Víctor Álvarez R.
publicado en htp://elestimulo.com
El presidente Nicolás Maduro emprendió una gira por
diferentes países para defender el precio del petróleo. Para sustentar la
posibilidad real de recuperar y estabilizar la cotización de los crudos en los
mercados internacionales es necesario comprender las causas coyunturales y
estructurales que determinan la evolución de los precios.
Así tenemos que la combinación de una menor actividad
económica global, con una mayor producción de países No-OPEP ha provocado un exceso de oferta estimada en
2 millones de barriles diarios que ha sido el detonante del derrumbe de los
precios. Ni siquiera los sucesos geopolíticos de Ucrania y el grito de
guerra contra el Estados Islámico han impedido la baja de los precios.
Pero lo más importante son los cambios
estructurales en la matriz energética mundial debido a la difusión de las
tecnologías de información que mejoran la eficiencia energética, hoy es posible
producir una unidad de PIB con mucho menos energía. En 2017, EE.UU. pasará a
ser el primer productor de crudos con su petróleo de esquisto y dejará de
comprarle petróleo a la OPEP.
Por si fuera
poco, la
apreciación del dólar en comparación con otras monedas de reserva afecta
negativamente los ingresos de los países exportadores de petróleo y materias
primas que facturan en dólares sus exportaciones. Un mayor poder de compra del
dólar debilita el precio del petróleo en el mercado internacional. A la luz de todos estos factores, resulta
poco probable que los precios del petróleo perforen en el corto y mediano plazo
el umbral de los 100 $/b.
La
pregunta que surge, entonces, es ¿si alcanzará el ingreso en divisas para
cubrir las importaciones esenciales y pagar la deuda externa?. Según su Informe
de Gestión, PDVSA extrajo 2.898.000 bdp en 2013 y 2.905.000 en 2012. La
producción ha venido declinando y ahora los precios del petróleo se han derrumbado.
Para calcular el ingreso neto en divisas, hay que restar el consumo interno de
750.000 bdp. Al saldo de 2.148.000 se deben descontar los envíos a Cuba,
PetroCaribe y Alba, equivalentes a 300.000 bdp. Además, hay que restar el envío
de 330.000 bdp a China. Quedan 1.518.000 bdp para exportar. Si al menos se
logra el precio de 60 $/b estimado en el Presupuesto 2015, el ingresó será de $
33 mil millones. Esto no alcanzará para cubrir importaciones esenciales en
torno a 40 mil millones y honrar los pagos de la deuda externa, que este año
llegan a $ 11 mil millones.
Más
esto no quiere decir que el país inevitablemente se encamine hacia un default, toda
vez que el gobierno tiene al alcance de la mano la posibilidad real de compensar
la caída
de la renta petrolera si procede a unificar el régimen de cambios múltiples en
torno a 35 $/b, sincera el precio de la gasolina al nivel que tiene en la
frontera, adecua los convenios de cooperación energética a las nuevas
circunstancias de restricciones presupuestarias, reduce el gasto militar y
ajusta el gasto público.
Lo más probable es que los precios
del petróleo permanezcan por debajo de 70 $/b en el primer semestre de 2015,
aunque se espera cierta recuperación en el segundo semestre del año, impulsado
sobre todo por el nivel mínimo que requieren los nuevos petróleos para ser
rentables. Un
precio para el WTI menor a 60 $/b, perjudica y hace inviable la explotación de
altos costos de los yacimientos no convencionales.
Precios del petróleo relativamente bajos dominarán la escena económica
durante 2015. En consecuencia, parecieran inevitables los ajustes
económicos y es muy probable que el gobierno los ejecute de manera encubierta,
tal como lo ha hecho con los ajustes de precios rezagados que no son publicados
en la Gaceta Oficial, o como las disimuladas devaluaciones que ha realizado a
través de los Convenios Cambiarios 30 y 32.
El
descalabro de la renta petrolera emplaza a adecuar los acuerdos de cooperación
energética, tal como ya se hizo con el Fondo Chino, cuyos pagos fueron
contemplados a precio de mercado. Como la caída de los precios obligaba a entregar una mayor
cantidad de petróleo, para mitigar este impacto se acordó eliminar el cupo en
barriles y prolongar el plazo para pagar. De igual forma deberían revisarse los
demás acuerdos de cooperación energética y adecuarlos a las nuevas
circunstancias de restricciones presupuestarias. No se trata de interrumpir el
suministro sino de cobrar en 90 o 120 días la factura petrolera que se financia
a 15-20 años de plazo.
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