jueves, 30 de mayo de 2024

Presidenciales del 28-J: ¿Negociar la salida, la quedada o la coexistencia?

 

Víctor Álvarez R. 

María Corina Machado dijo: “Yo estoy dispuesta a negociar con Maduro su salida, no su quedada. No estoy dispuesta a negociar la cohabitación y la permanencia de estos individuos en el poder”. Y amenazó a Maduro diciéndole: “yo no te quiero muerto, yo te quiero vivo para que enfrentes la justicia, yo te quiero preso”. Y no hace mucho, los voceros del interinato sentenciaban que “lo único que negociarían con Maduro sería su salvoconducto o el color del uniforme en la cárcel de Guantánamo.”

El liderazgo de la oposición que tiene la mayor opción de ganar las Presidenciales del 28-J ha acusado al gobierno de Maduro de dictadura, de narco-régimen y camarilla de delincuentes; de traidores a la patria que entregaron la soberanía nacional a la ocupación cubana, al espionaje iraní y ruso; de convertir el territorio nacional en una guarida de grupos terroristas cómo Hezbollah, FARC y ELN. Ese liderazgo radical ha aplaudido las recompensas que ofrece EEUU por la captura de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello; ha solicitado sanciones económicas contra Venezuela; invocado la activación del TIAR y la creación de una amenaza creíble a través de una intervención militar extranjera. Estas amenazas recrudecen el temor de quienes pueden perder el poder y no quieren quedar expuestos a una espiral de persecuciones, juicios y condenas. Amenazar al adversario y dejarlo sin salida lo puede forzar a atrincherarse y trancar el juego. Esa estrategia amenazante generó un clima psicológico muy tóxico que ha plagado de temores al oficialismo y sus seguidores que temen ser víctimas de una cacería de brujas.

En Venezuela se respira una necesidad de cambio en el mando político.

Emociones en la campaña electoral: entre la incertidumbre y el temor


Víctor Álvarez R. 

El fiscal de la Corte penal Internacional (CPI), Karim Khan, solicitó órdenes de captura contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant; así como de Yahya Sinwar, líder de Hamás, Mohammed Diab Ibrahim Al-Masri, comandante en jefe del ala militar, y de Ismail Haniyeh, jefe del buró político de Hamás, acusados todos de crímenes lesa humanidad. Recordemos que en marzo de 2023, la CPI también emitió órdenes de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin y contra varios comandantes militares rusos acusados de crímenes de guerra.

La responsabilidad internacional del Estado se compromete a través de la actuación individual de los funcionarios y agentes que actúan en su representación, y también por la omisión e incumplimiento de su deber de investigar y sancionar abusos cometidos en su jurisdicción. Una vez que se han agotado los recursos internos o que no ha sido posible agotar los mismos, los mecanismos internacionales de justicia y de derechos humanos tienen la facultad de determinar la responsabilidad internacional del Estado por la violación de los tratados de derechos humanos que les competen. La CPI es la que determina la responsabilidad penal individual (no del Estado) y actúa como órgano internacional independiente bajo el principio de complementariedad. Su jurisdicción es complementaria y no sustituye a los Estados ni suple su deber de investigar, sancionar y reparar. En el caso de Venezuela, las investigaciones y dictámenes contra el Estado se deben a que las víctimas no han podido agotar los recursos internos para lograr que se haga justicia.

En este contexto, las órdenes de captura contra los mandatarios de Rusia e Israel demuestran que la CPI no es un tigre de papel, que puede actuar con firmeza y rapidez y todo esto remueve y exacerba la incertidumbre y el temor de los gobernantes y funcionarios que son investigados por la CPI.

La reinstitucionalización del Poder Judicial

Atendiendo al principio de complementariedad, para que la CPI y otras instituciones internacionales encuentren razones para considerar innecesaria su actuación en Venezuela, hay que lograr el fortalecimiento y eficacia del Poder Judicial para que pueda investigar con independencia y autonomía las responsabilidades individuales por violación de derechos humanos y  crímenes de lesa humanidad.

