viernes, 27 de mayo de 2016

¿Quién le tiene miedo al Referendo Revocatorio?

Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias

El Referendo Revocatorio (RR) es la vía constitucional para resolver pacíficamente una crisis de gobernabilidad. El Gobierno debe hacer una lectura correcta de la válvula de escape que se activó en las filas de la Oposición con la recolección del 1% de las firmas. Pero el desahogo que significó esa jornada se malogra con las tajantes afirmaciones de importantes voceros del oficialismo que, sin esperar el pronunciamiento del CNE, se apresuran a sentenciar que este año no habrá RR. El Gobierno debería celebrar que la Oposición optó por la vía democrática para conquistar el poder, en lugar de obstaculizar el RR con el argumento de que se está fraguando un golpe constitucional.

Con el RR no se está armando ningún golpe constitucional. La revocatoria de los funcionarios de elección popular fue una propuesta de la Revolución Bolivariana, planteada por el propio Hugo Chávez, quien fue el primero en someterse a un RR y dejar en manos del soberano la decisión de revocar o ratificar su mandato. Y lo hizo con las encuestas en su contra y a sabiendas de que se estaba jugando la suerte de la Revolución Bolivariana. A diferencia del ejemplo que Chávez dio, Nicolás Maduro ha dicho que “el referéndum revocatorio es una opción, no una obligación”. No, el RR es un derecho político consagrado en la CRBV que el CNE está obligado a canalizar con base en el marco legal que lo rige. 

Si el pueblo revoca el mandato antes de los cuatro años, el CNE tendrá que convocar elecciones en los próximos 30 días para elegir un nuevo presidente. Pero si éste se realiza después de los 4 años, en lugar de realizar elecciones, será el Vicepresidente designado por Nicolás Maduro quien complete el período constitucional. En este contexto, vale subrayar que una cosa es reglamentar el proceso y otra cosa muy distinta obstaculizarlo. Los únicos cambios en las normas y cronogramas que se pudieran aceptar son aquellos que facilitan la expresión democrática de la soberanía del pueblo a través del voto.   

El RR no es un elemento accesorio o decorativo en la CRBV sino un componente esencial de la Democracia Participativa y Protagónica para que la ciudadanía ejerza sus derechos políticos, evalúe si está satisfecha con el Gobierno y, sobre esa base, decida soberanamente si lo ratifica o lo revoca. No hay otra vía para resolver de forma constitucional, democrática, electoral y pacífica la actual crisis de gobernabilidad económica, social y política.

El CNE tiene que ser un árbitro neutral y no puede sucumbir ante las presiones ni de aquellos factores que pretenden saltarse los pasos legales en su afán de convocar cuanto antes el RR, ni de aquellos que a nombre del derecho que tienen de supervisar todos los  pasos del proceso, se obstinan en retrasarlo. Al convalidar maniobras para adelantar o demorar el RR, el CNE pondría en duda la neutralidad, diligencia y pulcritud con la que condujo esta consulta popular.

El temor a perder el RR se conjura a través de un conjunto de eficaces políticas y estrategias para erradicar la escasez, el acaparamiento, la especulación, la inflación, la inseguridad, la crisis eléctrica, el racionamiento de agua y así revertir el creciente descontento popular. Buscar pestañas en la sopa para hacer creer que la Oposición no recogió las firmas y demorar los siguientes pasos puede exacerbar la indignación de la gente y transformarla en crecientes manifestaciones de agresividad y violencia que pueden llevar al país a una crisis de gobernabilidad. Al obstaculizar el proceso se le tiende la alfombra a los violentos de lado y lado que deliran con una gran confrontación final para definir quién es quién. @victoralvarezr

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