lunes, 12 de enero de 2015

Reactivación de los peajes y corrección de errores cometidos

Víctor Álvarez R.
Premio Nacional de Ciencias

2015 comenzó con un anuncio que sugiere el inicio de la corrección de una serie de distorsiones que -en el contexto de las restricciones presupuestarias que surgen del descalabro de los precios del petróleo- el país ya no puede soportar. El presidente Nicolás Maduro autorizó reactivar 71 peajes que serán administrados por las gobernaciones. Esta decisión comenzará con el cobro del peaje a los vehículos de carga y se espera que luego sea extendida a los particulares, pudiendo quedar exonerado el transporte público

En 2008 se eliminó el cobro de peajes alegando que muchos no cumplían con la distancia mínima entre ellos, que no había una vialidad alterna y gratuita, y que la recaudación no cumplía con mantener las vías en adecuadas  condiciones. Al perder los gobiernos regionales esa fuente de ingresos para mantener el sistema vial, se esperaba que el Gobierno central asumiera su mantenimiento. Pero en los paseos que hicimos en los días de asueto navideño pudimos comprobar que las vías siguen llenas de huecos, sin iluminación, señalización, ni los servicios básicos que requiere el usuario. 

Gratuidades indebidas y cultura rentista

En un país cuyos ingresos fiscales no reciben el torrente de una renta por la exportación de un recurso natural, el mantenimiento de la infraestructura vial se financia con los  peajes. Y esto no es nada nuevo. Desde la época colonial y luego en la República, los caminos para tropas y carretas se construían bajo el régimen de concesión y se cobraba un  peaje por el paso de bestias de carga y de personas. Por eso, el anuncio de reactivar los peajes debe regir para todos los vehículos, y no solo para el transporte de carga pesada. En todo caso, éste debe pagar mayores tarifas por ser el que más deteriora el asfalto de las vías, lo cual permitirá aplicar mecanismos de control de peso y altura de los camiones de carga, en función de minimizar los daños a la infraestructura vial.

Es propio de la cultura rentista exigir mejores vías con todos los servicios, sin mostrar la más mínima voluntad de contribuir en algo con su mantenimiento. Si realmente se quiere mejorar la infraestructura del tránsito terrestre a lo largo y ancho del territorio nacional, todos los usuarios estamos llamados a asumir la corresponsabilidad en el mantenimiento de las vías que a diario usamos. Solo así podremos tener vigilancia, zonas de atención a los usuarios, servicios de grúas, sanitarios higiénicos, ambulancia, etc. Ya todo no lo puede seguir pagando el petróleo y debemos contribuir a generar los recursos necesarios para mantener en buen estado las vías. Es así como se construye una sociedad solidaria, basada en los principios de cooperación y reciprocidad.

Corrección de errores

La orden de reactivar los peajes en las principales vías del país revoca una decisión tomada por el Comandante Chávez en 2008, y puede ser el inicio de la corrección de una serie de distorsiones heredadas por el Presidente Nicolás Maduro, entre las  cuales se destacan el anclaje cambiario, el presupuesto paralelo a través de Fonden, el financiamiento del déficit fiscal por parte del BCV, los rígidos controles de precios que desincentivan la producción y los convenios de cooperación energética.

Mientras el país contó con un abundante ingreso en divisas, la demanda que no fue capaz de satisfacer el aparato productivo se cubrió con importaciones a una tasa de cambio sobrevaluada. A la larga, el anclaje cambiario incentivó toda clase de importaciones baratas que desplazaron la producción nacional. Pero al desplomarse los precios del petróleo el país ya no tiene la misma capacidad para importar. Esta restricción nos sorprende con un aparato productivo contraído, el cual habrá que reactivar para compensar la escasez de productos importados. De lo contrario, la mayor demanda derivada de los aumentos salariales, al no tener su respaldo en el aumento de la oferta nacional, desquiciará aún más los precios.

De nada vale congelar por varios años los precios del producto final si los precios de las materias primas, insumos, maquinarias y fuerza de trabajo no dejan de aumentar. Llega un momento en que los costos de producción superan y dejan atrás los precios controlados, generando pérdidas al productor. Y como nadie produce para perder, esto desincentiva la producción agravando la problemática del desabastecimiento, escasez, especulación e inflación.

Un factor propagador de la inflación es la práctica instaurada a partir de la reforma de la Ley del BCV de financiar el déficit fiscal con emisiones de dinero sin respaldo por parte del BCV. Esto también debe ser corregido ante la tentación que representa la caída del ingreso fiscal petrolero y la menor recaudación de ISR en 2015, debido a la contracción del PIB. Antes que seguir sacrificando ingresos fiscales al vender el 90% del presupuesto en divisas a tasas de Cencoex y Sicad I, el fisco puede obtener más recursos si unifica a 35 Bs/$ el actual régimen de cambios múltiples que degeneró en un perverso incentivo a la especulación y la corrupción. Así, en lugar de aumentar la liquidez, más bien retiraría bolívares de la circulación, aliviando presiones de demanda y sobre el paralelo. Esto desaceleraría la inflación y favorecería la preservación del salario real.

Compensar la caída de los precios del petróleo para evitar un déficit fiscal aún mayor pasa por adecuar los convenios de cooperación energética a las nuevas circunstancias de restricciones presupuestarias. No se trata de interrumpir el suministro sino de cobrar en 90 o 120 días la factura petrolera que se financia a 15-20 años de plazo. Otro error que hay que corregir es el de los millardarios subsidios que caotizan los precios al dejarlos muy por debajo de su verdadero costo de producción, lo cual termina siendo el verdadero incentivo al contrabando de extracción de gasolina, alimentos y medicinas.

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