domingo, 29 de junio de 2014

Propuesta 9 a la Comisión Económica para la Paz: Reforma Fiscal para evolucionar de la cultura rentista a la tributaria


Por: Víctor Álvarez R.

El debate sobre las consecuencias económicas, políticas, sociales y ambientales de los exagerados subsidios a los servicios públicos de agua, electricidad, gas, combustibles y peajes es un tema pendiente en Venezuela, cuya otrora abundante renta petrolera ya no alcanza para pagarlo todo, y esto obliga a establecer prioridades. Encarar con honestidad esta discusión demostrará el grado de madurez de la sociedad y de responsabilidad del gobierno que no puede seguir evadiendo las decisiones que hay que tomar con el argumento del costo político que las mismas pueden generar.

Es hora de analizar la conveniencia y viabilidad de reorientar o eliminar los subsidios que no están beneficiando a los grupos más empobrecidos de la sociedad, comenzando por el subsidio a la gasolina y peajes, así como a la electricidad, agua y gas en sectores residenciales de alto nivel de ingreso y consumo. Sobre todo si tomamos en cuenta que el exorbitante monto de recursos que absorben estos subsidios pudieran ser reorientados a atender las urgentes necesidades de educación, salud, vivienda y seguridad.

Subsidios antipopulares

Los subsidios como instrumento de redistribución tienen por objeto mejorar el ingreso de las familias, son un instrumento de la política social y requieren una administración adecuada para evitar que su mala aplicación profundice la desigualdad. Pero en Venezuela, un buen porcentaje de los subsidios no beneficia a los sectores populares, sino a grupos sociales que no los necesitan, lo cual genera una mayor inequidad. Sobre todo si se tiene en cuenta que el susidio a los combustibles y servicios públicos favorece más a los sectores de mayores ingresos que no necesitan que se les subsidie nada y, por lo tanto, convalidan una redistribución regresiva del ingreso.

Por eso, muchos de los actuales subsidios resultan antipopulares y crean escasez, toda vez que estimulan el contrabando de extracción hacia países vecinos que disfrutan de los bajos precios de los combustibles y alimentos que no se consiguen en el mercado nacional. Corregir los efectos no deseados de la política de subsidios exige evaluar permanentemente dónde se están invirtiendo los recursos y qué resultados están arrojando. Así por ejemplo, en lugar de mantener un escandaloso subsidio a la gasolina, se debería sincerar el precio del combustible y subsidiar la modernización y ampliación del transporte público con un porcentaje del monto que se recaude. Para evitar que la medida sea utilizada como pretexto para subir las tarifas de transporte público o fletes de carga, se mantendría subsidiado el diesel para ese tipo de transporte.

La cultura rentista

Los subsidios se mantienen como una forma de distribuir la renta petrolera en beneficio de la sociedad que se considera dueña de dichos recursos. Lo que en esencia es una actitud paternalista del Estado, suele ser presentada como una conquista de las luchas populares. En condiciones de una creciente renta petrolera, estos subsidios poco significaban en el presupuesto nacional, pero en las nuevas condiciones de escasez cuestan mucho, incrementan la inequidad y pueden ser empleados de mejor manera. Por lo tanto, deben eliminarse o reorientarse, con la condición básica de que cualquier decisión que al respecto se tome no genere un solo pobre más.  

En Venezuela, los subsidios son expresión de una cultura rentista que pretende vivir de ingresos que no son resultado del esfuerzo productivo. En adelante, para que sean eficientes y efectivos en la lucha contra la pobreza, los subsidios deben aplicarse a la luz de unos principios rectores básicos: i) aunque siempre será más difícil eliminar un subsidio que crearlo, éste debe ser transitorio y otorgarse solo mientras dure la condición que le dio origen; ii) para no desviar recursos escasos en favor de sectores pudientes, el subsidio debe estar focalizado y canalizado directamente a las personas que realmente los necesitan; iii) ante el estancamiento de la renta petrolera y las crecientes restricciones presupuestarias, los subsidios tienen que ser económicamente viables y no deben ejercer presiones deficitarias sobre la gestión fiscal.

La reforma fiscal

A diferencia de los años de la política neoliberal cuando se recurrió a sucesivas alzas en los precios de los servicios públicos y combustibles para lograr el equilibrio fiscal y no tener que gravar con nuevos impuestos a la inversión nacional y extranjera, en la actualidad la corrección del déficit fiscal pasa por evolucionar de la cultura rentista que espera que todo lo pague el petróleo, hacia una verdadera cultura tributaria que exprese la corresponsabilidad ciudadana en el financiamiento de los servicios públicos.

Para evitar el impacto inflacionario de devaluar nuevamente el bolívar con fines de recaudación fiscal, un asunto pendiente se refiere a la reforma tributaria. Hay que comenzar por perfeccionar los mecanismos de recaudación, para luego transformar los impuestos indirectos y regresivos como el IVA, en impuestos directos y progresivos como el impuesto a la renta, al lujo, a los activos empresariales y a las grandes herencias.
Además de aumentar los impuestos de los contribuyentes, el gobierno también está emplazado a racionalizar el gasto público para corregir el déficit fiscal. Esto pasa por lograr una certera focalización de los subsidios y así poder lograr más y mejores resultados en la lucha contra la pobreza y la exclusión social.

1 comentario:

  1. Pero no era esto lo que los economistas "escualidos", "apatridas", "pitiyanquis", etc. les venian diciendo a ustedes desde hace 15 años??????.

    Quien compensa a un trabajador venezolano la perdida de valor de sus ahorros????

    Se da cuenta señor que destruyeron el presente y el futuro de toda una generacion de venezolanos???, no hay ni siquiera una pequeña solicitud de disculpa???, o sea, la embarraron, ooops, ahi van los ahorros de todos los asalariados de venezuela????

    Ni siquiera un Mea Culpa pequeñito Sr. Alvarez?

    Nada??

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