Víctor
Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias
La propiedad no es una simple posesión
basada en el derecho mercantil sino un sistema de relaciones sociales que se
establecen en el proceso de producción. El socialismo del siglo XX, estatizó
todos los medios de producción, deformándose en un sistema de dominación que
ahogó el espíritu emprendedor, criminalizó la iniciativa empresarial, frenó el desarrollo de las fuerzas
productivas, generando escasez, racionamiento y especulación. Las poderosas
élites burocráticas derivaron en una burguesía funcional que se apropió de
parte importante del plustrabajo social, ya no como propietarios de los medios
de producción, sino por los privilegios asociados a sus cargos.
Al expropiar, el
Estado indemniza y se convierte en dueño de lo que antes era propiedad privada.
El artículo 115 de la CRBV dice que: “Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante sentencia
firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la
expropiación de cualquier clase de bienes”. Lo que
comenzó como un proceso de recuperación de empresas consideradas estratégicas o
de interés nacional, derivó en una ola de estatizaciones y ocupaciones de
empresas que
se
extendió a casi todas las actividades económicas. En este auge nacionalizador
se estatizaron compañías de telecomunicaciones, de electricidad, siderúrgicas,
fábricas de botellas, torrefactoras de café, empresas de lácteos, procesadoras
de aceite doméstico, textileras, cementeras, briqueteras, cadenas de
supermercados, empresas de servicios, operadoras de aeropuertos, bancos, etc.
Algunos casos fueron
indemnizados, pero la mayoría de las expropiaciones siguen litigios y
controversias legales que se han prolongado durante varios años en el Centro
Internacional para el Arreglo de las Diferencias Relativas a Inversiones
(CIADI), organismo adscrito al Banco Mundial. Los recientes fallos se anuncian
justo cuando los precios del petróleo están colapsados y las reservas
operativas del país han caído a niveles mínimos:
·
ExxonMobil: $ 1.600 millones. De este monto
hay que descontar$ 747 millones que ya fueron pagados a Exxon en febrero de
2012.
·
Gold Reserve: $ 746 millones.
·
Owens Illinois: $ 455 millones.
·
Flughafen Zürich AG/Ingeniería IDC: $ 36 millones.
·
TideWater: $ 46 millones.
A pesar de que Venezuela anunció
su salida del CIADI, deberá cumplir con los fallos de procesos anteriores al
2012. Hasta ahora, el costo total de
las nacionalizaciones alcanza los $ 25.554 millones, de los cuales ya se
han pagado $ 12.998 millones.
Quedarían por cancelar $12.556 millones. Sólo por los
casos de Exxon Mobil, Gold Reserve, y Owens Illinois, Venezuela tendría que
pagar este año más de $ 2.801 millones. El monto de indemnizaciones a pagar seguramente
aumentará a medida que se dicten los fallos de los casos que siguen pendientes.
Para 2015 se espera la decisión sobre la demanda más
grande de ConocoPhillips por $ 31.000 millones.
Para ganar tiempo, Venezuela
puede solicitar la revisión de las sentencias como una táctica que le permita
aplazar lo más posible los pagos de las indemnizaciones. De hecho, Venezuela
viene impugnando las decisiones del CIADI. Pero mientras sigan los juicios y hasta que Venezuela haya realizado el pago en
su totalidad, se acumularán
intereses a la tasa que el laudo del CIADI indique, los cuales están en torno
al 3,25 % anual.
La poca probabilidad
de que los precios del petróleo vuelvan a los niveles de 90-100 $/b, aunado a los
fuertes pagos de la deuda externa y a las necesidades de importación, plantean
la necesidad y conveniencia de iniciar conversaciones con todos y cada uno de
los casos, en función de lograr una solución que sea conveniente para las
partes y evite el embargo de los activos de Venezuela en el exterior. Sin
embargo, mientras no se produzca un acuerdo, los expropiados con seguridad buscarán el pago de las indemnizaciones en
cualquier jurisdicción que pueda embargar bienes de la República, en ejecución
de las sentencias del CIADI.