Con este fin, hay que acordar la reinstitucionalización del Poder Judicial a través de los concursos de credenciales para excluir de la postulación a candidatos a jueces y magistrados que hayan tenido militancia política partidista en los últimos diez años, o cargos en el Poder Ejecutivo durante el período constitucional en curso. Estos avances indicarían a la CPI y otros organismos internacionales que los tribunales nacionales ya están en capacidad de desarrollar adecuadamente las investigaciones para que se sepa la verdad, haga justicia, reparen los daños, no se reedite la tragedia y se salve la memoria.

¿Qué desean quienes han estado durante 25 años en la oposición?

Desean lograr la alternabilidad en el poder y presionarán para que la toma de posesión no tenga que esperar del 29-J hasta el 10-E. Pero sin garantías de no persecución esto no será posible y la alternabilidad en el poder tampoco puede ser a cualquier precio. Para no caer en la impunidad mientras se fortalece el Poder Judicial habrá que activar mecanismos de Justicia Transicional con apoyo internacional. En estas instancias se puede determinar qué hechos, en qué casos y quiénes pueden ser susceptibles de medidas especiales de sobreseimiento, indulto, reducción de la condena o fin de la acción penal. En este proceso quedan excluidas las violaciones a DDHH que comprometen la responsabilidad internacional del Estado y la responsabilidad penal internacional individual por delitos contemplados en el Estatuto de Roma. En cualquier caso, el beneficio de las medidas excepcionales estará condicionado al esclarecimiento de la verdad, justicia, reparación de daños, la no repetición de la tragedia, y la memoria histórica.

¿A qué temen quienes están en el poder?

En caso de perder las elecciones, quienes ejercen el poder no quieren verse expuestos a una ola de persecuciones juicios y condenas. Para incentivar la alternabilidad en el poder, los costos de salida tienen que ser menores a los costos de permanecer en el mando. Despejar estos miedos comienza por eliminar las recompensas internacionales y sanciones personales en contra de altos funcionarios del gobierno y autoridades de los poderes públicos del Estado venezolano.

Pero también hay miedo en los cargos medios y bajos de la administración pública que temen una cacería de brujas y una ola de despidos masivos de los funcionarios que formaron parte del gobierno anterior. Estos miedos hay que disiparlos y ofrecer garantías a los funcionarios públicos de que podrán ser ratificados en sus cargos a través de concursos de credenciales, con base en su formación académica, competencias técnicas y profesionales, y experiencia en el ejercicio del cargo.

Tienen miedo los sectores más empobrecidos y vulnerables de la población venezolana que temen perder la bolsa de comida, los bonos monetarios que reciben a través del Carnet de la Patria, que se elimine la misión vivienda y otras misiones sociales que los benefician, así como otras medidas de protección social y subsidios que otorga el gobierno. 

¿Cuáles amenazas deberían dejar de hacerse?

El liderazgo de la oposición que tiene la mayor opción de ganar las Presidenciales del 28-J ha acusado al gobierno de Maduro de dictadura, de narco-régimen y camarilla de delincuentes; de traidores a la patria que entregaron la soberanía nacional a la ocupación cubana, al espionaje iraní y ruso; de convertir el territorio nacional en una guarida de grupos terroristas cómo Hezbollah, FARC y ELN. Ese liderazgo radical ha aplaudido las recompensas que ofrece EEUU por la captura de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello; ha solicitado sanciones económicas contra Venezuela; invocado la activación del TIAR y la creación de una amenaza creíble a través de una intervención militar extranjera. Su principal líder desafió a Maduro diciéndole: “yo no te quiero muerto, yo te quiero vivo para que enfrentes la justicia, yo te quiero preso” y con ese fin promueve y respalda las investigaciones en la CPI.

