Víctor Álvarez R.
Desde 1999, el Presidente Chávez anuncio la decisión de gestionar el
ingreso de Venezuela al Mercosur. En 2002 se
firma en Brasilia el acuerdo CAN-Mercosur y en 2004 Ecuador, Colombia y
Venezuela ingresan como miembros asociados según los Acuerdos de
Complementación Económica de ALADI. Truncando este proceso, Colombia y
Perú deciden firmar primero un TLC con EE.UU., concediéndole mejores condiciones que a sus socios originales de
la CAN. Esta
decisión unilateral provocó la retirada de Venezuela del acuerdo andino y centró
su interés en el ingreso al Mercosur.
En la Cumbre Presidencial celebrada en Montevideo en
2005, se aprueba el Acuerdo Marco con el que se inicia el ingreso formal de Venezuela
al Mercosur. Se crea un Grupo Ad Hoc
para negociar bilateralmente el Protocolo
de Adhesión y convenir los cronogramas para la implementación de la
normativa vigente. En 2006 se firmó en Caracas dicho protocolo, el cual
entraría en vigor una vez que los parlamentos de los países miembros lo
aprobasen. Desde entonces el Senado de Paraguay se dedicó a impedir este
proceso, pero tras la suspensión de ese país del Mercosur debido a la maniobra
orquestada para derrocar al Presidente Lugo, fue posible remover el único obstáculo
que impedía el ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur.
En su
formato inicial, este acuerdo se propuso crear un mercado común para la libre
circulación de bienes, servicios y personas. A través de un arancel externo
común, los países miembros acordaron integrarse entre ellos y protegerse hacia
afuera. Pero el objetivo declarado del
Gobierno venezolano de priorizar la lucha contra el desempleo, la pobreza y la
exclusión social -por encima de la inercia neoliberal interesada sobre todo en
firmar los TLC-, desató férreas resistencias a la incorporación de Venezuela al
Mercosur. La
preferencia en lo social entraba en abierta contradicción con el objetivo de
las transnacionales de explotar la fuerza de trabajo barata y los recursos
naturales de los países latinoamericanos, como sustento de su producción exportable
hacia los diferentes mercados del mundo. Es la idea neoliberal de la
integración de los mercados la que choca con la propuesta de la integración de
los pueblos. Ese y no otro fue el verdadero obstáculo a la incorporación de
Venezuela al Mercosur.
Venezuela es un país rico en recursos petrolíferos,
gasíferos y minerales, pero pobre en capacidades tecnológicas e innovativas para
transformarlos en productos de mayor valor agregado. Por eso, además de
aprovechar el potencial de intercambio comercial, lo más importante del ingreso
de Venezuela al Mercosur es la gran oportunidad que surge para complementar
capacidades y recursos en función de impulsar un nuevo tipo de integración
económica basado en la transferencia de tecnología, calificación del talento
humano nacional, asistencia técnica a la economía social e incorporación de un
creciente valor agregado nacional en los proyectos de inversión. Solo así Venezuela
podrá reconstruir su aparato productivo, generar empleos dignos y bien
remunerados, sustituir eficientemente importaciones, diversificar sus exportaciones
y mejorar la calidad de vida y el bienestar de su población.
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