Para el cálculo de la disponibilidad y flujo de divisas del país, además de
los pagos por indemnizaciones, es necesario estimar también los pagos de la
deuda externa. Recordemos que entre 2005-2011 la estrategia de endeudamiento se
concentró en la colocación de papeles
en el mercado internacional, con la emisión de los bonos bolívar-dólar o
convertibles en divisas. Luego se optó por el mercado interno al incrementar la
oferta de títulos de Deuda Pública Nacional (DPN) y Letras del Tesoro,
adquiridos por la banca pública y privada, debido al alto costo que
representaba la emisión de títulos en el mercado internacional, donde Venezuela
puede colocar deuda si paga tasas de interés hasta de 12,75%. Si bien tan altos
rendimientos aseguraron el éxito de las colocaciones, también es cierto que incrementaron
considerablemente el costo de la deuda venezolana. Esa estrategia concentró los pagos en 2015, 2016 y 2017, en cada
uno de los cuales se deberá cancelar alrededor de $10.000 millones por el
servicio de deuda.
En la Memoria Anual de Ministerio de
Finanzas están los datos de los recursos del Fonden y el Fondo Chino, los
cuales vienen sufriendo una sostenida disminución. Al cierre de 2014 el país contaba
con $ 11 mil millones y en el primer trimestre de 2015 los datos indican una
liquidación de un mil 600 millardos, lo cual lleva a estimar la disponibilidad
en $ 9 mil 400 millones. A pesar de la
contracción de las importaciones, de seguir a ese ritmo, se puede deteriorar
aún más la capacidad de pago del país.
Sin reservas internacionales
excedentarias ni precios exorbitantes del petróleo, Fonden no recibe ya inyecciones
de recursos. Los activos de la República susceptibles de venta o titularización
cayeron de $ 83 mil millones a principios de 2014 a menos de $ 75 mil millones al final de ese año. En el
primer trimestre de 2015 se intensificó el ritmo de agotamiento de estos
activos, toda vez que se liquidaron $ 8 mil 400 millones.
Se
cierran los grifos en Cencoex y Sicad
El colapso de los precios del petróleo
ha agravado la escasez de divisas. De hecho, las liquidaciones de Cencoex
apenas llegaron en 2014 a $ 20.000
millones, lo que representa una caída de más 30% con respecto al año 2013,
cuando se liquidaron casi $ 30 mil millones. El cupo de viajero y efectivo
recibió 25% menos, al liquidar en 2014 $ 3.834 millones, en comparación con los
$ 5.113 millones de 2013. Como se sabe, la reducción de las divisas a través de
Cencoex ha limitado la oferta de bienes y es causa de la creciente escasez que
sufre el país.
El Gobierno ha
señalado que cuenta con los recursos para honrar la deuda externa y hasta ahora
ha pagado puntualmente los vencimientos. Sin embargo, los títulos de deuda
externa venezolana registran una caída en sus precios, llegando a ser
catalogados como “bonos basura”. De los
27 que se cotizan actualmente, solo uno mantiene una cotización por encima del
50%. Y mientras no se recuperen los precios del petróleo y el país siga
confrontando una severa escasez de divisas, las calificadoras de riesgo
seguirán rebajando el estatus de la deuda venezolana.
A través de la reducción de las
entregas de petróleo que no generan ingreso neto en divisas, del aumento de las
exportaciones facturadas en efectivo, del nuevo crédito con China, de la
considerable reducción de las liquidaciones al sector privado a través de
Cencoex y Sicad, así como de los recortes menores a viajeros, el Gobierno busca
las divisas necesarias para conjurar el riesgo de caer en default para lo que
resta de 2015. Si se suman el cobro
con descuento de las facturas a República Dominicana en Petrocaribe (1.900
millones) el financiamiento a CITGO ($
2.800 millones), los ingresos
de Pdvsa más los desembolsos del nuevo préstamo chino ($ 5.000 millones) el
país puede contar con recursos suficientes para hacer frente a sus compromisos
de corto plazo. Adicionalmente y aún sin confirmación oficial, se anticipa que el BCV realizará
con Citibank un swap (permuta financiera) con cargo a sus reservas de oro por $
1.000 millones, con un interés de entre 6-7%, dejando las reservas de oro como
garantía en el Banco de Inglaterra.
Lo cierto es que la capacidad de pago de Venezuela luce muy comprometida
debido al descalabro del ingreso petrolero, las millardarias indemnizaciones y los fuertes
pagos de la deuda soberana y los bonos de Pdvsa previstos para este año. La gran
pregunta que se hace el mercado financiero internacional es si Venezuela, podrá
honrar sus compromisos de deuda externa, indemnizaciones e importaciones, o
priorizará uno en detrimento de otro. Lo cierto es que si Venezuela no cumple
con el pago de las indemnizaciones, los expropiados tratarán de ejecutar el laudo contra los activos del país. @victoralvarezr
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