Estas amenazas recrudecen el temor de quienes pueden perder el poder y no quieren quedar expuestos a una espiral de persecuciones, juicios y condenas. Esto los puede forzar a atrincherarse y trancar el juego. La estrategia amenazante ha generado un clima psicológico muy tóxico que ha plagado de temores al oficialismo y sus seguidores que temen sr víctimas de una cacería de brujas.

¿Cómo abonar la confianza mutua que facilite la alternancia en el poder?

Sin garantías de no persecución, el candidato oficialista no se va a medir con quien sabe que va a perder. Hay que evitar que el miedo a ser sometidos a una ola de persecuciones se instale en el gobierno y los empuje a anular la tarjeta de la MUD. Evitar que la incertidumbre en torno a la tarjeta de la MUD y el temor a perderlo perturben la elección presidencial, exige acordar garantías de no persecución política para todos, tanto para quienes pierdan el poder, como para que quienes ganen puedan asumir el mando y gobernar.

Pero el oficialismo no va a tomar la iniciativa de proponer un  pacto de garantías de no persecución porque esto puede interpretarse entre sus seguidores como una actitud derrotista, como que ha llegado la hora de poner a salvo sus cabezas. Para el chavismo, asumir esa posición de perdedor a priori lo consideraría desmoralizante y desmovilizador. Su gente no iría a votar. Por lo tanto, no lo van a proponer.

Es el candidato opositor con mayor opción de ganar quien está llamado a hacerle al gobierno una propuesta realista, pragmática, viable y creíble de convivencia pacífica con garantías de no persecución. Pero tiene que hacerlo antes de que el miedo se convierta en terror y el TSJ anule la tarjeta de la MUD.

Recuperar alternancia en el poder pasa por suspender recompensas, sanciones y juicios en la CPI

 

Víctor Álvarez R. 

El fiscal de la Corte penal Internacional (CPI), Karim Khan, solicitó órdenes de captura contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu y su ministro de Defensa, Yoav Gallant; así como de Yahya Sinwar, líder de Hamás, Mohammed Diab Ibrahim Al-Masri, comandante en jefe del ala militar, y de Ismail Haniyeh, jefe del buró político de Hamás, acusados todos de crímenes lesa humanidad. Recordemos que en marzo de 2023, la CPI también emitió órdenes de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin y contra varios comandantes militares rusos acusados de crímenes de guerra.

La responsabilidad internacional del Estado se compromete a través de la actuación individual de los funcionarios y agentes que actúan en su representación, y también por la omisión e incumplimiento de su deber de investigar y sancionar abusos cometidos en su jurisdicción. Una vez que se han agotado los recursos internos o que no ha sido posible agotar los mismos, los mecanismos internacionales de justicia y de derechos humanos tienen la facultad de determinar la responsabilidad internacional del Estado por la violación de los tratados de derechos humanos que les competen. La CPI es la que determina la responsabilidad penal individual (no del Estado) y actúa como órgano internacional independiente bajo el principio de complementariedad. Su jurisdicción es complementaria y no sustituye a los Estados ni suple su deber de investigar, sancionar y reparar. En el caso de Venezuela, las investigaciones y dictámenes contra el Estado se deben a que las víctimas no han podido agotar los recursos internos para lograr que se haga justicia.

En este contexto, las órdenes de captura contra los mandatarios de Rusia e Israel demuestran que la CPI no es un tigre de papel, que puede actuar con firmeza y rapidez y todo esto remueve y exacerba los temores de los gobernantes y funcionarios que son investigados por la CPI.

La reinstitucionalización del Poder Judicial

Atendiendo al principio de complementariedad, para que la CPI y otras instituciones internacionales encuentren razones para considerar innecesaria su actuación en Venezuela, hay que lograr el fortalecimiento y eficacia del Poder Judicial para que pueda investigar con independencia y autonomía las responsabilidades individuales por violación de derechos humanos y  crímenes de lesa humanidad.

