Por: Víctor Álvarez R.
El actual régimen de cambios múltiples
desaparecerá para darle paso a un solo tipo de cambio. Con la unificación
cambiaria, la tasa de 6,30 Bs/$ será eliminada, al igual que las tasas de Sicad
1 y Sicad 2, y el nuevo precio del dólar quedará entre esos dos extremos. La
pregunta que surge es: ¿A qué nivel se ubicará la nueva tasa de cambio?.
La nueva cotización de la divisa tendrá
que estar en un punto intermedio entre los actuales extremos, cuya enorme brecha
indica que la tasa Cencoex está considerablemente sobrevaluada, a la vez que la
de Sicad 2 está muy subvaluada. Ante un bajo nivel de reservas internacionales
y el actual
exceso de liquidez,
un cambio
único a un nivel menor que Sicad 1 no resultaría confiable ni sostenible, toda
vez que las presiones de demanda en el mercado cambiario harían muy difícil aislar
los factores especulativos para estabilizar la nueva tasa, sobre todo si no se
corrigen los desequilibrios macroeconómicos. Acertadamente, el gobierno ha
anunciado que procederá a la unificación cambiaria, una vez que haya adoptado
las medidas para corregir las distorsiones fiscales y monetarias.
Al obtener el gobierno más bolívares por cada dólar que
venda en el mercado, la propia unificación cambiaria aliviará el déficit fiscal.
En efecto, al vender los dólares a una tasa mayor y sincerar el precio de la
gasolina, PDVSA podrá sanear sus finanzas y no tendrá que recurrir a nuevos endeudamientos
con el BCV. A su vez, el instituto emisor recibirá menos presiones para emitir
dinero base y se pondrá freno al desmesurado crecimiento de la liquidez
monetaria en un mercado con crecientes índices de escasez, mezcla perfecta para
atizar la inflación. Esta es una razón por la que la nueva tasa debería
colocarse por encima de Sicad 1 y por debajo de Sicad 2.
Una referencia podría ser 25 Bs/$,
donde se estima está el tipo de cambio de equilibrio. Al despejarse la incertidumbre sobre la tasa de cambio futura, se reactivarán los
flujos de inversión extranjera, exportaciones no petroleras, turismo
internacional y repatriación de capitales. Esto aumentará la oferta de divisas
y el dólar paralelo –que marca la formación de precios- tenderá a la baja, tal
como ocurrió cuando se reformó la Ley de Ilícitos Cambiarios, se activó el
Sicad 2 y el paralelo cayó de casi 100 Bs/$ a menos de 70 Bs/$. Si a 25 Bs/$ la
oferta pública y privada de divisas satisface la demanda, ya no habrá razones
para precios tan altos del paralelo y este desaparecerá. Mientras más inminente
sea la unificación, quienes amasan grandes fortunas especulando tenderán a
vender sus posiciones en divisas antes de que el paralelo caiga a su mínimo
nivel, caída que se acelerará una vez que el paralelo se sitúe por debajo del Sicad
2.
Si se aprendieron las lecciones que
dejó el anclaje cambiario, la unificación se hará a través de un sistema de
flotación con bandas o un crawling peg con pequeños y periódicos ajustes que eviten
la tendencia a la sobrevaluación. Así, la nueva tasa de cambio se irá acercando
a un nivel que exprese la verdadera productividad del aparato productivo,
facilite la sustitución de importaciones, la diversificación de exportaciones y
la transformación de la economía rentista e importadora en un nuevo modelo
productivo exportador. @victoralvarezr
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