivel de Japón y Alemania, pero está claro que no hemos alcanzado el grado de desarrollo científico ni mucho menos económico de esos países. El ritmo innovador no depende simplemente de la escala de los aportes a la Locti sino del modo en que dichos recursos son invertidos, dirigidos y aprovechados. Semejante volumen de recursos no puede ser absorbido únicamente por las universidades. Y la debilidad del sistema nacional de innovación conduce a malgastar muchos recursos debido a la insistencia en modelos ya superados que aún sostienen que las tecnologías se desarrollan en las universidades y luego son transferidas a las empresas.
De allí la necesidad de activar nuevos espacios para realizar proyectos de investigación e innovación cada vez más pertinentes con la problemática real del aparato productivo. Es aquí donde la empresa pública y privada está llamada a abrirse como locus de una actividad científica y tecnológica que sustente una abundante producción de calidad y precios solidarios. En los aportes que las empresas hacen a la Locti están los fondos necesarios para mejorar sus  productos y procesos. Con estos recursos se financiaría la incorporación del talento humano en la planta física de las propias empresas, las cuales pasarían a ser el epicentro de una actividad de innovación conectada con las necesidades reales de la producción de bienes y servicios. Así, cada empresa se convertiría en un centro de investigación y, adicionalmente, se invertirían fondos en la creación de una infraestructura de laboratorios y centros de servicios tecnológicos de uso común para el fortalecimiento de las capacidades tecnológicas e innovativas del aparato productivo nacional.
Repensar vinculación universidad-empresa                                                  
Tomando en cuenta que los fondos Locti son aportes empresariales, estos deben invertirse en el desarrollo de una actividad de investigación e innovación cada vez más vinculada a las necesidades del aparato productivo nacional. Esto implica repensar la vinculación universidad-empresa para asumir la actividad productiva como eje dinámico que guía los procesos de generación, transferencia, difusión y uso de conocimientos científicos y tecnológicos.
Ahora bien, la mejora incremental y radical de los productos, procesos productivos y sistemas de organización de la producción, distribución y comercialización requiere relanzar el compromiso de la empresa con el buen uso de sus aportes Locti. Asimismo, se necesita una reforma de la ley a fin de permitir la inversión directa de los aportes que hacen las empresas en el fortalecimiento de su productividad. Esta reforma contribuiría a generar una abundante producción a buenos precios de los bienes y servicios que se requieren para satisfacer holgadamente las necesidades básicas y esenciales de toda la población.  @victoralvarezr
 

 

 

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