Con este fin, hay que acordar la reinstitucionalización del Poder Judicial a través de los concursos de credenciales para excluir de la postulación a candidatos a jueces y magistrados que hayan tenido militancia política partidista en los últimos diez años, o cargos en el Poder Ejecutivo durante el período constitucional en curso. Estos avances indicarían a la CPI y otros organismos internacionales que los tribunales nacionales ya están en capacidad de desarrollar adecuadamente las investigaciones para que se sepa la verdad, haga justicia, reparen los daños, no se reedite la tragedia y se salve la memoria.

¿Qué desean quienes han estado durante 25 años en la oposición?

Desean lograr la alternabilidad en el poder y presionarán para que la toma de posesión no tenga que esperar del 29-J hasta el 10-E. Pero sin garantías de no persecución esto no será posible y la alternabilidad en el poder tampoco puede ser a cualquier precio. Para no caer en la impunidad mientras se fortalece el Poder Judicial habrá que acordar mecanismos de Justicia Transicional con apoyo internacional. En estas instancias se puede determinar qué hechos, en qué casos y quiénes pueden ser susceptibles de medidas especiales de sobreseimiento, indulto, reducción de la condena o fin de la acción penal. En este proceso deben quedar excluidas las violaciones a DDHH que comprometen la responsabilidad internacional del Estado y la responsabilidad penal internacional individual por delitos contemplados en el Estatuto de Roma. En cualquier caso, el beneficio de las medidas excepcionales estará condicionado al esclarecimiento de la verdad, justicia, reparación de daños, la no repetición de la tragedia, y la memoria histórica.

¿Quién debe proponer las garantías de no persecución?

 


Víctor Álvarez R.

En caso de perder las elecciones, quienes ejercen el poder no quieren verse expuestos a una ola de persecuciones juicios y condenas. Para incentivar la alternabilidad en el poder, los costos de salida tienen que ser menores a los costos de permanecer en el mando. Despejar estos miedos comienza por eliminar las recompensas internacionales y sanciones personales en contra de altos funcionarios del gobierno y autoridades de los poderes públicos del Estado venezolano.

Pero también hay miedo en los cargos medios y bajos de la administración pública que temen una cacería de brujas y una ola de despidos masivos de los funcionarios que formaron parte del gobierno anterior. Estos miedos hay que disiparlos y ofrecer garantías a los funcionarios públicos de que podrán ser ratificados en sus cargos a través de concursos de credenciales, con base en su formación académica, competencias técnicas y profesionales, y experiencia en el ejercicio del cargo.

Tienen miedo los sectores más empobrecidos y vulnerables de la población venezolana que temen perder la bolsa de comida, los bonos monetarios que reciben a través del Carnet de la Patria, que se elimine la misión vivienda y otras misiones sociales que los benefician, así como otras medidas de protección social y subsidios que otorga el gobierno. 

¿Cuáles amenazas deberían dejar de hacerse?

¿Qué hacer entre el 28-J y el 10-E?

 

Víctor Álvarez R.

El gobierno que resulte electo en las Presidenciales del 28-J recibirá un país con graves desequilibrios macroeconómicos que contraen la producción y generan inflación, recibirá una industria petrolera en ruinas y sin recursos financieros, y un aparato productivo que no genera suficientes puestos de trabajo; tendrá que hacerle frente al grave deterioro de los servicios públicos de agua potable, electricidad, gas doméstico, telecomunicaciones y escasez de combustibles; heredará una enorme deuda social en un país en el que los sistemas públicos de educación y salud están colapsados. Familias completan huyen del hambre en una incesante diáspora que no tiene precedentes. La desesperación nacional le exigirá al nuevo gobierno resultados concretos en el primer año de gestión. De lo contrario, el país otra vez se sentirá defraudado y el nuevo gobierno rápidamente habrá perdido credibilidad.

