Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias
En una
economía que se ha contraído durante dos años consecutivos, la recaudación de
ISR e IVA inevitablemente se ve afectada. Muchas empresas, lejos de generar
ganancias, registran pérdidas y no aportan al fisco. Por otra parte, la
necesidad de estirar los ingresos debido a la voracidad inflacionaria, induce a
la informalización de la economía, fenómeno que se expresa en un creciente
número de operaciones de compra-venta que se hacen sin factura para evitar el pago
del IVA. Todo esto deprime el ingreso fiscal en términos reales.
El margen de maniobra para tapar el hueco fiscal se reduce y la única
opción que le está quedando al gobierno es vender más caro la menguada renta
petrolera. Así, la unificación cambiaria deviene como una medida inevitable para
evitar el naufragio fiscal del gobierno. Distintos voceros del oficialismo
vienen preparando el terreno y han señalado la necesidad de simplificar la política cambiaria. Si bien se está a las puertas de la unificación
de las tasas de Dipro y Dicom, mientras persista el control de cambios, la coexistencia
de una sola tasa de cambio oficial con el dólar paralelo seguirá siendo un
incentivo perverso para los especuladores cambiarios y corruptos que ya saben
cómo capturar la divisa oficial para después venderla más cara.
Dipro insostenible para Pdvsa
Ante la
debacle de los precios del petróleo, la irracionalidad de la tasas Dipro recae
con toda su fuerza sobre Pdvsa. Si los precios del petróleo logran
estabilizarse en torno a los 40 $/b, pero la compañía petrolera es obligada a
vender buena parte de su ingreso en divisas a la tasa de 10 Bs/$, eso quiere
decir que por cada barril de petróleo de 159 litros, Pdvsa apenas obtiene 400 Bs/b.
Es decir, apenas 2,5 Bs/litro de petróleo. Por eso, al convertir a la tasa
Dipro su ingreso en dólares a bolívares, estos no le alcanzan para pagar una
nómina de más de 140 mil trabajadores, honrar sus deudas con proveedores y
contratistas, transferir aportes a los programas sociales y mantener al día las
obligaciones con el fisco. Y, justamente, eso es lo que la lleva a endeudarse
con el BCV.
Unificar el
régimen de cambios múltiples en torno a la tasa Dicom (que al momento de
escribir este artículo había alcanzado los 569 Bs/$) generaría suficientes
bolívares para que Pdvsa pueda pagar la nómina y honrar todas sus deudas y
compromisos. Esto eliminaría la presión que se ejerce sobre el BCV, el cual es
obligado a realizar desmesuradas emisiones de dinero sin respaldo para financia
el déficit de Pdvsa y otros entes públicos, cuestión que se ha convertido en el
principal factor propagador de la inflación.
¿Por qué no se termina de tomar la medida?
Una de las razones por las cuales el gobierno teme unificar el régimen
de cambios múltiples es por el supuesto impacto inflacionario que le atribuye a
esta medida. Según cálculos de Econométrica, la tasa de inflación interanual
abril 2015-abril 2016- cerró en 412,2%, lo cual deja en evidencia que el
supuesto impacto antiinflacionario de mantener una tasa Dipro de 10 Bs/$ para
las importaciones de alimentos y medicinas no funciona y solo representa un
perverso incentivo para los especuladores cambiarios y corruptos.
Adicionalmente, el derrumbe de los precios del petróleo agravó la
escasez de divisas y determinó que muchas importaciones previstas a la tasa Dipro
migraran a la tasa Dicom y dólar paralelo. Ante la certeza de que tarde o
temprano esta migración a una tasa de cambio mayor se concretaría para el resto
de los rubros, como en efecto ocurrió, el precio de los productos importados a tasa
preferencial tendieron a calcularse con base en el dólar paralelo, anulando así
el efecto antiinflacionario que se buscaba con la tasa de cambio protegida.
Pero el rígido dogma económico que domina la
interpretación oficial atribuye al ajuste cambiario un falso impacto
inflacionario, cuando lo cierto es que éste ya ha sido
absorbido y prácticamente no hay precio alguno que se calcule con base en la
tasa Dipro. Y ni siquiera a la de Dicom, porque el proceso de formación de
precios se ha desquiciado hasta quedar gobernado por lo que indique el
paralelo.
Incentivos a la corrupción
La enorme diferencia entre las tasas Dipro y Dicom no deja de crecer y
actualmente es de 64 veces. Esto degenera en un perverso estímulo a la
especulación cambiaria y la corrupción,
sobre todo si se tiene en cuenta que la brecha con el paralelo supera las 100
veces. Esto exacerba una demanda artificial que entorpece la administración
racional de las divisas y estimula toda clase de delitos cambiarios. Unificar el
régimen de cambios múltiples en una sola tasa de cambio aliviará las finanzas
de Pdvsa, corregirá estas graves distorsiones y permitirá calcular el PVP con
base en una tasa de cambio considerablemente menor. Esto se traduciría en una
desaceleración del ritmo inflacionario e, incluso, del nivel de precios que
actualmente han alcanzado muchos productos.
Lejos
de desquiciar los precios, la unificación cambiaria erradicaría la práctica de
recibir dólares preferenciales Dipro para después fijar el PVP con base en el
dólar más caro de Dicom o el paralelo. También eliminaría los incentivos a los
especuladores que desfalcan al país a través de empresas de maletín que no
importan los productos para los cuales se le asignan los dólares
preferenciales. Por si fuera poco, se le daría un duro golpe a los corruptos
que manejan las redes de bachaqueros y del contrabando de extracción de los
productos subsidiados que se importan con la tasa Dipro. Lo realmente
antipopular no es tomar las medidas para estabilizar la economía, sino mantener
la inacción que agrava los flagelos del contrabando, escasez y especulación que
atormentan y azotan a la población. @victoralvarezr
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