domingo, 29 de junio de 2014

BCV: con una mano pega y con la otra soba


Por: Víctor Álvarez R.

Si algo deseamos quienes vivimos de un ingreso fijo es que el incremento salarial sea mayor que el aumento de los precios. Pero en los últimos años, uno de los factores que más ha propagado la inflación que devora los salarios ha sido la emisión de dinero inorgánico para financiar empresas públicas deficitarias. La inyección de dinero sin respaldo en el contexto de una economía con altos índices de escasez, no hace más que erosionar el poder de compra de la moneda nacional, ya que cada vez hay más bolívares procurando comprar productos que se hacen cada vez más escasos.

El propio BCV, para recoger el exceso de liquidez que él mismo genera, ha incrementado el encaje legal tres veces consecutivas: de 17% a 19% en octubre, de 19% a 20% en diciembre y de 20 a 21.5%, recientemente. Esto significa que los bancos deben congelar el  21,5% del dinero que captan. Aun así, el exceso de liquidez no ha bajado y es más el dinero sin respaldo que con una mano el BCV inyecta a la circulación doméstica, que el que saca con la otra mano a través del encaje legal. Ciertamente, un aumento del encaje de 4,5% es  poco lo que puede neutralizar ante un desmesurado aumento de la liquidez monetaria, superior al 65% anual.

A pesar de que el artículo 320 de la CRBV señala que “el BCV no estará subordinado a directivas del Poder Ejecutivo y no podrá convalidar o financiar políticas fiscales deficitarias”, desde 2010 el instituto emisor ha venido financiando a Pdvsa, toda vez que la compañía petrolera se ha visto muy perjudicada por una tasa de cambio oficial que no le rinde para pagar su nómina de más de 100 mil trabajadores, cancelar a tiempo la deuda con proveedores y contratistas, mantener la ayuda a las misiones sociales y cumplir a tiempo con sus obligaciones fiscales.  Un solo dato: hasta mayo de 2014 el BCV le ha prestado a Pdvsa más de Bs. 411.000 millones. Sin embargo, la oferta de bienes no ha crecido en la misma proporción.

Una vez que se comprenda que el auge inflacionario es la inevitable consecuencia de las emisiones de dinero inorgánico para financiar empresas públicas deficitarias, quedará claro que un paso clave para recuperar la fortaleza del bolívar, abatir la inflación y proteger  los salarios tiene que ver con la recuperación de la autonomía del BCV, que sabiamente quedó plasmada en la Constitución de 1999.  
Los trabajadores que vivimos de un ingreso fijo que se vuelve sal y agua con el desquicie de los precios esperamos un BCV que se comprometa a derrotar la inflación. Las reformas a la ley del instituto emisor no arrojaron los resultados esperados. Un BCV más independiente podrá resistir las presiones para financiar el déficit fiscal con emisiones de dinero sin respaldo y defender de mejor manera la meta de inflación. Autocríticamente debemos reconocer que los propios datos oficiales revelan que el financiamiento a Pdvsa ha sido la principal causa de la expansión desproporcionada de la liquidez monetaria que se ha convertido en un factor propagador de la inflación. Pdvsa debe sanear sus finanzas y eso pasa por sincerar tanto la tasa de cambio oficial como el precio de la gasolina, así como fijar límites inquebrantables a los montos que el Gobierno puede obtener como préstamos del BCV.

No hay comentarios:

Publicar un comentario