La viabilidad económica de la gobernabilidad poselectoral hay que comenzar a construirla desde el mismo 29-J y no después de la toma de posesión el 10-E. Al interés nacional le conviene que los actores políticos, económicos y sociales logren unos acuerdos básicos que permitan gestionar recursos para atender las urgencias y prioridades nacionales, y así evitar que al cambio político le siga una ola de protestas y crisis de gobernabilidad, tal como ha pasado en otros países.

¿Cómo evitar que el TSJ anule la tarjeta de la MUD?

 


Víctor Álvarez R. / Director de Pedagogía Económica y Electoral

La aspiración nacional de recuperar la alternabilidad en el poder por la vía electoral y pacífica está en tiempo de descuento. Si al chavismo la derrota electoral se le convierte en una tragedia de persecuciones, juicios y condenas, no se descarta que el TSJ decida anular la tarjeta de MUD. Esto tendría un efecto dominó sobre las adhesiones de UNT y MPV que se quedarían sin candidato.

La candidatura de EGU encabeza las encuestas, pero si el oficialismo concluye que marcha hacia una inevitable derrota, sin haber negociado antes garantías de no persecución, puede apelar a esa jugada riesgosa y extrema, que ya ha sido anunciada y no debería sorprender a nadie. Si no se le ofrecen garantías al gobierno, se le estará empujando hacia una línea roja que puede atravesar, aún al precio de desencadenar una gran condena internacional que incluya a sus aliados Gustavo Petro y Luíz Ignacio Lula Da Silva. Total, el gobierno de Maduro ya está curtido en la resistencia contra el aislamiento internacional, sobrevivió al cerco del Grupo de Lima, el desconocimiento de más de 60 países y las severas sanciones económicas que lo empujaron a los brazos de los rivales geopolíticos de EEUU.

La reacción del oficialismo al levantamiento de sanciones personales de la UE revela que no va a tomar la iniciativa para pactar garantías de no persecución porque esto puede interpretarse como una actitud derrotista, como que ha llegado la hora de poner a salvo sus cabezas. Y asumir esta posición de perdedor a priori sería muy desmoralizante y desmovilizador para sus seguidores, justo antes de los comicios del 28J.

Los perdona vidas de la oposición inercial plantean que no hay que apurarse, que todo tiene su tiempo, y que EGU puede hacer esta oferta de no persecución después de su inevitable triunfo frente a NM, como un gesto de grandeza y buena voluntad. El gran riesgo de esa actitud contemplativa y triunfalista es que puede terminar enterándose por la prensa de que el TSJ anuló la tarjeta de la MUD. Y por esa actitud inercial y carente de liderazgo será corresponsable de no haber actuado oportunamente para evitar perder la mejor oportunidad de recuperar la alternabilidad en el poder por la vía electoral y pacífica.

jueves, 9 de mayo de 2024

Acuerdos de Paz en Guatemala: referencias para Venezuela

 

Víctor Álvarez R. / Davgla Rodríguez A.

El costo social del conflicto político venezolano es distinto al de otros países latinoamericanos que pagaron la violencia y la confrontación armada con un trágico saldo de centenares de miles de perseguidos, encarcelados, torturados, desaparecidos y muertos. En Venezuela las víctimas más numerosas del conflicto han sido los casi 8 millones de migrantes que sufrieron un acelerado deterioro de sus condiciones de vida debido a la contracción de la economía, la destrucción de millares de empleos, la confrontación política, la crisis de gobernabilidad y el impacto de las sanciones económicas. Los migrantes venezolanos son el equivalente a los desplazados por el conflicto en otros países, a quienes luego se les adjudicaron tierras y otorgaron créditos y asistencia técnica para facilitar su repatriación y reinserción productiva.

Guatemala cuenta con una historia muy compleja, marcada por cruentas luchas entre las élites económicas, políticas y militares, y los pobres, en su mayoría indígenas y habitantes de las áreas rurales, quienes no han tenido acceso ni a la tierra, ni al capital, ni al poder militar. La pobreza y desigualdad es la marca de una sociedad injusta, que se ocupó de las necesidades de sólo un sector de la población, marginando al resto. En esta desigualdad están las causas históricas del conflicto armado guatemalteco.

Guatemala no solo ha sufrido la violencia de la confrontación armada entre las fuerzas del Estado y la insurgencia guerrillera, también ha sufrido la violencia estructural que genera la exclusión social de la mayoría de la población del disfrute de los derechos esenciales al trabajo, la educación, la salud, la vivienda, mientras que solo una minoría privilegiada logra satisfacer plenamente sus necesidades.

Uno de los efectos de la guerra de guerrillas y de la ofensiva contrainsurgente en Guatemala fue la llegada de más de 46 mil refugiados al territorio mexicano. La cercanía con el área de conflicto y el impacto directo de la crisis centroamericana en sus fronteras impulsó a México a buscar soluciones estructurales y duraderas del conflicto.

La viabilidad económica de la gobernabilidad poselectoral

 


Víctor Álvarez R. 

Los cambios políticos por sí mismos no garantizan que la situación económica y social mejore. Para corregir los graves desequilibrios que generan inflación, contraen la producción e impiden la creación de nuevos y mejores empleos, el próximo gobierno tendrá que aplicar drásticos correctivos que no suelen ser bien recibidos por los sectores más vulnerables que protestan con mucha razón cuando se recarga sobre sus bolsillos el costo del ajuste.

A fin de aliviar el déficit fiscal y erradicar su financiamiento con emisiones de dinero inflacionario tendrá que reestructurar toda la administración pública y reducir el exagerado número de ministerios, liquidar entes públicos inoperantes y privatizar empresas públicas que terminaron secuestradas y quebradas por la corrupción; tendrá que reducir los subsidios y sincerar las tarifas de los servicios públicos a fin de generar ingresos propios para su mantenimiento y repotenciación; y tendrá que hacerlo en un país empobrecido donde el ingreso familiar no alcanza para comprar la canasta alimentaria, mucho menos para cubrir el costo de los demás servicios.

A las medidas de ajuste suele atribuirse un impacto social y un costo político que termina dando al traste con los gobiernos que las aplican. El creciente descontento social aborta las reformas económicas y desemboca en el reemplazo del gobierno que impulsó las mismas. Recordemos lo que le pasó a Macri en Argentina, a Lenin Moreno en Ecuador, a Sebastián Piñera en Chile,  y la ola de protestas en Colombia que desencadenó la reforma tributaria que intentó Duque. En Argentina, Javier Milei enfrenta un creciente malestar social por el drástico ajuste que está llevando a cabo.

En Venezuela, la viabilidad económica de la gobernabilidad poselectoral, sin marchas y contramarchas, tiene que mirarse en el espejo de esos países y contemplar las medidas de protección social para compensar los efectos no deseados de las medidas económicas de ajuste.

Pacto de Convivencia Pacífica y Derechos Humanos

 



Víctor Álvarez R. 

La propuesta de un Pacto de Convivencia Pacífica entre los candidatos a la Presidencia de la República es una iniciativa ciudadana  que promueve un ambiente de tolerancia, no violencia y coexistencia política. El objetivo principal es evitar que la campaña electoral se convierta en un torneo de insultos, ofensas y descalificaciones y, más bien, predomine un debate propositivo y constructivo. La idea surge de una amplia consulta a importantes e influyentes voces de la sociedad civil que trabaja activamente por vencer la apatía electoral, reconstruir la confianza en la institución del voto, mantener la ruta electoral, rechazar las vías violentas e insurreccionales, alcanzar una solución electoral y pacífica del conflicto venezolano y recuperar la alternabilidad en el poder. Sobre estos temas se basó la consulta.

Con el Pacto de Convivencia Pacífica entre los candidatos a la Presidencia se procura contribuir a superar el juego suma cero en el que ha quedado entrampada la lucha por el poder político en Venezuela, donde el ganador se lo lleva todo y el perdedor lo pierde todo. Para lograr la convivencia pacífica ninguno de los actores políticos en pugna puede pretender la capitulación incondicional del otro, ni mucho menos el exterminio del contrario. La alternabilidad en el poder por la vía electoral y pacífica dependerá del balance neto entre los costos de permanecer en el gobierno y los costos de salida. Si la derrota electoral se convierte en una cadena de persecuciones, juicios y condenas, quien esté en el gobierno no tendrá incentivos para medirse en unas elecciones competitivas que puede perder, y esto dificultará la alternabilidad en el poder. Desarrollando el objetivo central del Pacto, se trata de crear condiciones para la convivencia pacífica con base en un compromiso de no persecución política, independientemente del candidato que resulte ganador.  

viernes, 3 de mayo de 2024

Pacto de Convivencia entre los candidatos a la Presidencia

 

Víctor Álvarez R. / Director de Pedagogía Económica y Electoral

La propuesta de un Pacto de Convivencia Pacífica entre los candidatos a la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela surge de una amplia consulta a importantes e influyentes voces de la sociedad civil que trabaja por vencer la apatía electoral, reconstruir la confianza en el voto, mantener la ruta electoral, rechazar las vías violentas e insurreccionales, alcanzar una solución electoral y pacífica del conflicto venezolano y recuperar la alternabilidad en el poder. 

Independientemente del sector político que gobierne a una Nación, la alternabilidad en el poder por la vía electoral y pacífica dependerá del balance neto entre los costos de permanecer en el gobierno y los costos de salida. Si la derrota electoral se convierte en una cadena de persecuciones, juicios y condenas, quien esté en el gobierno no tendrá incentivos para medirse en unas elecciones competitivas que puede perder, y esto dificultará la alternabilidad en el poder.

Esta iniciativa ciudadana plantea que para recuperar la alternabilidad hay que crear condiciones para la convivencia pacífica y esto solo es posible si quienes se diputan el poder asumen el compromiso de no persecución política. A fin de contribuir a crear un clima de reencuentro y reconciliación nacional, se propone a los candidatos a la presidencia debatir una amnistía general por faltas y delitos políticos, tales como:

1.    Violaciones a la libertad de expresión, a la organización política, la participación electoral y violaciones leves a los derechos humanos.

2.    Represión de manifestaciones y protestas con fines políticos, contra el orden institucional y el gobierno establecido.

3.    Actuaciones de los organismos de seguridad del Estado al enfrentar la resistencia y desobediencia a la autoridad, cuyos excesos pudieran dar lugar a juicios y condenas por parte de los órganos de justicia.

4.  Hechos cometidos en el ejercicio de la función de gobierno que pueden dar lugar a investigaciones, imputaciones, acusaciones o condenas por parte de la Corte Penal Internacional.

5. Promover órdenes internacionales de captura, persecución judicial amenazas de extradición contra funcionarios del gobierno y dirigentes políticos para que sean sometidos a juicios y condenas en tribunales extranjeros.

6.  Criminalización de las críticas al gobierno nacional y demás poderes públicos, y por la expresión de ideas y opiniones de carácter político.

7.    Difusión de imágenes y mensajes considerados difamatorios u ofensivos en el ejercicio de la crítica a la acción de gobierno, a sus autoridades y funcionarios.

8.  Participación en el gobierno interino, el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio y la extralimitación de las funciones de la Asamblea Nacional electa en 2015;

9.  Haber solicitado sanciones económicas y pronunciado a favor del aislamiento internacional, la máxima presión y la amenaza creíble contra Venezuela;

10. Participación y apoyo en el intento de golpe militar del 30 de abril de 2019 e  invocado una intervención militar externa a través del TIAR;

Para bajar los costos de salida de quienes tienen el poder, el Pacto propone a los candidatos promover la eliminación de las recompensas internacionales, a no seguir presionando juicios en la Corte Penal Internacional, y pedir el cese de la persecución judicial en contra de representantes de los poderes públicos del Estado venezolano.